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Tras el festival |
Fue un mes de locura, el que transcurrió luego del Festival de Invierno, luego de los cepelios de las víctimas, el poder quedó en las manos del Gobernador, Everett Goodweatherm tendría el control total sobre la ciudad, pero Azuka había logrado parte de su objetivo: Los rumores de que el gobierno de Washington ya no estaba tan convencido de compartir el poder con los vampiros; la situación se estaba saliendo de manos, y los cainitas y garras rojas parecían estar ganando la partida. Pero ninguno de los artífices de la destrucción, pensaron que los berkeser se volverían un problema para todos, porque los vampiros que no fueron asesinado por ellos, se transformaron en berkeser, que se han transformado en una manada que deambula por las alcantarillas atacando a quien se les enfrente o quien esté en su menú del día. Humanos y Vampiros ya no tenían una alianza tan sólida como antes, y las desconfianzas estaban surgiendo. Mientras que en medio quedaban los licanos, o por lo menos, parte de ellos, Fenrir y Fianna, pero quien padeció la peor parte fueron los Fenrir que en el atentado perdieron a su líder, del que jamás encontraron el cuerpo. Quedaría en manos del nuevo líder de los Fenrir y de Gissiel Earhart, determinar el destino de su clan y tradiciones, pero entre los licanos, se sabía la atrocidad cometida por las Garras Rojas, comandados por Arthur Redclaw, que se habían vuelto muy fuertes. Por su parte, los rebeldes, el pequeño grupo de disidentes ya no parecían estar tan solos en su lucha, el gobierno de Washington los contactaría extra oficialmente para conseguir sus fines: controlar la ciudad, de una o de otra manera. Etienne LeBlanc, tendría que decidir.. |
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Danse Macabre
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Danse Macabre
por Invitado Vie Nov 23, 2012 4:13 am
Mayo 13, 1 hora después del anochecer
Apenas dentro del territorio Cainita
La situación se volvió complicada. El mundo era complicado. Los demonios vagando libres, incesantes por doquier. Algunos provinientes de la Zona Oscura, otros que llegaban del mundo entero. New York, el último bastión de "orden" conocido, al menos por ahora.
Pietyr había tenido la intención de regresar a Suiza, a alzar su castillo por los cielos en su ancestral hogar... pero por ahora, no podía. La batalla estaba en América, y cada noche representaba el peligro de muerte.
Precísamente por eso, estaba en el territorio de sus enemigos vampíricos.
Llevaba casi 1 hora persiguiendo a una banda de demonios. No era sólo la típica infantería de Devoradores y Canes. Éstos traían consigo además, grandes bestias montadas por diablillos. Éstos podían embestir, quizás a un elefante sin problemas, y el jinete portaba un arma maldita, muy peligrosa.
Pietyr tampoco iba solo. En esos meses de ausencia, entre viajes, bailes y magia, sus tres lugartenientes habían preparado todo lo que su maestro les había encomendado: reunir a un grupo de vampiros aptos, para que porten el título de Caballeros de la Sangre, guerreros exclusívamente entrenados en las artes de combate de cerca, como la antigua caballería gala, inglesa o teutónica. Los caballos... eran otra cosa. Traídos de todas partes donde aún existieran (especiálmente de Canadá), éstas bestias eran imbuídas con la sangre de su jinete, y así se transformaban en no-muertas también. Ahora, incansables y más fuertes que en vida, eran cubiertas por armadura de anillas y barda, haciéndolas casi un tanque, y capaces de cargar con su amo, el cuál también vestía las armaduras pesadas de antaño... ornamentadas con símbolos vampíricos, pintadas de rojo sangre y todas manchadas con gloria.
Así, Pietyr viajaba en un contingente de caballería pesada, pasando a lanza a todo demonio que encontraran. Impulsados por un frenesí asesino, parte del entrenamiento que recibían de Pietyr y sus lugartenientes. Regularmente, patrullaban la frontera de la Brotherhood, ensarzándose en batallas contra numerosos adversarios, a los cuales, la caballería aplastaba sin piedad al galope, y por muy fuertes que fueran los demonios que encontraban, tenían la virtud táctica de su amo, que los enfilaba para encontrarse con los Demonios Mayores en la carga. Gracias a las lanzas, hechas de metal y no de madera, como las que los humanos usarían, abatían a las más grandes bestias nacidas del Infierno. Y por último, la cada vez mayor maestría necromántica de ese Señor de la Noche, mantenía a sus guerreros firmes y enteros, pues con el paso del tiempo, Pietyr descubría que esa Arte Negra también podía sustentar a los vampiros, de una forma similar a lo que la sangre fresca hacía.
Y esa noche, en su frenética persecusión, acababan de entrar en territorio enemigo... el Juramento, obligaba a Pietyr y a sus Caballeros de la Sangre a continuar, hasta vertir las entrañas de los demonios en el suelo, pero la banda infernal era aún considerable, y tardarían un buen tiempo en combatirles...
Apenas dentro del territorio Cainita
La situación se volvió complicada. El mundo era complicado. Los demonios vagando libres, incesantes por doquier. Algunos provinientes de la Zona Oscura, otros que llegaban del mundo entero. New York, el último bastión de "orden" conocido, al menos por ahora.
Pietyr había tenido la intención de regresar a Suiza, a alzar su castillo por los cielos en su ancestral hogar... pero por ahora, no podía. La batalla estaba en América, y cada noche representaba el peligro de muerte.
Precísamente por eso, estaba en el territorio de sus enemigos vampíricos.
Llevaba casi 1 hora persiguiendo a una banda de demonios. No era sólo la típica infantería de Devoradores y Canes. Éstos traían consigo además, grandes bestias montadas por diablillos. Éstos podían embestir, quizás a un elefante sin problemas, y el jinete portaba un arma maldita, muy peligrosa.
Pietyr tampoco iba solo. En esos meses de ausencia, entre viajes, bailes y magia, sus tres lugartenientes habían preparado todo lo que su maestro les había encomendado: reunir a un grupo de vampiros aptos, para que porten el título de Caballeros de la Sangre, guerreros exclusívamente entrenados en las artes de combate de cerca, como la antigua caballería gala, inglesa o teutónica. Los caballos... eran otra cosa. Traídos de todas partes donde aún existieran (especiálmente de Canadá), éstas bestias eran imbuídas con la sangre de su jinete, y así se transformaban en no-muertas también. Ahora, incansables y más fuertes que en vida, eran cubiertas por armadura de anillas y barda, haciéndolas casi un tanque, y capaces de cargar con su amo, el cuál también vestía las armaduras pesadas de antaño... ornamentadas con símbolos vampíricos, pintadas de rojo sangre y todas manchadas con gloria.
Así, Pietyr viajaba en un contingente de caballería pesada, pasando a lanza a todo demonio que encontraran. Impulsados por un frenesí asesino, parte del entrenamiento que recibían de Pietyr y sus lugartenientes. Regularmente, patrullaban la frontera de la Brotherhood, ensarzándose en batallas contra numerosos adversarios, a los cuales, la caballería aplastaba sin piedad al galope, y por muy fuertes que fueran los demonios que encontraban, tenían la virtud táctica de su amo, que los enfilaba para encontrarse con los Demonios Mayores en la carga. Gracias a las lanzas, hechas de metal y no de madera, como las que los humanos usarían, abatían a las más grandes bestias nacidas del Infierno. Y por último, la cada vez mayor maestría necromántica de ese Señor de la Noche, mantenía a sus guerreros firmes y enteros, pues con el paso del tiempo, Pietyr descubría que esa Arte Negra también podía sustentar a los vampiros, de una forma similar a lo que la sangre fresca hacía.
Y esa noche, en su frenética persecusión, acababan de entrar en territorio enemigo... el Juramento, obligaba a Pietyr y a sus Caballeros de la Sangre a continuar, hasta vertir las entrañas de los demonios en el suelo, pero la banda infernal era aún considerable, y tardarían un buen tiempo en combatirles...
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Vie Nov 23, 2012 6:40 am
Cinco días habrían pasado ya desde que dio con su descubrimiento, mismo que había tenido su tiempo bastante enfocado en ello… muchos preparativos, y dos noches para que ellos sucediese… las constantes expediciones a la Zona Oscura terminaban con algunos imprevistos, y pérdidas, increíblemente ni si quiera por parte de los demonios, que se supondrían como los mayores peligros de ese territorio… las cacerías habían sido constantes, y el mantener las presas dominadas todos esos días había ocasionado que las barreras espiritistas que normalmente cubrían sus territorios estuviesen mermadas a gran escala… claro que podría haberle pedido a Lilith que se hiciese cargo de esto, pero… hace tiempo que no contaba con ella como debería, no desde el embarazo, no desde que se decidió a huir…
Desde que la noche había caído, las investigaciones que estaban prácticamente concluidas, seguían su ritmo, solamente debía de sustituir algunos símbolos, por los adecuados ahora que utilizaría demonios, y estaría lista para cumplir su papel de sacerdotisa… una hora había pasado, y los dos espiritistas que quedaban libres, para hacerse cargo de la barrera habían llegado hasta ella (sus rostros denotaban un inminente cansancio), reportándole que una hueste demoníaca había sido capaz de traspasar en sus terrenos, y que eran seguidos por una serie de vampiros como nunca antes les habían visto…. La vampiresa les dejó retirarse, con sus espiritistas agotados, debía ella y los suyos hacerse cargo de los intrusos… rápidamente dio aviso y con un grupo de unos treinta caínitas, muy bien entrenados, salió hasta los límites del territorio.
Ella llevaba su katana, algunas dagas escondidas en sus prendas, otros de los suyos lo mismo… pero otros tantos tenían gusto por las armas de fuego, de alto calibre… malas costumbres de su vida anterior como militares, antes de que se les diese el abrazo… pero, hasta cierto punto podían resultar útiles, aunque, para su gusto personal, no había nada que se comparase al atacar a la presa y ver su vida irse junto con la luz de sus ojos, al tiempo que la sangre fluye, lo suficientemente cálida, lo suficientemente cerca para sentirla… casi probarla sin necesidad de hacerlo realmente. Las prendas que llevaban puestas eran variadas, algunas más robustas que otras, ella, por su parte, usaba prendas ligeras, pero de un material sumamente resistente, ya que en el instante en el que le dieron el aviso, utilizaba el traje de sacerdotisa correspondiente al ritual que realizaría pronto (al ser una emergencia no se detendría a cambiarse por su ropa habitual).
Al llegar hasta el sitio que le indicaron sus espiritistas, se topó con que los demonios a los que perseguían no eran los mismos con los que se topaba con regularidad… eran distintos, y esto era valioso… nuevos especímenes… casi instantáneamente terminó por relamer sus labios al verlo. Llegando con sus hombres tras de sí en medio de la noche negra y llena de neblina, acorraló a uno de estos seres que se aproximaba a ellos al sentir su presencia, bajándolo del tenebroso y bestial corsé que montaba al dar un salto doble… cuando caía, estando aún en el aire, dos de sus subordinados le tomaron por sorpresa, decapitándole… al tiempo que otros tres de ellos incrustaba sus espadas en el caballo bestial sobre el que había caído Azuka de pie… dándole ella el golpe final al cortarle la cabeza de un tajo…
Saltó justo antes de que la bestia se desplomase, con un giro en el aire, cayó en pie grácilmente, con su espada aún en mano… aproximándose entonces hasta los vampiros… de los cuáles, reconoció a Pietyr… mucho antes de llegar ahí había sentido como su conexión mental se restablecía, pero, como no sabía sus intenciones al entrar en sus terrenos, prefirió hablarle de frente.
-Buenas lunas…
Musitó finalmente… lo suficientemente audible como para que se le escuchasen… muy al pendiente de los demonios que aún les acechaban…
Desde que la noche había caído, las investigaciones que estaban prácticamente concluidas, seguían su ritmo, solamente debía de sustituir algunos símbolos, por los adecuados ahora que utilizaría demonios, y estaría lista para cumplir su papel de sacerdotisa… una hora había pasado, y los dos espiritistas que quedaban libres, para hacerse cargo de la barrera habían llegado hasta ella (sus rostros denotaban un inminente cansancio), reportándole que una hueste demoníaca había sido capaz de traspasar en sus terrenos, y que eran seguidos por una serie de vampiros como nunca antes les habían visto…. La vampiresa les dejó retirarse, con sus espiritistas agotados, debía ella y los suyos hacerse cargo de los intrusos… rápidamente dio aviso y con un grupo de unos treinta caínitas, muy bien entrenados, salió hasta los límites del territorio.
Ella llevaba su katana, algunas dagas escondidas en sus prendas, otros de los suyos lo mismo… pero otros tantos tenían gusto por las armas de fuego, de alto calibre… malas costumbres de su vida anterior como militares, antes de que se les diese el abrazo… pero, hasta cierto punto podían resultar útiles, aunque, para su gusto personal, no había nada que se comparase al atacar a la presa y ver su vida irse junto con la luz de sus ojos, al tiempo que la sangre fluye, lo suficientemente cálida, lo suficientemente cerca para sentirla… casi probarla sin necesidad de hacerlo realmente. Las prendas que llevaban puestas eran variadas, algunas más robustas que otras, ella, por su parte, usaba prendas ligeras, pero de un material sumamente resistente, ya que en el instante en el que le dieron el aviso, utilizaba el traje de sacerdotisa correspondiente al ritual que realizaría pronto (al ser una emergencia no se detendría a cambiarse por su ropa habitual).
- Imagen:
Al llegar hasta el sitio que le indicaron sus espiritistas, se topó con que los demonios a los que perseguían no eran los mismos con los que se topaba con regularidad… eran distintos, y esto era valioso… nuevos especímenes… casi instantáneamente terminó por relamer sus labios al verlo. Llegando con sus hombres tras de sí en medio de la noche negra y llena de neblina, acorraló a uno de estos seres que se aproximaba a ellos al sentir su presencia, bajándolo del tenebroso y bestial corsé que montaba al dar un salto doble… cuando caía, estando aún en el aire, dos de sus subordinados le tomaron por sorpresa, decapitándole… al tiempo que otros tres de ellos incrustaba sus espadas en el caballo bestial sobre el que había caído Azuka de pie… dándole ella el golpe final al cortarle la cabeza de un tajo…
Saltó justo antes de que la bestia se desplomase, con un giro en el aire, cayó en pie grácilmente, con su espada aún en mano… aproximándose entonces hasta los vampiros… de los cuáles, reconoció a Pietyr… mucho antes de llegar ahí había sentido como su conexión mental se restablecía, pero, como no sabía sus intenciones al entrar en sus terrenos, prefirió hablarle de frente.
-Buenas lunas…
Musitó finalmente… lo suficientemente audible como para que se le escuchasen… muy al pendiente de los demonios que aún les acechaban…
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Vie Nov 23, 2012 7:52 am
Los demonios se dispersaban con facilidad, yendo a pié (o patas) y siendo pequeños, podían escabullirse por entre las ruinas de la ciudad, aunque las bestias más grandes no pudieran hacerlo. Estos seres infernales no tenían los mismos instintos de huida que los mortales. Lo hacían porque "algo" o "alguien" se los estaba ordenando...
Y poco a poco, el vampiro comprendía por qué: habían pasado ya dos puntos en los que les habían flanqueado, aprovechando que se detenían a pasar a cuchillo a aquellos que corrían de ellos. Y fué gracias a que las armaduras que vestían eran lo suficiéntemente gruesas, y la habilidad de armas de ese grupo lo suficiéntemente buena, tan sólo lastimaron a unos pares de ellos. La única baja de la noche había sido un Caballero nuevo, el cuál recibió un golpe con una maestría y técnica casi perfectas de un diablillo. El arma de éste apenas y le cortó en el cuello, por entre la armadura. Pero las fuerzas del arma demoníaca fueron tales, que al instante se hizo cenizas, despojado de su alma, arrastrado hacia el infierno.
Cuando el diablillo cayó, así también lo hizo su espada. Ésta, a su vez, se desintegró como el carbón. De esa manera, los demonios usaban armas que no podían ser usadas en su contra. Astutos.
El contingente avanzó de todas formas, desplegándose en las zonas amplias para evitar que les flanquearan, y de esa forma fué como recibieron a los dueños de ese territorio. Justo terminaban de desmembrar el grupo que tenían frente a ellos cuando Azuka y los vampiros de su clan atendieron presurósamente la invasión. Pero habían más, por ahí, al acecho.
Pietyr vestía una armadura negra, con bordes dorados. Su casco, estaba ornamentado como la cabeza de un dragón. Su lanza, estaba serrada por la punta, y varias salientes hacían que se viera tanto extraña como filosa. Junto con él, había un grupo de 16 caballeros, de los cuales, uno de ellos ostentaba un estandarte que parecía brillar ténuemente entre la oscuridad de la noche. Traía un bordado específico, que se leía:
"Blood Valour"
Aún con el sonido de los cortes, el relinchar de los caballos y los gritos guturales de los demonios, Pietyr se percata de la presencia cercana de los demás inmortales, y de las palabras de su líder, la cuál, al presentarse, estaba hermosa vistiendo con atuendos poco comunes y un tanto reveladores:
- Buenas lunas, Dama de la Noche... he venido, sin invitación a sus dominios... lo sé.
La voz de Pietyr sonaba extraña detrás del casco de la armadura. Con la mano, dió señal a sus Caballeros para que detuvieran la persecución y se agruparan, aunque estaban tan excitados por el combate que algunos siguieron machacando a los diablillos que corrían por ahí, aunque sin irse muy lejos.
El vampiro se acercó hasta la Ama de los Cainitas, y ella con sus propios ojos podría apreciar la bestia sobre la cuál él iba montado: un caballo con los ojos enrojecidos con sed de combate, de pelo blanco y pálido, manchado con tierra y sangre, cubierto por todos lados con metal, sus ornamentos filosos y puntiagudos. Eran una macabra parodia de los valerosos caballeros de antaño, vestidos de muerte, sangre y gloria.
- Le pido disculpas por la intromisión... nuestro Juramento nos llevó más allá del dominio. La sangre azufrada se vierte desde Whitestone...
Ahora, después del frenesí que los condujo hasta tierras enemigas, correspondía a Lady von Doom dictaminar si la ofensa había sido grande o no. Pietyr y sus Caballeros, recién salidos de una gran escaramuza podrían bien estar por meterse a otra...
Y poco a poco, el vampiro comprendía por qué: habían pasado ya dos puntos en los que les habían flanqueado, aprovechando que se detenían a pasar a cuchillo a aquellos que corrían de ellos. Y fué gracias a que las armaduras que vestían eran lo suficiéntemente gruesas, y la habilidad de armas de ese grupo lo suficiéntemente buena, tan sólo lastimaron a unos pares de ellos. La única baja de la noche había sido un Caballero nuevo, el cuál recibió un golpe con una maestría y técnica casi perfectas de un diablillo. El arma de éste apenas y le cortó en el cuello, por entre la armadura. Pero las fuerzas del arma demoníaca fueron tales, que al instante se hizo cenizas, despojado de su alma, arrastrado hacia el infierno.
Cuando el diablillo cayó, así también lo hizo su espada. Ésta, a su vez, se desintegró como el carbón. De esa manera, los demonios usaban armas que no podían ser usadas en su contra. Astutos.
El contingente avanzó de todas formas, desplegándose en las zonas amplias para evitar que les flanquearan, y de esa forma fué como recibieron a los dueños de ese territorio. Justo terminaban de desmembrar el grupo que tenían frente a ellos cuando Azuka y los vampiros de su clan atendieron presurósamente la invasión. Pero habían más, por ahí, al acecho.
Pietyr vestía una armadura negra, con bordes dorados. Su casco, estaba ornamentado como la cabeza de un dragón. Su lanza, estaba serrada por la punta, y varias salientes hacían que se viera tanto extraña como filosa. Junto con él, había un grupo de 16 caballeros, de los cuales, uno de ellos ostentaba un estandarte que parecía brillar ténuemente entre la oscuridad de la noche. Traía un bordado específico, que se leía:
"Blood Valour"
- Aparciencia:
Aún con el sonido de los cortes, el relinchar de los caballos y los gritos guturales de los demonios, Pietyr se percata de la presencia cercana de los demás inmortales, y de las palabras de su líder, la cuál, al presentarse, estaba hermosa vistiendo con atuendos poco comunes y un tanto reveladores:
- Buenas lunas, Dama de la Noche... he venido, sin invitación a sus dominios... lo sé.
La voz de Pietyr sonaba extraña detrás del casco de la armadura. Con la mano, dió señal a sus Caballeros para que detuvieran la persecución y se agruparan, aunque estaban tan excitados por el combate que algunos siguieron machacando a los diablillos que corrían por ahí, aunque sin irse muy lejos.
El vampiro se acercó hasta la Ama de los Cainitas, y ella con sus propios ojos podría apreciar la bestia sobre la cuál él iba montado: un caballo con los ojos enrojecidos con sed de combate, de pelo blanco y pálido, manchado con tierra y sangre, cubierto por todos lados con metal, sus ornamentos filosos y puntiagudos. Eran una macabra parodia de los valerosos caballeros de antaño, vestidos de muerte, sangre y gloria.
- Le pido disculpas por la intromisión... nuestro Juramento nos llevó más allá del dominio. La sangre azufrada se vierte desde Whitestone...
Ahora, después del frenesí que los condujo hasta tierras enemigas, correspondía a Lady von Doom dictaminar si la ofensa había sido grande o no. Pietyr y sus Caballeros, recién salidos de una gran escaramuza podrían bien estar por meterse a otra...
Última edición por Pietyr von Abel el Sáb Nov 24, 2012 4:24 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Sáb Nov 24, 2012 5:16 am
Aquellos seres infernales se esparcían… los hijos de Caín se encontraban en una zona espléndida, donde el acceso de los demonios había sido prácticamente nulos, a excepción, claro, de los que habían traído hasta ahí para sus propios fines; así que no podían permitir que se infiltraran en sus dominios… por lo que deberían de capturar algunos (los más valiosos y distintos a los que ya tenían en cautiverio) y eliminar el resto… sus dominios deberían de permanecer tal y como se encontraban… por lo que aún antes de que Pietyr (líder de esos relucientes vampiros que hacían una amplia referencia a los viejos caballeros de antaño), le hablase, había dado la orden de masacrar a cada ser demoníaco… por lo que se habían esparcido, para cazarlos o capturarlos.
La vampiresa les dedicó una mirada más austera, analizándoles… caballeros vampíricos, con sus respectivos caballos, de los que podía percibir la maldición también, algo que levantó su interés de inmediato… armaduras, mejor aún de las que se vieron en los tiempos de las cruzadas, estandartes y lanzas… todo esto evocaba a una regresión en el tiempo, donde, la magia y el poder se desplegaban por la tierra, dando auge a grandes y épicas batallas… parecía que este mundo pos apocalíptico en el que comenzaban a vivir, resultaba ser mucho mejor de lo que pensó pudiese llegar a consumarse… y estaba segura que esto era solamente la punta de iceberg, muchísimas cosas más estaban por venir, tenía muchas expectativas de ello… sería peligroso, pero le daría mucha diversión, lo daba por hecho…
Finalmente escuchó las palabras de aquel inmortal (un tanto metalizadas y ofuscadas bajo aquella armadura negra e imponente), poniendo sobre sentado lo que ambos sabían, estaba en su terreno, sin anunciarse y sin autorización para ello… él era alguien que se apegaba a las viejas tradiciones, por lo que conocía muy bien el agravio que realizaba al hacerlo. Le vio acercarse hasta donde se encontraba, al tiempo que algunos de los caballeros que le seguían se detenían y otros tantos continuaban la masacre… ella por su parte caminó despacio, de manera elegante, con su andar felino (que debía de verse algo seductor, más tomando en cuenta las prendas que llevaba puestas), ráfagas de viento helado movían la tela de lo que parecía ser una capa, y del resto de sus prendas y sus cabellos que se encontraban sueltos… sabía que hasta para el vampiro resultaría extraño el verla con aquellos ropajes, y su cuerpo cubierto por símbolos arcanos y vampíricos.
Caminó primero de frente del vampiro, y luego de lado, deteniéndose ahí, observando la imponente bestia en la que montaba ahora más de cerca… le resultaba realmente bella, hacía demasiado tiempo que no dedicaba tiempo, para, cual amazona montar en un corcel, no obstante, en uno como éste, jamás lo había hecho, y realmente quiso probarle, y tener uno propio (o muchos)…. Fue entonces cuando escuchó nuevamente las palabras de aquel vampiro quien de la manera más propia se disculpaba por la intromisión, exponiéndole los motivos por el cual habían llegado hasta ahí.
Una tétrica sonrisa se dibujo en el marmóreo rostro de la vampiresa.
-Creo que podríamos llegar a un acuerdo, para solucionar la afrenta…
Le dijo con tu tono de voz habitual, frio y gutural, sin dejar de ser femenino y seductor… un poco más embriagante que de costumbre, quizá… al tiempo que pasaba su mano sobre los platinados cabellos de la bestia con suma delicadeza…
La vampiresa les dedicó una mirada más austera, analizándoles… caballeros vampíricos, con sus respectivos caballos, de los que podía percibir la maldición también, algo que levantó su interés de inmediato… armaduras, mejor aún de las que se vieron en los tiempos de las cruzadas, estandartes y lanzas… todo esto evocaba a una regresión en el tiempo, donde, la magia y el poder se desplegaban por la tierra, dando auge a grandes y épicas batallas… parecía que este mundo pos apocalíptico en el que comenzaban a vivir, resultaba ser mucho mejor de lo que pensó pudiese llegar a consumarse… y estaba segura que esto era solamente la punta de iceberg, muchísimas cosas más estaban por venir, tenía muchas expectativas de ello… sería peligroso, pero le daría mucha diversión, lo daba por hecho…
Finalmente escuchó las palabras de aquel inmortal (un tanto metalizadas y ofuscadas bajo aquella armadura negra e imponente), poniendo sobre sentado lo que ambos sabían, estaba en su terreno, sin anunciarse y sin autorización para ello… él era alguien que se apegaba a las viejas tradiciones, por lo que conocía muy bien el agravio que realizaba al hacerlo. Le vio acercarse hasta donde se encontraba, al tiempo que algunos de los caballeros que le seguían se detenían y otros tantos continuaban la masacre… ella por su parte caminó despacio, de manera elegante, con su andar felino (que debía de verse algo seductor, más tomando en cuenta las prendas que llevaba puestas), ráfagas de viento helado movían la tela de lo que parecía ser una capa, y del resto de sus prendas y sus cabellos que se encontraban sueltos… sabía que hasta para el vampiro resultaría extraño el verla con aquellos ropajes, y su cuerpo cubierto por símbolos arcanos y vampíricos.
Caminó primero de frente del vampiro, y luego de lado, deteniéndose ahí, observando la imponente bestia en la que montaba ahora más de cerca… le resultaba realmente bella, hacía demasiado tiempo que no dedicaba tiempo, para, cual amazona montar en un corcel, no obstante, en uno como éste, jamás lo había hecho, y realmente quiso probarle, y tener uno propio (o muchos)…. Fue entonces cuando escuchó nuevamente las palabras de aquel vampiro quien de la manera más propia se disculpaba por la intromisión, exponiéndole los motivos por el cual habían llegado hasta ahí.
Una tétrica sonrisa se dibujo en el marmóreo rostro de la vampiresa.
-Creo que podríamos llegar a un acuerdo, para solucionar la afrenta…
Le dijo con tu tono de voz habitual, frio y gutural, sin dejar de ser femenino y seductor… un poco más embriagante que de costumbre, quizá… al tiempo que pasaba su mano sobre los platinados cabellos de la bestia con suma delicadeza…
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Sáb Nov 24, 2012 4:59 pm
Cuando sus Caballeros se reorganizaron, Pietyr confió en que podía abandonar su puesto entre ellos, por un momento. Incrustó la lanza que llevaba en el costado del caballo, para guardarla y se removió el casco:
Su rostro no escondía su presencia vampírica, y se veía pálido y afilado. Su presencia emanaba la ferocidad con la que llevaba el combate, y otros seres vivos preferían no acercársele. Al menos era un alivio, pues no tenía que lidiar con humanos entre la batalla. Correrían despavoridos.
- Estoy seguro que podremos, Lady von Doom...
Pietyr desmonta de su caballo, y por supuesto que nota el interés de la Cainita por esa bestia. Azuka no se expresaba abiértamente, ni con su voz ni con sus gestos, sino que sus intenciones eran muy sutiles. Si él fuera aún un hombre mortal, habría caído rendido bajo su hechizo sin pensarlo, dándose cuenta demasiado tarde del peligro que ello representaba. Sólo su condición no-muerta lo escudaba de la potente vibración de la líder Cainita, y podía prestarle atención a los detalles.
Cargando su casco junto con su escudo, el sonido metálico de su armadura resonaba con cada paso que daba, mientras con la mano libre, le ofrecía las riendas de su montura a la Dama de la Noche.
- No era mi intención, Dama de la Noche, pero hay palabras que deseo dirigirle desde hace ya un tiempo. Si me lo permite, me gustaría acompañarla en esta cacería; para después hablar con calma...
Si ella lo deseaba, le ayudaría a subirse al caballo, cuya apariencia parecía haber salido de una Pesadilla. De hecho, esos eran los nombres con los que sus caballeros vampíricos habían bautizado a sus monturas. Cada uno la atendía en persona, y cada uno compartía un vínculo de sangre con ella, de tal modo que acataban sus órdenes con el simple pensamiento. Las riendas eran nada más simbólicas en realidad...
Ahora que lo recordaba, aún les sobraba una Pesadilla, la cual era súbdita del Caballero caído en esa noche. Aún sin jinete, la bestia había seguido al grupo de vampiros, pateando y arremetiendo contra los demonios por voluntad propia, aprovechando el ornamento de su armadura, y el filo de su barda para suministrar castigo...
Así, Pietyr atendía a Azuka, y poco le importaba la guardia que ella llevaba. Aunque se veían rudos, muchos de esos vampiros no se conducían bajo un código. Poco les importaba el honor o la gloria, o así pensaba Pietyr de ellos. Y más aún, aquellos que portaban armas de fuego eran especiálmente despreciados por el vampiro.
Pero por fortuna, no se habían ensarzado en una batalla entre ellos. Los demonios, segúramente seguirían al acecho.
Su rostro no escondía su presencia vampírica, y se veía pálido y afilado. Su presencia emanaba la ferocidad con la que llevaba el combate, y otros seres vivos preferían no acercársele. Al menos era un alivio, pues no tenía que lidiar con humanos entre la batalla. Correrían despavoridos.
- Estoy seguro que podremos, Lady von Doom...
Pietyr desmonta de su caballo, y por supuesto que nota el interés de la Cainita por esa bestia. Azuka no se expresaba abiértamente, ni con su voz ni con sus gestos, sino que sus intenciones eran muy sutiles. Si él fuera aún un hombre mortal, habría caído rendido bajo su hechizo sin pensarlo, dándose cuenta demasiado tarde del peligro que ello representaba. Sólo su condición no-muerta lo escudaba de la potente vibración de la líder Cainita, y podía prestarle atención a los detalles.
Cargando su casco junto con su escudo, el sonido metálico de su armadura resonaba con cada paso que daba, mientras con la mano libre, le ofrecía las riendas de su montura a la Dama de la Noche.
- No era mi intención, Dama de la Noche, pero hay palabras que deseo dirigirle desde hace ya un tiempo. Si me lo permite, me gustaría acompañarla en esta cacería; para después hablar con calma...
Si ella lo deseaba, le ayudaría a subirse al caballo, cuya apariencia parecía haber salido de una Pesadilla. De hecho, esos eran los nombres con los que sus caballeros vampíricos habían bautizado a sus monturas. Cada uno la atendía en persona, y cada uno compartía un vínculo de sangre con ella, de tal modo que acataban sus órdenes con el simple pensamiento. Las riendas eran nada más simbólicas en realidad...
Ahora que lo recordaba, aún les sobraba una Pesadilla, la cual era súbdita del Caballero caído en esa noche. Aún sin jinete, la bestia había seguido al grupo de vampiros, pateando y arremetiendo contra los demonios por voluntad propia, aprovechando el ornamento de su armadura, y el filo de su barda para suministrar castigo...
Así, Pietyr atendía a Azuka, y poco le importaba la guardia que ella llevaba. Aunque se veían rudos, muchos de esos vampiros no se conducían bajo un código. Poco les importaba el honor o la gloria, o así pensaba Pietyr de ellos. Y más aún, aquellos que portaban armas de fuego eran especiálmente despreciados por el vampiro.
Pero por fortuna, no se habían ensarzado en una batalla entre ellos. Los demonios, segúramente seguirían al acecho.
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Re: Danse Macabre
por Invitado Dom Nov 25, 2012 4:30 pm
La vampiresa observó atenta, aún desde su posición a un lado de aquella majestuosa bestia, como el caballero que la montaba se desprendía de su casco, clavando su lanza en el suelo, teniendo mucha más libertad de movimiento al no tener que cargar con aquella arma, que la vampiresa pudo vislumbrar era sumamente pesada… el rostro que se resguardaba tras aquella protección con forma de dragón se veía más vampírico de lo que nunca pudo haberlo visto… totalmente despojado de su humanidad; una imagen simplemente encantadora, y hasta embriagante, la cuál ella disfruto (siempre disfrutaba del caos, la destrucción, la sangre, de lo que lo ameritase).
Le escuchó pronunciar palabra nuevamente, pero ahora, sin su casco puesto, el tono gutural y naturalmente embriagante de su voz fue mucho más audible, sin distorsiones, aceptando él ante las anteriores palabras que la vampiresa le había dedicado… observándole desmontar luego, prestando atención al sonido metálico que desprendía al andar, dejándole en claro que era sumamente pesada, y a pesar de esto, su fuerza inmortal le permitía cargarla con una ligereza de admirar… explicándole luego que el hecho de estar ahí, no venía dirigido con objetivo de cometer afrenta, siendo no más que una consecuencia de su honorable cacería, exponiéndole que deseaba hablar con ella después de acabar con la caza…
La idea ciertamente le resultaba encantadora y sumamente tentadora, pues, el dirigirse en una cacería, quizá, mejor de las que se pudieron haber experimentado en eras pasadas era una oferta a la que no podía negarse; no obstante, estuvo tentada a dejar a sus hombres encargarse de ello, y llevar a Pietyr hasta la mansión principal para platicar con él bajo una mayor comodidad; pues, ella misma había deseado, desde algo de tiempo atrás, poder dedicarse en una placentera platica con él, y exponerle algunos asuntos, para los cuales requeriría de su ayuda, aunque, aún no estaba segura si aquel honorable caballero estaría en disposición de compartir sus conocimientos con ella, la líder de los hijos de Caín, su enemiga.
Aquel vampiro le ofrecía su bestia, para que la montase, idea que la encantó… la platica debería de esperar un poco más, después de todo eran inmortales, el tiempo resultaba relativo, aunque fuese algo de tan alto interés para ella… aquel vampírico corcel estaba a su disposición, y no esperaría una invitación más explícita para montarlo; las sutilezas le resultaban perfectas… pues ella misma se movía y expresaba así, siempre con sutilezas, siempre dejando las frases a medias, para la comprensión ajena… y no era demasiado de extrañarse, anteriormente el hablar con acertijos era todo un arte, muy aplicado entre cortesanos y la nobleza.
-Es una bestia magnífica…
Dijo como para sí misma, para luego de un salto grácil (que sólo un vampiro de muchos siglos sería capaz de dar) montar el caballo (que valga la pena mencionar, era bastante alto).
-También tengo algunos asuntos que exponerle mi buen caballero…
Le dijo, observándole desde arriba… dándose cuenta de que él tenía las riendas del caballo… pero no tenía absolutamente nada que temer, pues, aparte del hecho de estar rodeada por fuertes vampiros que la protegerían a costa de su propia vida… aquel inmortal le daba un cierto grado de confianza, pues, su honorabilidad no podría ser puesta en pie de duda…
Le escuchó pronunciar palabra nuevamente, pero ahora, sin su casco puesto, el tono gutural y naturalmente embriagante de su voz fue mucho más audible, sin distorsiones, aceptando él ante las anteriores palabras que la vampiresa le había dedicado… observándole desmontar luego, prestando atención al sonido metálico que desprendía al andar, dejándole en claro que era sumamente pesada, y a pesar de esto, su fuerza inmortal le permitía cargarla con una ligereza de admirar… explicándole luego que el hecho de estar ahí, no venía dirigido con objetivo de cometer afrenta, siendo no más que una consecuencia de su honorable cacería, exponiéndole que deseaba hablar con ella después de acabar con la caza…
La idea ciertamente le resultaba encantadora y sumamente tentadora, pues, el dirigirse en una cacería, quizá, mejor de las que se pudieron haber experimentado en eras pasadas era una oferta a la que no podía negarse; no obstante, estuvo tentada a dejar a sus hombres encargarse de ello, y llevar a Pietyr hasta la mansión principal para platicar con él bajo una mayor comodidad; pues, ella misma había deseado, desde algo de tiempo atrás, poder dedicarse en una placentera platica con él, y exponerle algunos asuntos, para los cuales requeriría de su ayuda, aunque, aún no estaba segura si aquel honorable caballero estaría en disposición de compartir sus conocimientos con ella, la líder de los hijos de Caín, su enemiga.
Aquel vampiro le ofrecía su bestia, para que la montase, idea que la encantó… la platica debería de esperar un poco más, después de todo eran inmortales, el tiempo resultaba relativo, aunque fuese algo de tan alto interés para ella… aquel vampírico corcel estaba a su disposición, y no esperaría una invitación más explícita para montarlo; las sutilezas le resultaban perfectas… pues ella misma se movía y expresaba así, siempre con sutilezas, siempre dejando las frases a medias, para la comprensión ajena… y no era demasiado de extrañarse, anteriormente el hablar con acertijos era todo un arte, muy aplicado entre cortesanos y la nobleza.
-Es una bestia magnífica…
Dijo como para sí misma, para luego de un salto grácil (que sólo un vampiro de muchos siglos sería capaz de dar) montar el caballo (que valga la pena mencionar, era bastante alto).
-También tengo algunos asuntos que exponerle mi buen caballero…
Le dijo, observándole desde arriba… dándose cuenta de que él tenía las riendas del caballo… pero no tenía absolutamente nada que temer, pues, aparte del hecho de estar rodeada por fuertes vampiros que la protegerían a costa de su propia vida… aquel inmortal le daba un cierto grado de confianza, pues, su honorabilidad no podría ser puesta en pie de duda…
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Re: Danse Macabre
por Invitado Jue Nov 29, 2012 3:31 am
(Off rol: se supone que Pietyr le entrega las riendas a Azuka... aunque en realidad con esos, no se usan)
- "Daemonis!" - gritó uno de sus caballeros, divisando a sus enemigos cerca. Pietyr da la órden de mantener la posición, mientras camina hacia la Pesadilla sin jinete. Se monta en ésta y forma a la caballería para que vayan al flanco del grupo de Cainitas que acompañaban a Azuka. Todos los guerreros de Pietyr sentían las ansias de combate, más aún con la presencia de la Líder Cainita entre ellos. No porque fueran sus enemigos, sino porque el aura que emana esa vampiresa es la que provoca la sed de sangre en sus súbditos.
Pietyr, sin ver que la guardia de Azuka siguiera una formación real de combate, les ordena (si, ordena) que se acomoden a su flanco izquierdo. Aquellos dotados con armas a distancia, debían ir atrás, para proveer fuego de cobertura. Los que llevaran espadas, al frente, para recibir las cargas...
Los vampiros deben obedecer, no porque sean dominados, sino porque no ostentan en rango suficiente para contrariar una orden de un Señor de la Noche (salvo que Azuka tuviera algún inconveniente, en cual caso, la obedecen a ella).
A partir de ahí, ocurre lo que tenían previsto: las hordas de demonios, que se habían reabastecido misteriósamente, vuelven al ataque. Los Caballeros y los Cainitas se lanzan al combate, y Pietyr cuida que se mantengan todos en terreno abierto, para que la caballería rompa las filas de demonios en la carga, y los espaderos Cainitas no reciban mucho castigo.
Sobra decir que los demonios peleaban con la misma intensidad que los no-muertos. Varios de los vampiros resultaron heridos, pero por alguna razón que Azuka desconocía, sus heridas se regeneraban, un tanto más rápido de lo normal. Además, debido a que los Cainitas no habían enfrentado a ese tipo de esbirros antes, dos de ellos fueron alcanzados por las armas infernales encantadas, reduciéndolos a cenizas casi al instante, donde Pietyr poco podía hacer para reanimarlos. De la misma forma, después de que los diablillos morían, sus armas se desintegraban en carbón.
Azuka, por su parte, iba muy bien custodiada por los tanques andantes al galope, y las protecciones de la Pesadilla hacía dificil que los demonios la alcanzaran con sus golpes (puesto que ella no portaba protección alguna).
La batalla duró por un buen tiempo, y la intensidad fué tal que no se pudieron dar cuenta si algunos demonios escapaban o no. Pietyr no permitió que sobreviviera ninguno, así pues, los Cainitas no tendrían oportunidad de experimentar con ellos, salvo con cadáveres inanimados...
- "Daemonis!" - gritó uno de sus caballeros, divisando a sus enemigos cerca. Pietyr da la órden de mantener la posición, mientras camina hacia la Pesadilla sin jinete. Se monta en ésta y forma a la caballería para que vayan al flanco del grupo de Cainitas que acompañaban a Azuka. Todos los guerreros de Pietyr sentían las ansias de combate, más aún con la presencia de la Líder Cainita entre ellos. No porque fueran sus enemigos, sino porque el aura que emana esa vampiresa es la que provoca la sed de sangre en sus súbditos.
Pietyr, sin ver que la guardia de Azuka siguiera una formación real de combate, les ordena (si, ordena) que se acomoden a su flanco izquierdo. Aquellos dotados con armas a distancia, debían ir atrás, para proveer fuego de cobertura. Los que llevaran espadas, al frente, para recibir las cargas...
Los vampiros deben obedecer, no porque sean dominados, sino porque no ostentan en rango suficiente para contrariar una orden de un Señor de la Noche (salvo que Azuka tuviera algún inconveniente, en cual caso, la obedecen a ella).
A partir de ahí, ocurre lo que tenían previsto: las hordas de demonios, que se habían reabastecido misteriósamente, vuelven al ataque. Los Caballeros y los Cainitas se lanzan al combate, y Pietyr cuida que se mantengan todos en terreno abierto, para que la caballería rompa las filas de demonios en la carga, y los espaderos Cainitas no reciban mucho castigo.
Sobra decir que los demonios peleaban con la misma intensidad que los no-muertos. Varios de los vampiros resultaron heridos, pero por alguna razón que Azuka desconocía, sus heridas se regeneraban, un tanto más rápido de lo normal. Además, debido a que los Cainitas no habían enfrentado a ese tipo de esbirros antes, dos de ellos fueron alcanzados por las armas infernales encantadas, reduciéndolos a cenizas casi al instante, donde Pietyr poco podía hacer para reanimarlos. De la misma forma, después de que los diablillos morían, sus armas se desintegraban en carbón.
Azuka, por su parte, iba muy bien custodiada por los tanques andantes al galope, y las protecciones de la Pesadilla hacía dificil que los demonios la alcanzaran con sus golpes (puesto que ella no portaba protección alguna).
La batalla duró por un buen tiempo, y la intensidad fué tal que no se pudieron dar cuenta si algunos demonios escapaban o no. Pietyr no permitió que sobreviviera ninguno, así pues, los Cainitas no tendrían oportunidad de experimentar con ellos, salvo con cadáveres inanimados...
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Re: Danse Macabre
por Invitado Jue Nov 29, 2012 10:23 am
No hubo terminado de hablar cuando uno de los caballeros que acompañaban a Pietyr en un grito anunciaba lo que los sentidos agudos de la vampiresa habían percibido fácilmente, los demonios salían, haciéndose disponibles para seguir la caza… ésta vez, en aquella bestial criatura, cuál vampírica amazona, se dirigió junto con Pietyr y sus hombres en monturas al ataque, a la vanguardia de las cargas… protegida en el proceso por sus acompañantes fornidos y la pesadilla que le cargaba.
Los subordinados de Azuka ahí presentes recibieron la orden de Pietyr para tomar posiciones de batalla… a lo que de manera prácticamente instantánea voltearon hacia ella, como pidiendo consentimiento para hablar… ella con una sonrisa de medio lado y entrecerrando los ojos para asentir de manera prácticamente imperceptible les reiteraba el mandato… de todas maneras, ya habían recibido sus ordenes antes de llegar a ese sitio, y claro, por estrategia no todos los que la acompañaban se hicieron visibles inmediatamente.
Algunos demonios al llegar habían corrido desplegándose por los terrenos, Pietyr y Azuka se habían detenido para platicar, no obstante, algunos de los caballeros que acompañaban al vampiro siguieron en el calor de la batalla, y por otra parte, un tanto distante a ellos (no visibles ni audibles a tal distancia), algunos caínitas ocultos se dispusieron a cortarles el paso a los demonios que pretendían tomar espacio en su territorio, estando entre ellos dos de los vampiros con altos conocimientos en las ciencias, cuyo espacio de trabajo se encuentra en los laboratorios, quienes por ende conocían de los planes que implicaban la recolección de demonios.
Antes aún de que Pietyr y Azuka retomasen la cacería, ellos hicieron lo correcto en su trabajo… capturando dos especímenes de demonios, ayudándose con algunos espiritistas que por seguridad se mantenían alejados, ubicados con esta segunda fila de combate; los mismos aún estaban algo agotados, pero tenían la fuerza suficiente para cumplir con este pequeño cometido…. Se alejaron de ahí con estos espiritistas, en dirección a la zona de los laboratorios, que se encontraba bastante apartada y resguardada, siendo el sitio de más difícil acceso dentro de estos vampíricos dominios.
Momentos posteriores los vampiros y caballeros abarcaban más terreno, afianzándose en una ardua batalla, siendo singular para la vampiresa el hecho de que por alguna extraña razón los vampiros se regeneraban de una manera mucho más sobrenatural de lo que normalmente lo hacían… observando a un par de los suyos convertirse en cenizas, al igual que las armas de los demonios en carbón cuando estos caían en batalla… ambos grupos de guerreros se equiparaban en fuerza… el sonido del metal y la sangre corriendo era una imagen deliciosa… la masacre siguió, hasta que todos sus objetivos fueron eliminados, siendo el número de pérdidas mínimo…
Las prendas de la vampiresa estaban cubiertas por gotas de sangre que se desprendieron de algunas de las victimas que tomó en el proceso, se daba cuenta de que no habían dejado demonio alguno para sus experimentos, lo que la desanimaba un poco, no obstante, esperaba que quizá sus subordinados hubiesen hecho lo suyo y la sorprendiesen, pero era una alternativa que no daba por hecho… ahora bien, estaban libres para seguir con la plática que tenían pendiente…. Los ojos rojos como el mismo fuego del infierno de Azuka (por la sangre y la batalla), se posaron sobre su espada, lamiendo la espada con suavidad para probar la sangre... para luego posar sus rojas orbes en Pietyr, ahora el motivo por el que había llegado hasta ahí había desaparecido… no obstante, podrían hacerse cargo de sus propios asuntos…
-Luego de tan magnífica demostración de fiereza, permítame invitarle a mi residencia…
Los amplios territorios Caínitas poseían una gran cantidad de mansiones, la misma Azuka tenía varias en esta zona, ubicadas en zonas específicas, y claro que por seguridad le llevaría a la que se encuentra apartada de sus asuntos de mayor importancia (como en la que se encuentran los aposentos de Lilith, o donde guarda algunas cosas)… siendo una visita que no pusiese en riesgo algunos asuntos de muy relevante importancia para ella.
Los subordinados de Azuka ahí presentes recibieron la orden de Pietyr para tomar posiciones de batalla… a lo que de manera prácticamente instantánea voltearon hacia ella, como pidiendo consentimiento para hablar… ella con una sonrisa de medio lado y entrecerrando los ojos para asentir de manera prácticamente imperceptible les reiteraba el mandato… de todas maneras, ya habían recibido sus ordenes antes de llegar a ese sitio, y claro, por estrategia no todos los que la acompañaban se hicieron visibles inmediatamente.
Algunos demonios al llegar habían corrido desplegándose por los terrenos, Pietyr y Azuka se habían detenido para platicar, no obstante, algunos de los caballeros que acompañaban al vampiro siguieron en el calor de la batalla, y por otra parte, un tanto distante a ellos (no visibles ni audibles a tal distancia), algunos caínitas ocultos se dispusieron a cortarles el paso a los demonios que pretendían tomar espacio en su territorio, estando entre ellos dos de los vampiros con altos conocimientos en las ciencias, cuyo espacio de trabajo se encuentra en los laboratorios, quienes por ende conocían de los planes que implicaban la recolección de demonios.
Antes aún de que Pietyr y Azuka retomasen la cacería, ellos hicieron lo correcto en su trabajo… capturando dos especímenes de demonios, ayudándose con algunos espiritistas que por seguridad se mantenían alejados, ubicados con esta segunda fila de combate; los mismos aún estaban algo agotados, pero tenían la fuerza suficiente para cumplir con este pequeño cometido…. Se alejaron de ahí con estos espiritistas, en dirección a la zona de los laboratorios, que se encontraba bastante apartada y resguardada, siendo el sitio de más difícil acceso dentro de estos vampíricos dominios.
Momentos posteriores los vampiros y caballeros abarcaban más terreno, afianzándose en una ardua batalla, siendo singular para la vampiresa el hecho de que por alguna extraña razón los vampiros se regeneraban de una manera mucho más sobrenatural de lo que normalmente lo hacían… observando a un par de los suyos convertirse en cenizas, al igual que las armas de los demonios en carbón cuando estos caían en batalla… ambos grupos de guerreros se equiparaban en fuerza… el sonido del metal y la sangre corriendo era una imagen deliciosa… la masacre siguió, hasta que todos sus objetivos fueron eliminados, siendo el número de pérdidas mínimo…
Las prendas de la vampiresa estaban cubiertas por gotas de sangre que se desprendieron de algunas de las victimas que tomó en el proceso, se daba cuenta de que no habían dejado demonio alguno para sus experimentos, lo que la desanimaba un poco, no obstante, esperaba que quizá sus subordinados hubiesen hecho lo suyo y la sorprendiesen, pero era una alternativa que no daba por hecho… ahora bien, estaban libres para seguir con la plática que tenían pendiente…. Los ojos rojos como el mismo fuego del infierno de Azuka (por la sangre y la batalla), se posaron sobre su espada, lamiendo la espada con suavidad para probar la sangre... para luego posar sus rojas orbes en Pietyr, ahora el motivo por el que había llegado hasta ahí había desaparecido… no obstante, podrían hacerse cargo de sus propios asuntos…
-Luego de tan magnífica demostración de fiereza, permítame invitarle a mi residencia…
Los amplios territorios Caínitas poseían una gran cantidad de mansiones, la misma Azuka tenía varias en esta zona, ubicadas en zonas específicas, y claro que por seguridad le llevaría a la que se encuentra apartada de sus asuntos de mayor importancia (como en la que se encuentran los aposentos de Lilith, o donde guarda algunas cosas)… siendo una visita que no pusiese en riesgo algunos asuntos de muy relevante importancia para ella.
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Re: Danse Macabre
por Invitado Jue Nov 29, 2012 5:25 pm
El contingente avanzó hasta la ubicación pertinente. La eficiencia con la que los Cainitas habían mantenido su territorio libre de demonios le era muy coherente. La Brotherhood hacía lo propio, y con los esfuerzos de Pietyr, también era seguro.
Salvo quizás por el hecho de que Pietyr los dejaba entrar a propósito, para cazarlos una vez que se juntaran en grupos numerosos. Él se dió cuenta de lo inútil de sus acciones desde que comenzó su campaña: después de que las puertas estuvieran abiertas, muchas otras "entradas" aparecían de tanto en tanto, aleatóriamente sobre la faz de la tierra, permitiendo el acceso a los Infiernos.
Los asaltos son breves y sangrientos, pues la fuerza que le da materia a los demonios se agota con rapidez. Sin un Gran Demonio cerca, los esbirros se desvanecían con el viento, tal cual aparecían. Muy parecido a lo que Pietyr hacía con los fantasmas.
En fin, el perfecto cuidado que tenía la zona Cainita no era prueba sino de que otros Espiritistas estaban custodiando su territorio. Vasallos, quizás. Algo sin importancia.
Cuando hubieron llegado, los Caballeros de la Sangre se dispusieron en la entrada de la gran mansión, montando guardia (a pesar de que los Cainitas dispusieran de una, e inclusive superior). Pietyr tomó todas las atenciones con Azuka. La atendió como es debido, hasta que ambos estuvieron dentro y pudieran conversar en privado, sin interrupciones.
Afuera, los hombres y mujeres de Pietyr (puesto que vampiresas formaban parte de la Caballería también) mostraban una faceta de la Brotherhood hacia los Cainitas que segúramente no habrían visto antes: ninguno de ellos los miraba con desprecio o miedo (dado que hay ciertos vampiros jóvenes que aún prestan atención a ese sentimiento). Todos estaban callados, también. Parecía como si no necesitaran hablar para comunicarse. Sus miradas eran tanto distantes como intensas. Una rara combinación. Como si siempre estuvieran esperando batalla...
Dentro, Pietyr dirige las primeras palabras:
- Los símbolos en su cuerpo, Lady von Doom... veo que reflejan una sed por lo Oculto. Intuí que no era yo el único con dichos recursos...
Y así, podrían iniciar conversación, misma que había estado pendiente desde el Winter Festival...
Salvo quizás por el hecho de que Pietyr los dejaba entrar a propósito, para cazarlos una vez que se juntaran en grupos numerosos. Él se dió cuenta de lo inútil de sus acciones desde que comenzó su campaña: después de que las puertas estuvieran abiertas, muchas otras "entradas" aparecían de tanto en tanto, aleatóriamente sobre la faz de la tierra, permitiendo el acceso a los Infiernos.
Los asaltos son breves y sangrientos, pues la fuerza que le da materia a los demonios se agota con rapidez. Sin un Gran Demonio cerca, los esbirros se desvanecían con el viento, tal cual aparecían. Muy parecido a lo que Pietyr hacía con los fantasmas.
En fin, el perfecto cuidado que tenía la zona Cainita no era prueba sino de que otros Espiritistas estaban custodiando su territorio. Vasallos, quizás. Algo sin importancia.
Cuando hubieron llegado, los Caballeros de la Sangre se dispusieron en la entrada de la gran mansión, montando guardia (a pesar de que los Cainitas dispusieran de una, e inclusive superior). Pietyr tomó todas las atenciones con Azuka. La atendió como es debido, hasta que ambos estuvieron dentro y pudieran conversar en privado, sin interrupciones.
Afuera, los hombres y mujeres de Pietyr (puesto que vampiresas formaban parte de la Caballería también) mostraban una faceta de la Brotherhood hacia los Cainitas que segúramente no habrían visto antes: ninguno de ellos los miraba con desprecio o miedo (dado que hay ciertos vampiros jóvenes que aún prestan atención a ese sentimiento). Todos estaban callados, también. Parecía como si no necesitaran hablar para comunicarse. Sus miradas eran tanto distantes como intensas. Una rara combinación. Como si siempre estuvieran esperando batalla...
Dentro, Pietyr dirige las primeras palabras:
- Los símbolos en su cuerpo, Lady von Doom... veo que reflejan una sed por lo Oculto. Intuí que no era yo el único con dichos recursos...
Y así, podrían iniciar conversación, misma que había estado pendiente desde el Winter Festival...
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Re: Danse Macabre
por Invitado Vie Nov 30, 2012 10:14 am
Luego de un rato avanzando, adentrándose cada vez más dentro de territorio cainita, entre arboles que hacían un quizá no muy amplio, pero si espeso bosque, finalmente divisaron en medio de todo aquello, luego de cruzar por una laguna pequeña, que tenía un pequeño puente con figuras que asimilaban diversas figuras en el hierro doblado, la enorme mansión a la que se dirigían, escondida en medio de todo aquello… Pietyr había tenido una gran dedicación para con la vampiresa… cosa que se le hacía realmente curiosa, pero, no dejaba de agradarle…
La luna llena que brillaba en lo alto, empapaba con su luz mortecina la estructura, permitiendo observar (no es que lo necesitasen pues pueden ver perfectamente en la oscuridad) los árboles y plantas secas, muestra de descuido por parte de los jardineros… pasaron por los pilares de mármol de la entrada, al estilo griego, que se mostraban algo descuidados también… grisáceos… había luz dentro de la morada, y las puertas se abrieron de par en par cuando la vampiresa estuvo frente a ella, sin que fuese necesario que la tocase.
Una vez dentro, no se divisaba vida alguna… el lugar estaba iluminado por candelabros de araña en lo alto, similares a los de las épocas antiguas, cuando la electricidad aún no existía en el mundo… estando ahí más por lujo que por necesidad, y bueno, también para que los sirvientes y vasallos no se perdiesen por completo en la oscuridad de la noche… el lobby al que entraron en primera instancia, mostraba algunas estatuas y pinturas que evocaban cosas de eras pasadas… hechas por artistas del clan, ocultos a ojos mortales y de la luz publica, estando ahí para su deleite personal, alrededor de un juego de sillones pequeño… pero, la vampiresa no pretendía quedarse ahí…
-Por favor, sígame…
Dejó caer en la mente del vampiro, abriéndose paso por una puerta al frente, que daba directo a un salón mucho más amplio, que dejaba vislumbrar dos enormes escalinatas que daban hacia los pisos superiores, todo el lugar adornado con sobriedad… la vampiresa comenzó a caminar con sobriedad sobre las escaleras, posando su mano con suavidad sobre el barandal, pareciendo que la misma simplemente flotaba con gracia, al igual de su cuerpo ágil y felino… al subir hasta la intersección con la siguiente escalera que daba en otra dirección, volteó a ver al vampiro que la seguía muy de cerca, al tiempo que la luz de la luna que se colaba por la ventana la bañaba, dejando ver la sangre ya algo seca sobre su cuerpo semidesnudo y los símbolos grabados que llevaba sobre su perfecto cuerpo de mármol.
Escuchó su comentario, sobre los símbolos de antigüedad y suma oscuridad que con sumo detalle habían sido dibujados, y claro… ella estaba también muy interesada en este tema, pues era eso… los recursos que pudiesen alcanzar cualquiera de los dos, y el nivel de poder que pudiesen adquirir, de compartir algo del conocimiento que podrían haber adquirido… ella por su parte, incrementaba su brecha de conocimiento en demonología, pero se le hacía muy interesante el poder sobre los muertos que había divisado con anterioridad, que poseía el vampiro… ella sabía que el utilizar el conocimiento, y de ser necesario modificarlo en su conveniencia, quizá sería algo dificultoso, pero no imposible, tenía la capacidad y los recursos necesarios para lograr cualquier cosa que se propusiese…
Guardó silencio, dedicándole una medio sonrisa, demasiado encantadora y un poco macabra, pero con un halo de misterio, mientras subía por la siguiente escalinata que daba en un enorme par de puertas dobles de madera oscura, con grabados vampíricos dorados que al ser empujadas con suavidad por la blanca mano de la vampiresa, daban con un enorme salón, que poseía una gran chimenea, que se encontraba encendida, una sala, con sillones que parecían de tres siglos atrás, cuadros y armas adornando las paredes, al igual que otro enorme candelabro adornando la estancia…. Grandes vitrales con distintas decoraciones, como las que aún se ven en las grandes catedrales, estaban en medio de una puerta amplia, que salía hasta lo que parecía ser un balcón, muy espacioso también, decorado con un juego de sillas y una pequeña mesa de té…
-Y es por ello querido caballero, que esta plática es necesaria…
La vampiresa caminó un poco, situando su vista en la chimenea, para luego darse vuelta y mirar al vampiro directo a los ojos.
-Es evidente que algunos de nuestros objetivos discrepan… pero, ahora… la situación ha cambiado…
Sonríe suavemente de medio lado…
-Podría atreverme a decir, que no somos tan distintos…
La fría y gutural voz de la vampiresa, se expresaba con suma fluidez, siempre con ese deje femenino y seductor en sus palabras… observando cómo tras el vampiro un par de vasallas entraban en la estancia, con dos copas de fino cristal vacías… sin ninguna clase de botella en sus manos… acercándose hasta los vampiros, reverenciando ampliamente al estar ante ellos.
-Buenas noches mis Señores, esperamos podamos servirles esta noche…
Dijeron al unísono, una bella rubia y una preciosa pelirroja, que iban vestidas ambas con trajes de encaje rojo, que no dejaban demasiado a la imaginación…
La luna llena que brillaba en lo alto, empapaba con su luz mortecina la estructura, permitiendo observar (no es que lo necesitasen pues pueden ver perfectamente en la oscuridad) los árboles y plantas secas, muestra de descuido por parte de los jardineros… pasaron por los pilares de mármol de la entrada, al estilo griego, que se mostraban algo descuidados también… grisáceos… había luz dentro de la morada, y las puertas se abrieron de par en par cuando la vampiresa estuvo frente a ella, sin que fuese necesario que la tocase.
- Mansión:
Una vez dentro, no se divisaba vida alguna… el lugar estaba iluminado por candelabros de araña en lo alto, similares a los de las épocas antiguas, cuando la electricidad aún no existía en el mundo… estando ahí más por lujo que por necesidad, y bueno, también para que los sirvientes y vasallos no se perdiesen por completo en la oscuridad de la noche… el lobby al que entraron en primera instancia, mostraba algunas estatuas y pinturas que evocaban cosas de eras pasadas… hechas por artistas del clan, ocultos a ojos mortales y de la luz publica, estando ahí para su deleite personal, alrededor de un juego de sillones pequeño… pero, la vampiresa no pretendía quedarse ahí…
-Por favor, sígame…
Dejó caer en la mente del vampiro, abriéndose paso por una puerta al frente, que daba directo a un salón mucho más amplio, que dejaba vislumbrar dos enormes escalinatas que daban hacia los pisos superiores, todo el lugar adornado con sobriedad… la vampiresa comenzó a caminar con sobriedad sobre las escaleras, posando su mano con suavidad sobre el barandal, pareciendo que la misma simplemente flotaba con gracia, al igual de su cuerpo ágil y felino… al subir hasta la intersección con la siguiente escalera que daba en otra dirección, volteó a ver al vampiro que la seguía muy de cerca, al tiempo que la luz de la luna que se colaba por la ventana la bañaba, dejando ver la sangre ya algo seca sobre su cuerpo semidesnudo y los símbolos grabados que llevaba sobre su perfecto cuerpo de mármol.
- Escalinatas:
Escuchó su comentario, sobre los símbolos de antigüedad y suma oscuridad que con sumo detalle habían sido dibujados, y claro… ella estaba también muy interesada en este tema, pues era eso… los recursos que pudiesen alcanzar cualquiera de los dos, y el nivel de poder que pudiesen adquirir, de compartir algo del conocimiento que podrían haber adquirido… ella por su parte, incrementaba su brecha de conocimiento en demonología, pero se le hacía muy interesante el poder sobre los muertos que había divisado con anterioridad, que poseía el vampiro… ella sabía que el utilizar el conocimiento, y de ser necesario modificarlo en su conveniencia, quizá sería algo dificultoso, pero no imposible, tenía la capacidad y los recursos necesarios para lograr cualquier cosa que se propusiese…
Guardó silencio, dedicándole una medio sonrisa, demasiado encantadora y un poco macabra, pero con un halo de misterio, mientras subía por la siguiente escalinata que daba en un enorme par de puertas dobles de madera oscura, con grabados vampíricos dorados que al ser empujadas con suavidad por la blanca mano de la vampiresa, daban con un enorme salón, que poseía una gran chimenea, que se encontraba encendida, una sala, con sillones que parecían de tres siglos atrás, cuadros y armas adornando las paredes, al igual que otro enorme candelabro adornando la estancia…. Grandes vitrales con distintas decoraciones, como las que aún se ven en las grandes catedrales, estaban en medio de una puerta amplia, que salía hasta lo que parecía ser un balcón, muy espacioso también, decorado con un juego de sillas y una pequeña mesa de té…
-Y es por ello querido caballero, que esta plática es necesaria…
La vampiresa caminó un poco, situando su vista en la chimenea, para luego darse vuelta y mirar al vampiro directo a los ojos.
-Es evidente que algunos de nuestros objetivos discrepan… pero, ahora… la situación ha cambiado…
Sonríe suavemente de medio lado…
-Podría atreverme a decir, que no somos tan distintos…
La fría y gutural voz de la vampiresa, se expresaba con suma fluidez, siempre con ese deje femenino y seductor en sus palabras… observando cómo tras el vampiro un par de vasallas entraban en la estancia, con dos copas de fino cristal vacías… sin ninguna clase de botella en sus manos… acercándose hasta los vampiros, reverenciando ampliamente al estar ante ellos.
-Buenas noches mis Señores, esperamos podamos servirles esta noche…
Dijeron al unísono, una bella rubia y una preciosa pelirroja, que iban vestidas ambas con trajes de encaje rojo, que no dejaban demasiado a la imaginación…
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Sáb Dic 01, 2012 2:54 am
- Si me permite externar mi opinión con sinceridad, Lady von Doom... nosotros casi nunca cambiamos. Y siempre hemos sido parecidos.
Pietyr dijo, sin prestar atención a las mujeres que se aproximaban a ellos, para ofrecer el elixir de sus vidas a sus amos inmortales. De cierta forma, parecía que seguía hablando con "Anna" (Nerina) hacía esos meses atrás, con la diferencia de que Azuka realmente tenía visión de lo que hacían. Esa sería una charla interesante.
- Y ahora que el tema surge, hay algo que me gustaría escuchar de sus mismos labios
El vampiro había caminado por la hermosa mansión todavía con su armadura manchada de sangre infernal. Sólo se había removido el casco, para traerlo colgando de un hombro, y el escudo lo tenía guardado en su espalda. Su rostro se veía muy demacrado, ya casi no tenía semblante vital como el de un humano, y se asemejaba más a el de un cadaver, por lo pronunciado de sus rasgos. Eso ocurría cuando los inmortales dejaban de beber sangre regularmente, y sin embargo, Pietyr no se quejaba de la falta de sustento, ni se veían sus movimientos mermados al actuar.
- ¿Cuál es su propósito? (preguntó, de manera muy general. Obviamente no se refería de su propósito en ese lugar, sino en general. Y para evitar confusión, replanteó la pregunta) ¿Qué impulsa a sus manos a tomar acción?
Pero antes de que permitiera a su anfitriona contestar, y aún sin haber tomado asiento, Pietyr camina por la estancia, mirando sólo esa vez a las doncellas, que quizás estarían desconcertadas de que el vampiro no las deseara.
- Lo digo porque, la Cainita que conocí no me supo decir. O bien, me dió una explicación tan burda que no la consideré digna. Y después de tanto tiempo, creo que es justo que nos hablemos de frente.
El Caballero voltea a ver a Azuka de nuevo, y se sigue preguntando el significado de esos símbolos grabados en ella, pero ya habría momento para ello. Mientras hablaban, no había necesidad de comunicarse mentalmente, y por lo tanto ninguno podía penetrar en los pensamientos del otro.
Pietyr dijo, sin prestar atención a las mujeres que se aproximaban a ellos, para ofrecer el elixir de sus vidas a sus amos inmortales. De cierta forma, parecía que seguía hablando con "Anna" (Nerina) hacía esos meses atrás, con la diferencia de que Azuka realmente tenía visión de lo que hacían. Esa sería una charla interesante.
- Y ahora que el tema surge, hay algo que me gustaría escuchar de sus mismos labios
El vampiro había caminado por la hermosa mansión todavía con su armadura manchada de sangre infernal. Sólo se había removido el casco, para traerlo colgando de un hombro, y el escudo lo tenía guardado en su espalda. Su rostro se veía muy demacrado, ya casi no tenía semblante vital como el de un humano, y se asemejaba más a el de un cadaver, por lo pronunciado de sus rasgos. Eso ocurría cuando los inmortales dejaban de beber sangre regularmente, y sin embargo, Pietyr no se quejaba de la falta de sustento, ni se veían sus movimientos mermados al actuar.
- ¿Cuál es su propósito? (preguntó, de manera muy general. Obviamente no se refería de su propósito en ese lugar, sino en general. Y para evitar confusión, replanteó la pregunta) ¿Qué impulsa a sus manos a tomar acción?
Pero antes de que permitiera a su anfitriona contestar, y aún sin haber tomado asiento, Pietyr camina por la estancia, mirando sólo esa vez a las doncellas, que quizás estarían desconcertadas de que el vampiro no las deseara.
- Lo digo porque, la Cainita que conocí no me supo decir. O bien, me dió una explicación tan burda que no la consideré digna. Y después de tanto tiempo, creo que es justo que nos hablemos de frente.
El Caballero voltea a ver a Azuka de nuevo, y se sigue preguntando el significado de esos símbolos grabados en ella, pero ya habría momento para ello. Mientras hablaban, no había necesidad de comunicarse mentalmente, y por lo tanto ninguno podía penetrar en los pensamientos del otro.
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Sáb Dic 08, 2012 1:55 pm
Escuchó las primeras palabras de Pietyr, expresándole una quizá imperceptible afirmación con la mirada, pero daba por un hecho que él comprendería que ella estaba de acuerdo con él, al menos en aquel aspecto… difícilmente llegaban a cambiar, después de todos eran seres congelados en el tiempo, incapaces de cambiar, al menos en apariencia, no obstante… aprendían, claro que lo hacían!!, y evolucionaban, creciendo en sabiduría… pues, es elementar para los de su especie adaptarse… quien no lo hace está remitido a su propia destrucción, pero claro… su esencia… lo que fueron, lo que son!!... eso… seguirá siendo lo mismo sin importar que suceda… pues es su naturaleza, su pena y su gloria…
Observó a las bellas damas acercarse… haciéndoles un leve, casi imperceptible ademán, para que se posasen en medio de la sala… pero sin interferir en el contacto visual entre ambos vampiros… abriéndose ambas, de un solo tajo y sin el menor reparo, las muñecas… llenando ambas copas lentamente, dispuestas a brindársela a aquellos señores de la oscuridad… era claro que no les matarían, aún Azuka debía de medirse ahora que la escases de humanos era tan amplia… debía de cuidar de sus vasallos, para tener una fuente constante de sangre, lamentablemente, hasta que no lograsen repoblar la tierra, no podían alimentarse como solía hacerlo con normalidad… aunque claro, ocasionalmente mataba algún vestigio inservible de ser humano, que no aportaría nada bueno a la nueva humanidad, ni si quiera genéticamente…
Escuchó entonces la segunda frase del vampiro… acercándose al tiempo hasta las dos vasallas, tomando ambas copas entre sus finos y delicados dedos, acercándose lentamente y con andar felino hasta su inmortal invitado, para darle la copa en sus propias manos…
-Adelante…
Le dijo, esperando que preguntase que es lo que deseaba escuchar de sus labios… y así lo hizo, escuchó su cuestionamiento… preguntándole por su propósito, aquel, su enemigo quería conocer los motivos por los cuales actuaba… las razones que como inmortal, le motivaban a seguir en su cruzada eterna… esto era claro, algo que no le respondería abiertamente, pues, a pesar de ser ambos señores de la noche, y de querer ella algo del conocimiento que el vampiro poseía, no olvidaba que sus ideales diferían, y seguían siendo enemigos… además, ese cuestionamiento, si bien se refería sus objetivos personales, podría perfectamente responderla como líder de los hijos de Caín… pues… los objetivos del clan, y los personales de la vampiresa diferían; pero obviamente, su poder como líder era el suficiente para progresar con sus propias ambiciones, con el falso clamor de las necesidades del clan… egoísmo… una bella emoción humana… y ella, lo era… ambiciosa, egoísta… y malvada…
La vampiresa dio un sorbo a su copa de tibia sangre… al tiempo que escuchaba las palabras del vampiro que siguieron a las anteriores… con las mismas le aclaraba que lo deseaba conocer sin más, eran los motivos de actuar de la vampiresa, pero como líder de los Hijos de Caín… esto, sería algo sencillo de explicar… poder… el poder absoluto, a grandes rasgos… pero, era algo mucho más profundo que esto… y no era algo que explicaría abiertamente… no tan fácilmente…
-El tiempo si bien puede cambiarse, está escrito… todos los caminos llevan al mismo final… y es mi deber cumplir con el papel que se me ha sido encomendado en ésta charada…
Le decía, haciendo una leve pausa, moviendo con delicadeza la sangre de la copa… acercándose a las humanas, para, luego de que hacer un leve corte a su dedo índice con sus colmillos, dejar caer una gota de su preciada sangre en las heridas de cada una de ellas, evitando así que se desangrasen… de ser necesario les haría nuevas heridas posteriormente…
Volteó nuevamente, para dirigirse al vampiro una vez más, y pronunciar palabra…
-Es por est…
Sus palabras fueron interrumpidas de golpe, por un halo de luz azul, que en realidad no se vio en la habitación como tal… si no solamente la mente de los vampiros… como una onda expansiva, que bien podría haberles golpeado hasta hacerles caer, aunque físicamente, realmente no fue visible… y de inmediato… una vez recobraron el sentido, un camino de pequeñas llamas azuladas se dibujó en el suelo… pero solamente visible por una fracción de segundo… para ambos sería más que claro… lo sentirían de inmediato… algo les llamaba…
Observó a las bellas damas acercarse… haciéndoles un leve, casi imperceptible ademán, para que se posasen en medio de la sala… pero sin interferir en el contacto visual entre ambos vampiros… abriéndose ambas, de un solo tajo y sin el menor reparo, las muñecas… llenando ambas copas lentamente, dispuestas a brindársela a aquellos señores de la oscuridad… era claro que no les matarían, aún Azuka debía de medirse ahora que la escases de humanos era tan amplia… debía de cuidar de sus vasallos, para tener una fuente constante de sangre, lamentablemente, hasta que no lograsen repoblar la tierra, no podían alimentarse como solía hacerlo con normalidad… aunque claro, ocasionalmente mataba algún vestigio inservible de ser humano, que no aportaría nada bueno a la nueva humanidad, ni si quiera genéticamente…
Escuchó entonces la segunda frase del vampiro… acercándose al tiempo hasta las dos vasallas, tomando ambas copas entre sus finos y delicados dedos, acercándose lentamente y con andar felino hasta su inmortal invitado, para darle la copa en sus propias manos…
-Adelante…
Le dijo, esperando que preguntase que es lo que deseaba escuchar de sus labios… y así lo hizo, escuchó su cuestionamiento… preguntándole por su propósito, aquel, su enemigo quería conocer los motivos por los cuales actuaba… las razones que como inmortal, le motivaban a seguir en su cruzada eterna… esto era claro, algo que no le respondería abiertamente, pues, a pesar de ser ambos señores de la noche, y de querer ella algo del conocimiento que el vampiro poseía, no olvidaba que sus ideales diferían, y seguían siendo enemigos… además, ese cuestionamiento, si bien se refería sus objetivos personales, podría perfectamente responderla como líder de los hijos de Caín… pues… los objetivos del clan, y los personales de la vampiresa diferían; pero obviamente, su poder como líder era el suficiente para progresar con sus propias ambiciones, con el falso clamor de las necesidades del clan… egoísmo… una bella emoción humana… y ella, lo era… ambiciosa, egoísta… y malvada…
La vampiresa dio un sorbo a su copa de tibia sangre… al tiempo que escuchaba las palabras del vampiro que siguieron a las anteriores… con las mismas le aclaraba que lo deseaba conocer sin más, eran los motivos de actuar de la vampiresa, pero como líder de los Hijos de Caín… esto, sería algo sencillo de explicar… poder… el poder absoluto, a grandes rasgos… pero, era algo mucho más profundo que esto… y no era algo que explicaría abiertamente… no tan fácilmente…
-El tiempo si bien puede cambiarse, está escrito… todos los caminos llevan al mismo final… y es mi deber cumplir con el papel que se me ha sido encomendado en ésta charada…
Le decía, haciendo una leve pausa, moviendo con delicadeza la sangre de la copa… acercándose a las humanas, para, luego de que hacer un leve corte a su dedo índice con sus colmillos, dejar caer una gota de su preciada sangre en las heridas de cada una de ellas, evitando así que se desangrasen… de ser necesario les haría nuevas heridas posteriormente…
Volteó nuevamente, para dirigirse al vampiro una vez más, y pronunciar palabra…
-Es por est…
Sus palabras fueron interrumpidas de golpe, por un halo de luz azul, que en realidad no se vio en la habitación como tal… si no solamente la mente de los vampiros… como una onda expansiva, que bien podría haberles golpeado hasta hacerles caer, aunque físicamente, realmente no fue visible… y de inmediato… una vez recobraron el sentido, un camino de pequeñas llamas azuladas se dibujó en el suelo… pero solamente visible por una fracción de segundo… para ambos sería más que claro… lo sentirían de inmediato… algo les llamaba…
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Lun Dic 10, 2012 4:38 am
Pietyr no bebía la sangre de la vasalla, aunque la anfitriona lo hiciera, eso era claro. La razón, sin embargo era un tanto más profunda que simple rechazo. Poco a poco, en su búsqueda de las Artes Negras, y en su cruzada contra los infiernos, el vampiro se estaba acercando (estrepitósamente) a un destino que sólo los Antiguos comparten. Si la Sed creciera con la edad, los monstruos que habitan la tierra de miles de años habrían consumido al mundo para entonces. Sin embargo, parecía ser que esa Ansia se volvía cada vez más controlable, o quizás menos frecuente. Era un efecto que Pietyr experimentaba reciéntemente, y de cierta manera le permitía enfocarse en lo que le incumbe: la guerra.
Cuando ese impacto mental los sacudió tan de pronto, la concentración del inmortal flaqueó por unos instantes. Sabía que si soportaba la carga de la magia negra sobre él perpétuamente, eso iba a ocurrir. Haciendo todo el esfuerzo posible por incorporar de nuevo las energías que le rodeaban, vió el sendero marcado en azul de las llamas, y por efímero que fuera, obtuvo el mensaje:
- ¿¡Qué hechicería es esta!?... (mientras volteaba hacia el final del camino, el cuál aún no era claro). Fuego Azul... ¡Muéstrate demonio! Bailemos la danza macabra... hasta que sólo uno quede...
Pero no hubo respuesta, no aún. Sin embargo, sus intenciones eran claras, y aunque ya no portaba la lanza de caballería (pues se habría quedado resguardada junto con el corcel no-muerto), Pietyr si traía sus espadas emparejadas consigo: una completa, una rota; y su escudo también.
Su Juramento le obligaba a encontrar la fuente de ese Fuego Azul, y extinguirlo. La anfitriona Cainita podía ver esto con claridad, y sabía que el Caballero no desistiría, sin importar la razón, conveniencia o engaño en el que se le metiera. Ella tendría que actuar con mucha sabiduría ahora...
Pietyr camina hacia el origen del Fuego, siguiendo el camino que ha quedado grabado en su mente, mirando primero a Azuka para mostrarle esa intención.
Cuando ese impacto mental los sacudió tan de pronto, la concentración del inmortal flaqueó por unos instantes. Sabía que si soportaba la carga de la magia negra sobre él perpétuamente, eso iba a ocurrir. Haciendo todo el esfuerzo posible por incorporar de nuevo las energías que le rodeaban, vió el sendero marcado en azul de las llamas, y por efímero que fuera, obtuvo el mensaje:
- ¿¡Qué hechicería es esta!?... (mientras volteaba hacia el final del camino, el cuál aún no era claro). Fuego Azul... ¡Muéstrate demonio! Bailemos la danza macabra... hasta que sólo uno quede...
Pero no hubo respuesta, no aún. Sin embargo, sus intenciones eran claras, y aunque ya no portaba la lanza de caballería (pues se habría quedado resguardada junto con el corcel no-muerto), Pietyr si traía sus espadas emparejadas consigo: una completa, una rota; y su escudo también.
Su Juramento le obligaba a encontrar la fuente de ese Fuego Azul, y extinguirlo. La anfitriona Cainita podía ver esto con claridad, y sabía que el Caballero no desistiría, sin importar la razón, conveniencia o engaño en el que se le metiera. Ella tendría que actuar con mucha sabiduría ahora...
Pietyr camina hacia el origen del Fuego, siguiendo el camino que ha quedado grabado en su mente, mirando primero a Azuka para mostrarle esa intención.
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Mar Dic 11, 2012 9:43 am
Las puertas que daban al balcón se encontraban abiertas de par en par, curiosamente, el viento no soplaba, todo permanecía estrepitosamente calmado; las vasallas observaban a los inmortales incautamente, en ése instante los objetivos de la noche se habían visto corrompidos… pero había una buena razón para que esto sucediese, aquel fuego azul… la vampiresa había sentido una sensación similar solamente una vez, y es que las palabras que Pietyr pronunció ante lo que les interrumpía eran totalmente acertadas… al menos las primeras…
La magia, el planeta estaba plagado de ella, por lo que una acción impregnada de ésta no sería de sorprender… no obstante, no estaba completamente segura de si su primer impresión de lo que sucedía estaba en lo correcto… el camino de flamas azules había desaparecido en una fracción de segundo, tan breve, que pareció jamás haber sucedido realmente, la senda invisible ahora, se extendía hasta el balcón, y de ahí hasta afuera, llegando a los jardines traseros de aquella mansión, mismos que delimitaban con un bosque que tenía su fin justo en las aguas del océano. Pietyr clamaba a un demonio para que hiciese su aparición, pero Azuka sabía que esto era muy improbable, pues de haber un demonio de ésta magnitud en sus dominios, sería solamente porque ella lo hubiese llevado hasta ahí… no, lo que sucedía se debía a algo más; y pronto confirmaría o declinaría la teoría que rondaba su retorcida mente.
Azuka observó al vampiro moverse, sabía muy bien que en su pensamiento un demonio le retaba, y que la misma fuerza que lo había movido hasta tierras enemigas en su cacería, lo obligaría ahora a levantar armas en una nueva búsqueda…. Pero había algo que ninguno de los dos vampiros sabía, y es que desde que decidiesen marchar en busca de lo que les llamaba, la magia, una tan ancestral, les apartaría de todo, haciendo que la experiencia que tuviesen fuese inalcanzable e inaudible para cualquier otro ser en las cercanía o lejos de aquel sitio, donde dios alguno no existía… más que ellos mismos…
La vampiresa conocía las intenciones del vampiro, aún antes de que éste las insinuase, ella misma no se había deshecho de sus armas al entrar a la mansión, por lo que luego de dejar la copa de sangre ya vacía sobre la chimenea, esbozó una tétrica medio sonrisa, pasando sutilmente su mano sobre la empuñadura de su katana, caminando hasta fuera de la habitación sobre el balcón, la vista desde aquel cuarto piso era bastante amplia, y sabía perfectamente que la senda a seguir les llevaría hasta el espeso bosque que se divisaba a lo lejos.
-Adelante…
Resonó aquella única voz de la vampiresa instantes antes de que saltase del balcón, para con velocidad vampírica recorrer los jardines, repletos de rosales descuidados y varios tipos de plantas exóticas, sabía que Pietyr recorría el mismo camino que ella, y al adentrarse en aquel bosque, un gruñido bestial se hizo audible para ambos (solamente ellos podrían escucharlo), al avanzar aún más se reveló ante sus ojos; un enorme dragón, de aquellos que solamente en los escritos del pasado y películas absurdas de una era en decadencia, pudieron llegar a conocerse.
Una enorme prueba se imponía ante aquel par de inmortales, pues era más que evidente que debían de enfrentar a aquella majestuosa y mitológica criatura; cuya misión y razón lógica para estar en la época actual, mucho tiempo después de su extinción, les sería revelado a los vampiros posteriormente.
La magia, el planeta estaba plagado de ella, por lo que una acción impregnada de ésta no sería de sorprender… no obstante, no estaba completamente segura de si su primer impresión de lo que sucedía estaba en lo correcto… el camino de flamas azules había desaparecido en una fracción de segundo, tan breve, que pareció jamás haber sucedido realmente, la senda invisible ahora, se extendía hasta el balcón, y de ahí hasta afuera, llegando a los jardines traseros de aquella mansión, mismos que delimitaban con un bosque que tenía su fin justo en las aguas del océano. Pietyr clamaba a un demonio para que hiciese su aparición, pero Azuka sabía que esto era muy improbable, pues de haber un demonio de ésta magnitud en sus dominios, sería solamente porque ella lo hubiese llevado hasta ahí… no, lo que sucedía se debía a algo más; y pronto confirmaría o declinaría la teoría que rondaba su retorcida mente.
Azuka observó al vampiro moverse, sabía muy bien que en su pensamiento un demonio le retaba, y que la misma fuerza que lo había movido hasta tierras enemigas en su cacería, lo obligaría ahora a levantar armas en una nueva búsqueda…. Pero había algo que ninguno de los dos vampiros sabía, y es que desde que decidiesen marchar en busca de lo que les llamaba, la magia, una tan ancestral, les apartaría de todo, haciendo que la experiencia que tuviesen fuese inalcanzable e inaudible para cualquier otro ser en las cercanía o lejos de aquel sitio, donde dios alguno no existía… más que ellos mismos…
La vampiresa conocía las intenciones del vampiro, aún antes de que éste las insinuase, ella misma no se había deshecho de sus armas al entrar a la mansión, por lo que luego de dejar la copa de sangre ya vacía sobre la chimenea, esbozó una tétrica medio sonrisa, pasando sutilmente su mano sobre la empuñadura de su katana, caminando hasta fuera de la habitación sobre el balcón, la vista desde aquel cuarto piso era bastante amplia, y sabía perfectamente que la senda a seguir les llevaría hasta el espeso bosque que se divisaba a lo lejos.
-Adelante…
Resonó aquella única voz de la vampiresa instantes antes de que saltase del balcón, para con velocidad vampírica recorrer los jardines, repletos de rosales descuidados y varios tipos de plantas exóticas, sabía que Pietyr recorría el mismo camino que ella, y al adentrarse en aquel bosque, un gruñido bestial se hizo audible para ambos (solamente ellos podrían escucharlo), al avanzar aún más se reveló ante sus ojos; un enorme dragón, de aquellos que solamente en los escritos del pasado y películas absurdas de una era en decadencia, pudieron llegar a conocerse.
Una enorme prueba se imponía ante aquel par de inmortales, pues era más que evidente que debían de enfrentar a aquella majestuosa y mitológica criatura; cuya misión y razón lógica para estar en la época actual, mucho tiempo después de su extinción, les sería revelado a los vampiros posteriormente.
- Dragon:
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Mar Dic 18, 2012 4:29 pm
- Por los Antiguos...
Fué la expresión que usó el vampiro, justo al posar sus ojos sobre la enorme bestia. Ésto lo hacía no sólo por al imponencia de la mitológica criatura, sino por los relatos que había oído de éstas.
No, no eran relatos de sus proezas, sino las de un vampiro ancestral. Decían ciertos rumores hace ya muchos años, que un vampiro anónimo alguna vez precedió una Orden de caballeros. Dicho vampiro se ganó su lugar en la noche, cuando decidió batirse en duelo con nada menos que un dragón rojo, usando sólo su espada y su armadura.
Cuando éste regresó con la cabeza del mismo, dijo a sus seguidores que ninguno se llamaría su discípulo sino pasaba similar prueba.
Todo eso pasó por la mente de Pietyr al presentársele esa oportunidad. Sus manos empuñaban ya fírmemente su espada (que por cierto, era aquella rota) y su escudo. No recordaba cuándo los había alistado, símplemente que estaba ahí, de pié junto a su enemiga, frente a una bestia imposible de concebir en el mundo moderno. El vampiro ignoraba cómo era que los demás no lo habían visto, ni cómo había hecho semejante bestia para llamarlos, o peor aún, el propósito de su presencia ahí. Pietyr sólo sentía el viento en su rostro, haciendo volar la capa en su espalda.
La situación era clara. Ese dragón se postraría sobre sus cenizas, si ellos no se levantaban sobre su cadaver...
Fué la expresión que usó el vampiro, justo al posar sus ojos sobre la enorme bestia. Ésto lo hacía no sólo por al imponencia de la mitológica criatura, sino por los relatos que había oído de éstas.
No, no eran relatos de sus proezas, sino las de un vampiro ancestral. Decían ciertos rumores hace ya muchos años, que un vampiro anónimo alguna vez precedió una Orden de caballeros. Dicho vampiro se ganó su lugar en la noche, cuando decidió batirse en duelo con nada menos que un dragón rojo, usando sólo su espada y su armadura.
Cuando éste regresó con la cabeza del mismo, dijo a sus seguidores que ninguno se llamaría su discípulo sino pasaba similar prueba.
Todo eso pasó por la mente de Pietyr al presentársele esa oportunidad. Sus manos empuñaban ya fírmemente su espada (que por cierto, era aquella rota) y su escudo. No recordaba cuándo los había alistado, símplemente que estaba ahí, de pié junto a su enemiga, frente a una bestia imposible de concebir en el mundo moderno. El vampiro ignoraba cómo era que los demás no lo habían visto, ni cómo había hecho semejante bestia para llamarlos, o peor aún, el propósito de su presencia ahí. Pietyr sólo sentía el viento en su rostro, haciendo volar la capa en su espalda.
La situación era clara. Ese dragón se postraría sobre sus cenizas, si ellos no se levantaban sobre su cadaver...
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Dom Dic 23, 2012 2:13 pm
Al ver aquel dragon, Azuka por un momento dudó que fuese real... pero la bestia era capaz de hacer arboles caer y en cuanto se percató de su presencia, una llamarada, demasiado real fue lanzada contra ellos dos... tenían que ser hábiles y evadir, pues estaba claro que aquel dragon penzaba convertirlos en su cena... las preguntas que la vampiresa se hacía eran ¿que hace un dragon ahi?, y ¿porqué motivo aquel fuego azul les guiaba hasta él?, ¿acaso era alguna clase de prueba?, o los demonios de alguna forma lograron traer una criatura extinta hasta ellos... pero no, ésto ultimo no tendría sentido alguno... podrían encontrar mejores formas de atacarles, sus fuerzas infernales daban para mucho más; además del increíble arcenal que habían demostrado tener... no!, algo más estaba sucediendo... pero tampoco tendría mucho tiempo para reflexionar el que... pues debía claramente de matar aquel dragón...
El dragón insistía en lanzar enormes llamaradas a Azuka, luego a Pietyr... aunque ciertamente la velocidad de los vampiros no era facil de alcanzar, el rango de alcance de las llamaradas de la ancestral criatura era sumamente amplio.... De un momento a otro el Dragón comenzó un fuerte ataque de bolas de fuego, llegando hasta Azuka, que de no ser porque se protegió con un arbol y un poco por su espada, hubiese sido gravemente afectada... salió con la falda algo chamuscada, y una leve quemadura en una pierna y un brazo... pero esto no era nada demasiado grave, un poco de tiempo y lo sanaría... aprovechó el intervalo entre el último ataque del dragón, quien pensaba hacer lo mismo que había hecho a Azuka al otro vampiro ahí presente... para acercarse hasta él a toda velocidad, logrando hacerle una profunda herida en una de sus patas delanteras, pero fue apartada con gran fuerza con la cola del Dragón, quien la golpeó haciendola volar varios metros, impactando contra una formación rocosa, impactando el en camino con varias ramas, que le hicieron varios rasguños en el cuerpo...
La bestia ahora aprovechaba que la vampiresa estaba fuera de combate momentaneamente para atacar a Pietyr, a quien atacón con una serie de bolas de fuego de enormes proporciones, evitando que tuviese rango para escapar de las abrazadoras llamas... avanzando poco a poco hasta el inmortal, con todas las intenciones puestas en rostizarlo hasta volverlo cenizas...
-Hay una razón para que ésto suceda... y sólo lo sabremos hasta que ésta criatura vuelva a estar extinta...
Musitó la vampiresa desde su posición, dispuesta a atacar al Dragón... era claro que ambos vampiros debían de trabajar juntos en ésto, de lo contrario ninguno de los dos sobreviviría a el reto que se les estaba imponiendo...
El dragón insistía en lanzar enormes llamaradas a Azuka, luego a Pietyr... aunque ciertamente la velocidad de los vampiros no era facil de alcanzar, el rango de alcance de las llamaradas de la ancestral criatura era sumamente amplio.... De un momento a otro el Dragón comenzó un fuerte ataque de bolas de fuego, llegando hasta Azuka, que de no ser porque se protegió con un arbol y un poco por su espada, hubiese sido gravemente afectada... salió con la falda algo chamuscada, y una leve quemadura en una pierna y un brazo... pero esto no era nada demasiado grave, un poco de tiempo y lo sanaría... aprovechó el intervalo entre el último ataque del dragón, quien pensaba hacer lo mismo que había hecho a Azuka al otro vampiro ahí presente... para acercarse hasta él a toda velocidad, logrando hacerle una profunda herida en una de sus patas delanteras, pero fue apartada con gran fuerza con la cola del Dragón, quien la golpeó haciendola volar varios metros, impactando contra una formación rocosa, impactando el en camino con varias ramas, que le hicieron varios rasguños en el cuerpo...
La bestia ahora aprovechaba que la vampiresa estaba fuera de combate momentaneamente para atacar a Pietyr, a quien atacón con una serie de bolas de fuego de enormes proporciones, evitando que tuviese rango para escapar de las abrazadoras llamas... avanzando poco a poco hasta el inmortal, con todas las intenciones puestas en rostizarlo hasta volverlo cenizas...
-Hay una razón para que ésto suceda... y sólo lo sabremos hasta que ésta criatura vuelva a estar extinta...
Musitó la vampiresa desde su posición, dispuesta a atacar al Dragón... era claro que ambos vampiros debían de trabajar juntos en ésto, de lo contrario ninguno de los dos sobreviviría a el reto que se les estaba imponiendo...
Última edición por Azuka el Mar Ene 15, 2013 3:27 am, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Lun Ene 14, 2013 3:58 pm
La sombra de la bestia era amplia. Se extendía monumentálmente frente al vampiro que esquivaba instintívamente las primeras agresiones del dragón.
"Draculia" le vino a la mente, y sin embargo esa breve distracción produjo que Azuka fuera agredida y proyectada.
Los ojos del vampiro se posaron de nuevo sobre la "casi imposible" figura escamosa frente a él. El viento hizo hondear su capa, y los rugidos de la gran bestia hicieron eco en las profundidades del casco del caballero vampírico.
Con gran amplitud, las llamaradas producidas por el dragón no dejaban ya más salida. Y en su corazón, Pietyr supo que ese era el momento de lanzarse también.
Con el escudo en mano, el vampiro avanza hacia el destello letal, protegido tanto pudiera de las llamaradas, y avanzando a toda velocidad hacia éste, Pietyr atravieza el fuego...
..saliendo del otro lado con algunas quemaduras, y por la panza de la bestia, el caballero se barre por el suelo, apuntando su espada hacia una de las patas delanteras para lastimarla (tal cual había hecho Azuka), y de la misma forma, la cola de la criatura lo recibiría para golpearlo.
El vampiro recibe el coletazo en el pecho, y entierra su espada maldita en la cola de la bestia, con todas sus fuerzas. Apenas logra lastimarla, y una sacudida violenta lo impacta sobre el suelo.
En instantes, Pietyr se pone de pié y al momento, una de las garras del dragón le asalta. Sólo la armadura y el inmortal temple del vampiro alcanzan a absorber el letal golpe, dejándole al vampiro sólo una herida y no la muerte.
Pietyr arremete contra la pata de nuevo, pero las duras escamas no permiten entrada...
Una bestial y salvaje batalla se libraba en el patio de la Cainita, donde nade parecía percatarse de ella. Esa bestia tendría que caer bajo las espadas de ambos, y sólo de ellos nada más...
"Draculia" le vino a la mente, y sin embargo esa breve distracción produjo que Azuka fuera agredida y proyectada.
Los ojos del vampiro se posaron de nuevo sobre la "casi imposible" figura escamosa frente a él. El viento hizo hondear su capa, y los rugidos de la gran bestia hicieron eco en las profundidades del casco del caballero vampírico.
Con gran amplitud, las llamaradas producidas por el dragón no dejaban ya más salida. Y en su corazón, Pietyr supo que ese era el momento de lanzarse también.
Con el escudo en mano, el vampiro avanza hacia el destello letal, protegido tanto pudiera de las llamaradas, y avanzando a toda velocidad hacia éste, Pietyr atravieza el fuego...
..saliendo del otro lado con algunas quemaduras, y por la panza de la bestia, el caballero se barre por el suelo, apuntando su espada hacia una de las patas delanteras para lastimarla (tal cual había hecho Azuka), y de la misma forma, la cola de la criatura lo recibiría para golpearlo.
El vampiro recibe el coletazo en el pecho, y entierra su espada maldita en la cola de la bestia, con todas sus fuerzas. Apenas logra lastimarla, y una sacudida violenta lo impacta sobre el suelo.
En instantes, Pietyr se pone de pié y al momento, una de las garras del dragón le asalta. Sólo la armadura y el inmortal temple del vampiro alcanzan a absorber el letal golpe, dejándole al vampiro sólo una herida y no la muerte.
Pietyr arremete contra la pata de nuevo, pero las duras escamas no permiten entrada...
Una bestial y salvaje batalla se libraba en el patio de la Cainita, donde nade parecía percatarse de ella. Esa bestia tendría que caer bajo las espadas de ambos, y sólo de ellos nada más...
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Re: Danse Macabre
por Invitado Mar Ene 15, 2013 4:06 am
Aquella terrible criatura rugía estruendosamente, al tiempo que la vampiresa observaba como Pietyr utilizaba su escudo para avanzar en oposición de la cruenta llamarada que le era lanzada, logrando pasar por debajo del dragón en ínfimos segundos, hiriendo la otra pata delantera al dragón, siendo recibido por la fuerte y musculosa cola de aquella criatura, pero aferrándose a la misma con su espada, sin lograr hacerle mucho daño, siendo lanzado con fuerza brutal contra el suelo… la vampiresa observó como un pequeño cráter dio lugar con el impacto del vampiro contra el suelo, quedando como seña de que alguna vez algo sucedió ahí, pues el vampiro no duró más que unos segundos, poniéndose en pie casi instantáneamente para seguir con la batalla, pero siendo golpeado por una de las filosas y poderosas garras del Dragon…
Al parecer esto no había sido suficiente para hacerle daño, afortunadamente la armadura que llevaba puesta le había protegido de parte del impacto, evitándole daños mayores… la vampiresa aprovechó el instante en que el dragón estaba fijando su atención en el ataque de Pietyr a una de sus patas, para lanzarse ella sobre el cuello de la bestia, cuya cabeza miraba en dirección al vampiro, llegando ella por el lado contrario… no obstante, el vampiro logró verla venir con el rabillo del ojo, volteando su cabeza rápidamente para intentar recibirla con sus filosos dientes, o con una poderosa llamarada… pero fue demasiado tarde, la vampiresa ya estaba demasiado cerca, y al dar vuelta a su cabeza hacia ella, el impacto que iba dirigido a su cuello lo obtuvo su ojo, en el cuál clavó su espada... con una de sus patas delanteras hizo volar a la vampiresa lejos de su rostro, impactándola contra un árbol…
El grito de aquel Dragón fue demasiado sonoro al ser su ojo herido, y Azuka no se explicaba el motivo porque sus cainitas o las fuerzas del vampiro que batallaba a su lado no estaban ahí presentes, esto no tenía el menor sentido… a menos claro que estuviesen siendo apartados del resto gracias a alguna clase de poder mágico, algo o alguien quería que ellos matasen a ésta bestia, o más bien que la bestia los matase a ellos, sin que nadie fuese capaz de ir a rescatarles, o a brindarles apoyo, ayuda… estaban por su propia cuenta, y ciertamente serían capaces de enfrentar aquella bestia, estaba su vida de por medio…
Azuka había sido apartada de la bestia, pero Pietyr aún estaba cerca, debían de aprovechar tal situación, y ella estaba segura de que él se había percatado de esto también (estos pensamientos surgieron en una fracción de segundo, lo que duró ella en el trayecto de la cabeza del dragón al impacto contra el árbol)…
-Ahora!!...
Gritó al impactar, esperando que el vampiro le diese un golpe lo suficientemente letal al Dragón, como para sacarlo de combate, o al menos para debilitarlo lo suficiente, para que el siguiente golpe si lograse acabar por completo con el dragón…
Al parecer esto no había sido suficiente para hacerle daño, afortunadamente la armadura que llevaba puesta le había protegido de parte del impacto, evitándole daños mayores… la vampiresa aprovechó el instante en que el dragón estaba fijando su atención en el ataque de Pietyr a una de sus patas, para lanzarse ella sobre el cuello de la bestia, cuya cabeza miraba en dirección al vampiro, llegando ella por el lado contrario… no obstante, el vampiro logró verla venir con el rabillo del ojo, volteando su cabeza rápidamente para intentar recibirla con sus filosos dientes, o con una poderosa llamarada… pero fue demasiado tarde, la vampiresa ya estaba demasiado cerca, y al dar vuelta a su cabeza hacia ella, el impacto que iba dirigido a su cuello lo obtuvo su ojo, en el cuál clavó su espada... con una de sus patas delanteras hizo volar a la vampiresa lejos de su rostro, impactándola contra un árbol…
El grito de aquel Dragón fue demasiado sonoro al ser su ojo herido, y Azuka no se explicaba el motivo porque sus cainitas o las fuerzas del vampiro que batallaba a su lado no estaban ahí presentes, esto no tenía el menor sentido… a menos claro que estuviesen siendo apartados del resto gracias a alguna clase de poder mágico, algo o alguien quería que ellos matasen a ésta bestia, o más bien que la bestia los matase a ellos, sin que nadie fuese capaz de ir a rescatarles, o a brindarles apoyo, ayuda… estaban por su propia cuenta, y ciertamente serían capaces de enfrentar aquella bestia, estaba su vida de por medio…
Azuka había sido apartada de la bestia, pero Pietyr aún estaba cerca, debían de aprovechar tal situación, y ella estaba segura de que él se había percatado de esto también (estos pensamientos surgieron en una fracción de segundo, lo que duró ella en el trayecto de la cabeza del dragón al impacto contra el árbol)…
-Ahora!!...
Gritó al impactar, esperando que el vampiro le diese un golpe lo suficientemente letal al Dragón, como para sacarlo de combate, o al menos para debilitarlo lo suficiente, para que el siguiente golpe si lograse acabar por completo con el dragón…
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Mar Ene 15, 2013 5:50 pm
Pietyr subió de inmediato al cuello de la bestia, apoyándose de la pata delantera que ahora yacía quieta por unos instantes. De ese brinco, y con un fúrico grito de guerra, la espada maldita del vampiro se enterraría justo por debajo del cráneo del dragón, quedándose incrustada...
Sólo que eso no sería suficiente para derribarlo. La sangre fluyó frente a los ojos del inmortal, y la furia de la batalla se hacía más intensa, y con ello, Pietyr desenfundaría la segunda espada de Harkon al tocar el suelo, deflectando las fauces de la bestia al momento que intentaba darle una mordida en represalia por las molestias que le estaba causando.
Aprovechando la mala visión de la criatura, Pietyr volvería a escalar el masivo cuerpo del dragón con velocidad y eficiencia, impactando de nuevo con gran fuerza en la previa herida, una y otra vez, hasta que sus esfuerzos rendían fruto. Golpe tras golpe las escamas de la bestia eran destrozadas por metal blandido por los malditos, hasta que la gran cabeza del dragón hubo quedado a la altura del caballero, y con una serie de golpes surgidos de la Furia Roja de Pietyr, al fin su cuello cedía a la brutal cantidad de heridas.
Un profundo grito salido de los pulmones del vampiro marcó el final de la contienda, junto con el sonido del hueso desprendiéndose de carne de la criatura...
Pietyr dejó de golpear... ya todo había terminado.
Todo, menos las preguntas.
Sólo que eso no sería suficiente para derribarlo. La sangre fluyó frente a los ojos del inmortal, y la furia de la batalla se hacía más intensa, y con ello, Pietyr desenfundaría la segunda espada de Harkon al tocar el suelo, deflectando las fauces de la bestia al momento que intentaba darle una mordida en represalia por las molestias que le estaba causando.
Aprovechando la mala visión de la criatura, Pietyr volvería a escalar el masivo cuerpo del dragón con velocidad y eficiencia, impactando de nuevo con gran fuerza en la previa herida, una y otra vez, hasta que sus esfuerzos rendían fruto. Golpe tras golpe las escamas de la bestia eran destrozadas por metal blandido por los malditos, hasta que la gran cabeza del dragón hubo quedado a la altura del caballero, y con una serie de golpes surgidos de la Furia Roja de Pietyr, al fin su cuello cedía a la brutal cantidad de heridas.
Un profundo grito salido de los pulmones del vampiro marcó el final de la contienda, junto con el sonido del hueso desprendiéndose de carne de la criatura...
Pietyr dejó de golpear... ya todo había terminado.
Todo, menos las preguntas.
Invitado- Invitado
Re: Danse Macabre
por Invitado Dom Ene 27, 2013 11:20 am
La vampiresa observaba con evidente complacencia como el vampiro se hacía cargo de la bestia para darle el golpe final… un dragón, jamás en sus más de trescientos años de existencia se hubiese podido imaginar que le haría frente a un Dragón, esta increíble criatura de tiempos antiguos, extinta hace ya tantas lunas… pero, no obstante, ahí estaba frente a ella, demasiado palpable, su fuego demasiado caliente… había logrado hacer su pequeño desastre en la batalla ante ellos dos, estos dos vampiros que al final lograban acabar con él… sea cual fuese el motivo por el cuál acababan con semejante criatura… pero, era lo que debía de ser; y es lo que hacía; pues Pietyr le daba multiples estocadas, buscado darle termino a la existencia de un ser mucho más antiguo que ellos dos juntos…
Justo en el momento que Pietyr desenfundaba la segunda espada, la vampiresa se abalanzó sobre el Dragón, llegándole por un costado… la bestia estaba tan ocupada tratando de quitarse de encima al ser que le hería a tal profundidad, que realmente ni notó la presencia de la vampiresa, quien estuvo abajo justo al momento que una gran cantidad de sangre comenzó a fluir… un riachuelo literalmente cayendo sobre ella… cosa que no desaprovecharía ciertamente, vamos, sangre de Dragón!!... cuando en la vida conseguiría algo así nuevamente?... con suma rapidez y sin que el vampiro se percatase de esto, sacó un par de frascos de entre sus pocas prendas, llenándolos por completo con esa sangre fresca que fluía…
Una vez que hubo guardado su pequeño tesoro carmesí con espada en mano comenzó a atacar la bestia desde abajo, para ayudar al vampiro a darle fin a la mitológica criatura… logrando luego de varias estocadas desprender un par de aquellas gruesas escamas, que claro, guardó también… para luego clavar completamente aquella arma en la carne de la bestia, justo por sobre la cabeza de la vampiresa… bañándose completamente en la sangre del Dragón al sacar la espada, al tiempo que Pietyr hacía lo suyo desde arriba de la bestia… sintiendo demasiado de cerca el fino oído de la vampiresa el grito de aquella bestia tras recibir la estocada final…
Apenas si Azuka pudo apartarse, pues el Dragón caía, muerto… y ahora, lo que les quedaba solamente eran los cuestionamientos de porque todo aquello había sucedido, y porqué ninguno de sus hombres había acudido… pero pronto todo sería aclarado a los vampiros, más pronto de lo que pensaban… pues el Dragón caído comenzaba a brillar, volviéndose fuego azul al principio, mismo que lentamente reducía su masa, tomando los colores que son naturales en las llamas… color naranja… pasó un par de minutos en tal proceso, y la vampiresa no se atrevía si no a observar solamente…
Pocos instantes después las llamas comenzaban a tomar forma… la forma de una preciosa mujer completamente desnuda, la cual dedicaba su fiera mirada de fuego a ambos inmortales… no obstante, parecía no tener intención de atacarles…
-Felicidades por su victoria… han demostrado ser dignos…
Fueron las primeras palabras que la mujer de fuego brindaba a ambos vampiros… aclarando con esto algunas dudas… pero creando muchas más…
-Soy el espíritu de la Tiara de Helena… y ustedes se han ganado el mérito de conocer secretos que interferirán en su futuro… habrán de usar lo que les diré con sabiduría, de eso depende su especie…
Dijo finalmente, observando fijamente a ambos inmortales… que tenían muchas preguntas atravesadas en la garganta, listas para salir…
Justo en el momento que Pietyr desenfundaba la segunda espada, la vampiresa se abalanzó sobre el Dragón, llegándole por un costado… la bestia estaba tan ocupada tratando de quitarse de encima al ser que le hería a tal profundidad, que realmente ni notó la presencia de la vampiresa, quien estuvo abajo justo al momento que una gran cantidad de sangre comenzó a fluir… un riachuelo literalmente cayendo sobre ella… cosa que no desaprovecharía ciertamente, vamos, sangre de Dragón!!... cuando en la vida conseguiría algo así nuevamente?... con suma rapidez y sin que el vampiro se percatase de esto, sacó un par de frascos de entre sus pocas prendas, llenándolos por completo con esa sangre fresca que fluía…
Una vez que hubo guardado su pequeño tesoro carmesí con espada en mano comenzó a atacar la bestia desde abajo, para ayudar al vampiro a darle fin a la mitológica criatura… logrando luego de varias estocadas desprender un par de aquellas gruesas escamas, que claro, guardó también… para luego clavar completamente aquella arma en la carne de la bestia, justo por sobre la cabeza de la vampiresa… bañándose completamente en la sangre del Dragón al sacar la espada, al tiempo que Pietyr hacía lo suyo desde arriba de la bestia… sintiendo demasiado de cerca el fino oído de la vampiresa el grito de aquella bestia tras recibir la estocada final…
Apenas si Azuka pudo apartarse, pues el Dragón caía, muerto… y ahora, lo que les quedaba solamente eran los cuestionamientos de porque todo aquello había sucedido, y porqué ninguno de sus hombres había acudido… pero pronto todo sería aclarado a los vampiros, más pronto de lo que pensaban… pues el Dragón caído comenzaba a brillar, volviéndose fuego azul al principio, mismo que lentamente reducía su masa, tomando los colores que son naturales en las llamas… color naranja… pasó un par de minutos en tal proceso, y la vampiresa no se atrevía si no a observar solamente…
Pocos instantes después las llamas comenzaban a tomar forma… la forma de una preciosa mujer completamente desnuda, la cual dedicaba su fiera mirada de fuego a ambos inmortales… no obstante, parecía no tener intención de atacarles…
-Felicidades por su victoria… han demostrado ser dignos…
Fueron las primeras palabras que la mujer de fuego brindaba a ambos vampiros… aclarando con esto algunas dudas… pero creando muchas más…
-Soy el espíritu de la Tiara de Helena… y ustedes se han ganado el mérito de conocer secretos que interferirán en su futuro… habrán de usar lo que les diré con sabiduría, de eso depende su especie…
Dijo finalmente, observando fijamente a ambos inmortales… que tenían muchas preguntas atravesadas en la garganta, listas para salir…
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