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Tras el festival |
Fue un mes de locura, el que transcurrió luego del Festival de Invierno, luego de los cepelios de las víctimas, el poder quedó en las manos del Gobernador, Everett Goodweatherm tendría el control total sobre la ciudad, pero Azuka había logrado parte de su objetivo: Los rumores de que el gobierno de Washington ya no estaba tan convencido de compartir el poder con los vampiros; la situación se estaba saliendo de manos, y los cainitas y garras rojas parecían estar ganando la partida. Pero ninguno de los artífices de la destrucción, pensaron que los berkeser se volverían un problema para todos, porque los vampiros que no fueron asesinado por ellos, se transformaron en berkeser, que se han transformado en una manada que deambula por las alcantarillas atacando a quien se les enfrente o quien esté en su menú del día. Humanos y Vampiros ya no tenían una alianza tan sólida como antes, y las desconfianzas estaban surgiendo. Mientras que en medio quedaban los licanos, o por lo menos, parte de ellos, Fenrir y Fianna, pero quien padeció la peor parte fueron los Fenrir que en el atentado perdieron a su líder, del que jamás encontraron el cuerpo. Quedaría en manos del nuevo líder de los Fenrir y de Gissiel Earhart, determinar el destino de su clan y tradiciones, pero entre los licanos, se sabía la atrocidad cometida por las Garras Rojas, comandados por Arthur Redclaw, que se habían vuelto muy fuertes. Por su parte, los rebeldes, el pequeño grupo de disidentes ya no parecían estar tan solos en su lucha, el gobierno de Washington los contactaría extra oficialmente para conseguir sus fines: controlar la ciudad, de una o de otra manera. Etienne LeBlanc, tendría que decidir.. |
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Séptima Sinfonía
Séptima Sinfonía
Time: 9:29 pm
Avanzaba por las calles a paso suave, con los sentidos completamente inmersos en la ciudad que la rodeaba. Sus olores, sus sabores… sus sonidos. Era una lástima que el velo de sombras que la cubrían a ella y a los suyos se hubiera roto porque ella disfrutaba mucho ese baile al que llamaban “La mascarada”.
Sí… era una lástima.
Ahora resultaba el doble de difícil mantener su “presencia sobrenatural” oculta y hacerse pasar por humana, pero tenía que admitir que en el fondo la situación actual traía consigo una sensación de peligro que no era fácil de rechazar. Después de todo era consciente de que tarde o temprano terminaría por aburrirse de su “no vida” y después de eso el sueño eterno estaba a un solo paso.
Sus pies la habían llevado hasta Great Lawn donde La orquesta Filarmónica de Nueva York daba un concierto. Sería mentira decir que ese no era el motivo por el que su paseo había terminado en ese lugar.
Ya desde lejos podía escuchar el conjunto de instrumentos que bailaban de manera armoniosa, pero ahora que se encontraba en el sitio indicado, podía disfrutar con mayor deleite la séptima sinfonía de Beethoven. Una de sus favoritas.
Y sin embargo no podía sumergirse tanto como lo hubiera hecho otrora, pues sabía bien que cada uno de sus sentidos tenía que estar lo más alerta posible. Después de todo Nueva York no era exactamente el sitio más seguro para vivir.
Última edición por Charlotte Dubois el Mar Jul 10, 2012 10:18 pm, editado 1 vez
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Re: Séptima Sinfonía
dato: en la barra lateral a la izquierda un poco más abajo sale que estamos entre los meses de diciembre y febrero :3)
Caminé hacia un callejón cercano para evitar darle a alguien con mi pequeño truco. Me saqué un zapato y lo aventé hacia el cielo varios metros. Lo seguí con la vista con cuidado de no darme un golpe en la cabeza cuando caiga. Tocó el suelo a unos metros de mí, dio unos rebotes y finalmente calló de lado apuntando en una dirección al azar. Me acerqué, miré hacia donde apuntaba y, maniobrando con el mismo pie descalzo, me lo puse. Ya con el calzado en su lugar, me dirigí hacia el lugar que las divinas fuerzas sobrenaturales me habían designado para entretenerme esa noche. Al salir del callejón miré y noté que había señalado hacia donde se encontraba central park. Recordé que, durante una de mis tantas vueltas por la ciudad, había visto unos carteles anunciando un evento de La orquesta Filarmónica de Nueva York en Great Lawn.
Traté de recordar la última vez que me había dado un buen festín de música clásica. A lo mucho había estado escuchando de vez en cuando algunos conciertos de Bach que pasaban por la televisión, pero no me había dedicado a prestarle mucha atención. Ya era hora de limpiar un poco mis oídos y embriagarme con aquellas composiciones matemáticamente perfectas. No estaba muy lejos por lo que no demoré mucho en llegar a la entrada del parque. Me aseguré de tener todas mis armas bien ocultas, como siempre, para el peor de los casos. Me desacomodé un poco la corbata y me dispuse a caminar hacia el punto donde se estaba impartiendo el concierto.
Conforme avanzaba, me puse unas gafas oscuras y cerré los ojos, imaginándome un piano ante mí y visualicé las notas que oía en la lejanía. A ratos los abría para fijarme que no vaya a tropezar con nadie. En ese éxtasis me encontraba cuando llegué. No me percaté del paso del tiempo hasta que estaba a apenas unos metros de la gente. Me saqué las gafas tranquilamente y, de pie, me dispuse a observar.
- Spoiler:
- Para quienes quieran entrar y no sepan lo que es la "great lawn" o el "central park", aquí una pequeña guía. Ésto es el central park, y allí se señala la great lawn.
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Re: Séptima Sinfonía
Los instrumentos de viento eran el preludio que indicaba que la parte más fuerte de la melodía estaba a punto de llegar cuando cierto aroma particular inundó sus sentidos. Al principio no pudo captarlo con claridad y sospechó que se trataba sólo de una jugarreta de su propia mente pero, conforme aspiraba suavemente para reconocer la esencia, logró identificarla. Era un aroma que muy a su pesar conocía y que para ella era sinónimo de peligro: el aroma de un Licántropo.
Ahora estaba alerta y sin embargo ni un solo rasgo en su cuerpo lo demostró. Parecía serena, atenta a cada nota que los instrumentos de la filarmónica ofrecían. Ni siquiera detuvo el movimiento de sus blancos dedos.
Su mente analizó la situación con rapidez, pensaba en cada una de las posibilidades que harían que un Garou se encontrara entre el público. Podría pertenecer a las manadas que preferían estar al margen de todo pero podría tratarse también de un hombre lobo sediento de sangre vampírica. Algo era seguro, si pretendía atacarla en público lo hubiera hecho desde un inicio. En conclusión, tenía más tiempo para lograr identificarlo.
Giró levemente el cuerpo como si estuviera mirando despistadamente a su alrededor, fingiendo un poco de desinterés en el acto de hacerlo, mientras recorría con la vista a la audiencia que se encontraba más próxima a ella, a sabiendas de que el ser que buscaba tenía que estar lo suficientemente cerca como para que ella hubiera captado su esencia. Después de todo los vampiros no poseían el agudo olfato de los hombres lobo.
Entre la multitud pudo ver a un hombre de complexión delgada y apariencia desaliñada, con la corbata desacomodada. Parecía joven… cercano a los 20 años, calculó. Sin embargo no dejó que sus ojos se entretuvieran en él, continuó observando hasta devolver su mirada al escenario. No podía estar demasiado segura pero el aroma parecía provenir de él…
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Re: Séptima Sinfonía
Sin desviar la mirada del escenario comencé a rastrear con mi olfato a la fuente del olor a la vez que intentaba encontrarla con mi visión periférica. Pensé en la posibilidad de largarme en ese instante para evitar conflictos innecesarios. En medio de mi indecisión encontré a la que parecía ser la portadora de aquel aroma. No sabía que tan potente era el olfato de un vampiro, pero no podía descartar la posibilidad de que me haya encontrado. De todas maneras no podía analizarla mucho ya que sólo la estaba viendo superficialmente y no podía siquiera visualizar sus expresiones.
No podía evidenciarle mi naturaleza tan fácil por lo que debería ser cauteloso. Caminé tranquilamente hacia ella hasta quedar a su lado con los brazos cruzados mirando inexpresivo el escenario. De su reacción, o la falta de ésta, dependería mi siguiente movimiento.
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Re: Séptima Sinfonía
- Se dice que cuando Beethoven presentó ésta pieza por primera vez, la orquesta tuvo que repetir el Allegreto… era de esperarse que se volviera tan popular – dijo en voz muy baja, aunque no imperceptible, apelando al oído canino del muchacho – Aunque a mí también me gusta mucho el primer movimiento- a pesar de su procedencia, su forma de hablar no mostraba ni dejo del acento de su lengua madre.
Charlotte no podía darse el lujo de decir un comentario mordaz pues aún no conocía las intenciones del garou, aunque se le ocurrió un par de ellos, pues eran pocos los de su especie que se interesaba en cosas como la sinfónica.
- Pensaré que nuestra presencia en éste lugar no es más que una extraña coincidencia Monsieur – agregó de inmediato, no tenía intenciones de dar rodeos, la situación bajo la cual se encontraban merecía ser tratada puntualmente- mi aversión por los de su raza no es más grande que mi gusto por una copa de vino… - y en verdad era así, el motivo por el que ella prefería estar alejada de seres como él no era el odio irracional que había entre sus especies si no el hecho de que la mayoría de ellos eran demasiado volátiles y terminaban (la mayoría de las veces) tratando de matarla.
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Re: Séptima Sinfonía
La chica fue al grano sin mucha demora, lo que me agradó bastante. No quería tener que ocultar el tema principal detrás de una pila de comentarios aleatorios sobre la música y el clima. -Pensaré que nuestra presencia en éste lugar no es más que una extraña coincidencia Monsieur –. Sonreí de medio lado y dejé escapar un leve suspiro nasal. Era casi lo mismo que yo iba a decir, pero se me adelantó en la jugada. Ahora quien debería "justificar" su presencia en cierta manera sería yo. - mi aversión por los de su raza no es más grande que mi gusto por una copa de vino… - agregó, causándome algo de gracia. Rara vez me encontraba de frente con un vampiro, pero eran aún más escasas las ocasiones en que me encontraba con uno sin ánimos de purgarme sólo por mis pelos. Lo primero que pensé en ese momento sería aligerar un poco el ambiente, pero no quería que sea de una manera agresiva o excesivamente desinteresada.
Saqué una menta y la sostuve en mi mano un par de segundos. - Espero que en tal caso no sea una bebedora empedernida, madame. - respondí con una ligera risa, respondiendo con el título francés equivalente al que ella había usado. - Por mi parte, puedo decir que soy bastante ajeno al tablero sobre el que nuestras razas compiten. No estoy muy interesado en conflictos innecesarios. - Me eché la menta a la boca y le acerqué el paquete para ofrecerle una como era habitual de mí, esperando que los vampiros no sean alérgicos a las mentas así como a las mordidas de un garou. No era un gran amante de su raza, de hecho, más de alguna vez me había encontrado a mí mismo planificando diversas maneras en que podría hacer caer su imperio para equiparar los números, pero no había pasado de eso. Al final, de una manera u otra eran un mal necesario, al menos por ahora, además de que no me habían causado muchos problemas hasta el momento. - Digamos que prefiero gastar mis años tras una guitarra, por muy hippie que pueda llegar a sonar. -
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Re: Séptima Sinfonía
- Ah, un tablero, una pequeña alusión a un juego de mesa- dijo ella- ¨un destello de una mente analítica¨– agregó dentro de sus propios pensamientos, sin llegar a exteriorizarlos y tomó una de las hojas verdes que él le ofrecía.
Como vampiro, el único alimento que realmente la saciaba y satisfacía su antojo era el líquido vital que fluía a través de las venas de los seres humanos, sin embargo nunca había perdido el sentido del gusto y no estaba de más probar aquella hoja que, según dedujo, se trataba de una menta. No pudo llevarla primero hacia su nariz para poder percibir el aroma de la planta y, de paso, procurar distinguir si algo no estaba bien con ella (nunca estaba de más ser un poco precavida).
Pero antes de meterla a su boca, alcanzó a escuchar las últimas palabras de su interlocutor, las cuales provocaron que al fin girara su rostro hacia él para verlo directamente y sus ojos azules se clavaron sobre el agradable rostro del chico. Sí… era bastante guapo, pero la belleza física era algo que abundaba dentro del seno vampírico y a Charlotte ya no le causaba la mayor impresión porque ella, siendo quien era tras su renacimiento, buscaba algo más.
- Monseur no podría estar más de acuerdo con usted- respondió echando un vistazo rápido a los dedos del muchacho los cuales eran bastante largos- en éste mundo hay demasiados conflictos innecesarios, aunque mi talento me acerca más a las teclas de un piano y no a las cuerdas de una guitarra- agregó señalando con la vista a una de las tantas pancartas que colgaban de los árboles anunciando el programa para esa semana, donde se señalaba con claridad el nombre de Charlotte Dubois, una pianista que tocaría dos noches después.
Aunque tal vez aquella señal no sería clara evidencia de nada, pues ella en ningún momento había mencionado su nombre y no pensaba hacerlo… por ahora.
- Y ya que nuestras intenciones no son las de desatar una guerra sin razón alguna, propongo una tregua entre nuestras personas, aunque es claro que me veré obligada a romperla si es que las palabras que ha dicho carecen de verdad- agregó volviendo a clavar sus ojos sobre los de él, aunque ésta vez con cierto brillo destellante que duró tan sólo unos segundos.
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Re: Séptima Sinfonía
- Despreocúpese, madame... - comenzaba a decir cuando comencé a fruncir el ceño lentamente. Miré a la nada mientras intentaba concentrarme en lo que mi olfato me comunicaba a gritos. Ciertos olores se estaban infiltrando en el lugar lentamente, destacando entre los hedores humanos que había atochados a mi alrededor. - ... sólo quisiera que todos los de mi raza pensaran de igual manera... - contaba a lo menos cuatro otros licanos acercándose, cosa que no me daba buena espina.
Ya era bastante raro encontrar grupos de más de dos de mi raza caminando entre los humanos. Miré a mi alrededor intentando buscar alguna pista, pero aún estaban demasiado lejos como para distinguirlos entre la multitud. - ... o que al menos pensaran - agregué con un notorio deje de molestia en mi voz mientras captaba aún más hombres lobo aparecer en mi rango de alcance.
Inmediatamente pensé en salir de allí en el acto, pero sentía que las presencias más cercanas provenían de mis espaldas, por la misma entrada que yo había usado. Unos instantes después comenzaron a verse disparos al aire desde otros puntos de acceso mientras hombres armados aparecían desde ellos. La gente aterrorizada intentaba huir por otras salidas, pero su escape se veía truncado por más sujetos que aparecían uno a uno.
Por un instante me olvidé de mi acompañante al oir nuevos disparos esta vez a mis espaldas, desde donde yo había llegado. Introduje una mano bajo la chaqueta de mi terno tomando mi cuchilla mientras miraba fijamente a uno de los tipos que aparecían en la escena. Saqué la mano lentamente sin sacar el cuchillo. - Enfrentarlos frontalmente sería suicida - susurré para ambos mientras ponía un brazo sobre sus hombros y caminaba hacia donde la gente comenzaba a concentrarse, más cerca del escenario. Debería esperar una buena oportunidad para escapar... o tal vez identificar al lider y atacar...
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Re: Séptima Sinfonía
De pronto los disparos se hicieron escuchar, interrumpiendo la maravillosa música que hasta ahora había engalanado la noche, y la reacción de la gente no se hizo esperar. De un segundo a otro, un hermoso concierto se había convertido en un caos total. La gente iba y venía de un lado a otro tratando de salvar sus propias vidas ante el peligro que se avecinaba pero era demasiado tarde, estaban rodeados y sería difícil hallar una salida.
De manera instintiva Charlotte pensó en el arma que llevaba sujeta al muslo, nunca salía sin ella o la katana pero ésta última era demasiado grande como para mantenerla oculta así ahora sólo contaba con la Eagle. También por su cabeza pensó que, si la situación seguía como hasta ahora, se vería obligada a romper el velo de su identidad y era algo que le desagradaba en suma manera.
- Por supuesto…- respondió al muchacho y, aunque no estaba muy acostumbrada a permitir que la tocaran, dejó que él la dirigiera hacia la multitud cerca del escenario- aunque estoy segura que ya nos han identificado – agregó pues el olor a lycan inundaba el ambiente y eso quería decir que los atacantes tenían el olfato tan desarrollado como ellos mismos- la pregunta es… a qué han venido… por usted, por mí o por ninguno…- pues quizá todo aquello era sólo una coincidencia y sin querer se habían metido en una guerra con la que nada tenían que ver.
Bueno, nada de eso importaba ya pues ahora ambos se encontraban en medio de aquella situación tan delicada. De pronto la chica tomó las manos del muchacho y las colocó alrededor de ella, tal y como si él la estuviera abrazando, pero no permitió que él malinterpretara las cosas, le miró de forma directa y agregó con palabras mentales.
- “Así mantendrá oculto mi aroma, al menos logrará confundirlos un poco, lo suficiente para que me adentre en sus mentes y localice sus razones y a su líder...”- y así ella rompió el contacto mental con él y apagó cada uno de los sonidos de las mentes presentes, llenas de miedo, hasta que encontró aquellas que le permitirían obtener la información que necesitaba.
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Re: Séptima Sinfonía
Sentí su voz en mi cabeza y capté el mensaje, por lo que no le respondí de ninguna manera para evitar sospechas de potenciales espectadores. Caminamos entre la gente a paso veloz mientras ella utilizaba sus dotes telepáticos para recabar información. Siempre pensé que probablemente mi personalidad y mentalidad hubieran calzado mejor con el perfil habitual de los vampiros que con el de los licanos, pero tras meditarlo llegué a la conclusión de que probablemente el camino que me tocó fue el mejor, debido a que de esta forma balancea en alguna medida mis capacidades.
En las mentes de los tipos ella oiría básicamente las órdenes y señales que se daban entre ellos antes de actuar, además de los pensamientos referentes al olor del licántropo que percibían entre la gente. Uno de ellos, que estaba a nuestras espaldas, parecía ser el que más información transmitía. En su mente podían percibirse las estimaciones de números propios y como analizaba la situación a la vez que coordinaba a sus subordinados. Por su radio daba la orden de sellar la salida de los integrantes de la orquesta, que nadie debía escapar sin antes recibir un balazo en los sesos. No había rastro de sus intenciones tras el ataque.
Yo por mi parte esperaba a que me dijera algo para actuar, mientras observaba a nuestro alrededor como los licanos armados reunían a toda la gente en el menor espacio posible mientras algunos se acercaban peligrosamente e intentaban olfatear a la gente buscando ese olor que destacaba. No tardarían mucho en encontrarnos.
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Re: Séptima Sinfonía
De pronto encontró algo que era de su interés, el esbozo de una mente que analizaba y manejaba la situación a su antojo, aunque en ningún momento le mostró sus intenciones. “Es el líder” pensó para sus adentros y, sin mirar a Marshall, volivó a comunicarse con él mentalmente.
- Como ya debió haber notado, ya han distinguido su aroma y lo están buscando entre la gente, pero justo a tiempo monsieur, porque he encontrado al líder…- con esas palabras la vampiresa dió inicio a su explicación y de la misma manera le detalló el número de integrantes de la manada que los mantenía como rehenes, así mismo le explicó quién de ellos era al que obedecían…- creo que si logramos acercarnos a él, será más fácil detener toda esta catástrofe.
Aunque en realidad ahora no se trataba sólo de salir ilesos o ayudar a las personas que habían asistido al concierto, Charlotte también queria saber los motivos que habían llevado a los licántropos a interrumpir la melodía que habían estado escuchando momentos anteriores, aunque aún no estaba segura de si su necesidad de información se debía a la curiosidad.
- Creo que si me muevo entre las sombras podré alcanzarlo.
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Re: Séptima Sinfonía
- Estamos en jaque y si te quedas conmigo cuando me encuentren, es Mate - comencé a susurrar a un volumen que fuera sólo audible para ella. Los lobos hostiles que habían llegado tenían ya registro de mi aroma y sabrían reconocerme por éste. Así mismo podrían reconocerla a ella si se separaba de mí sin mas. Con dejarle mi chaqueta a lo menos se llevaría consigo mi aroma de manera que nuestros visitantes me perciban doble a la vez que me ven. De ésta manera descartarían la posibilidad de un segundo garou entre la multitud y podrían pensar que se me quedó algo con mi rastro tras de mí. - Ganaré tiempo como pueda con los matones. Tu ve a la raíz. - agregué antes de voltearme hacia la posición del lobo más cercano que se abría paso entre la multitud.
Comencé a caminar hacia él lentamente apartando a algunas personas con sutileza mientras pensaba en la actitud y palabras que debería utilizar. No sabía nada de ellos más que su raza y el hecho de verlos involucrados en tal tontería me hacía una idea de que probablemente sean Garras Rojas, o tal vez un pequeño grupo aislado y más pequeño con distintos fines pero similares medios. Cuando llegué donde él, le analicé rápidamente. Una edad aparente de 25-30 años, complexión un tanto gruesa y portaba un rifle de asalto. No podía saber mucho más del arma ya que procuré mantener la vista al frente y, lógicamente, no mostrarme intimidado. Me miraba con expresión analítica seguramente asegurándose de que fuera yo de quien proviniera el aroma, a pesar de la seria mirada con la que yo le observaba, que de por sí decía todo. No dije nada y me limité a alzar levemente las cejas, afirmando que era yo a quien buscaba y como esperando a que se me presentara.
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Re: Séptima Sinfonía
Asintió ligeramente con la cabeza y se acomodó la chaqueta que él le había colocado encima. El plan era bueno y tenían que actuar con rapidez. Afortunadamente ella poseía la velocidad que necesitaban y había aprendido a moverse entre las sombras sin ser detectada con facilidad. Una pequeña ventaja que adquieres cuando tu sire es un ser antiguo y de gran poder.
Mientras él se encaminaba hacia el lado contrario, Charlotte comenzó a moverse entre la multitud de gente agazapada. Se movía con facilidad y bastaba con mirar a los ojos de las personas para que éstas le abrieran paso y le permitieran avanzar con mayor fluidez y sin causar un alboroto que llamara la atención de los garou.
Al fin logró salir del cúmulo de personas y ahora el mayor desafío sería moverse rápidamente. El aroma de la chaqueta no cubriría su rastro por siempre, además el hecho de ese olor en particular se moviera tan rápido de un lugar a otro alertaría a los garou, pero ese problema se podría solucionar con facilidad una vez que Marshall los distrajera.
Aprovechando la poca atención sobre ella, la joven se replegó entre las sombras del lugar y de ésta manera “desapareció“ su presencia visual. Avanzaba tan rápido como podía pero no se daba el lujo de utilizar su velocidad vampírica para evitar levantar sospechas.
Su conexión psíquica con el líder la guiaba y ella no hacía más que esquivar las miradas que de pronto pudieran poner atención en ella y que al instante la descartaban como una amenaza. Al fin logró visualizar al garou que los comandaba, era de complexión robusta y tenía el cuerpo bastante trabajado. La mayor parte del rostro la cubría una barba espesa pero no tenía una apariencia desaliñada en general, por el contrario era bastante apuesto.
Cerró los ojos un segundo y al volver a abrirlos estos mostraron el brillo azulado característico en ella. Flectó las rodillas y dio un salto en dirección del sujeto, rompiendo así con el velo que había creado para no ser descubierta. Cayó justo a sus espaldas y no dio tiempo si quiera de que él volteara a verla.
- Buenas noches- le dijo casi susurrándole al oído.
No había dejado nada al azar, tenía la punta de la daga de plata que siempre cargaba justo sobre la nuca del garou y lo había abrazado por la cintura con la mano que le quedaba libre. Seguramente él sabía que tenía las de perder. Ni en sueños podría igualar la velocidad de la vampiresa y al menor movimiento ella clavaría el arma blanca en él.
De haber querido lo hubiera matado al instante, pero a Charlotte le interesaba demasiado saber los motivos del ataque.
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Re: Séptima Sinfonía
Charlotte había logrado moverse exitosamente, al parecer justo a tiempo pues el tipo que me había encontrado de frente no resultó ser muy amigable. Me sujetó fuertemente de un hombro a lo que no opuse resistencia por motivos obvios. No pretendía iniciar un tiroteo en mi contra, donde matarían a decenas de civiles sólo por intentar darme a mi. De esa forma comenzó a caminar entre la gente en dirección contraria, sin preguntarme nada aparentemente molesto. Estábamos apunto de salir del tumulto cuando volví a sentir el olor de Charlotte. Pensé en mis posibilidades y en mi equipamiento. Traía conmigo mis armas, pero éstas tenían un detalle. Estaban escogidas de manera que matar sea sin dudas mi última opción. Por lo tanto, estaba prácticamente desarmado contra éste tipo y cualquier movimiento en falso desataría una balacera contra los civiles, sin considerar que Charlotte no podría sacarle la información al tipo. Opté por mentenerme atento junto al sujeto analizando sus movimientos esperando a que Charlotte termine de jugar en su posición.
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Re: Séptima Sinfonía
- Hijo de Gaia, si yo temiera por la mía no me habría descubierto y mi arma no estaría acariciando su piel- apretó con poca fuerza el arma blanca, quería que él pudiera sentir su filo sin cortarle- pero mis pretensiones van más allá de simplemente abrir una lluvia de sangre…- meditó por un instante- prefiero que intercambiemos palabras antes de intentar matarnos unos a otros, después de todo nada garantiza nuestro éxito- sonrió mostrando los colmillos- además cuando un líder muere, su grupo pierde el propósito… ¿está de acuerdo en querer dejar que ocurra?.
Charlotte sabía que aún existía la posibilidad de que estuvieran tan convencidos de lo que hacían que la muerte de su superior no les importase, pero la pregunta que había dejado en el aire tenía una doble intención: conocer qué tan organizado y convencido estaba su equipo.
Alcanzó a ver a lo lejos a Marshall y detrás de él un hombre que lo sostenía por un hombro. Supuso que, por la forma en que ambos se comportaba, se trataba de uno de los agresores. Era evidente la razón por la que él chico que hasta hacía momentos la acompañaba no había puesto resistencia, era la misma por la que ella no había sacado su arma en el instante en que el grupo terrorista había llegado.
- Si no ha venido a buscar vampiros- supuso en voz alta sin perder la conexión mental- ¿a qué ha venido entonces monsieur?, ¿qué caso tiene atemorizar a aquellos que con inocencia han venido a disfrutar de la noche?
Esperaba que si él no respondía a sus preguntas por voluntad propia, al menos su mente le diera las respuestas que necesitaba. Después de todo el método era algo que siempre funcionaba, Charlotte no conocía ser en el mundo que no pensara en la respuesta a una pregunta en cuanto ésta fuera formulada, aunque no pretendiera dar respuesta a ella.
- “si debe haber una pelea, prefiero apartarlo de éste sitio lleno de humanos”- comunicó a Marshall mentalmente.
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