Remember·Privado

12 Junio-22:34 pm

Como cada 12 de todos los meses, V se encontraba de nuevo visitando el Doyle's Pub, pues a pesar de que su refugio ya estaba abarrotado de niños Varick sabía perfectamente que cada 12 del mismo mes el jefe reclutaba nuevos niños y como era costumbre, Trevena no permitía que lo hicieran, ganándose como consecuencia problemas con su antiguo jefe, pero V se había acostumbrado desde que era crío a los golpes, los insultos y los desprecios así que para el un día mas de esos no significaba nada en su vida. Llegó al Pub a paso sereno, a Varick le encantaba caminar por las noches y fuera a donde fuera siempre iba a pie, aun que para muchos el barrio fuera peligroso para el era mas bien como estar en casa, ahí se sentía seguro a pesar de lo tonto que eso sonaba, para el lo era...tal vez lo único que le hacía sentirse humano.

Esa noche el tiempo estaba terrible, desde que había salido del refugio horas atrás, el cielo se veía negro como la boca de un lobo y no se extrañó cuando las gotas de agua bajaron por su rostro hasta dejarle totalmente empapado. Caminó unas buenas 4 horas antes de llegar al barrio pues antes de ir al Pub había ido a conseguir marihuana, cuando llegó a su "hogar" como el le llamaba desde cuadras antes pudo visualizar el luminoso letrero que bien conocía, "Doyle's Pub" indicaba parpadeante y a medida que sus pasos lentos le acercaban al lugar, la fuerte música llegaba a sus oídos con mayor nitidez.

Una vez que llegó hasta la puerta la empujó y al instante el apestoso olor penetró por sus orificios nasales, sonrió disimuladamente retrocediendo a aquellos días en los que había permanecido ahí, pues a pesar de que habían sido un infierno eran parte de su vida. Dio un paso hacia adelante acomodándose el pelo empapado hacia atrás y entonces se dispuso a encontrar una mesa aislada de todas las demás, no quería que ningún borracho o drogadicto se le acercara a molestar, esa noche solo quería pasar un rato y después de que satisfaciera sus necesidades se llevaría a los niños para partir al refugio, así que ante cualquier cosa quería evitar peleas. Después de unos segundos que le llevó encontrar una mesa vacía se dirigió hacia ella pero antes de que pudiera llegar una mujer de cabello rojizo y piel blanca se sentó, resopló intentando no enfurecerse de más, después de todo era solo una chica y para Varick eso no le resultaba un obstáculo siempre y cuando la chica no intentara hacerle la plática o saldrían mal parados de ahí. Siguió su camino llegando hasta la pelirroja y sin mas se sentó en la única silla libre-Buena noche-dijo fríamente dirigiendo una veloz mirada a la mujer, en seguida llamó al mesero y pidió un Whiskey en las rocas. Sacó de su chaqueta un paquete de marihuana, para Varick era indispensable o mas bien una costumbre fumar por la noche así que después de tantas veces que había visitado ese lugar ya no le reclamaban el llevar su propia mercancía. Armó rápidamente su porro de marihuana y se lo llevó a la boca, fumando una y otra vez, observando a la chica sin hacer gesto alguno, "Bastante extraño" dijo en su interior refiriéndose a la pelirroja pues a pesar de los años que había residido ahí nunca había visto a una mujer de tal porte en aquél lugar y claramente no podía comprender como estaba sobreviviendo en aquél lugar lleno de alimañas de todo tipo, sin embargo, no era de su incumbencia y además no le importaba.

La intención original al cruzar el umbral del pub no era necesariamente terminar de la manera en que estaba: sentada en la barra habiendo ganado un par de tragos patrocinados por un sujeto lleno de tatuajes y un aliento etílico que mal disimulaba la nicotina. ¿Su nombre? Importaba tanto como el mio. Sus malos chistes me ponían en de mal humor sin embargo sonreía en busca de conseguir otro trago que nunca iba era más que vodka barato o whiskey de Tenessee. Mis ojos se habían paseado traviesamente por cada movimiento de ese sujeto desde el momento que entró y fue recibido con complicidad por algunos de los clientes en el pub, llegó a la barra para tratar algunos asuntos que seguramente tenían algo que ver con piedras preciosas y transparentes, después de todo seguramente no asistían a Doyle's por sus bebidas preparadas o las buena decoración del lugar. Al echar un vistazo me di cuenta de que no iba a servir de nada que solicitara algún puesto de mesera, no dudaba que me lo dieran pero no era el tipo de ambiente que me motivaba a ser parte del juego. Cuando escuché que lo peor de la ciudad se concentraba ahí pensé en algo totalmente diferente, algo intenso, algo arriesgado y que valiera la pena pero no estaba más que frente a comerciantes, proxenetas y podía apostar que uno que otro matón a sueldo. ¿Dónde estaba lo divertido? Porque me encontraba totalmente aburrida y eso que llevaba más de una hora ahí.

Nuevamente el sujeto trató de tocarme las piernas y desvié su mano al vaso de cristal que acababa de vaciar.Comenzaba a marearme pero no en la medida ni el efecto deseado, con impaciencia sacudía el pie que tenía colgado por cruzar una pierna sobre la otra. Hubiera sido sencillo tomar mi bolso y simplemente largarme pero de haber tomado ese camino me estaría contagiando del pésimo ánimo del lugar. Al momento en que recibí otro trago sin costo derramé un poco sobre mi vestido para pedirle al tipo que me acompañase al sanitario, extrañado por la solicitud y con una sonrisa lasciva me siguió entre la multitud. Cuál sería su sorpresa al verme salir del baño y dejarme caer en su pecho, haciéndolo chocar contra una de las mesas, tirando algunas botellas mientras yo gritaba que quería abusar de mí, golpeándolo en los hombros mientras un corpulento guardia de seguridad llamaba a un compañero para sacarlo de ahí al escuchar mis acusaciones sobre la posesión de metanfetaminas en el bolsillo de su chaqueta. Si bien no era un lugar en el que mujeres inocentes frecuentaban en percances así siempre era preferible sacar cualquier agente de disturbio y a como se arreglaban las cosas estaba segura de que no sólo se llevaría las buenas noches de aquellos mastodontes.

Me arreglé el cabello y alisé mi vestido que ahora olía levemente a alcohol mezclado con perfume, sonreí mientras me retocaba los labios para depositar en el interior de mi bolso el cristal que hábilmente conseguí de aquella revuelta con el de los tatuajes, además de un fajo de billetes enrollados y sujetos con una banda elástica. A unas cuantas meses alcancé a ver un lugar vacío, obviamente no iba a salir con aquél iracundo quizá esperando allá afuera y con los ánimos un poco más elevados me fui a sentar. No tardó en llegar alguien a la misma mesa, un hombre bastante atractivo que me dedicó saludo inexpresivo, era amable para estar en un sitio de tal magnitud por lo que le dediqué una mirada y en silencio fui testigo de ese acto descarado al fabricar un porro. No pude contener la risa y me recargué en la mesa prestando toda atención a su intrigante persona.

-"Vegetariano" ¿eh?- saqué de mi bolso la cigarrera con la foto de Marilyn Monroe y de su interior extraje una píldora que coloqué con movimientos provocativos bajo mi lengua sin apartar la vista de él.- Yo prefiero los "caramelos"-cerré los ojos al sentir la píldora deshacerse.- ¿Vienes a vender, consumir o a buscar compañía?- ante la expresión reservaba del hombre pude percibir un magnetismo que me tenía un tanto curiosa por descubrir quién era.

La mirada de Varick se paseaba por todo el lugar recordando cada uno de los días que había vivido ahí, aun que pareciera extraño lo recordaba tal como si fuese ayer solo que ahora ya no le dolía, al contrario se sentía orgullozo de haber podido salir de esa posilga. Se llevó el porro a la boca fumando de nuevo, observando a las prostitutas que bailaban arriva de una mesa, no eran de su estilo y menos por que después de haber vivido ahí por tanto tiempo bien sabia con el tipo de hombres que se metían algo que cuando lo pensaba le causaba nauseas.

La pelirroja se dirigió a el pero le tomó unos minutos darse cuenta de que se dirigía a Varick, volteó lentamente hasta poder divisar los labios de la chica y sonrió sarcásticamente ante su comentario,"Vegetariano" dijo sacando sacando de su bolsito una cigarrera con el retrato de Marilyn Monroe en la tapa para posteriormente llevarse una pastilla a la boca haciendo movimientos con la lengua. Alzó una ceja mirando seriamente a la mujer que ahora le parecía mas de aspecto vulgar, Varick a pesar de ser mujeriego sabía elegir bien a sus compañeras de noche y ciertamente no le gustaban las mujeres fáciles. Suspiró llevándose de nuevo el porro a la boca sin responder a la pregunta de la mujer que ahora se encontraba con los ojos cerrados probablemente experimentando los efectos de la pastilla, algo que para Varick resultaba tonto, ver como una señorita caía adicta ante tan pésima droga- Trataba de relajarme un poco pero ya lo estropeaste- expresó ya un tanto molesto de tanta palabrería, no podía comprender por que las personas siempre trataban de involucrarse en la vida de los demás y mas de los que ni siquiera sabían nada, era como entregar su confianza a un desconocido y a él no se le daba muy bien- Ni siquiera sabes como la fabrican y te la llevas a la boca como si fueran pastillas de menta-miró a la mujer con desprecio-Tal vez si supieras los lugares en donde hacen esas porquerías no estarías tan orgulloza de llevarte uno a la boca, probablemente lo estarías vomitando -agregó acomodándose en la incómoda silla, a Varick le gustaba la marihuana, si, pero era lo suficientemente inteligente para no meterse sintéticos y más después de ver como la gente moría por esas pastillas.

Volteó hacia la barra buscando al mesero que le había atendido antes y alzó una mano ya molesto de que no le trajeran lo que había pedido con anterioridad-¿Te importaría?-preguntó al hombre perdiendo toda compostura, se levantó de la silla y le tomó de la camisa dejando al hombre estupefacto-Ya se que este es un bar de quinta, pero solo te estoy pidiendo un Whisky en las rocas, ¿es tan dificil de hacer?-cuestionó al hombre soltándole con desdén y volviéndose a sentar frente a la pelirroja-Y bien, ahora que mi noche ya no tiene remedio puedo pasar a hablar contigo-dijo suspirando y recargando sus codos sobre la mesa, acercándose a la mujer sin importarle nada, después de todo la chica no era fea y si estaba drogada mejor-¿Te gustan los juegos de azar?-preguntó a la mujer alzando una ceja, a Varick le gustaba o mejor dicho le encantaba jugar y mas cuando sabía que tenía una gloriosa ventaja sobre su oponente.

Puse los ojos en blanco al escuchar aquella respuesta tajante, aunque me divertía un poco el tono de su voz, la expresión indiferente y su sonrisa sarcástica ahora borrada de su rostro no podía negar que tenía el humor peligrosamente volátil. ¿Era enserio toda esa indignación flameando en su mirada? ¿Cómo podría atreverse a desdeñarme de un sólo vistazo porque no era una damita recatada y en su lugar traía éxtasis en la boca? Mierda y más mierda, así es, eso era lo que el hombre tenía en la cabeza, ni el olor de la marihuna podía disimularlo.

-Así que vienes a relajarte. Sabes, esto no es un spa, todo ese humo no es precisamente de sales aromáticas para que te encuentres con tu yo interno.-me burlé y exhalé fuertemente con los ojos llorosos al sentir una sacudida interna al pasar la pastilla por mi esófago.- Yo se lo que meto a mi cuerpo, no soy estúpida, nada entra sin estar consciente de ello y eso aplica también para centímetros ajenos.-saco un cigarrillo sin ver al hombre mientras lo enciendo.- No te hace mejor persona el fumar hierba, no te enorgullezcas tampoco porque conozco lo que esa basura le hace a tu mente y no es por nada menos dañino.-En ese momento abordó al mesero haciendo evidente un problema para controlar sus impulsos me sorprendí por una fracción de segundo para luego disfrutar de su desplante e indicar al atacado alzando mis dedos índice y medio en forma de V que fueran dos tragos, volví la vista al hombre que me prestaba su valiosísima atención e ignorando toda regla del espacio personal se encontraba a escasos centímetros de mi rostro.- Mi gusto depende de la apuesta.

El mesero colocó ambos vasos sobre la mesa haciendo que cada uno vuelva a su lugar, cruzando la pierna y mirándolo por encima del borde en el vaso cristalino le mando una sonrisa sugerente antes de dar el primer trago.

-Entonces son esos tus negocios por aquí.-me aventuré a inferir.- Claro, ya estaba apenada de que un caballero viera la clase de lugares que frecuento cuando seguramente se encuentra aquí por error.- dije en tono socarrón, arrastrando las palabras a lo largo de mi sonrisa.- Afortunadamente perteneces al mismo mundo decadente del que provenimos todos los presentes. No sé si eres algún drogadicto semi-rehabilitado, un traficante sofisticado o un simple ludópata de mal carácter y por el momento no me importa pero que bueno que te sentaste en esta mesa.-reí por lo bajo y di una calada más a mi cigarrillo, dejando caer las cenizas en el suelo.- ¿En realidad pensabas que no te iba a hablar? Pff..-resoplé- Las personas que menos quieren compañía tienen montones que les atosigan la existencia y los que esperan que les hablen son los más jodidamente solos. Culpa a la maldita psicología inversa y no te molestes conmigo o el mesero-di fin a mi cigarrillo y me recargué en el respaldo de la silla. -Ahora sobre tu pequeño vicio...¿De qué se trata? ¿Qué quieres perder?- le di un trago más largo para después dejar el vaso sobre la mesa. Tomé mi bolso para extraer el fajo de billetes que recién conseguí de aquél sujeto, también un par de pendientes de diamantes a juego con una gargantilla en oro blanco y los puse sobre la mesa. -Que se abran las apuestas.- dije alzando una ceja.