Trompetas del Apocalipsis

Si era de esperarse los humanos nunca miden las consecuencias de sus acciones y la verdad quizás eso es lo único que aun me agradaba de ellos, su capacidad de aun en los peores momentos continuar animados. La primavera había llegado y querían tener su fiesta de primavera, era una época que en mis memorias traía buenos recuerdos de mi niñez, sentir aromas nuevos, todo de muchos colores, el único problema es que en la noche nada de eso se ve bien. Era una de mis épocas favoritas, mucho mas aun con Vehuel a mi lado, pues ella siempre corría en medio del jardín sea de día o de noche, era incansable. Eleonor también se veía bien en primavera, era la época en que para animar la casa ponía mas flores en ella, dándole un poco de color a lo sombría que puede ser una vida inmortal.

No era una de las mejores situaciones, Temperance desaparecida, eso si era un problema, pero como alguien dice, al mal tiempo buena cara, los humanos como niños pequeños en la calle disfrutando de la primavera. Takashi se sentía casi en casa con los cerezos en flor, pero aun así él también se mostraba preocupado con todo lo que había sucedido en estos tiempos, lo envié a coordinar acciones con los militares y a llamar a parte de la guardia privada de los Stinfale, todos apostados en puntos estratégicos de la ciudad, incluso en el subsuelo, a momentos el lugar era vigilado helicópteros y también por vigías en los edificios mas altos. La seguridad era extrema, todo cuidado al detalle, si algo salía mal estaría preparado, no dejaría que sucediera una catástrofe tan grande como la del Winter Festival. Pietyr estaría había también hecho su parte y era como la línea de defensa, tras la defensa ya instaurada por la guardia de la ciudad y por mis hombres ocultos junto con ellos en lugares estratégicos, sabia bien que a él le preocupaba tanto como a mi la desaparición de Temperance dado que él estaba tan encargado de cuidar la búsqueda de ella yo me permití ocuparme de otros menesteres. Con todo ya coordinado para el evento, solo me quedaba ser espectador, disfrutar un poco del paisaje mientras la noche transcurría.

Eleonor y Vehuel habían pasado casi todo el día en Central Park, habían aprovechado para sacar a las mascotas de Vehuel de paseo, por lo menos las diurnas, pero a pesar de tanta actividad, ella no estaba conforme, nos había pedido a mí y a Takashi acompañarla junto con Eleonor y su mascota. Parecíamos una familia normal, Eleonor la madre joven, Takashi podría bien pasar como un padre joven, sus hijos Vehuel y yo, claro esta y las mascotas, ese cuadro de familia perfecta era a momentos una cuartada perfecta para Takashi y para mí. Nos divertíamos mirando la caída de los cerezos, por lo menos eso era lo interesante disfrutar de la noche con la familia. Vehuel quizás era la única tan ajena a las preocupaciones, porque a Eleonor, Takashi y a mi nos preocupaba lo mismo, la ciudad y lo que en ella sucedía en los últimos tiempos, por esos siempre permanecíamos alerta.

Me parecía tan lindo mirar tantos cerezos caer, sonreía de emociones al sentir los pétalos caer en el piso y sobre mi. No podía dejar pasar ese momento, recordaba que en nuestra antigua casa tantas veces habíamos asistido a eventos similares en primavera, pero ahí usábamos la vestimenta típica japonesa, eso era lo que me parecía un poco extraño, aquí podía bien usar ropas occidentales y jugar con Coory, Belial, Gotita y Vivaldi. En el día había jugado toda la tarde en el lugar y al caer el sol todos nos sentamos junto con Eleonor a mirar el atardecer entre los cerezos.

Eleonor crees que podamos venir con Zadsaquiel-chan y Taksahi en la noche

Podríamos preguntarle Vehuel

Al llegar a casa unos pocos minutos después no puede evitar mostrar tanta emoción al llegar a casa, le insistí mucho a mi oni-chan para ir al festival, él no quería llevarme, era muy peligroso, eso era lo que decía. Sabia que si después de tanto, él había estado muy ocupado organizando la seguridad del lugar y preparándose para que todo salga bien en el festival, pero yo deseaba tanto poder ir con el y Takashi. No me rendí hasta lograr convencerlos de irnos en la noche a mirar los cerezos caer, sabia que el disfrutaría de ese espectáculo, tanto como todos, hace tanto que no hacíamos algo así.

Cuando todos empezaron a alistarse para ir al festival, aunque Takashi y Zadsaquiel estaban algo molestos, pero solo al inicio, Eleonor era mucho mas fácil de convencer, supongo que ella entendía que mi deseaba compartir ese momento con todos. Mi quería llevar a todas las macotas igual que en la mañana, pero Zadsaquiel fue categórico en decir que no los llevara, lo convencí de llevar a Amelia, pues ella no había salido en la mañana. Así entonces todos estábamos en el Central Park habíamos llegado caminando por las calles de la ciudad con Amelia metida en una pequeña jaula, pero al llegar todo lucia tan hermoso, había suficiente iluminación para ver el lugar y solté a Amelia para que volara y disfrutara del paisaje.

Amelia volaba entre los cerezos, desplegando sus hermosas alas, yo corría entre los cerezos de un lugar a otro mirando las flores caer. Mi oni-chan a ratos no podía evitar correr detrás de mi porque me alejaba demasiado, mientras Eleonor y Takashi nos miraban a distancia.

El gran festival de los cerezos se aproximaba, como era usual año tras año en Nueva York, y era una realidad que los aires estaban sumamente tensos, por lo que un ataque al mismo sería sumamente predecible… y esto, no era algo que caracterizase a los suyos; cuando daban un golpe, el factor sorpresa generalmente estaba inmiscuido como punto estratégico… además claro que las caras del caído cuando era tomado por sorpresa, ahhh, era simplemente inigualable; más tomando en consideración que ante la impresión que solían llevarse, todos reaccionaban siempre de formas distintas… lo más común, claro, era el pánico y el horror, no obstante, los que tomaban determinación para hacerle frente a las contingencias, esos… solían aparecer ocasionalmente. En la agenda cainita no estaba el atacar en ese festival, aunque claro, los miembros del clan eran libres de “divertirse a su forma” ahí, si era lo que deseaban… por el momento las prioridades estaban centradas en otros asuntos.

Desde hacía cinco días atrás, coincidiendo maravillosamente con los planes del clan y sin que tuviese que decírselo si quiera, Demian Malkavian, su viejo amigo, había llegado hasta ella con nada más y nada menos que Temperance, la muy cotizada y reconocida espiritista al servicio del príncipe, quien, la tenía bajo su poder desde que era niña… ahora, teniéndola cautiva, pero muy bien cuidada, poco a poco sería capaz de convencerla, para que por su propia voluntad colaborase, y lograr así poder ver la profecía cumplida… y si, estaba muy en claro que era una faena ardua de conseguir, pero, el hecho de que la que fuese quizá, el ultimo lazo de consanguineidad de Temperance, estuviese bajo su cuidado, quizá desde la misma época en que ella había sido tomada por los Brotherhood, era un punto a favor; Lilith, su pequeña y hermosa vasalla era prima hermana de su no voluntaria huésped… si la sangre podía llamarla para evitar que su ultimo familiar con vida terminase al igual que su madre, existía la posibilidad de lograrla hacer cooperar.

Esa noche la vampiresa se encontraba lejos de su mansión en Richmont, encargándose de algunos asuntos en la antesala del clan, en un edificio bastante lejos de ahí; no obstante, su pequeño tesoro estaba muy bien custodiado, brindándosele todos los cuidados que necesitase. Iban a dar las veinte horas cuando regresó a la mansión, la desagradable sorpresa ésta vez fue para ella, pues, al entrar en la recamara en la que Temperance se encontraba, el encontrarla vacía no fue alentador, máxime porque el olor de la sangre de la joven estaba impregnado con fuerza, junto con una esencia demasiado conocida para ella… Russell había estado ahí, y eso no podría ser bueno.

Para aquel vampiro milenario, el burlar las seguridades de cualquier tipo de instalación, o a los vampiros que estaban haciendo guardia, no impondría el más mínimo inconveniente… ya lo había demostrado en reiteradas ocasiones, y ahora… lo había hecho para tomar a la joven espiritista como suya… la discusión que habrían tenido un par de días atrás le daba las razones para saber el porqué de sus acciones… él le recalcaba, que teniendo a la hija de Mathilde bajo su poder, el hacer la profecía una realidad no debía de postergarse, no obstante, Azuka le explicaba que por tomar acciones apresuradamente en el pasado, se había fracasado estrepitosamente, exponiéndole que al utilizarse más de una espiritista en el proceso, éstas sobrevivirían, y así el poder controlar lo que saliese del Nexus demoníaco sería una realidad… pero lamentablemente Russell no parecía entender razones, saliendo de ahí evidentemente enfurecido… la vampiresa estaba segura de que no dejaría eso por la paz; y ahora, el toparse con que se la había llevado solamente lo confirmaba.

De inmediato hizo llamar a un gran número de sus subordinados por distintos medios, algunos siendo localizados a esos aparatejos que utilizaban en la época actual, con múltiples llamadas por parte de los sirvientes en casa, quienes daban los mensajes a gran velocidad… otros fueron buscados personalmente, debían de recuperar a Temperance a como diese lugar; el captor, era probablemente el vampiro más poderoso que estuviese despierto, andando por la faz de la tierra, por lo que no sería algo sencillo de conseguir…. Los caínitas más destacados fueron avisados de ello, y ésta, sería la oportunidad para que su reciente creación viese el mundo vampírico tal cuál era… estaba dispuesta a dejar a Eurídice salir, y experimentar el poder que, quizá sin notarlo, había ido creciendo en esos meses de encierro… en donde la había guiado para que aprendiese a controlar su sed; no obstante le advertiría de no acercarse a Russell, pues, no deseaba perderla.

Todos los vampiros que habían estado en la fiesta fueron avisados… aunque, a Demian le llamó personalmente, solamente para decirle que su pequeña presa había sido tomada por Russell sorpresivamente… no le ordenaría nada… colgó para llamar a la mansión donde se encontraba Eurídice… topándose con que la joven había salido de la misma sin avisar de ello a nadie… vaya niña más problemática, con lo que sucedía esa noche, correría peligro sin que su madre de la oscuridad anduviese a su lado… pero bueno, pronto entendería que este tipo de actos de insubordinación traerían consecuencias siempre.

Ahora Azuka tomaba su espada y llenaba sus prendas de cómoda movilidad con distintas armas, asegurandose de llevar consigo una máscara, y utilizar las hiervas necesarias para cambiar su aroma, lista para lo que pudiese ofrecerse… sabía que todo esto resultaría demasiado peligroso para los humanos a la larga; por lo que antes de salir llamó a Lilith, para decirle que no se acercase al festival, sería sumamente peligroso para ella… y de igual forma a la pequeña espiritista que había conocido por casualidad, Violette, avisó del peligro que podría correr… aunque, tomando en consideración que los mismos espíritus que rodeaban a Temperance, podrían hacerlo con ellas, es probable que ya sospechasen que algo no iba bien aquella noche… lamentablemente no pudo dar con Lilith; uno de sus vasallos se acercó para decirle que ella había estado ahí un par de horas antes de que ella llegase a la mansión, por lo que le reprendió golpeándole con bastante fuerza, tenía que haberle dicho esto mucho antes… ahora Lilith corría un grave peligro, debería de encontrarla lo antes posible.