Against the clock

Febrero 01
22:00 hr

Las nubes en el cielo ocultaban la resplandeciente y hermosa Luna que daba luz las pequeñas casas y edificios algo deteriorados . Pero aquellas eran los únicos refugios seguros donde los pocos humanos que había logrado escapar con suerte de la catástrofe apocalíptico, pudieron poblarlo. Muchas evacuaciones de ellos se dieron diariamente y cada cuanto los militares escarbaban territorios prohibidos para buscar si había algún humano con vida atrapado en las ruinas del caos ocurrido en 2013. La zona era muy vigilada por los militares y sus subordinados, esquina a esquina, siempre alertas de cualquier amenaza irrumpa el territorio que ahora se consideraba seguro, por lo que un vampiro no era bienvenido allí y mucho menos Licanos que tenía esa misma naturaleza en cuanto a su bestia interna quisiera salir. Sin embargo algunos se unían a la causa de protección, pero solo los que podría ser de confianza eran aceptados. Aún con más los que se aliaban eran misteriosamente Híbridos de toda clase. Aquello era ventajosos para los militares unir fuerzas en ese aspecto, Debido a que el corazón de los ciudadanos humanos estaban lastimados, ya no confiaban en nadie. Muchas familias rompieron sus lazos dejando huérfanos al cuidado de los militares y los demás civiles que se ofrecían a ser sus tutores.

Por lo que ahora es cuando la verdadera guerra estaba por venir, sin humanos los vampiros no podrían seguir existiendo. La necesidad de sangre los iba terminar doblegando y tal vez cayendo a sus mas bajos instintos, inclusive hasta el vampiro más bueno. ¿Si es que se le podría llamar así?. O tal vez eso cambiara a futuro, porque una vez que todos los humanos fueron evacuados en la zona o al menos en su mayoría, ya no quedaban espécimen con lo que los demonios y seres nocturnos puedan alimentarse. Afuera solo quedaban los depredadores sedientos de sangre y carne fresca. Merodeando los rincones, atraídos por el olor a sangre fresca. Para los humanos que estaban en el fuerte vivian bajo restricciones o eso intentaban asegurar los militares y los demás grupos divididos que se habían ido formando, junto con ello sus lideres, no era seguro salir del fuerte y era prohíbo cruzar al otro lado. Los militares con los meses construyeron bases de concentración para ejecutar operaciones de seguridad y protección. Ya no habían partidos políticos ni gobernantes todo había quedado al olvido. Ya nadie era visto como alguien importante al contrario todos eran iguales ahora, tenía un mismo objetivo. Sobrevivir y luchar por cada día ver la luz del sol cada mañana esperando algún signo de esperanza que cumpliese sus sueños.


El hospital que tenía el fuerte, era el único en la zona, por lo que siempre estaba en constante movimiento,no dejaba de recibir pacientes heridos, cada tanto y mucho más con aquellos afectados por esas bestias que los habían mordido, aquellos demonios. Eran muy pocos los que se salvaban de aquellas camillas u otros pasaban a mejor vida. Tal vez eso era la mejor para algunas vidas inocentes que no lograron ser intervenidas por los doctores. Aun a pesar de lo acontecido, los habitantes que estaban llenando la zona del fuerte eran cada vez mayor.

El alimento, las medicinas, la energía, el agua eran demasiados escasos en el terrenos y las casas eran habitadas en su conjunto como cuartos médicos, cada día los militares daban vigilancia a todas las zonas de fuerte y suministraban los alimento en cada grupo de casas. Por lo que muchos entrenados se preparaban para aventurarse a la zona oscura, donde se podían conseguir las necesidades básicas para sobrevivir . Desde que la mitad de New York había quedado destruida por los hechos de los portales los lujos que una vez rodeo el hermoso New York era nada más que un sueño. Cuando empezaba anochecer todos los civiles parecía estar obligados retomar su hogares juntos con los demás refugiados.

Pero era el momento donde estaba decidida a salir de allí, la hora exacta para alejarme del fuerte, no sabía en que momento podría ser pillada in-fraganti y retenida por algún militar al salir de la zona. Desde lo acontecido en el central park, en el momento que me había subido a aquel Helicoptero había estado bajo la protección de aquel licano Zypher, que no tuvo jamás malas intenciones, aún a pesar de que para muchos yo representaba una amenaza, y más para los humanos que no querían saber nada sobre espiritistas. Sabía bien que el señor Raven quien era líder de los templarios, aquel grupo que se había formado exclusivamente para exterminar de raíz la malesa que nos rodeaba, estaba alerta a mi presencia. Pero debía recuperar algo que era mio.

Además, quería saber sobre Temperance, sobre lo que había pasado conmigo. Todo aquello que hice en el portal junto con la otra espiritista de nombre Lilith no había sido planeado es más, jamás creí ser capaz de hacer algo como aquello. Las palabras despertar surgieron en aquel momento de desesperación ¿Acaso Temperance lo sabía? Ahora podía ver cosas que ellas veían y esas premoniciones que cada vez venían con frecuencia a mi mente, necesitaba saber más. Norah no aparecía más desde los portales. ¿Sería por el medallón?. A los únicos que ahora observaba a unos cuantos espíritus que corrían hacia mí y me daban advertencias en cuanto seguía con mi plan de huida.No sabía nada de los Brotherhood desde todos los meses que estuve aquí. Recordaba al señor Pietyr y aquel pensamiento de lo que habían visto mis ojos en el momento que por unos segundos casi atacaba a Luca, algo había cambiado en él.


Salí vestida con los mismo atuendos de gitana que solía usar, cubriendo mi cabeza con una capa que forraba mi espalda y el resto de mi cuerpo hasta tocar el suelo, sigilosa caminé entre los rincones, cuidando de que alguien me notase.

Suspiré y seguí mi camino alejándome de las bases militares y las casas, aún con la capa cubrí mucho más mi rostro, en esto momentos los militares y subordinados deberían estar comprobando que todos los civiles estén dentro de las casas. Debía aprovechar a tiempo record salir.

Cada vez estaba alejándome mucho más de la ciudadela de los humanos, sintiéndome victoriosa al poder lograr algo que desde hace mucho tenía pensando hacer y no me atrevía a cometer sin estudiar la zona completamente para salir.

Mis pasos iban sigilosos en el suelo, cubriéndome aún más con la capa negra y cada tanto observando hacia mis costados por si alguien me siguiese. El viento soplaba tan fuerte que no parecía querer estar de mi lado en esos momentos, por lo que la tela de plegaba a mi cuerpo con facilidad.

suspiré nuevamente mirando el horizonte con el corazón al vilo.

¿Qué habría pasado con Luca? ¿Se habría dado cuenta de mi medallón? ¿ él habría logrado salvarse? ¿Estaría bien? ¿Saldría ileso de aquel apocalípsis? ¿Habría entendido mi mensaje? ¿Por qué no había venido?

Esas y tantas preguntas surgieron siempre en mi mente. La esperanza de que regresara a por mí nunca perdió fuerza, porque pensé que iba estar peligrando en la base de los humanos por lo que representaba mi existencia, pero me había equivocado.

Sin embargo, el medallón debía representarle una señal aun más fuerte, pero tal vez no fui lo suficientemente buena para hacerle llegar mi mensaje. Al menos que el medallón no se hubiera deslizado entre sus ropas, en el momento que me sostuvo, como lo había sentido. Lo que me causaría un gran problema futuro, si ese objeto no estuviera en su poder.

sacudí la cabeza borrando esa idea.

Confiaba en que no fuera así porque en esos momentos de desesperación y ante la sorpresa de haber sido sostenida entre su brazos, al aferrarme solté el objeto muy de cerca del bolsillo de sus atuendos sin que él se percatara porque en mis manos y en la base, no lo veía seguro.

Tal vez en su poder estaba seguro por ahora, porque aquel objeto lo había usado misteriosamente con Temperance como si supiera el uso que debía darle.
Norah tenía muchos secretos si lo pensaba detenidamente, pero de ellos muchos se los llevó en su muerte, pero porqué me reveló algo en esos momentos, porqué su espíritu dejó de visitarme.

Volví a suspirar sintiendo la felicidad en mis manos, pero de pronto algo surgió en mi interior, una corazonada hizo que se me encogiera el pecho. Las pequeñas animas a mi alrededor correteaban y susurraban un nombre familiar.

Alguien viene me dije.

Mi corazón se aceleró en esos momentos al reconocer entre las sombras y la pequeña luz que la luna entre las nubes ocultas proporcionaba, la silueta de un hombre alto, caminar hacia a dirección contraria hacia donde yo me dirigía.

-Luca .- dije en un susurro, mientras mis ojos parpadearon, intentando reconocerlo─ No puede ser, es él..- Me había detenido, observando como su silueta se acercaba cada vez más. Emprendí los pasos cada vez más rápido esperando no estar equivocándome.─ Luca ¿ere tú? ─ dije un poco elevando la voz, pero luego me arrepentí de haberlo hecho. Alguien más podría estar cerca en esos momentos.

Miré a mi alrededor entre la oscuridad cuando seguí avanzando a pasos alargados y aparentemente no había nadie más que mi presencia y la de la silueta a la cual yo me aproximaba. Podía observar que vestía una gabardina oscura y junto a su porte entre las sombras hacían resaltar aún más su masculinidad. Percibí su aura para entender claramente que le pertenecía a Luca.

No pude evitar sentirme emocionada al saber que no me había equivocado a reconocerlo.
Cuando pensaba acelerar un poco más mis pies, fui sorprendida por su rápida proximidad, trayendo consigo una ventisca que alborotó la capa que mantenía sujeta.

En tan solo unos segundos, su cuerpo estaba tan cerca del mio; que no pude evitar sobresaltarme, mi corazón empezó a dar latidos desbocados y de pronto fui consciente como sus grandes manos sujetaban mis hombros, ante el pequeño aterrizaje. Parpadeé por una milésima de segundos, sintiéndome atrapada en su profunda mirada . Ante las palabras que surgieron de su boca con ese magnetismo que tiene un vampiro, respondí.

- ¡Si! Luca, estoy bien... .- en ningún momento aparté la mirada de la suya para lo que añadí ante su preocupación. -No me ha pasado nada grave, ni algo que no tenga solución afortunadamente, aunque mentiría si no sentí miedo al irme en ese helicóptero, pero en ese caos no tuve otra opción y ademas... he logrado comprobar que no te ha pasado nada- hice una pausa, para expulsar el aire que mantenía acumulado en mis pulmones, siendo consiente de como mi corazón había recuperado su ritmo normal, luego extendí mi mano hacia su pecho tocándolo a través de la gruesa tela de sus atuendos, dándole una mirada fugaz hacia donde mi mano se encontraba sostenida - Puedo imaginar en algo las preguntas que sucumben en tu mente, pero estoy infinitamente aliviada de que seas tu y sobre todo que nos hayamos encontrado - respondí sin dejar de mirar sus ojos mientras retiraba mi mano ligeramente para descubrir la capa de mi cabeza, aun siendo consiente de sus manos sobre mis hombros.

Unas pequeñas animas nos rodearon en esos momentos pudo percibirlo y con ello una voz conocida me hablaba en el interior de mi mente.