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Sipnosis
Memento Mori
Tras el festival

Fue un mes de locura, el que transcurrió luego del Festival de Invierno, luego de los cepelios de las víctimas, el poder quedó en las manos del Gobernador, Everett Goodweatherm tendría el control total sobre la ciudad, pero Azuka había logrado parte de su objetivo: Los rumores de que el gobierno de Washington ya no estaba tan convencido de compartir el poder con los vampiros; la situación se estaba saliendo de manos, y los cainitas y garras rojas parecían estar ganando la partida. Pero ninguno de los artífices de la destrucción, pensaron que los berkeser se volverían un problema para todos, porque los vampiros que no fueron asesinado por ellos, se transformaron en berkeser, que se han transformado en una manada que deambula por las alcantarillas atacando a quien se les enfrente o quien esté en su menú del día.

Humanos y Vampiros ya no tenían una alianza tan sólida como antes, y las desconfianzas estaban surgiendo.

Mientras que en medio quedaban los licanos, o por lo menos, parte de ellos, Fenrir y Fianna, pero quien padeció la peor parte fueron los Fenrir que en el atentado perdieron a su líder, del que jamás encontraron el cuerpo. Quedaría en manos del nuevo líder de los Fenrir y de Gissiel Earhart, determinar el destino de su clan y tradiciones, pero entre los licanos, se sabía la atrocidad cometida por las Garras Rojas, comandados por Arthur Redclaw, que se habían vuelto muy fuertes.

Por su parte, los rebeldes, el pequeño grupo de disidentes ya no parecían estar tan solos en su lucha, el gobierno de Washington los contactaría extra oficialmente para conseguir sus fines: controlar la ciudad, de una o de otra manera. Etienne LeBlanc, tendría que decidir..

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Mensaje por Invitado Mar Mar 05, 2013 5:45 pm

16 de julio de 2014

... o esa es la fecha que más tarde me enteré de que era, luego de salir de mi letargo. Me pregunté si era así como se sentía para un vampiro pasar encerrado en sus cofres por tanto tiempo, o si tal era la sensación que percibimos al estar muertos. ¿Estaba muerto? mis recuerdos estaban difusos. Sólo podía materializar en mi mente pequeños fragmentos de memorias. Parecían salidos de otra vida. Hasta ajenos. Como si fuesen vivencias de alguien más. ¿Quien era Marshall Killah? al parecer era yo, pero no estaba seguro. El tiempo en ése limbo parecía pasar lentísimo, y al parecer no podía hacer nada más que sentarme ahí en la nada a observar mi propia vida, pero por algún motivo no me aburría. A momentos me emocionaba según lo que veía. Ardía en cólera repentinamente al ver imágenes de mis amigos ser "dispersados" durante mi infancia. Al ver a aquel bastardo apuntarle un arma a Leyla.

Leyla... ¿quien era ella? al ver su rostro pasar ante mis ojos la recordé inmediatamente. La chica peliroja que había sido mi amiga hace años, y que era algo más que mi amiga ahora. ¿Ahora? No sabía siquiera si debía utilizar esa palabra. No podía describirla. Y si lo hacía, sería tan vago como la forma en que describiría el "aquí". Más rostros pasaban ante mí. Sabía quienes eran, pero no sabía qué conexión tenían con el ser que se me había presentado como Marshall Killah. Al menos no de principio. Todo lo que sabía lo deducía de las imágenes que se alternaban ante mí. En mis oídos sonaban distintas canciones que parecían salidas de distintas épocas y culturas. Imágenes de películas siendo vistas por la pantalla de una televisión o de un computador. Luego, paredes siendo escaladas a gran velocidad y piernas saltando edificios con gran destreza. Según parecía, todas cosas que eran parte del día a día de este sujeto a quien por algún motivo estaba estudiando. También apareció ante mí un sujeto con un bastón metálico, gabardina y cabello largo. Comenzó a atacarme sin razón, y yo instintivamente me defendí. Oí su nombre dicho por varias voces. Zephyr. Claro, un amigo de hace mucho tiempo y quien me había ayudado a aprender a valerme físicamente a un nivel mas o menos aceptable, para los casos en que no pudiese usar mi mente para prepararme con antelación, ni mis habilidades como parkour para escabullirme y huir. Luego vino el tablero de ajedrez. Al otro lado del tablero había un sujeto un poco moreno y que olía extraño. Sobrenatural. ¿Era el aroma de la sangre lo que podía percibir aún estando a varios metros de él? bueno, al parecer le conocía lo suficiente como para jugar una partida amistosa de mi juego favorito con él. Por algún motivo supuse que también era mi juego de mesa favorito. Quería jugarlo, y quería comer mentas.

Luego vi algo que reconocí inmediatamente, aunque había pasado muy poco tiempo con ellos. Sabía que era algo que representaba una oportundidad para mí. Para trascender y hacer algo más que estar como un perrito apartado de las manadas y el conflicto. Me veían con algo de respeto, pero según parecía, yo no era la más alta figura de respeto en la sala. Claro, ahí también estaba Dastián dando algunas órdenes. Algo debíamos hacer. Podía afirmar sin miedo a equivocarme que estábamos cumpliendo algún tipo de deber. Recordé, en medio de todos esos recuerdos, lo poco que había de verdad hecho en mi vida. Sí, poco a poco me daba cuenta de que era mí vida la que veía reflejada ante mis ojos aunque aún no entendía el como ni el porqué. Mucho menos el cuando. En esto pensaba cuando un fuerte y constante ruido envolvente. Junto a él hizo aparición una luz que parecía atraerme hacia ella, pero yo no lo sentía así. Era como si nos unieramos de alguna forma. Sin tener ojos me observaba y me decía que yo no pertenecía "aquí" sinó "allá". Accedí a sus sugerencias sin pensarlo mucho. Tampoco es que tuviera muchas opciones.
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Mensaje por Temperance Brunswick Miér Mar 06, 2013 1:35 pm

Había soñado con él muchas veces, desde que había despertado de su coma, era una imagen presente y constante que se presentaba en sus sueños, era un hombre, primero un chico, pero luego este iba creciendo, o eso creyó Temperance, porque era otro rostro, pero los mismos ojos. Aquel hombre parecía encerrado, y ella pasaba alrededor de él sin poder dar con el hombre, del que sabía sólo que no estaba muerto, pero tampoco parecía estar vivo, o por lo menos en el plano que estaban todos.

Había hablado con Pietyr sobre sus sueños, pero el vampiro no pudo darle mayores indicaciones, era algo que escapaba para su entendimiento o quizás no quiso reparar en eso, Temperance a veces tenía sueños que parecían premonitorios, y otros, eran sueños con fantasmas que intentaban darle mensajes, pero ella sabía que en esta ocasión, aquel hombre no era ni una premonición, ni era un fantasma... Debía buscalo, ¿pero era posible encontrar algo que estaba irremediablemente perdido?. Mojó sus labios aquella noche cuando el rostro del chico llegó a su memoria. Tan sólo tan perdido en sus pensamientos.

¿y si estaba en coma? era una posibilidad, ella lo estuvo, pero ella no estuvo así, era sólo su mente y no como con este licano. Sí veía la marca de la luna sobre él, a veces se manifestaba como un lobo, otro, como una bestia, y otras como el hombre que tal como un preso en una cárcel sin barrotes, perdía la conciencia del tiempo-espacio y de si mismo. Y decidió buscarlo, era necesario, meditó muchas noches, y era una de las razones por las que había salido de casa, y aquella noche lo haría a pesar de que Luca le había pedido que no lo hiciera...

La noche anterior había soñado de nuevo con aquel hombre, e intentó ella buscar donde estaba, logrando llevar su vista más allá de las sombras logrando distinguir una rasgadura en el plano y detrás de esta... la catedral de los ángeles!! por primera vez en meses lograba tener una pista de donde estaba aquel hombre. Corrió aquella noche, moviendose entre la sombras montada en su motocicleta, esperaba poder llegar a la catedral y que los ángeles no intentaran detenerla porque lo que haría era peligroso y más cuando quizás era una trampa.

Ante las grandes puertas de la santa catedral, el lugar seguramente más seguro de toda la cuidad, ella entraría, siendo golpeada por la brisa angelical que en esta cundía, pero no estaban ellos, afortudamente no lo estaban... Corrió hacia le altar en donde intentó encontrar la rasgadura en el plano, la umbra se había mostrado, y ella que sólo podía ver en auras, le costaba trabajo encontrar la pequeña hendidura..

- es una trampa... no sabes a que mundo puedes llegar y menos lo que traeras - le dijo Gabriel sentado en el altar, usando su figura.

- puede que no, pero necesito hacerlo... además, si es un demonio, podremos contenerlo¿no? ya despachamos a un jinete...- le dijo la chica con una ligera sonrisa en sus labios, a lo que fue respondido por un bufeo del ángel.

- estarás sola....- sentenció.

- no puedes dejarme sola, es parte del pacto...- le dijo la cazadora, pasando sus manos por el aire, como si tocara los haz de luz solar que se colaban por las ventanas quebradas de la catedral. - ya... lo tengo...- su mano quedó detenida en un haz de luz, y este en ese instante comenzó a hacer más y más grande, hasta llenar de luz todo el lugar... El sello que usaba para los demonios se abrió debajo de ella, a medida que la grieta en el manto se iba abriendo más y más... no podría controlar... pero ya estaba abierto y esperaba que la energía santa de la catedral le ayudara a mantener ese lugar bajo control...

- Cuanto... frio...- murmuró, pero no recibió respuesta, en es plano, no estaba Gabriel, y ella caminaba entre las nieblas de una insconciencia... era un portal, pero no al infierno, sino a un plano intermedio. Avanzó un poco más hasta cuando lo pudo encontrar...

- Ven...- murmuró la joven llamando al chico, y las nieblas seguían rodeando todo, debía apurarse, si se quedaba demasiado tiempo en ese lugar podría perderse también. miró hacia atrás le portal estaba abierto aún, pero se iría cerrando lentamente - Marshall...-no supo como aquel nombre salió de sus labios, solo salio, el conocimiento pertenecía a todos y estaba en todos y cuando se transcendía a los planos materiales, se comprendía que Platón tenía razón, existía un mundo de las ideas y ellos estaban en él...
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