Winter Festival

La música continuo, había desde cantantes reconocidos hasta una orquesta que tocaba demasiado bien, el espectáculo con los bailarines rusos me hizo recordar mi patria, y algunos eventos borrosos de mi pasado. Hubo buenas cosas, pero quedaron reducidas a cenizas junto con mi casa y mis hermanos, humanos que no comprendían sus limitaciones, que querían gobernar sobre los demás aunque fueran más débiles, más indefensos, más quebradles, o más manipulables. Ellos vivían por consideración de la especie superior. Camine escuchando y esperando el momento en que actuaria, estaba segura que había más vampiros de mi clan en espera de una señal que nos dijera desátense como es debido, enséñenles a estos animales su lugar y sobre todo acaban con cuantas ovejas descarriadas puedan.

La gran pantalla había mostrado de todo un poco a lo largo de la noche, desde modelos, artistas, empresarios y a los líderes de las facciones, ahora conocía el rostro del príncipe de los Brotherhoods, también había llegado Azuka, una mujer por demás temer, como los lobos, esos chuchos no estaba segura de si eran amigos o enemigos.
Supongo que eventualmente lo descubriré. Pero en estos momentos el mensaje o la nota que se estaba dando eran sorprendentes, desde que este tipo arranco la columna de ese presentador me llamo la atención, el mensaje era conciso y claro. No necesitábamos igualdad porque no éramos iguales, no había más que verlo para hacer efectiva la idea. Fueron los tres minutos y pico más entretenidos de mi vida, y a nivel nacional que era de lo mejor.

Mientras hablaba me sentí poderosa y los sentimientos de que nosotros no éramos los equivocados me hacían sonreír a lo grande, evite carcajearme para no imponer mi presencia o interrumpir al vampiros aquel, tres mil años eran por demás demasiados, me pregunte como era posible algo así y cómo demonios escapo del exterminio que se dio hace unos siglos, yo no estuve presente pero sé que paso, había muchas historias y aun más rumores de como los vampiros más viejos habían perecido en ese momento, pero al parecer podíamos empezar a cuestionarlas si salía del mismísimo infierno un personaje como este, que además de todo es carismático con un sentido oportuno algo desarrollado.

Después de singular nota el ambiente era pesado, por parte de los vampiros como de los lobos, quiero suponer, había dos grandes reacciones, la hermandad escupía incredulidad, no podían creer que su preciado festival terminara de esta manera, error recién empezaba, y ahora era mucho más fácil identificar quienes eran traidores y defenderían al ganado. Por el lado de los Cainistas había un sentido de euforia sabíamos que este golpe había sido maestro y los mortales, oh ellos eran una gama de sensaciones, desde el terror, la impotencia, la rabia, el sentimiento que se oponía a lo que habían disfrutado de esta noche, durante estos pocos segundo el lugar parecía una casa desolada donde nadie se atreve a entrar, un lugar en donde la esperanza se ha ido al demonio, tal vez así se sentía al entrar al inframundo ¿que no había un mensaje que decía “antes de entrar abandona cualquier tipo de esperanza”?

Nada podría ser mejor, pronto el caos se desataría y la cena estaría servida con estas bolsas de sangre, lo que me alegraba la noche era que el blanco en contraste con el rojo sangre harían de las calles un lindo lugar al que me gustaría visitar. Pero el detonante vino segundos después, un grito que helaría las llamas del inframundo, sonó fuerte y claro en este silencio abrumador, ¿quién era la persona que gritaba? y ¿Por qué? Eran las preguntas que se formaban en las mentes de los homos sapiens y la respuesta lo desato todo, de una calle salía una mujer cargando a un mocoso desangrado, valla, valla habían encontrado mi presente. El niño había sido una presa tan fácil de engañar, estando en el lugar equivocado, que no sabía que no debía alejarse de su madre y la madre debería cuidar mejor a sus vástagos.

De ahí en adelante todo fue un espectáculo que estaba segura Hades disfrutaría, los humanos ante la vista que ofrecía la mujer dejaron que el pánico los tomara desprevenidos, corrían por todos lados, corrían para intentar encontrar refugio, gritaban por clemencia y muchos pedían la protección del príncipe, ponían demasiada fe en un vampiro gran error. Con la primera garganta cercenada, me dije que podía disfrutar de este bufete, rasgue mi vestido. Bajo de él, venían armas que me ayudarían a separar cabezas de los cuerpos de la odiosa hermandad, sabía a ciencia cierta que habría bajas pero esta noche no caería yo. A los humanos que encontré en mi camino simplemente los devoraría.

El pandemónium era de lo mejor, los niños lloraban y gritaban por sus padres, pobres criaturas, en su próxima vida pidan nacer en la especie que domina la cadena alimenticia, me había cruzado con un lobo gracias a la daga de plata ahora su corazón estaba tirado en alguna alcantarilla de NY. No habría piedad para nadie. Lo más raro sucedió minutos después de la gran apertura, por todos lados había bersekers aquellas criaturas de las que solo había escuchado, vampiros sedientos que no sabían razonar y atacaban por igual, no importaba si antes habían sido amigos, ellos no discriminaban, era cosa del líder de los Hijos de Caín o alguien mas estaba disputándose los hilos para ser el titiritero de este especial espectáculo. No tuve opción, entre mis bocados, decapitaciones y estocadas tuve que darme tiempo para esquivar y deshacerme de estas criaturas.

El tiempo previo a que la sorpresa que traíamos planeada fuese puesta en marcha, fue para constatar las posiciones adecuadas, además de estar al tanto de los lugares del enemigo, el príncipe era una de las presas a las que se quería llegar en esa noche, y aunque bien tenía un gran séquito para protegerlo, no vería librada esa noche fácilmente, más tomando en consideración que los vampiros que lo protegían eran bastante jóvenes, no serían rival para el depredador que había sido preparado con tanto “afecto” desde hace poco más de dos meses atrás.

Desde su despertar, aquella noche teñida de rojo (no tanto como la presente claro), cuando algunos caínitas la habían despertado del sueño en el que se encontraba, había comenzado la exhaustiva búsqueda del ser aquel que le había brindado el don oscuro siglos atrás… penosamente tal pesquisa había resultado en fracaso, pero no rotundo, porque en su cacería del “tesoro”, había topado con uno por demás valioso… un viejo conocido, hacía unos seis meses atrás le había encontrado, y con el mismo ritual base que habían aplicado para despertarla, le habían traído de regreso.

Lord Russell Edginton se había alimentado esa noche no solamente con la sangre de las presas que estaban presentes para su bienvenida de regreso, si no que había vaciado por completo a dos vampiros que hacían parte del ritual, deteniéndose al reconocer el rostro de Azuka, quien satisfecha le observaba, sin intención alguna de detenerlo mientras saciaba su apetito voraz… finalmente se acercó hasta ella, mostrándole su complacencia por haber sido ella el bello rostro con quien topase luego de su descanso, quien lo trajese de vuelta…

Pronto la vampiresa le hubo ubicado de una cómoda mansión, le platico de la situación actual, lo cual le pareció simplemente repulsivo, cosa que no era de extrañar, ya que para los antiguos una convivencia pacífica de igualdad falsa con los mortales resultaba algo ciertamente abominable… Él estaba por demás de acuerdo con los planes de los cainitas, uniéndose a ellos sin demasiado preámbulo, convirtiéndose en un poderoso aliado y consejero.

Al tiempo que eran planeados los atentados de avión, también lo era el plan base para un atentado mayor, para la mente calculadora de los miembros del consejo y la propia, no fue difícil vislumbrar que luego de estos ataques, la hermandad optaría por una forma ostentosa de calmar los ímpetus ajenos, y sería en ese momento, que actuarían… la noche había llegado, y planes de meses anteriores serían aplicados esa noche… dependiendo del resultado de esa sombría velada, se aplicarían las nuevas estrategias que claro, llevaban una buena puesta en marcha, pero… no era momento de que muchos se enterasen.

Los objetivos habían sido fijados, hacía aproximadamente tres meses se habían capturado a tres licántropos miembros de clanes enemigos, los mismos fueron torturados para sacarles información, y posterior a esto, fueron aniquilados dos de ellos, dejando vivo solamente al más joven, el que menos control de su mente tenía al transformarse en su forma bestial, escasos quince días luego cinco objetivos previamente buscados… eran ideales, mortales con ímpetus malévolos, seguirían los ideales del clan sin intención de rebeldía, con sumo gusto.

Éstos cinco jóvenes fueron transformados, cuatro de ellos por miembros del clan, pero como un regalo especial, uno de ellos, el más listo, fue transformado por su viejo amigo, hijo de los milenios, Lord Russell le dio la inmortalidad, y éste joven, sería sumamente más poderoso que los demás transformados esa noche, no obstante, fueron los cinco puestos bajo la merced de aquel licántropo, Andrew era su nombre, quien les mordió para luego ser decapitado por la misma Azuka… cosa que no sería de demasiada importancia en ese momento, ya que esos cinco vampiros comenzaron una metamorfosis, que hasta luego de su segunda luna sería relevante…

Luego de que la encima liberada por Andrew penetrara en su sistema, que recién asimilaba la inmortalidad, se vieron sumamente debilitados… era una escena interesante por demás, y era la primera vez que la vampiresa la observaba, ya que en el pasado, un vampiro infectado era simplemente aniquilado, ya que esos seres eran considerados menos que escoria, no obstante, se les trataría como un arma de sumo potencial y poder… los cinco berseker se debilitaron, al nivel de un humano, por lo que manejarlos no fue en absoluto un problema, por el contrario, colaboraban, ya que se les era constantemente alimentados, saciando el hambre tan voraz que se apoderaba de sus seres.

Durante el primer mes anterior a la luna llena, luego de calmarles con unos siete humanos para cada uno por noche, un par de gotas de los vampiros que tendrían como misión guiarles les eran otorgadas, esto, lentamente, crearía un nexo vampiro-berseker, que permitiría al vampiro encargado, si bien no controlarlo, darle una leve guía de las presas que debía de atacar como objetivo principal, esto previendo lo que sucedería cuando la segunda luna llena cayese sobre ellos… ya que el hecho de que no reconociesen ni aliados ni enemigos resultaba un tanto inconveniente para los planes.

El conseguir el control de los medios televisivos, y lograr a su vez conectar el noticiero con las pantallas gigantescas que estaban en vista de todos fue cosa sencilla, algunos miembros del clan se hicieron cargo de esto, acompañando unos cuantos a Lord Russell Edginton hasta la estación televisiva, donde el dulce mensaje fue ejecutado y conectado en vivo, dando lugar a esas sabias palabras posteriores a la entretenida escena… sabía que no le decepcionaría con sus acciones y palabras… que causaron exactamente la reacción deseada… caos, pánico, desesperación, ah sí, y el odio inminente de los brotherhood… ilusos traidores si pensaban que les permitirían realizar ese banal acto de falsa hermandad con los mortales sin más.

Éste acto, sería posteriormente muy bien aprovechado, ya que para oídos de las masas, el vampiro que observaron esa noche, sería conocido como el líder de los hijos de Caín, ventajoso para ella, ya que mantendría su anonimato, y además el que lo capturasen sería una faena realmente difícil de conseguir, ya que un vampiro de 3000 años o más no sería alguien que lograsen atrapar a la primera, segunda o tercera (si me comprenden). Golpe de suerte, del destino confabulante… recordó fugazmente aquella noche que su padre le habría presentado a ese inmortal… tanto tiempo atrás, jamás pensó que siglos más tarde se aliarían para un bien mayor, buscando la gloria inherente para su estirpe.

Ahora bien, el mensaje había sido transmitido… y esa, era la señal acordada, había quedado claro para los suyos que era el momento de actuar, la sangre debía de correr como ríos carmesí… desde los cuatros puntos cardinales, y otro desde debajo de de las alcantarillas justo en el centro de aquel festival, muy cercanos a donde se encontraba el príncipe, estaban ubicados los cinco berseker, junto con unos seis vampiros cada uno, que les mantenían ocultos y encadenados desde antes de que la luna llena comenzase a brillar, y desencadenase su primer transformación.

El momento había llegado, y las mentes de aquellos seres perdían todo rastro de cordura, las cadenas no durarían mucho, solamente lo suficiente para que hiciesen su aparición luego de que la señal fuese dada… una vez que el mensaje fue dado, los berseker fueron soltados entre la multitud, siendo sutilmente guiados por los vampiros encargados, gracias al procedimiento al que se habían visto sometidos desde meses atrás… no obstante esto no era cosa sencilla, a su paso para llegar a los objetivos fijados aquellas enormes bestias de unos 2,50 metros de alto, cuya fuerza y velocidad era tres veces superior a la de cualquier licántropo o vampiro; eliminaban cuanta criatura se metiese en su paso, marcando su camino con bello escarlata, que lucía espléndido sobre el blanco que hasta ese momento predominaba en el lugar.

El berseker que se encontraba en el centro de aquel lugar, bajo la alcantarilla, muy cerca de donde el príncipe se encontraba, era el más poderoso de todos, el que fue creado con la base de sangre de 3000 años, cuyo obvio objetivo sería nada más y nada menos que el señor Everett Goodweather, y aunque claro, su séquito le protegería, no les sería nada sencillo hacerle frente, ya que no estaba sólo, varios cainitas se harían cargo de abrirle paso, para que llegase sin mayores dificultades hasta él, esperando que la rata cobarde no huyese despavorido.

El punto inesperado para sus planes, fue que al parecer los licántropos, cuyo aroma reconoció entre los que se encargaron de abrir el camión que estrepitosamente se abalanzó hasta la celebración, habían tenido la misma idea que ellos, de amargarles la fiestecita… dejando escapar en el lugar seis berseker más… sobre los que no tenía el más mínimo control, lo que claro, representaba un peligro para los suyos… telepáticamente soltó un mensaje que llegaría solamente a la mente de todos y cada uno de sus aliados vampíricos en el lugar, avisándoles que mantuviesen su guardia muy en alto, ya que esos seis berseker no eran parte del plan, y no estaba bajo su dominio el controlarles.

La vampiresa rasgó la parte inferior de su vestido, quedándose a la vista con un corsé blanco con adornos azules, el pantalón de cuero negro y las botas blancas… desenvainó su espada, y aprovechó el caos para eliminar algunos miembros de la hermandad que se encontraban tratando de atacar a uno de los berseker suyos que se acercaba desde el punto cardinal más cercano a donde ella se encontraba, no tenía demasiado interés en masacrar humanos, si con éste caos lograba reducir el número de enemigos inmortales, sería una ventaja doble… se abrió paso y eliminó a un licántropo que dirigía su ataque contra uno de los suyos…

-Disfruta la fiesta…

Le dijo a ese peli castaño con una macabra sonrisa, al que dejó luego para seguir con su cometido… pudo reconocer a algunos seres… observó en la distancia inclusive a Odisea, aquella joven mortal, pensó por un instante que su destino de perecer en cada una de sus vidas repercutiría una vez más esa noche… pero no, parecía ser que sería salvada de ese fatídico final.

Los cuatro berseker de los puntos cardinales se saciaban y masacraban sin piedad, uniéndose a los otros seis que habían sido soltados por los licántropos, humanos en su mayoría, vampiros y algunos licanos estaban siendo masacrados en aquel sitio… ella guió su mirada hasta el berseker destinado a llegar hasta el príncipe, la mayoría de sus guardas habían sido eliminados… alzó su espada en dirección hacia donde se encontraban, sacudiéndola, dejando varias gotas de sangre mezclada salpicar, al tiempo que la luna llena brillaba sobre su filo… sonrió tétrica observando su obra…

-Ahora bien… es tiempo de disfrutar de éste magnífico festival… los gritos serán la más gloriosa música para guiar la danza sangrienta que interpretaremos…

Dijo suavemente para sí misma, mientras se abalanzaba, masacrando sin piedad el ganado, a los enemigos y a los traidores de la estirpe… manchando su blanco corsé con rojo, al igual que la blanca piel de su marmóreo rostro… sin perder un solo detalle de lo que sucedía a su alrededor, evitando ágilmente a los berseker traídos por los licántropos; ya que no era su intención el eliminarles, pues, servían para sus propósitos….

Observó cómo algunos mortales trataban de hacerles frente, la policía había armado una barricada, tratando de detenerles… cosa inútil claro… se percató también de algunos otros inmortales, parte del enemigo al parecer, incorporarse a la batalla, todos tratando de eliminar a los berseker… les sería sumamente dificultoso llegar a eliminarlos a todos… once berseker que teñían la blanca paz de roja gloria.

No alcancé ni a tomarme una cerveza... dije al ver el camión venir hacia mí a toda velocidad atravesando el tumulto de gente. Di un par de pasos hacia atrás y miré por sobre mi hombro para notar que unos metros a mis espaldas había una tienda que en su vitrina exhibía varias guitarras de alta calidad colgadas en fila sobre una batería. Miré a los lados de la vitrina y noté un basurero de un metro de alto junto a un pilar de ladrillos y más arriba una saliente bajo el ventanal del segundo piso, que tenía unas rejas en el borde inferior.

Instintivamente e influenciado por mis años de parkour me volteé y corrí hacia el basurero, subiéndome de un salto a éste y me impulsé hacia la ventana, pisando el pilar y escalándola para sujetarme a la rejilla justo a tiempo para sentir el camión pasar bajo mis pies e impactar la tienda estrepitosamente. Mi inexpresivo rostro denotaba la adrenalina que estaba sintiendo, mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

Me dejé caer sobre el camión y me volteé para ver que el piloto estaba abriendo la parte trasera. Estaba a punto de hacerle algunas preguntas cuando percibí el olor proveniente del interior del vehículo. Exhalé molesto mientras me preguntaba por que motivo se me había ocurrido irme a meter allí. El sujeto se alejó rápidamente y comenzó a correr entre la gente.

Extrañamente, el tipo que corría emanaba un olor a licántropo, cosa que se contradecía con el resto de la situación. ¿Un licano ayudando a los hijos de caín? Al sentir la fetidez de los bersekers, inmediatamente di un paso atrás, pues ya estaba tomando impulso para saltar sobre el chofer e interrogarlo. Di un rápido vistazo a la pantalla desde la que se había transmitido el mensaje de tatita vampiro.

Parecía lógico que estas bestias habían sido liberadas por los hijos de kaín como parte del mismo plan que incluía ser presentadores de las noticias por una noche, masacrar sin piedad gente en aviones y posar maleficamente al terminar imitando al dr. malito, pero algo no calzaba. La naturaleza del piloto no encajaba. Debería averiguar después porque lanzarme a cazarlo con esas ratas mutadas corriendo tras de mí hubiera sido suicida.

Comenzaron a salir una a una lentamente, lo que para mí significó una señal inmediata para emprender la carrera lejos de su alcance. Desde mi posición pude notar como un grupo de policías intentaba retener algunos bersekers con una formación firme y un avance constante. Por otro lado noté a Charlotte salir de su limusina con un traje bastante distinto al vestido que hace un rato lucía en el escenario. Tomé impulso y salté un par de metros hacia al lado del camión para ir hacia ella cuando mis sentidos me alertaron de algo a mis espaldas.

En medio de la carrera alcancé a voltearme para ver a un berseker saltar sobre mí, por lo que me dejé caer de espaldas al suelo y puse ambas piernas en posición para recibirlo, aprovechando su propia velocidad para impulsarlo por sobre mí y hacerlo pasar de largo, enviándolo a impactar contra una pared a unos 4 metros de donde mi amiga atacaba a otra de las bestias. Rodé un poco y mientras me levantaba saqué de debajo de mi chaqueta mis dos cuchillos de 30 cm de largo y los volteé en mis manos mientras me ponía en posición para esperar su siguiente arremetida.

Sabía que debía ser más disimulada con su disgusto; aunque no deseará estar ahí, Robyn sabía que debía hacerlo; así que poniendo su mejor sonrisa se dirigió un poco más cerca del escenario donde tenía una mejor vista del príncipe y su sequito. Con disimulo observaba el lugar mientras cantaba algunas de las canciones de los artistas que se presentaban, pues una de las ventajas de vivir con tantos niños y jóvenes, era que aun sin desearlo terminaba aprendiendo de modas y tendencias.

Sin que nadie lo esperara, la luces comenzaron a fallar y la música se detuvo. Un escalofrío recorrió la espalda de la chica quien enseguida busco entre la multitud a sus compañeros; no estaba muy lejos de ellos, o al menos eso podía visualizar solo esperaba que fuesen fallas técnicas, aunque algo dentro de ella, le gritaba que estuviese preparada para lo peor...

Y ciertamente, fue lo más atinado.

Cuando aquel vampiro apareció en televisión con la columna del reportero en mano, la adrenalina se disparó por su cuerpo mientras intentaba trazar una ruta de escape. La transmisión cesó, pero no creía que eso fuese todo, un mensaje como ese en un evento de aquella magnitud sólo podía augurar una cosa y no sería buena para los humanos. El grito que resonó en la multitud fue suficiente para sacar a Robyn de su ensimismo, buscando la fuente, vio con horror a esa madre cargando al pequeñín desangrado, su cabeza colgaba sin vida de los brazos de la mujer y aun a la distancia podía reconocer el gesto de terror en su expresión. Y era sólo la antesala al horror, un preludio a algo mucho peor que apenas y alcanzó descifrar.

El chirrido de las llantas de camión, el golpe del freno, los ruidos metálicos y luego... Gritos, lamentos y disparos...
-¡Jefe! ¿Dónde está, jefe?- llamaba por el intercomunicador en su pulsera, pero no recibía respuesta. Trató de acercarse a Alexandra y Kendal, pero justo frente a ella cayó el cadáver sin vida de un hombre, a su lado un vampiro limpiaba su boca con deleite y miró a la chica.
-Eres la siguiente- susurró, pero la joven no estaba dispuesta a ello. Sacando de su abrigo su revólver, disparó directo a la cabeza del ser; sabía que no lo mataría, pero tendría tiempo para huir.

Arrancó a correr, importándole poco donde estaban sus compañeros, de nada serviría como un cadáver desangrado. Zigzagueó entre la multitud, saliendo de la zona VIP y vio con horror a una de las bestias que había salido de los camiones; similares a los lobos con los que se había encontrado meses atrás, pero más grandes y deformes. Vio asesinar a todos los que estaban a su paso y devorarlos con deleite, jamás había visto algo como tal.
-El cielo se va iluminar- escuchó la voz de Etienne en el intercomunicador escondido en sus pendientes y miró como explotaba en lo alto de un edificio una de las habitaciones, dejando algo parecido a un sol, brillando con fuerza. Sonrió sin darse cuenta, esperanzada de nuevo.
-Luz de día- susurró para sí recordando lo que había mencionado su jefe sin darles más explicaciones cuando les entregó los celulares a cada uno, mismo que ahora se encontraba dentro de un bolsillo escondido en su falda; pues si algo había aprendido en sus años de ladrona, es que nunca se podían tener suficientes bolsillos, por lo que cada prenda de ropa que conseguía, era minuciosamente modificada para que los cambios no se notaran ni deformaran la forma de la ropa.

Corrió más, disparando a los vampiros que intentaban atacar a los humanos -Por aquí- guió a algunos, pensando que si lograba llegar por donde la explosión había sucedido, encontraría a su líder y podría poner a salvo a cuanta gente pudieran.

Debía lograrlo, para eso había entrenado tanto.

Había ya varios ocupándose de 6 Berserker pero aún quedaban 4 de los cuales hacerse cargo, todo fue un caos total gente corriendo por aquí y por allá. Usando mi poder licántropo había logrado transformar parte de mi cuerpo, mi cabello y garras, así recorrí varias calles, registre lo que más pude del lugar, así vi que algunos de mis hermanos segados por el aroma a sangre estaban peleando contra un Berserker. Me sentí un poco decepcionada de que parte de ellos, la mayoría Garras Rojas hiciesen parte de esto posible, mire entonces a Azuka y como los Berserker que ella libero parecían mucho más enfocados que los que Thomas libero, pequeño detalle se le había escapado a Thomas. Los rebeldes estaban presentes también, esas bombas de luz se miraron a cierta distancia de donde estaba, pero me sorprendió un poco.

Corrí entonces en busca de dos de los Berserker que se alejan destrozando algunas cosas, uno de ellos era el comandado por Asuka y el otro siguió al primero, no había nadie que le hiciese frente, entonces dos de mis compañeros transformados en lobos, aparecieron frente a ellos. Ese par de perros rabiosos Anhete y Ursula, eran lobas gemelas nacidas en la manada, ambas tenían pelajes castaño claros y quizás la nica diferencia visible entre ellas eran sus ojos, Anhete plateados y Ursula azules. Ambas solían aparecer cuando uno menos se lo esperaba, que fortuna, eran mis ahijadas y protegidas, tenían cerca de 150 años, sabían perfectamente dominarse. Ambas rugieron con fuerza, mostrando sus colmillos ante los Berserker, aproveche entonces esa distracción para llegar y sacar mis dagas de mis botas, las lance entonces contra ambas bestias logrando desequilibrarlas pues estas habían caído en sus talones, atravesándolos, en la una del lado derecho y en la otra el del pie izquierdo, tome la precaución de atar a un extremo de las mismas cuerdas fuertes, cuando las dagas se clavaron en sus pies atravesándolos me lance hacia adelante resbalándome.

Al lograr esto quede frente a ellos y tome con fuerza la cuerda jalándola hacia a mí, el movimiento provoco que estos cayesen de espaldas. La acción tomo exactamente unos 5 segundos entre que mis colegas se aparecieran frente a ellos y que yo clavara mis dagas de forma sorpresiva en sus pies, para luego tirarlos al piso. Acto seguido Anhete y Ursula se lanzaron sobre los Berserker y mordieron sus cuellos, lanzando sus garras contra estas bestias. Lance un fuerte maullido mirando a la luna, habían algunos vampiros cerca, al parecer parte de los refuerzos. Me convertí en un licántropo completo, el de apariencia plateada como la misma luna, mi maullido se escuchó a lo lejos. Tome entonces la soga con mis mandíbulas y tire de ella lo más que pude hacia adelante mientras las chicas los atacaban, pretendía llevarlos a rastras por el piso y así lograr debilitarlos mientras ellas los atacaban.

Todo había pasado tan deprisa, recibí la llamada de alerta del príncipe, así que en ese momento Eleonor apareció trajo consigo un maletín plateado, el cual me entrego. Sonreí al mirarla e hice una señal de aprobación, era hora de actuar, en ese momento en lo alto de los edificios se desplegaron algunos vampiros los cuales teniendo una posición privilegiada empezaron a revisar el lugar como identificando la situación. Eleonor se dispersó entre la gente, era su momento de actuar, yo por lo pronto me deslice hasta un lugar poco concurrido ahí saque del maletín una máscara de bronce, la cual me coloque y tome entonces mi arma de plata y una espada de doble filo, su filo era de un color rojo brillante, me puse el arma en el cinto. Deje el maletín escondido y luego salí del lugar, todo era un caos, Asuka y Thomas Redclaw habían liberado a 11 Berserker, solo se sentía el aroma a sangre en el aire, varios de los vampiros de la orden estaban en problemas. A unas cuantas calles me encontré con Eleonor, quien estaba alerta y terminando con algunos enemigos y poniendo a buen resguardo a algunos humanos.

Eleonor revisa bien los sistemas de alcantarillado, eso es lo único que se nos pudo escapar, además la gente puede creerlo un lugar seguro, llévate a algunos hombres contigo. Ten cuidado, ármense bien. Vamos debemos ir a buscar algunos Berserker.

En ese momento mire ese resplandor, los rebeldes era seguro que estaban cerca, quien más podría usar un arma así, el resplandor solo hizo que cerrase mis ojos, por la distancia nos causó solo un poco de sorpresa a mí y a los 5 vampiros que me seguían. A lo lejos sentí el sutil aroma de Azuka, pero no era momento de ir en su contra, debía buscar a las amenazas. Caminamos en medio de las calles atacando a algunos vampiros y licántropos descontrolados que intentaban atacar a la gente, en ese recorrido mire a la distancia a Christina, Pietyr e incluso a otra vampira que no conocía, Charlotte. Les pedí a mis hombres que cargaran sus flechas de plata y armas, estaban todos bien armados, con sus espadas, flechas de plata y armas.

Unas cuantas calles adelante vimos a un Berserker y en otra calle conjunta había otra, mire a ambos a distancia como si se tratase de un cazador buscando a su presa, sonreí algo complacido, quizás me causo gracia un episodio de sangre a estas alturas. Levante mi mano dos de mis hombres me siguieron los otros dos se fueron tras el otro Berserker, teníamos un plan, atraeríamos su atención a un punto en común y dado el momento los atacaríamos, esperando también que ello se atacasen entre sí. Corte mi brazo dejando caer un poco de sangre la cual mezcle con un poco de sangre fresca, la cual logramos recoger de las victimas muertas en el camino, impregnamos esa sangre en un frazada y uno de nosotros lo acerco al Berserker para atraerlo por el aroma lo mismo hicieron mis compañeros, la frazada tenía algo de carne fresca en medio. Los Berserker se sintieron atraídos y fueron tras de nosotros hasta una intersección cercana, en la misma los hombres lanzaron el bulto sobre los Berserker y luego lanzaron su daga sobre el pecho de cada uno. Junto con los otros tres tomamos las flechas de plata y se las lanzamos en sus brazos y piernas, algunos fueron a dar en sus espaldas.

Cuidado salgan y ataquen con las espadas y flechas, hay que procurar capturarlos con vida.

Mientras esto sucedía en otro lugar, las alcantarillas Eleonor armada con balas y flechas de plata, se lanzó junto con 3 vampiros en las alcantarillas, iban con cuidado usando sus armas para atacar a cualquier cosa viva que escuchasen. Escucharon un grito entonces, corrió en esa dirección, ella junto con uno más de los vampiros, entonces miraron a la vampiresa atacando a Odisea, Eleonor lanzo una flecha contra la mano que tenía a la joven humana. El otro vampiro se lanzó entonces contra la vampira que la atacaba, Eleonor corrió entonces a recoger a la joven Odisea. La tomo de la cintura y la ayudo a ponerse en pie para que corriese junto con ella, tenían que aprovechar la distracción para huir, todo estaba oscuro.