Al ritmo de las notas Infernales -Privado Thyrum-

Fecha: 09 de Junio, 2014
Hora: 23: 14
Lugar: Calles de la Zona Cero

Aún no había pasado demasiado tiempo desde que por alguna casualidad, que realmente no lo era, cuando el destino trabajaba plantando su enmarañada tela todo sucedía por una buena razón… aquel demonio se había topado con ella, entrando en su níveo cuerpo… y ahora, sin pensar que algo así pudiese suceder, se estaba fusionando con aquel ser, volviéndose una sola mente y cuerpo con él, y como consecuencia, habilidades nuevas comenzaban a aparecer en la vampiresa… unos cuantos días habían pasado desde que esto se volvió realmente evidente para ella, cuando luego de que la hiciesen enfurecer refiriéndose a su creación, su hijo de las tinieblas Seth, de una forma inapropiada, casi le arrancase el cuello a uno de esos vampíricos miembros del consejo del clan, lo que había sucedido cuando ella le puso las manos sobre el cuello si bien la había sorprendido, ahora que había retomado su mente a su estado de paz habitual, se daba cuenta de que el fuego que logró emitir de sus manos era un arma, una habilidad que merecía la pena cultivar.

Y así había sido, desde esa noche, las noches siguientes se había dedicado a cultivar este nuevo arte que nacía en ella, para promulgar en controlar este fuego en su interior… y así había sido, poco a poco lograba canalizar su energía, y ya no fluía solamente cuando la ira se apoderaba de su cuerpo, no!, ahora era capaz de hacerlo fluir espontáneamente, es más, el control cada vez se volvía mucho más preciso, específico… esa noche había decidido llevar esa práctica al campo, saliendo sin que nadie pudiese seguirla, nadie, salvo Evangeline que mantenía aquella poderosa conexión mental con la vampiresa sería capaz de encontrarle, a menos claro, que fuese por una casualidad... ahora quienes probablemente podrían dar con ella serían demonios, o a saber que otra clase de ser, pues en la zona cero difícilmente se toparía con humanos, ya que estos ahí simplemente se convertían en presa de demonio…

Ésta vez la vampiresa caminaba en compañía de su violín, y su espada estaba simplemente colgada de su cintura… un bello vestido negro de corsé en la cintura, con correas que subían hasta su cuello, tapando el mismo, pero dejando sus hombros y parte de su espalda descubiertos, era solamente lo que cubría su cuerpo… el mismo le daba la movilidad suficiente por si algún imprevisto surgiese en aquel lugar, y las botas que llevaba debajo de su traje le permitían gran fluidez en sus movimientos, y un buen agarre en las superficies… aunque no era en ése instante el entregarse a una cacería o masacre, nunca se sabe los imprevistos que la noche puede traer consigo, mucho más con el estado actual del planeta, y el sitio donde ella se encontraba en ese instante…

Comenzó a andar lentamente, mezclándose con la neblina permanente de aquel territorio, sintiendo lo pesado del ambiente, y como algunos gases tóxicos salían al entorno, mezclándose con la neblina y el oxígeno, ese simplemente no era un sitio adecuado para que un humano pudiese tocar… las calles pavimentada experimentaban un deterioro demasiado prominente, al igual que los edificios, totalmente derruidos. La vampiresa comenzó a abrirse paso entre las calles ahora vacías, en dirección a lo que alguna vez había sido el gran parque central, donde la naturaleza y el ajetreo y contaminación de la gran ciudad convivían en completa armonía… más ahora la naturaleza de la que ella tanto disfrutaba había sido totalmente devastada…

Ahora la vampiresa había decidido comenzar a tocar una tonada, con su preciado violín… y así lo hizo, dejando las notas salir de aquel instrumento… a su vez, dejando fluir al ritmo de las notas musicales un poco del poder inflamable que ahora poseía, probándose a sí misma, logrando que el fuego se extendiese desde su mano hasta el arco sin dañar el mismo, mientras seguía tocando la música, que se volvía cada vez más tenebrosa, logrando notas y sonidos que normalmente no se alcanzarían jamás con un violín… al tiempo que casi parecía como si del mismo infierno una banda la acompañase de fondo a su música.

La vampiresa llevaba ya varios minutos tocando sin que nada ni nadie la importunase, hasta que una suave brisa sopló, extrañamente dulce en aquel ambiente plagado de olores toxicos… Azuka disfrutó de aquella brisa, sin detener la melodía, pues supo de inmediato al sentirla que algún ser era el dueño de tal esencia; concentrando sus sentidos en buscarla, pues era algo que había sentido antes, si, pero sutilmente, nunca de forma tan pronunciada… de alguna extraña manera se le hizo familiar, y quiso saber de quien se trataba… pocos instantes pasaron, hasta que la azul y aguda vista de aquella inmortal se detuvo en un hermoso joven de cabellos de plata, que por una leve fracción se recordó a su querida Evangeline… pero en un sentido totalmente contrario, pues lo que percibía de él debería de ser prácticamente el polo opuesto en una balanza, siendo su amiga el yang, y éste ser que divisaba entre las sombras el ying…

No pudo evitar en el mismo instante en que lograba verle, el pensar en la profecía que la Tiara de Helena le había brindado cuando había masacrado aquel dragón en ayuda de su “enemigo”, Piertyr Von Abel… los demonios caminando con cuerpos mortales, pero también un factor que nadie había tomado en consideración hasta el mismo instante en que la figura de femenina figura que les hablaba les había confesado tal hecho… ángeles que habían bajado a la tierra, tomando también apariencia de mortales para convivir con la humanidad, haciéndose pasar como cualquier humano más… humanos que vivían por siempre, sin lugar a dudas algo similar a la vieja mascarada que los de su propia estirpe habían mantenido durante tantos siglos… de hecho, recordó atisbos de algo como esto que había leído en la mente de uno de los miembros de la Talamasca… que seguían el rastro a una serie de criaturas que en apariencia eran humanos, pero que solían vivir por siempre, no obstante, a diferencia de vampiros o lycans, no tenían naturaleza hostil hacia la humanidad, y al no dejar un rastro sangriento, era mucho más difícil en saber de ellos… de hecho lo que la misma Talamasca conocía al respecto era realmente vago, pues nunca habían logrado obtener datos acertados sobre con quienes estaban tratando…

Pero ahora esto se hacía claro para aquella vampiresa de piel perlada y ojos de hielo… ángeles, que otra criatura si no?... un humano no podría estar en aquellos terrenos, no sin envenenarse con el aire toxico del lugar… y ella siendo un ser de las tinieblas, podría sentir a la perfección un¬ alma afín… y ésta, no era algo como lo que hubiese visto antes…. Con forme se acercaba a aquel bello joven, aún seguía tocando, y a cada paso podía ver mejor su aura y su esencia, algo que difícilmente tenía comparación, y cuando estuvo un poco más cerca aquella aura tan excepcional tomaba forma de alas tras su espalda… nunca antes había visto algo como eso, pero ciertamente, era probable que nunca antes esta clase de seres hubiese querido que ser alguno supiese de su presencia… es más, podría la mente analítica de la vampiresa llegar a la conclusión de que ahora con la venida de los demonios, no tenían razón alguna para esconder lo que eran realmente… motivo por el cuál, ahora mismo ella estaba siendo capaz de ver completamente con quien estaba tratando… o al menos es lo que ella pensaba…

Estando finalmente a unos diez metros de distancia detuvo la música, y el fuego que corría por el arco se tornó en un color algo azulado, hasta que hubo desaparecido por completo…

-Buenas lunas…

Dejó caer con suavidad en el ambiente, sin que se rompiese el encanto provocado por las notas musicales, siendo la voz de la vampiresa igual de melodiosa que los sonidos evocados por su violín…

La música se detuvo, lamento el ángel para si mismo pues estaba disfrutando de aquella melodía al tiempo que aquella hermosa voz resonó en todo sombrío y lúgubre aquel lugar , era una voz hermosa ,dulce definitivamente diseñada para encantar y atraer a cualquier ser incauto que la escuchase , el ángel ahora podía ver bien a aquella chica , hermosa de apariencia frágil pero por su aura el ángel podía ver que era simple apariencia, pues conocía mucho a los de su especie y ya había tenido algunas batallas en tiempos pasados así que era obvio que aquella criatura tendría el temple del acero y la frialdad del hielo mismo por lo que observó con cautela de arriba abajo a la mujer
.
------Buenas bella niña que la paz sea con tigo y la esperanza también ----------- respondió el Ángel mientras hacia una profunda reverencia
----------- tocas como los mismos Ángeles , es más bella inmortal creo que es la mas bella melodía que he escuchado en mucho tiempo , sin mencionar el poder que le impregnas a tus notas----------- comento el inmortal

La vampiresa sentía como aquel ser la recorría de pies a cabeza con la mirada… y ciertamente era una mirada que iba más allá de lo que podía llegar a verse a simple vista, por un instante sintió que atravesaba su alma… pero no, es probable que simplemente estuviese viendo su esencia, su naturaleza, al igual que ella misma había hecho con él; así que ahora estaban bajo las mismas condiciones… sabiendo ambos a qué clase de seres se estaban enfrentando realmente… bueno, al menos sabiendo la raza de cada uno, porque a pesar de la especie, nunca se puede saber realmente con qué clase de seres se trata… ya había visto mil veces vampiros asquerosamente sentimentalistas, quizá habían ángeles fríos como las estatuas con su forma que se encontraban normalmente adornando las bellas tumbas en los cementerios…

Aquella criatura la hablaba, y su voz era sumamente cálida, quizá tanto como con la que ella misma le había hablado hacía apenas unos instantes atrás, pero probablemente teniendo esta tras de si toda la bondad que su tono profesaba… no como en su propio caso que la voz era simplemente parte del mayor y mejor instrumento de cacería jamás creado; los vampiros son elementalmente perfectos para atraer a los demás seres hacia sí… y ella especialmente entre su raza era capaz de engatusar hasta a los de su misma especie; era parte de si, de su esencia, de lo que era… aun sin tratar de hacerlo a propósito, era algo que simplemente sucedía en ella…

El bello joven le hablaba de paz y esperanza, palabras totalmente hilarantes para ella… era como aquellas hermosas utopías en las que creía la humanidad, algo que simplemente no caía sobre ella, ser de maldad inconfundible, mensajera del dolor y la destrucción… aunque quizá podría adaptarlas para sí misma, pero su visión de paz seguramente no sería la que aquella criatura estaba pensando… y la esperanza, eso para ella sería simplemente el caos, estando ella como reina suprema en el trono eterno…. La vampiresa río suavemente en su interior ante todo esto, mientras que su rostro no evidenciaba absolutamente nada de lo que pasaba por su sagaz cabeza…

Ante la reverencia del ángel, ella misma le dedicó una pronunciada reverencia a él… era evidente que estaba tratando con un ser de educación y tradiciones ancestrales, algo que simplemente la encantó; era simplemente espléndido el tener frente a sí a alguien que conociese el correcto comportamiento y protocolos para actuar… escuchándole hablar nuevamente luego de haber reverenciado… aquel ser la elogiaba por su forma de tocar, algo que no se esperaba, aunque ciertamente no debía de sorprenderla, tomando en cuenta lo absorto que estaba él en las notas que ella regalaba al viento… a todos y a nadie!!...

-Agradezco las nobles palabras que me dedicas… y en cuanto a lo que has visto, no es nada que algo de práctica no logre…

Mintió, al menos en cuanto al fuego… eso no era algo que un vampiro consiguiese normalmente con solamente utilizar la práctica, al menos no uno de poco más de trescientos años como lo era ella… quizá un hijo de los milenios demasiado prodigioso llegaría a conseguirlo alguna vez… pero no, sus habilidades con el fuego provenían de otra fuente… una que de momento prefería mantener oculta del ser frente a sí, aunque mucho temía que realmente no podría hacerlo por mucho tiempo, pues desconocía el alcance de las habilidades de aquel ángel… algo que realmente no le agradaba mucho que digamos….

Los troncos viejos y derruidos, completamente secos de aquel sitio, algunos aún en pie, pero que habían tomado un color negruzco, su vida se había vuelto imposible bajo tantos contaminantes ambientales… otros tantos estaban tirados por el suelo, donde alguna vez hubieron grandes lagos congelados en la época invernal; donde la luna reflejaba su encanto, ahora no había más que cráteres completamente áridos y polvorientos. Una ráfaga gélida recorrió el sitio, levantando algunas hojas secas y negras del suelo, jugando con estos restos de naturaleza muerta, formando una especie de pequeño remolino alrededor de ellos dos… rompiéndose aquel encanto momentáneo cuando el ángel pronunciaba palabra nuevamente… al parecer dichas como un comentario para sí mismo un tanto espontaneo; o quizá totalmente controlado, pues las evocaba sin quitarle la mirada de encima a la vampiresa.

Azuka esbozó una tenue y casi imperceptible sonrisa de medio lado cuando el comentaba su segunda frase… sin lugar a dudas él estaba en la razón, aunque ciertamente de él podría decirse exactamente lo mismo… era un ser que guardaba mucho secretos, de eso no le cabía la menor duda a la vampiresa, quien no se imaginaba si quiera la cantidad de años que éste ser lleva rondando el universo; o como fue realmente su origen, porque si bien esta inmortal de cabellera azabache es sumamente letrada en asuntos demonológicos, y claro, en su contraparte, lo divino… de lo segundo el conocimiento era mucho más escaso, ya que se remitía prácticamente a leyendas e inferencias producidas tanto por los humanos y distintas razas de inmortales a través de los tiempos… pero no había nada demasiado amplio, nada demasiado conciso sobre tales temas.

Hubo tan sólo un ínfimo y breve momento de silencio, salvaguardado por las miradas de ambos seres que se encontraban, como tratando de descifrarse completamente el uno al otro, la vampiresa estuvo por hablar, pero el ángel hubo continuado mucho antes de que ella lo hiciese, exponiéndole que era ella modesta… y quizá lo era, aunque ciertamente los motivos de no revelar su naturaleza y sus alcances iban mucho más allá de simple modestia… oh no!, estrategia, precaución… inclusive un tenue alcance de oferta y demanda para él serían palabras mucho más acertadas para describir sus palabras, y sus acciones… pero para efectos de inocencia aparente, modestia sería lo utilizado… ahhh, juegos complejos y entretenidos!!!, siempre resultaban ser una gran maravilla!!...

-Es claro que podría decir exactamente yo lo mismo de usted…

Le dijo dando un par de pasos, para acercársele un poco más, y poder apreciar los detalles de su fino y perfecto rostro un poco mejor, deleitándose con el mismo… pues en pocas ocasiones se tenía la oportunidad de admirar a un ser de belleza tan desproporcional…

-Si bien no ha tocado alguna clase de instrumento, podría decir sin temor a equivocarme, que hay mucho más en usted de lo que salta a simple vista…

Le dijo con su voz aterciopelada, para acercarse a él aún más, quedando apenas a un metro de distancia, quizá menos como mucho, arqueándole una ceja con suma sutileza y elegancia mientras le seguía observando fijamente a los ojos.

Mientras se miraban, la vampiresa pudo vislumbrar un deje de ira en la mirada del ángel, misma que se apaciguó rápidamente regresando a su bella mirada de calidez sobrenatural… luego fue que Azuka le habló, luego de esto el ambiente cambió, notando la vampiresa como aquel hombre de belleza casi inalcanzable tomaba una postura erguida al tiempo que el sitio a su alrededor se aclaraba… cosa que ciertamente fue demasiado curiosa para ella, quien no perdía detalle alguno de lo que sucedía, observando claramente como la oscuridad era cambiada por un color grisáceo y como las hojas negruzcas se levantaban… el semblante de la vampiresa cambio de forma demasiado leve como para ser percibido cuando la hoja fue cambiada a aquel verde que hubo tenido cuando aún gozaba de vida, para luego ser congelada… ese nivel de magia era impresionante, pues sabía que no era ni si quiera la punta del iceberg de lo que aquel ser podría llegar a hacer… supo instintivamente que aquel pedazo de vegetación sería preservada así por siempre…

El ángel pasaba de lado de la vampiresa… ella le miró fijamente cruzar, y al sentir como utilizaba magia nuevamente, se viró casi por instinto para corroborar con su mirada de azul de hielo lo que sucedía tras de sí; percatándose Azuka entonces de cómo creaba un pedestal, donde era colocada aquella hoja… como una especie de símbolo quizá?... o quizá simplemente le rebelaba que lo que ella le decía era cierto, que ocultaba mucho más de lo que se podía ver a simple vista… más aún de lo que le estaba mostrando en ese instante… las razones por las que hacía aquello eran un misterio para la vampiresa, quien se limitaba a observarlo… hasta que él le dedicaba nuevamente unas palabras a aquella inmortal de piel marmórea y ojos de cristal.

Él le preguntaba por su nombre… eternidad, quizá podría aplicársele, pero no… después de todo los siglos de su existencia estaban apenas iniciando, en comparación a las de su creador; él si que había cambiado de nombres durante más ocasiones de las que probablemente ni el mismo recuerda… pero en el caso de Azuka, solamente había sido cambiado su nombre una vez, siendo dejado atrás aquel que poseía antes de que su padre la cambiase de una dhampir a una vampiresa completa, mucho antes de que el proceso de vampirización se diese en ella de forma natural con los años, como debía de haber sido en un inicio.

-Eternidad… percibo que ese nombre estaría mucho mejor aplicado en usted… por mi parte, los años solamente me han obligado a cambiar de nombre en ocasiones especiales, pero generalmente soy llamada Lady Azuka Von Doom…

Le dice la vampiresa observándole fijamente, con su mismo dulce y aterciopelado tono de voz, para luego dedicarle una reverencia…

-Es un placer… podría saber su nombre?...

Cuestiona con suavidad, volviendo a su postura erguida sin quitarle la mirada de encima por un solo instante… sintiendo que en ése momento estaban realmente solos, aunque temiendo que aquel despliegue de magia divina pudiese alertar a los demonios que rondaban los perímetros de aquel sitio…

Eternidad si era un nombre aplicable para él lo que le provocó una sonrisa que no intento disimular en lo absoluto mientras miraba a la chica ,pues si él era más viejo que la creación del universo , nacido mucho antes que la formación del mundo ,uno de los primeros nacidos

-un enorme placer Lady Azuka -- dijo el ángel inclinándose –

-mi nombre real seria impronunciable por cualquier lengua en este mundo pues es un lenguaje ya olvidado casi incluso en los cielos –agrego – pero puedes llamarme Thyrum si así lo deseas bella mujer –

--Sabes para ser una vampira eres algo diferente –observándola—creo que tienes un poder y un potencial increíble aun para lo de tu raza ,apostaría que tu nacimiento como ser inmortal se suscitó en algún evento especial o bien mientras fuste mortal las gracias que dios te otorgo eran innumerables –agrego el ángel —

--Y dime que haces por estos rumbos, llamando tanto la atención con esa bella música, cualquiera diría que quieres ser encontrada?

La vampiresa divisó la sonrisa que se escapaba de los finos labios del ángel, disfrutándola como un breve instante sólo para ella; realmente ver a un ángel sonreírte no es cosa de todos los días, y la energía que esto puede irradiar o representar para quien tenga la oportunidad única de ver algo así, es de inestimable valor… inclusive para alguien como Azuka, que agrosomodo puede ser vista como un ser de maldad demasiado amplia; y de hecho lo es, pero como todos los seres que caminan en la tierra normalmente, en el fondo, muy pero muy en el fondo también existe la posibilidad de alguna clase de bondad, aunque es probable que esta misma atienda a sus propósitos… viéndolo de una forma egoísta, si alguna clase de criatura llega a ser lo suficientemente importante para ella, si esta criatura le brinda cosas que nadie más, es probable que le tome aprecio, y busque protegerle; pero sigue siendo un principio egoísta, pues lo haría simplemente por lo que esta criatura le ha brindado; y podría seguir haciendo (oh sí, no admitiré que puede querer a alguien porque sí).

Observó entonces aquella preciosa criatura que tenía frente a sí inclinarse en una reverencia, mostrando el mismo respeto que ella le pregonaba con sus acciones; para luego de la misma darle una pequeña explicación sobre su nombre, y el cómo llamarle… aunque no fuese el nombre con el que fue bautizado en el firmamento, ciertamente era un nombre bello, y exótico; podría decirse que aplicaba demasiado bien a su portador… por un instante al escucharlo, una leve corriente eléctrica recorrió su cuerpo de mármol viviente, y quiso conocer el significado que este nombre tenía tras de sí; por qué había elegido ser llamado así por los hombres aquel precioso hombre de cabellera plateada… sintió de alguna forma dentro de su negra alma que ya conocía este nombre, a ésta criatura… pero no!, esto no tendría sentido alguno, o si?...

Antes de que ella pudiese decirle palabra alguna con respecto a aquel nombre y lo que había provocado en sí misma, el ángel pronunciaba palabra nuevamente, por lo que solamente le dio tiempo a dedicarle una medio sonrisa, que fue obsequiada al mismo tiempo que sus ojos eran cerrados y su cabeza hacía una inclinación realmente leve, como en símbolo de aceptación y respeto… escuchando atentamente lo que le decía, y si bien tenía razón en cuanto a que su nacimiento había sucedido ante un acontecimiento especial, inclusive entre los de su especie, los dhampir no son cosa de todos los días, ya que no todos los vampiros tienen la capacidad de procrear en una mortal, dejando su semilla… pero dios?, ella realmente dudaba que este ser al que los mortales demuestran su fe, la haya tocado en alguna forma… pues la oscuridad había estado ahí, desde su nacimiento, para recibirla y protegerla…

La vampiresa esbozó una medio sonrisa con algo de picardía en la misma ante las últimas palabras que el ángel la decía… respondiéndole a esto último…

-Quizá quería serlo… Thyrum…

Le dijo esto último, pasando su mano con suavidad por el rostro ajeno, sintiendo gran calidez proveniente de él, en un acto completamente invasivo del espacio ajeno… algo no muy propio en ella, pero por algún extraño motivo fue un impulso al que no pudo resistirse darle rienda suelta.

-Nací atada a la oscuridad al igual que tú has nacido atado a la luz… realmente dudo que dios alguno me haya tocado…

Le decía luego de haber alejado su mano nuevamente de él, sin quitar sus ojos azul de hielo de los ajenos…

La oscuridad aumentó. La niebla se extendía detrás de ellos serpenteando entre los arboles inertes ,pero algo raro pasaba el cielo estaba claro. Aparecieron las estrellas, la luna creciente remontaba en el oeste . el ángel estaba muy pensativo ,pues en aquella chica había algo que le era muy ,muy familiar en ella existía una esencia mesclada con la suya , el cerro los ojos ,fue cuando sintió aquel toque frío como el acero y de una igual dureza , abrió los ojos rápidamente ante aquella situación ,quedando sorprendido por la profundidad del color de los azules ojos de Azuka .

Las palabras de la chica le distrajeron un momento “Nací atada a la oscuridad al igual que tú has nacido atado a la luz… realmente dudo que dios alguno me haya tocado” que clase de ser podría pensar en ello todos nacemos con la oportunidad de decidir nuestro camino, solo nosotros decidimos si hacemos el mal o el bien fue cuando cayo en la conclusión de que ya había escuchado esas palabras .

--- claro --- dijo el ángel en voz alta dando un pequeño salto de euforia

Ese otro efluvio que se mesclaba con el de Azuka pertenecía aun inmortal un antiguo vampiro con el que Thyrum se había topado lo profundo de un bosque, la criatura se encontraba gravemente herido ,luego que estallara una revuelta humana en contra de los vampiros que señoreaban un pais al norte de Italia en se lamentable día en ambos bandos tanto humanos como inmortales hubo muchas bajas .

Los ojos del ángel se abrieron como platos. Sabría Azuka de esto , tendría alguna conexión con aquel antiguo , rápidamente Thyrum ideo un plan para darse cuenta de que tanto sabia aquella mujer…

--Sabes mi niña no eres el primer inmortal al que escucho tocar esa melodía----comento el chico observando la reacción de Azuka

A pesar de la oscuridad que los rodeaba, el cielo estaba totalmente despejado… tanto, hace tanto que no observaba un cielo así… las estrellas y la luna creciente; y la oscuridad más fuerte rodeándolos, pero sin tocarlos, hacía de todo aquello algo realmente especial… algo mágico… pero luego de que ella tocase el rostro del ángel, fue como si algo hubiese cambiado en la mirada de él, en su expresión… la vampiresa entendió que algo había venido a la mente del ángel… quizá un recuerdo, quizá una sensación simplemente… no obstante siguió hablándole, pero él parecía reaccionar aún más con lo que ella le había dicho, sorprendiéndose con el pequeño salto que daba… mirándole fijamente, muy atenta a sus acciones y expresiones.

La vampiresa ladeaba la cabeza levemente al observar la expresión del ángel, sus ojos que denotaban sorpresa demasiado evidente… ella no entendía que era lo que le sucedía, y ciertamente esto le causaba suma curiosidad; hasta que él le habló, diciéndole que ya había escuchado a alguien tocar la misma tonada que ella tocaba hacía instantes atrás… lo que ciertamente la sorprendió en demasía, alzando ambas cejas ante aquel comentario, pues esa melodía ella la había inventado, o al menos eso creía… notas que salían espontáneamente desde lo profundo de su ser.

-Eso es sorprendente, pues esa melodía ha nacido de mi… un reflejo de lo que hay en mi alma…

Le dijo con suavidad… mirándolo fijamente, dando un paso hacia él…

-Comprendo que éste mundo está plagado de misterios… es algo que he sabido desde el momento en que he nacido… no obstante me gustaría saber de quién has escuchado esto… y…

Hizo una leve pausa, bajando la mirada, para luego regresarla a los ojos azules de aquel ángel, tan azules como el firmamento diurno que hacía tantos siglos no observaba…

-¿Por qué siento que te conozco?...

La vampiresa posó su delicada mano sobre su pecho, observando al firmamento…

-¿Acaso es sólo tu naturaleza la que me hace sentir esto?... en mi interior… mi oscura alma te reconoce de alguna manera…

Decía aun observando el cielo estrellado, para regresar su mirada hasta el ángel, buscando sus ojos azulados, para que los suyos propios se encontrasen con los ajenos, mientras, en esa mirada que parecía calmar su bestia interior ella buscaba las respuestas a todos los cuestionamientos que llegaban a su mente desde el instante en que había visto a aquel precioso hombre de cabellera de plata.

A el ángel le sorprendió aquella reacción , el rostro de la chica ni siquiera se inmuto ,fría era la expresión de la mujer ,mil palabras podrían brotar de ellas, y sin embargo ninguna podría ser entendida por aquel que no tuviera la fuerza de voluntad y la sabiduría para hacerlo , en ella se observaba todo y nada al mismo tiempo.
El viento seso de una manera extraña como la pausa que precede la caída del martillo , el ángel se irguió firme y orgulloso como torre de marfil en medio de la oscuridad eterna , como un faro que llama a la protección del puerto en la peor tormenta , la oscuridad se agito alrededor de los dos como esperando dar una señal al Thyrum para que no contara nada.
--Fue hace mucho joven inmortal ,varios siglos para ser exacto ,antes que Dios desapareciera del trono de los cielos ,(guardo silencio por un momento) paso al norte de Italia , en aquel lugar por primera vez los humanos se enteraron de la existencia de los inmortales y exploto una revuelta por destruirlos , a la cabeza de tal hecho había un grupo de lycans que se hacían pasar por mortal pues como sabes para ellos es mucho mas fácil pasar por hombres mortales pero no esperaban que los vampiros lograran mantener protegida la fortaleza hasta el anochecer . fue caída la tarde cuando la verdadera guerra comenzó , fue terrible cientos y cientos de vidas se perdieron tanto mortales como inmortales , (lagrimas corren por las mejillas del ángel ) fue después de tal hecho que decidí ir al mundo mortal por unas horas quería ver a quien podía salvar , caminaba por un bosque cuando lo vi ahí estaba tendido recostado a un árbol , un señor vampiro ,un antiguo , que no se exalto al verme solo sonrió .
---sabes tuvimos una conversación muy larga esa noche , fue cuando me pidió mi violín y comenzó a tocar esa melodía que tu tocabas hace unos minutos

La vampiresa escuchaba con atención las palabras de aquel ángel… el escuchar esta historia de alguien quien la vivió de primera mano, era sumamente valioso para ella, quien ya había leído mucho sobre el tema; la primer batalla abierta contra los mortales… eran pocos los escritos al respecto, pero lo que le platicaba de que Dios había bajado de su trono para esas fechas no lo sabía… de hecho ella no tenía demasiado conocimiento del mundo divino, ahora un poco más, desde que se había topado con Seirim, quien le había contado al respecto; pero no tenía fechas exactas, tan sólo los vagos recuerdos de un demonio que de por sí había sacado de su mente todo lo referente al reino de los cielos, dejando solamente un gran resentimiento… oscuridad.

Y en un instante, lágrimas… fue una imagen algo fuerte, inclusive para ella; y si era cierto lo que él la estaba diciendo, todo lo que había sentido desde que lo vio cobraba sentido. Las lágrimas del ángel parecían demasiado puras, más que nada que hubiese visto antes; sin lugar a dudas a su querida Evan le encantaría tener un par de estas para someterla bajo distintas pruebas; y para ella misma, que conocía los distintos alcances de la magia, el tenerlas resultaría sumamente útil… pero lejos de esos pensamientos ambiciosos por lo que podría hacer con el tesoro que se derramaba ante sus ojos, por alguna razón no quería verle llorar… una parte de su ser se desgarraba con esto.

Cuando hubo terminado de hablar, ella se acercó nuevamente hasta él, dejando el violín en el suelo antes de hacerlo, sacando un delicado pañuelo de puntillas, mismo que pasó con suavidad por la mejilla de Thyrum, limpiando todas las lágrimas cálidas que estaban ahí corriendo, dejando el delicado rostro limpio… sabiendo ella que el ser ante sí poseía un alma tan pura como jamás había visto… y en ése instante le deseó… quería probarlo… quería tenerlo. Azuka se acercó hasta él, quedando sus cuerpos separados por un par de centímetros solamente, hablándole con suavidad al oído.

-Guarda tus lágrimas, que una parte de mí se desgarra al verte llorar…

Le dijo para luego apartarse del oído, para mirarle al rostro, pero sin moverse de donde estaba, clavando su mirada en el rostro ajeno… si bien era poco común que ella actuase de tal manera; con él por alguna extraña razón que no terminaba de comprender, no podía evitar ser de otra manera.

-Si lo que dices es cierto, la única explicación que encuentro para esto es que el alma de aquel ser que conociste alguna vez, sea la misma de la que ahora soy dueña…

Le decía guardando el pañuelo nuevamente entre sus prendas, subiendo ambas manos con suavidad hasta el rostro de Thyrum, posándolas sobre las mejillas ajenas como un impulso que no podía detener… disponiéndose a soltarlo luego, al darse cuenta de lo que estaba haciendo… ¿pero que le sucedía con éste ángel?... no lo podía entender!!

El ángel hablaba solamente para anunciar que seguiría con el relato, no obstante, ninguno de los dos se movió de esa distancia tan cercana en la que se encontraban, disfrutando ella del toque cálido demasiado cercano del cuerpo ajeno; podría ser quizá hasta tóxico para ella, por su naturaleza demoníaca, pero era algo a lo que no podía negarse, una parte de su ser simplemente lo deseaba… sus instintos eran demasiado fuertes, y ella generalmente se dejaba guiar por sus instintos, pues los mismos jamás le habían fallado… un instante de silencio invadió el lugar, mientras que pensamientos cruzados pasaban por la mente de la vampiresa; hasta que el mismo se vio interrumpido por la dulce voz de aquel precioso hombre que tenía a escasos centímetros de su cuerpo, pudiendo sentir su aliento cálido y embriagante en su rostro.

Él la contaba sobre lo que había sucedido con aquel vampiro del pasado… de su amistad, de sus cacerías; y ciertamente a ella le pareció demasiado interesante que aquel ángel tuviese amistad con un vampiro, y más aún que se dedicase a cazar licántropos; ciertamente tenía que haber una buena historia tras de eso, pues no era para nada normal el hecho de que un ser de naturaleza divina mate a seres terrenales; de hecho tendría mucha más lógica que matase vampiros, pues eran los de su estirpe los seres más similares a un demonio en la tierra… pero no era así, él odiaba a los lycans… curioso, demasiado curioso ciertamente.

En medio de su relato le brindó una sonrisa, para proseguir con la misma, contándole ahora de demonios… así que ellos habían sido los responsables de que ellos dos se separaran en aquel tiempo; pero era algo realmente curioso lo que le mencionaba de que lo que sucedió en aquella oportunidad no se había visto desde la guerra de los caídos; hacía demasiado tiempo atrás, inclusive antes de que los mortales desarrollasen lenguaje… la vampiresa se preguntaba el porqué, la razón por la cual algo como eso se dio a cabo, porqué ciertamente algo así no pasaba bajo circunstancias normales; algo especial tenía que haber sucedido… y eso le causaba demasiada curiosidad a la líder cainita.

Al parecer aquel vampiro del que le hablaba el angel había perecido aquella noche, o a saber qué final había sido realmente el que llegó a él… pero de alguna forma, ella estaba vinculada con todo eso, lo sabía… ahora lo sabía muy bien; y ciertamente aquello que le decía la resultaba casi nostálgico, así que… bueno; tenía que entender las razones de porque esto la sucedía, y el porqué deseaba tanto a aquella criatura que tenía tan cercana… todo esto pasaba en la mente de la vampiresa cuando Thyrum le hizo aquella pregunta, pero antes aún de que pudiese contestarle, estaba siendo abrazada con mucha fuerza por él… esto la sorprendió, pero lejos de desagradarle, tuvo el efecto contrario, por lo que al principio se quedó quieta, finalmente subiendo sus brazos muy despacio hasta la espalda de ese precioso hombre, abrazandole también… disponiéndose a responderle… aunque en ese mismo momento sus ojos se habían encendido rojo como el fuego de los infiernos.

-El porqué la compartimos no lo tengo muy seguro… pero mi historia quizá tenga algo que ver… yo, a diferencia de la gran mayoría de seres de mi estirpe, nací ya con sangre vampírica corriendo por mis venas… verás, en mis inicios fui lo que conocen como un damphir, y antes de que por naturaleza me transformase en vampiresa, mi padre vampírico adelantó el proceso…

Le hablaba muy calmada al oído, sin apartarse de ese abrazo que él le regalaba… deseándolo más y más a cada instante, pretendiendo ella que él no se percatase de eso…