A Real Vampire Party

por Invitado Sáb Ago 25, 2012 1:48 pm

Fecha: 28 de febrero del 2013
Lugar: Mansión de Azuka en Williamsburg
Hora: 21:00

Luego de la gran fiesta que había sido oportunamente ambientada por sus filas y algunos licántropos que les ayudaron de forma un tanto sorpresiva, se había dado un tiempo prudencial para que todos los cainitas estuviesen en sus respectivos hogares, esto porque el ambiente obviamente se tornaría un tanto tenso, y claro… el requerimiento de documentos para absolutamente todo lo que se hiciese se hizo presente con rapidez.

Esto era algo que estaba previsto por la vampiresa y sus consejeros, por lo que desde tiempo atrás algunos vasallos se habían infiltrado en el gobierno, y oportunamente les hizo llegar a ellos y a cada uno de los miembros de los hijos de Caín, documentos creados junto con el resto de documentos para la población en general… los datos, claro, eran falsos, pero al menos las fotografías eran reales… y pasarían como auténticos ante los ojos de quien los requiriese.

Aquellos documentos se les habían hecho llegar a cada uno de los cainitas por distintos medios unos cuantos días atrás, por lo que para estas alturas no tendrían problema alguno para poder darse paso dentro de los sitios monitoreados… solamente habría que tener cuidado con otros inmortales cerca, ya que estos si serían capaces de notar fácilmente que no eran los humanos por los que se hacían pasar en sus papeles.

El tiempo necesario había pasado, así que a cada uno de los miembros del clan ubicados en Nueva York, se les hizo llegar una invitación para una fiesta en celebración por la pequeña victoria que se habían atribuido… las especificaciones eran claras… si deseaban traer a alguien debía de notificarlo por adelantado para aprobar la moción… esto claro por cuestiones de seguridad, un infiltrado en la fiesta sería algo que no se permitiría, y para entrar al evento solamente con la invitación en mano, aunque claro, esto era mero formalismo… las fotografías con los respectivos nombres de los invitados serían monitoreados por los guardas de la entrada… y cámaras de seguridad por todo el lugar se encargaría de vigilar que un invitado no deseado no se hiciese presente.

En la invitación se les avisaba también que la fiesta era de fina etiqueta, por lo que deberían de venir adecuadamente vestidos para la ocasión… se sobre entendía que era una fiesta de la más alta clase, con los lujos más sublimes y exigentes totalmente cubiertos… lo digno para los suyos claro está… la fiesta estaría ubicada en una de las mansiones propiedades de Azuka, obviamente, no era esta su residencia actual, no sería sabio traer a todos los vampiros, aunque fuesen de su mismo clan a su hogar, nunca se sabe cuando un traidor pueda aparecer… después de todo ya había sucedido antes que un fiel miembro se cambiaba de bando, o también, que hubiesen sido secuestrados para ser interrogados por el enemigo.

A Real Vampire Party Lyndhurst_mansion_garden_600x

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La mansión estaba ubicada en una propiedad privada, rodeada de árboles en medio de Williamsburg… la arquitectura de la misma era estilo gótico, los jardines eran amplios y dentro sumamente espacioso… claro estaba que los muebles y decoración eran sumamente sobrios… las maderas más finas, mármol y piedras finas para las estructuras… y las telas de manteles cortinas, en fin, todo lo que había dentro de aquel sitio era de la más alta calidad, acomodado todo de la manera más exquisita… ciertamente cualquier vampiro se sentiría más que cómodo en un ambiente así… más los que vivieron en épocas remotas, este ambiente les traería un poco de nostalgia, muy distinto a los grandes edificios de concreto que edificaban la gran ciudad en la que habitaban.

Los preparativos para la fiesta tardaron un par de días, pero hasta el más mínimo detalle había sido completamente cubierto… dentro de la mansión esperaba por los invitados varios jóvenes, vestidos con transparentes túnicas blancas (lo único que llevaban encima era eso), en su mayoría mujeres, que rondaban de los doce a diecisiete años, todos vírgenes, claro estaba que serían la cena, y habían un promedio de dos por cada uno de los presentes… así que podrían darse gusto de un exquisito platillo… los jóvenes fueron cuidadosamente bañados, sin ponerles perfumes artificiales, solamente el olor natural de sus cuerpos… con los cabellos sueltos algunas… otras con algún adorno sobre sus melenas… eran toda una visión de jovialidad sobre las piezas antiguas que adornaban las salas y habitaciones de aquel lugar.

Azuka había invitado a su vasalla a la celebración, la chica sería vestida por una de las vampiresas al servicio de la líder, dejándola espléndida para la fiesta… claro estaba que sería la envidia de muchos, pero esa exquisita jovencita era un platillo vetado para los presentes, pues fue cuidadosamente elegida por la vampiresa para que fuese suya… además claro, del hecho de que la jovencita parecía tener ciertas habilidades espirituales, que eran adecuadamente desarrolladas, cuando estuviese lista, sería el punto clave para sus planes.

La hora marcada para la celebración había llegado… varios músicos mortales e inmortales sobre pianos, violines y otra gran cantidad de variados instrumentos esperaban por los invitados para comenzar a desplegar su repertorio... Azuka utilizaba un precioso vestido negro de fina seda con encajes en azul… un elaborado peinado en sus cabellos y un collar de zafiros con sus respectivos aretes que hacían el conjunto perfecto a su atuendo… se abrió paso hasta la sala principal para esperar ahí por sus invitados… el lugar contaba con servidumbre vampírica y mortal, aunque no sería necesario alimentarse de estos, puesto que los jóvenes vírgenes eran ciertamente mucho más apetitosos, aunque si lo deseaban claro que los invitados podrían hacerse con ellos sin ningún inconveniente… después de todo la servidumbre estaba ahí para atender hasta el más mínimo deseo de los visitantes, era este el mandato que se les había dado.

por Invitado Dom Ago 26, 2012 2:53 pm

Los últimos diez días habían sido ejemplares. Las medidas que se habían tomado eran un tanto predecibles, pero no esperaba nada más de la Hermandad. Ahora Everest era el regente de NY, me molestaba no tanto. Ya que con ellos los humanos habían entrado en una seria bola de autocompasión en donde no sabían que creer. Los militares rodeaban las calles, las noches eran una fiesta de proporciones épicas, cazar militares era más divertido que hacerlo con civiles, ofrecían más resistencia y era alentador romper a aquellos hombres que se habían declarado protectores de las bolsas de comida, sin saber verdaderamente a quien se enfrentan. Claro que había que darles meritos a los pobres bastardos, digo me hacían la vida más entretenida.

Hace unos días había recibido papeles muy interesantes, después de leerlos supe que me permitirían moverme con más facilidad aunque el propósito de ello llego después, una invitación a una fiesta, además de etiqueta, eso me había dejado intrigada y muy curiosa, asistiría al parecer nos reuníamos para celebrar lo que había pasado el pasado 18 de febrero. Las compras habían sido gratificantes, el diseñador disfruto de hacer el peculiar vestido que portaba, un vestido largo de seda morada con una abertura que mostraba una de mis largas piernas al caminar, había conseguido joyería exquisita.

Pero me había detenido enfrente de la mansión, pensando en que debería entrar como era debido, conocería a demasiadas personas en este peculiar lugar además de admirar semejante edificio que nos remontaba a épocas pasadas, era lindo recordar aunque a veces no era de mi agrado. Parecía que esto recién iniciaba, la banda sonora acababa de empezar a tocar. Pues bien Natasha adelante. Subí los escalones y entre. El salón era hermoso, había de todo un poco la iluminación hacia que los contrastes resaltaran mas, los hombres vestidos de esmoquin y las mujeres con vestidos que eran hermosos y lo curioso todos eran diferentes los unos a los otros, resaltando la belleza que tenían las vampiresas que aquí se encontraban.

Reconocí a algunos de la pasada velada en Central Park, cogí una copa de la charola de un camarero, había incluso humanos, no sabía a ciencia cierta si eran vasallos o los bocadillos de la noche. Nunca había entendido el porqué de un vasallo. Desde que estoy caminando como un vampiro no he necesitado de uno. Qué tenían de especial, cuál era su propósito en este mundo. Acaso buscaban el favor de alguno de nosotros. Pues por el momento no tendría a ninguno.

La música era agradable, de hecho todo aquí lo era, sea lo que sea que esta por empezar merece la pena quedarme a escucharlo, no me iría sin que mi curiosidad se aplacara, grandes revelaciones se harían, o eso presentía. Que el espectáculo empiece. Alce mi copa en un brindis privado para mí.

Spoiler:

por Invitado Dom Ago 26, 2012 3:49 pm

Se observó en el espejo y acomodó un mechón de cabello que escapaba de su peinado. Se relamió los labios y se retocó un poco el maquillaje. Azuka daba una fiesta en una de sus hermosas mansiones y sabía, por experiencia, que cada vez que hacía una, lo hacía a lo grande. Seguramente para festejar los resultados obtenidos con el último ataque en el Winter Festival. Todo un espectáculo. No había participado de la matanza aquella noche, había tenido asuntos importantes que atender y se había perdido la diversión pero sabía que no acabaría todo ahí, aunque el príncipe intentara reagruparse, habían logrado dar un buen golpe, no les sería fácil reponerse de éste.

Sin más salió de camino al lugar. Dentro de un coche lujoso, le indicó al chofer la dirección. La imponente arquitectura se erguía frente a ella, iluminada levemente por fuera. Le pidieron la invitación y su nombre para revisar la lista. Al parecer la seguridad estaba al máximo aquella noche, algo que anunciaba momentos interesantes. Algún propósito importante había escondido bajo aquella fiesta de celebración. Con paso seguro entró en el recinto, sintiendo como sus sentidos eran embriagados por la música del lugar y el olor a sangre fresca. Éstos, en combinación con la exquisita decoración del lugar y la belleza etérea de sus asistentes, hicieron que sonriera encantada.

Avanzó entre la gente con una copa de champagne en la mano, la cual había tomado de una de las bandejas que los camareros ofrecían a todos los invitados. Había muchos rostros desconocidos, desde que se había unido a los Hijos de Caín, no había socializado con muchos vampiros. La mayoría de los encargos que había debido realizar fueron en solitario, algo que prefería. No era capaz de confiar en alguien más que no fuese en ella.

Saludó cordialmente a viejos vampiros que había conocido en sus distintos viajes pero no permaneció demasiado tiempo con cada uno. El lugar aún no se encontraba demasiado lleno, al parecer había llegado temprano aquella noche.

Se dejó llevar por la música, sintiendo el burbujeo correr por su garganta a medida que bebía el contenido de la copa. Se colocó en un rincón apartado desde donde podía observar todo con ojos analíticos, esperando el momento en que la anfitriona de la fiesta dijera lo que todos estaban ansiosos por oír.

Spoiler:

por Invitado Dom Ago 26, 2012 5:17 pm

Acomodó una pequeña figura angélica de blanca porcelana sobre el armazón de Mármol que tenia la chimenea. Más bien era la imitación de una, porque el calor que esta proporcionaba era de aquellas eléctricas, que simulaban un fuego vivo danzando en una pantalla táctil. Subir y bajar su temperatura era algo realmente fácil, lo difícil, era intentar no tocar un sector que se calentaba demás. Se recordó a si misma mandar a llamar a un técnico para que se la arreglase. Frente a la chimenea, un sillón blanco de cuero estaba algo vuelto hacia la mesita en cuya superficie descansaba una taza de té a medio acabar y un platillo de donas sin comer. Después de la llamada se le había cortado todo apetito y la razón de la llamada estaría pronta a llegar.

El asunto, es que en lo que tarda un suspiro, se encontraba de frente a un espejo de cuerpo entero en su habitación, la vampiresa al servicio de su ama, le quitaba la ropa con una parsimonia increíble, como si tuviera todo el tiempo del mundo y no podía negar eso, la vampiresa, que no aparentaba tener más de 20 años, la guio hasta el baño y la sumergió lo que le parecieron 30 minutos en el agua, el jabón de esta no olía a nada, neutro y se imagino el porqué de aquello. Al volverse a mirar al espejo, su piel pálida contrastaba con el dorado de su cabello, arreglado a velocidad vampírica de forma exquisita, un peinado elegante sujeto con pinzas de oro donde su hondeado cabello caía hacia un lado en una trenza muy elaborada, intercalada con hilos que le daban un aspecto muy romano. Por otro lado, el vestido era toda una joya, el ver su aspecto le dio a entender su peinado.

La chica que le devolvía la mirada desde el espejo no parecía ser ella, el vestido caía con gracia hasta el suelo ocultando unos hermosos tacones plateados, de hombro descubierto y muy delicado, gracias al encaje que parecía flotar detrás de ella.

Desde que se entero de la fiesta, sabía que aquella seria la noche. Había esperado desde hacía mucho tiempo que su ama insinuara siquiera beber su sangre, esta vez no lo había insinuado, pero nunca antes la había invitado a una fiesta de tan alta estampa como aquella. Ya lo sabía muy bien y lo comprendía.

La vampiresa la dejó completamente lista y arreglada, sin perfume ni olores artificiales, aunque debía admitir que no olía para nada mal. Habían enviado junto con ella a un chofer que la llevaría hasta la fiesta, el hombre se veía extremadamente serio y le pareció gracioso, no estaba segura de que fuera vampiro, a parte de su traje negro, sombrero y gafas, se veía como un espía. Subió al auto y se dejo guiar con la vampiresa a su lado pendiente de cada cosa que hacía.

Cuando llego la fiesta apenas había comenzado, estaba increíblemente nerviosa por estar entre tantos vampiros que la miraban con rostros difíciles de descifrar, la siguieron en su caminata por el salón de la mansión de su ama, a la que diviso y se acerco con aspecto firme, cabeza levantada y mirada serena, se coloco a su lado, un paso por detrás de ella como solía hacer siempre que la veía, era su señal de respeto para ella, solo se adelantaría si ella así se lo pedía, porque más que mal, La Líder de los Hijos de Caín siempre se había portado muy bien con ella y algo que Lilith valoraba era eso, le devolvía su cuidado con obediencia, hasta cuando pudiera soportar.

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por Invitado Dom Ago 26, 2012 7:27 pm

Varios de los invitados comenzaban a hacerse presentes en la celebración, las noches anteriores las preparaciones habían sido acabadas, pero eso mayoritariamente lo había dejado en manos de sus subordinados, que llegaban hasta ella para pedir opinión sobre el punto final de cómo debería de quedar todo organizado… ella por su parte había ocupado su tiempo junto con sus consejeros más cercanos para realizar algunas estrategias importantes… no debían de dejar mucho tiempo para reorganizarse al enemigo… tomarlos por sorpresa ahora que sus ímpetus apenas se recuperaban era simplemente necesario.

Habían realizado una amplia lista de los factores que eran un mayor inconveniente en esos momentos… entre ellos estaban algunos activistas y miembros poderosos dentro del gobierno de los Estados Unidos, que a pesar de las grandes masacres anteriores en los aviones y en la zona cero seguían dando un rotundo apoyo a los brotherhood, incentivando la paz aún entre tanto caos en los medios masivos de comunicación… bombardeando con constantes mensajes televisivos a las susceptibles mentes de los mortales, dándoles un mensaje de falsa paz… esto era algo que no se iba a tolerar… sería sumamente necesario eliminarlos, y con esto claro, dar a entender que ahora quien apoyase a los vampiros terminaría pereciendo.

Uno de los primeros blancos a eliminar era el gobernador de la ciudad de Nueva York… éste mantenía relaciones bastante estrechas con el príncipe Evereth, y era en este momento el principal estorbo pro vampiros que tenían… primero irían a por él, y posteriormente por el resto de ellos que no se apartase de su camino con los mensajes puestos por ese y los asesinatos que se fuesen dando paulatinamente, claro está, siempre a los humanos pro vampiros de mayor renombre, para que la noticia corriese por los obituarios rápidamente.

Los documentos donde se planteaba la misión y los objetivos con sumo detalle, así los lugares que más frecuentaban y donde localizarles, y en que horarios, habían sido previamente preparados, así como también el análisis de quienes serían los más aptos para cumplir con la eliminación de estos objetivos…. Pronto uno de los camareros llegó hasta Azuka, diciéndole con suavidad al oído que dos de los miembros de la lista que había solicitado se le avisase de su arribo ya estaban ahí… dejaría un tiempo prudencial y luego las haría llamar para asignarles la misión, y luego, podrían disfrutar de los platillos que quisiesen, o relacionarse con el resto de los presentes… lo cierto era que en estos eventos el socializar resultaba necesario…

Había pasado no mucho tiempo cuando una bella figura se abría paso dentro del salón… llamando la atención de todos los inmortales presentes, y es que su aroma era embriagador, aparte de su apariencia sumamente bella, en definitiva un ser que tentaría a cualquier vampiro, pero, era una pena para todos ellos, ya que esa delicia de mujer tenía ama, y una que no permitiría que nadie más le pusiese un solo dedo encima (los vampiros son muy territoriales con lo que es de su interés).

Su porte era altivo y elegante al moverse mientras se acercaba hasta la vampiresa, pasando de lado hasta estar detrás de ella… sin moverse un solo milímetro Azuka le habló, con su típico tono de voz… frío y gutural, pero a la vez femenino y seductor…

-Quiero que tomes asiento a mi lado pequeña…

Le dijo ofreciéndole un asiento a su diestra, mientras observaba al frente sin inmutarse…

-Estás muy bella… me agrada verte... hoy es noche de celebración, quiero que disfrutes, puedes comer y beber lo que desees, y moverte donde quieras… cuando te requiera te mandaré a llamar….

Dijo finalmente, dejándole en claro que era una fiesta, y que al igual que todos los invitados, ella debería también de disfrutar de todo ello.

Con su mente mandó a llamar a uno de los camareros vampíricos, diciéndole que hiciese pasar ante sí a Nerina y Natasha… para ellas sería la primer misión que tenía que asignar esa noche… era claro que tenía algunas otras misiones para asignar, pero luego llamaría a los cainitas que se encargarían de ello... de momento ellas eran las necesarias ante su presencia… algunos ya conocían el hecho de que ella era la líder de los hijos de Caín, para otros tantos esto aún era desconocido, pero esta noche esos secretos se revelarían a algunos…

por Invitado Lun Ago 27, 2012 4:19 pm

Spoiler:

Caos, el resultado del Winter Festival. Definitivamente debía felicitar a quien estuvo encargado de orquestar un evento de tales proporciones. No era la primera vez que participaba en juegos con tantos jugadores involucrados, pero cada vez que la sangre derramada obligaban a un pueblo a ceñirse de luto era ocasión de regocijo inmediato para mí. Como para bailar la danza de la lluvia en un desierto. Me reí al recibir la carta que me invitaba a festejar el saldo de víctimas, junto a un pequeño obsequio de utilidad pública de mano de los altos cargos. Azuka Von Doom... y supongo que del tatita drácula que hizo su aparición en televisión nacional ese día.

Identidades secretas... ya lo tenía cubierto, pero de todas maneras guardé los papeles que me enviaron los Hijos de Caín en caso de cualquier cosa. La dirección que ellos tenían de mí, lógicamente, no era del todo real. Long story. Claro, no me encontraba muy frecuentemente en ése lugar pero tras los acontecimientos en el Winter Festival, estuve un tanto más atento al correo.

Ahora Azuka me había invitado a una fiesta de etiqueta, cosa que me causó mucha gracia ya que ella estaba seguramente consciente de que ése tipo de pinta no me agrada mucho. De hecho, por mí habría ido desnudo y directo a saludarla con el miembro en alto, pero finalmente decidí asistir con cierto recato. Un poco de cortesía de vez en cuando. Al final, iba a felicitarla por la polémica e inestable situación que había logrado generar a raíz de los eventos en el Winter Festival. Me vestí con un terno oscuro y una corbata de un rojo bastante fuerte. Nada Sobrenatural.

Me acerqué a la puerta de la descomunal mansión con total naturalidad y crucé el umbral para ser recibido por los perros guardianes. Les mostré la famosa identificación para que paren de joder y entré al hall donde la manada de cadáveres andantes con aires de superioridad se reunía. Una tropa de sanguijuelas convencidas en busca del "sueño vampírico" del infierno azul. Tanta risa que me daban. Busqué a la vampiresa con la mirada pero no la encontré a primera vista. Observé los platillos que se nos ofrecían y contuve una carcajada.

Me acerqué a una de las chicas de blanco, quien no se inmutó ante mi lasciva mirada. Di una vuelta caminando a su alrededor, analizándola. Olfateándola como un perro en la calle antes de cometer el acto que ha aniquilado la infancia de más de algún infante. Sin duda habría sido una buena presa, de haberme puesto algo de dificultad. Me paré a un metro al frente suyo de lado. Volteé tranquilamente mi mirada hacia la sensual joven, saqué mi Desert Eagle ante su ligeramente curiosa mirada y halé del gatillo, apuntando a su frente. Sus rojizos sesos salieron disparados a travez de la parte trasera de su cráneo y el cadaver cayó al suelo armoniosamente.

Desde mi posición olfateé sus fluidos tranquilamente con expresión de crítico experto. Hmmm... era de calidad dije con total naturalidad mientras guardaba el arma nuevamente bajo mi terno y avanzaba entre la gente sin interesarme por las miradas ajenas, que seguro no tardarían mucho en volver a los temas de conversación que sostenían hasta ese momento. Tomé una copa de vino llena de la mano de otro cainita que acababa de pedírsela a un camarero y le di un sorbo mientras avanzaba entre la gente mirando la nada. No tenía intenciones de quedarme mucho rato.

Así como los cainitas tenían infiltrados entre los brotherhood y el gobierno, no podían descartar la posibilidad de que no pase lo contrario. En tal caso, el lugar y el evento podrían estar comprometidos y, bueno, hay muchas cosas que podrían hacer. Cuando al fin visualicé a Azuka, caminé hacia ella mientras daba un último sorbo al vino. Cuando estuve a un par de metros de ella, aventé la copa con lo que quedaba de vino algunos metros hacia atrás por sobre mi hombro sin ver adonde caía. - buongiorno principessa - pronuncié cordialmente mientras le besaba la mano como mafioso italiano - veo que la mala costumbre de organizar eventos en grande no se te quita fácil, ¿eh?. -

por Invitado Mar Ago 28, 2012 8:44 am

La velada era magnifica, la elegancia que había en todo el salón me decía que no habían escatimado en gastos. Habían empezado a entrar mil y una personas en un desfile de elegancia propia de la especie. Me llamo la atención especialmente una pequeña rubia con un vestido blanco, por alguna razón me permití seguirla con la mirada, mi sorpresa fue grande cuando ella se coloco a lado de Azuka. Aquella mujer que había conocido tiempo atrás en Central Park, me sorprendía que ella tuviera una vasalla. Aunque el olor de su sangre era peculiar.

Claro que no la tocaría, ni derramaría una gota de su sangre, ella era propiedad de la vampiresa que estaba con ella. Y así como sabia que ella era parte de los hijos de Caín algo me decía que sería sumamente posesiva con su muñeca que paseaba de un lugar a otro. No quise dar más vueltas sobre el asunto y me permití pasear por el gran salón, saludando a aquellos que conocía. La verdad no eran muchos, pero que podía decir rara vez cooperaba con alguien más. Nota mental, fomentar el trabajo de equipo aunque sea para usarlos como escudo en dado caso de que suceda lo de Winter Festival.
Di sonrisas cordiales, antes de que un camarero llegara a mi presencia e interrumpiera la pequeña platica que mantenía con un vampiro Rumano, que me hablaba de sus pequeños negocios en la política Internacional.

—Disculpe, su presencia es requerida por la señora Azuka. —mmm, eso era curioso. Así que decidí que sería buena idea seguirlo a donde sea que me llevara. Me despedí de mis acompañantes antes de caminar a la par con peculiar camarero.

—Entonces, vamos. — Solo mencione. Mi destino era Azuka. Era curioso, el poder que manejaba semejante ejemplar, uno de los puesto más altos. Algunos la miraban con respeto y eso no se gana fácilmente, cuando estuve enfrente de ella, le sonreí .

—Azuka, un placer nuevamente. —junto a ella estaba aquel peculiar sujeto que había escenificado el asesinato de aquella joven virginal, que podía decir cada quien con sus gustos y excentricidades.

por Invitado Mar Ago 28, 2012 12:43 pm

Escuchó con sumo cuidado las palabras de su ama, una vez que tomó asiento a su lado. Le pedía que disfrutara de la fiesta, de la comida y la bebida, aunque no probaría bebida alcohólica alguna porque nunca le había gustado. Se levanto con elegancia, haciéndole una leve reverencia sin decir nada, su ama sabia que ella se comportaría a la altura debida, jamás le daría algo de qué hablar, aunque muchas veces lo habría intentado porque la mitad de las cosas que hacia los Hijos de Caín, por no decir todas, eran de su desagrado. Ya llegaría el momento de decir lo que pensaba, pero por ahora iría a disfrutar de la fiesta o tratar de disfrutar, mientras evitaba contacto con aquellos vampiros que la veían morbosamente.

Salió justo en el momento que llegaba un vampiro de aspecto elegante o eso había intentado, pero cuya aura a su alrededor le decía que era sumamente peligroso, podía sentirlo en la energía que lo rodeaba, inestable y pesada, que llegaba a ella como un golpe en plena cara. Pasó por su lado en un movimiento ágil, como si lo esquivara y dirigió una leve mirada a su ama, como cuando quería decirle que algo era peligroso o debía tener cuidado. No es que lo necesitara en todo caso, Asuka era una vampiresa que sabia cuidarse muy bien, pero Lilith no podía dejar de preocuparse por esas cosas.

Recorrió el salón intentando obviar a las demás personas, hasta acercarse a las mesitas donde manjares de todo tipo estaban a disposición de los humanos que allí había. Los manjares de otro tipo estaban dispersos, como sabiendo que algunas tal vez morirían e intentaban pasar inadvertidas, cosa imposible, debido al olfato de tantos vampiros.

Tomo una copa con un liquido de suave color rosa, lechoso y que olía a Yogurth, su sabor era refrescante, fresa y crema. Algunos bocadillos esperaban en pequeñas bandejas cuidadosamente colocadas en cascada o en portadores, que daban la impresión de parecer arboles viejos y de ramas torcidas. En otro extremo, el chocolate caía a raudales de una cascada térmica, de esas que había visto en varias fiestas antes, nunca faltaban.

Recorrió con su mirada hacia donde se encontraba su ama, el vampiro seguía allí, pero se les había unido alguien más, una vampiresa que no había visto nunca antes. De seguro hablarían de sus planes, suspiró. Le habría gustado no estar allí dentro, tal vez pasear por los jardines o ver la fuente que sabia había detrás de la mansión, flanqueando un paseo de arboles siempre verdes, sin embargo aquello sería peligroso, salir sola en medio de la noche con un montón de vampiros que esperaban la cena no era nada alentador, si que se dirigió a un pequeño balcón que miraba hacia el jardín, los ventanales estaban abiertos y una tenue brisa entraba agitando el cortinaje cuidadosamente amarrado a los costados. Y se quedó allí admirando una Media Luna fría.

-Quiero irme...

por Invitado Mar Ago 28, 2012 5:54 pm

Sus ojos analizaban a cada persona que entraba en el lugar. El olor a sangre comenzó a hacerse más fuerte en el ambiente en cuanto los invitados comenzaron a servirse de los pequeños bocadillos que la anfitriona había puesto a su disposición. Vio pasar entre el gentío a una muchacha rubia, vestida con un hermoso e inmaculado vestido blanco e ir directamente hacia donde se encontraba la vampira por la que todos se encontraban aquella noche allí.

Analizó la relación de ambas a distancia. Le sorprendía que alguien como Azuka pudiera mantener a su lado a una humana como aquella, que se veía tan frágil y desprotegida. Dio un largo trago a la copa, terminando el líquido justo cuando uno de los hombres vestido con ropa de servicio se acercó a ella para susurrarle algo en el oído. Sonrió sin dirigirle la mirada. Al parecer las sorpresas se desvelarían más pronto de lo que creía.

Justo en el momento en que dio unos cuantos pasos la multitud se cayó abruptamente, se oyó un disparo y luego aquel aroma tan dulce la envolvió por completo, haciendo que sus colmillos presionaran. Dirigió su atención hacia la persona que había cometido tal acto al parecer tenía el mismo objetivo que ella, porque lo vio abrirse paso hacia la líder de los cainitas. Lo siguió aprovechando el espació que se abría con cada paso que aquel extravagante personaje daba. Con un grácil movimiento esquivo la copa que lanzó sobre su hombro, evitando que alguna gota callera sobre su atuendo. La tenía intrigada aquel hombre, pero aún más lo que Azuka tenía para decirle.

—Y la de tener por amigos a vampiros fuera de lo común tampoco —agregó al comentario de él—. Aquella fue una entrada de lo más… peculiar —dijo, sin intención de ofender. Sólo era la curiosidad por aquel vampiro. En su rostro no había señal de diversión ni de desagrado. Observó a la mujer que se encontraba también allí y luego posó sus ojos en los de Azuka e hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo—. Buenas noches...

No la había visto muchas veces, ni tampoco mantenían una relación particularmente estrecha. Conocía cosas sobre ella mayormente por los rumores que corrían. Pero la respetaba y estaba más que claro que compartían el mismo gusto por la sangre.

por Invitado Miér Ago 29, 2012 5:14 pm

El salón en el que se encontraba la vampiresa, así como el resto de salones de la gran mansión se llenaban poco a poco, cada vez más de los invitados se hacían presentes… la vampiresa observaba desde su posición a todos en el salón, sin beber nada por el momento, con su hermosa vasalla a un lado, (aunque por lo que denotó ésta pensaba darse paso por la fiesta)… esperando tranquilamente por las damas que había mandado a llamar, hasta que un disparo en la sala principal que resonó por todo el lugar llamó su atención… la sangre mortal inundó su fino olfato… sabiendo que no conocía muchos seres que harían algo como eso de buenas a primeras, sólo por el placer de ver un cuerpo caer, y uno de esos estaba invitado a la celebración… eso sólo podía significar que su viejo amigo por fin había llegado.

Instantes más tarde el vampiro se hacía presente en la estancia en la que Azuka se encontraba, justo en el momento que la pequeña Lilith se levantaba de su lugar al lado de la vampiresa, devolviéndole una mirada precautoria a la misma al pasar al lado de él, como advirtiéndole del peligro que aquel ser representaba, aunque claro estaba, esto era algo de lo que la vampiresa estaba completamente consiente, después de todo lo conocía desde hacía bastante tiempo atrás, y sabía a la perfección a lo que se atenía con él, y esto sin lugar a dudas, lo convertía en un ser mucho más interesante a los ojos de la misma… quizá por eso era un amigo bastante preciado para ella… seres que le lamiesen los zapatos ya tenía demasiados a su alrededor, el verlo era refrescante; en un retorcido sentido, lo que le resultaba encantador.

Al estar a un par de metros de la vampiresa, observó como la copa que llevaba entre sus manos, y que arrojó hacia atrás, era grácilmente esquivada por Nerina, quien lo seguía de cerca…. El saludo de su viejo amigo se hacía presente, luego de uno de sus típicos comentarios, seguido por el de la bella vampiresa que venía tras de él, adjuntando una frase al comentario que el vampiro había realizado. Azuka por su parte observaba la escena sin mover un solo músculo, mirándoles fijamente, para luego dirigirse a ellos.

-Buenas lunas a ambos… lo cierto es que las cosas fuera de lo común van de la mano con seres fuera de lo común…

Decía esto respondiendo al comentario de ambos…

-Los malos hábitos son difíciles de dejar de lado… ¿cómo has estado querido?... me da gusto que hayas decidido hacerte presente…

Mencionaba mirando a su camarada, quien se había teñido su cabello ésta vez de amarillo… ciertamente le gustaba más cuando llevaba la cabellera de color negro, pero él siempre había sido así, tan despampanante y poco usual… era uno de los pocos seres que había logrado sorprenderla en el pasado, aunque con el tiempo logró acostumbrándose a él y sus excentricidades, por lo que el que lograse hacerlo nuevamente ahora, resultaría un tanto difícil, no obstante era una posibilidad que no descartaba del todo.

-Nerina, querida… hay algo que debo decirte, pero esperaremos un momento más antes de hacerlo…

Hizo un ademán invitándolos a tomar asiento, esperarían a Natasha… quien se acercaba ya con el camarero que la dirigía hasta donde se encontraban, saludando en cuanto estuvo frente a ella… la vampiresa de igual forma la invitó a tomar asiento junto a ellos, ahora que estaban ahí no tardaría en darles el motivo por el cual habían sido llamadas hasta ese sitio.

-Buenas lunas Natasha… un placer nuevamente…

Hizo una pausa… observando a todos los presentes… el que Demian se encontrase ahí cuando les dijese lo que les tenía para enmendar no estaba entre sus planes, pero, no era malo del todo, con un poco de suerte y le entusiasmaba la idea de ir a asesinar un par de personas (o todas las que quisiese), probablemente en un sitio bastante concurrido… ya que sus objetivos pasaban sus días en sitios donde siempre habían demasiados mortales alrededor… y bueno, las aglomeraciones implicaban una posible masacre, o un muy discreto asesinato, aunque conociéndolo el bailar sobre los cadáveres le quedaría mucho mejor… pero bueno, a saber si le interesaría el asunto…

-Mis queridas damas y estimado caballero, para nadie es un secreto el motivo de ésta celebración…

Hizo una ligera pausa… observándolos…

-No obstante, no habrá que dejar las aguas apaciguarse…

Sonrió de medio lado, sabiendo a la perfección que no todos sabían que ella era la líder actual de los caínitas, y tomando en consideración la situación, no resultaba mala idea revelarse como tal, al menos frente a ellos… no sería prudente hacerlo frente a todos, de momento. Estaba por comentarles al respecto, cuando el gran vampiro milenario, que había hecho un favor a la vampiresa apareciendo frente a las cámaras durante el Winter Festival, llegó desde unas cortinas que estaban tras del asiento de Azuka… hablando desde las espaldas de ella… prácticamente por sobre el hombro de la vampiresa…

-Tampoco habrías de dejar que siga tomando el crédito por vuestras obras…

Dijo en un tono sutil y bastante seductor, lo suficientemente alto como para que los tres vampiros frente a ella pudiesen escucharlo a la perfección… Russell Endington lucía un elegante traje, y en la comisura de sus labios corrían varios hilos de sangre… prueba de que momentos antes había disfrutado de algunas de las vírgenes que corrían por la casa, sin lugar a dudas dejando los cadáveres en el cuarto del que había salido…

Durante los días posteriores al festival se había diseminado el rumor de que el líder actual de los hijos de Caín era ese milenario vampiro, cosa que la vampiresa, lejos de desmentir, apoyaba, pues, así mantendría su identidad magistralmente cubierta, y para quienes tratasen de buscar al líder, el toparse con Russell no sería nada alentador, vamos, que es increíblemente poderoso… ahora que con el comentario que acababa de hacer, sería fácil para ellos darse cuenta que el líder realmente no era él.

-Aún no estoy satisfecho… así que si me disculpan, mi preciosa líder y su compañía, iré por otra de vuestras tiernas piezas sacrificables…

Dijo pasando de lado, dispuesto a ir por otro par de las vírgenes que caminaban por la mansión… dejándola totalmente al descubierto frente a ellos con su último comentario… al menos solamente ellos tres lo habían escuchado…

-Buenas lunas Russell…

Mencionó al verlo alejarse… disponiéndose a terminar lo que iba a decirles… el explicarles ahora que ella era la líder no era necesario, afortunadamente…

-Como les decía… actualmente algunos miembros del ganado están fuera de lugar, apoyando a los brotherhood a pesar de nuestras obras…

Refiriéndose claro a los humanos activistas pro vampiros, y a todos sus atentados, a mayor y menor escala…

-Es por eso que el eliminarles resulta necesario…

Dijo sacando los documentos donde estaban las fotografías, con absolutamente todos los datos de los hombres y mujeres en la lista, algunos eran altos miembros del gobierno, incluido el actual alcalde de los Estados Unidos en Nueva York… tenía a su mano dos juegos, y uno propio, que extendió a Demian, para que les echase una ojeada, quizá vería ahí algo que le interesase… guardó silencio mientras los observaban, esperando por sus reacciones… al tiempo que sus pensamientos se fugaban en su bella vasalla, pensando en ir a su lado pronto… esa noche la deseaba más que nunca antes…

por Invitado Jue Ago 30, 2012 5:28 pm

Recibí los papeles sonriendo de medio lado. Suponiendo por sus últimos comentarios, no había manera en que aquel sobre contuviera las recetas de su abuela, así que di por hecho que eran los objetivos que pretendía eliminar. Lo tomé mientras sacaba mi machete de debajo de mis ropas hábilmente. Durante el tiempo anterior me había mantenido en silencio escuchando las palabras de todas y soltando una pequeña pero audible risa gutural ante el comentario de Nerina. Pensé comentarle sobre la vez que entré a una boda por el techo gritando "yo me opongo" sin siquiera conocer a la novia para luego abrir mi chaqueta y mostrar una buena carga de explosivos falsos. La risa me duró un buen rato tras ver el resultado. Me abstuve de relatar la anécdota por motivos evidentes y respondí con un - merci - en su lugar.

Tomé asiento ante ella en el puesto al medio del sofá que nos indicaba, posando ambos pies sobre una mesita que había entre su posición y la nuestra. Las dos chicas que se habían presentado tras de mí no estaban nada mal... y estaban muertas. Punto a favor. De todos modos sólo di un par de miradas fugaces a ambas escaneandolas con la mirada antes de volver la vista al frente, sin saludar. Tantas formalidades se me hacían innecesarias considerando que era gente a quienes tal vez no vería más que por los siguientes 5 minutos, además de que el comportamiento formal me estaba cansando. La corbata ya me comenzaba a ahogar y la camisa dentro del pantalón me restaba movilidad.

Era de esperarse que el viejito fuera a estar en un evento de tales magnitudes organizado por su clan. Un clan que para todos parecía no tener líder conocido hasta antes de la aparición estelar de Russel. Era otro tipo al que debería felicitar, pero lo haría más tarde, si me acordaba, claro. Cuando el tatita drácula salió de tras la cortina hablando, no mostré sorpresa. Al oír el comentario en que mencionaba a mi vieja colaboradora como su "líder", sólo la miré riendo con la boca cerrada y sin emitir sonido. Por algún motivo no me extrañaba. Le quedaba bastante bien el puesto de maestra de las marionetas. Ahora, Azuka nos había declarado sus intenciones de continuar causando estragos tras la matanza del Winter Festival. Yo mismo había decidido hacer el trabajo gratuitamente aunque no me lo pidieran. Atacando blancos aleatorios y derrumbando tal vez uno que otro edificio por pura diversión y con el arte como paga, pero ahora que me lo solicitaban expresamente, la cosa cambiaba.

No tenía intenciones de convertirme en un perro que va tras de un frisbie o un peón que es enviado a comerse un caballo para luego ser sacado del tablero por una torre. Sí, una alegoría de ajedrez como las que usa el otro pj de mi user, el perro con traje de iron-man. Ahora, volviendo a lo que contaba al inicio de éste relato, recibí el sobre sin mirarlo siquiera y respondí a su último comentario. - Eliminar a una persona es fácil. Eliminar a 10 es sumamente sencillo - pronuncié despreocupadamente mientras sacaba mi machete de debajo de mi chaqueta y me levantaba para caminar sin rumbo aparente al rededor de ellas. - El problema, es que ésto sólo incrementará el espíritu de los opositores restantes y le dará motivaciones a los que aún no se levantan. Si se trata de alguien que te causa problemas, lo mejor es destruirlo, ¿no crees? - agregué liberando una pequeña sonrisa siniestra mientras jugaba con mi filosa arma, dándola vueltas en el aire y atrapándola por el mango sin siquiera mirar.

- Destruir es una palabra muy interesante. Podría significar la bancarrota financiera, la ruina social, violación psicológica, una crisis familiar, la muerte... tras halar ellos mismos el gatillo - proseguí mientras me paseaba, dejando salir una pequeña risa junto con mi voz cuando mencionaba lo de la violación psicológica. No me gustaba la idea de trabajar a medias cuando se trataba de negocios. Había muchas cosas que me causaban mayor placer que el ver un montón de sesos volar o una cabeza rodar. Los humanos por regla general son predecibles. Rutinarios. Interceptarlos es fácil. Acabarlos no es un reto. Ya había ocasionado muchas matanzas sin sentido y me había divertido viendo saltar la sangre estilo kill bill, pero nada es más gratificante que saberte el orgulloso responsable de aniquilar una vida sin necesidad herir la carne de un individuo.

Me detuve junto a la mesa de centro sobre la que previamente había posado mis pies. Solté el sobre en el aire y lo atravesé con el machete ágilmente de manera descendente hasta clavarlo contra la madera con todo y papeles, con la hoja de plata cruzando simbólicamente los corazones de todos los objetivos. - Ésto es lo que te puedo ofrecer... - dije alzándome para luego reacomodarme la corbata al tiempo que me hacía tronar los huesos del cuello con un leve movimiento de éste, y continué con la parte que ella seguro que sabía que llegaría tarde o temprano. Seguir órdenes no iba conmigo, y eso ella lo sabía. Alcé una ceja mirándola de reojo desde mi posición antes de continuar - ... pero tu sabes que cuando eres bueno en algo, jamás lo haces gratis. Y sabes también que no es dinero ni ganado ni mucho menos status lo que me interesa. -

Quité el machete de su lugar sobre la mesa, dejando los papeles agonizantes sobre ésta y guardé mi arma nuevamente mientras la miraba fijamente a los ojos con una sonrisa macabra de oreja a oreja en mi rostro - Quiero una noche con tu vasalla. - No le di rodeos. Había visto a esa despampanante jovencita dejar a la reina y pasar a mi lado ágilmente y, bueno, mientras caminaba entre los demás cainitas no faltaban los que comentaban sobre ella. Un tipo se refirió a ella como la vasalla de Azuka, a lo que el otro respondía que en tal caso era mejor no acercarse a ella. Sujetos bastante prudentes, debo decir. Ahora, esperaba que Azuka entendiera el mensaje que intentaba entregarle. Puedo conseguir chicas sensuales para violar, asesinar y profanar cuando quiera. Escuelas y universidades hay muchas en nueva york, por lo que el tema sexual no era muy significativo en éste asunto. Era una mujer inteligente, seguro entendería tras pensarlo un poco. Aunque, bueno, si aceptaba la versión literal tampoco me negaría.

por Invitado Vie Ago 31, 2012 3:39 pm

Como siempre Azuka tan educada al hablar, sabia poco de ella. Y nunca me había permitido preguntar más de lo debido.

—Buenas noches. —le menciono a los dos otros vampiros que estaban ahí, no los conocía y solo sabía que él era un hombre que no podía comprender nunca, que buscaba, que hacía, que lo motivaba, las motivaciones son lo más importante en las acciones de una persona. Ellas te dirán hacia donde van y en algunos casos que harán en determinadas situaciones. Pero con él dudo sinceramente descubrir algo, la vampiresa es una mujer bella, se nota tranquila y sabe manejarse de una manera sumamente elegante. Eran personajes distinguidos y peculiares, al parecer la vampiresa de enfrente conocía de antemano al hombre, las relaciones van y vienen, nada nuevo. La noche como había mencionado seria magnifica y las sorpresas iniciaban temprano, como mencionaba la razón de la fiesta era obvia y la reacción de Azuka igual, no debíamos dejar que los hermanos, los cazadores y los militares se recuperaran del pasado golpe, eso fue predecible, pero el que de las cortinas saliera el vampiro milenario y que ante todos revelara la identidad del líder. Pensaba que ella era parte de los altos mando incluso que podría ser la segunda al mando. Al igual que los homos sapiens me quede con la idea de que este vampiro era el dirigente de esta pequeña sociedad. Aunque eso era una buena estratagema, para dejar a la verdadera líder fuera del ojo público, ¿Quién quisiera enfrentarse a un veterano de 3000 años? Yo no. Me sentía entre sorprendida y motivada, ella poseía una mente dotada así que estábamos en buenas manos.

Preferí no decir nada ante la pequeña revelación, era información que debía quedar oculta de esa manera, conocer la identidad de alguien nunca era bueno, así que lo olvidaría o lo sacaría de mi cabeza, no le daría más vuelta al asunto. No pude evitar seguir con la mirada al antiguo me daba curiosidad, me preguntaba que habría visto a lo largo de los múltiples años que había vivido, entre comillas. Que habría hecho, pero regrese mi atención cuando escuche la palabra Ganado. No me sorprendía es decir había algunos políticos que apoyaban los ideales de la Hermandad. Porque ni yo misma lo sé, quizás quieran el favor y esperan que si hacen cosas buenas los transformaran. Nada es tan simple, revise los papeles que me habían dado, valla que se habían esmerado, había fotografías, datos generales, con familiares y lo mas interesante había agendas de a donde se dirigirían. Sonreí el lugar señalado sería interesante de visitar, pero mis ideas quedaron cortadas ante las palabras osadas del vampiro.

Él tenía un punto, destruir y asesinar eran cosas completamente diferentes, prefería la primera, la muerte llegaba después de que habías perdido todo, sin esperanza de verdaderamente salir delo hoyo negro en el que caías, pero no me gustaba el tono que usaba, mucho menos sus maneras de moverse, un ¿machete? Tan primitivo, una espada me parecería mejor, incluso un hacha. Aunque también era sorprendente donde lo escondía. Tenía una presencia que decía claramente “soy el mejor y los sabes” bufe ante eso, y su precio ridículo. Pasar la noche con una vasalla. Que parecía tan frágil.

—El chico del machete tiene un punto…—sonreí de medio lado. —Habrá levantamientos, rebeliones y todo eso, pero acaso no es lo divertido, cuando piensan no les quedara de otra que aceptar lo inevitable, si desde un principio saben que nada pueden hacer, que a pesar de sus mejores intentos, fracasaron. Aplastar su espíritu, hablando de la generalidad, será lo mejor después de que hayan cultivado una falsa esperanza puesta en esos pequeños grupos de rebeldes. —Todo dependía de lo que uno quisiera, quitarles el apoyo a la hermandad era el propósito de este pequeño trabajo y podíamos dar un mensaje fuerte y claro a aquellos otros “políticos” de pacotilla que quisieran hacer lo mismo. —Porque quieres a la humana, porque poner precio a algo tan estúpido. Eres el mejor y todo ello pero la tarea es sencilla. —si por mi fuera le daría un buen golpe en la entrepierna, pero es decisión de la vampiresa que nos había mandado a llamar, de todos modos haría el trabajo no tenía nada mejor que hacer. Y una visita al teatro sonaba interesante.

por Invitado Sáb Sep 01, 2012 4:17 am

Cerrando el banco como todos los días apenas oscurece, alguien lo toca por atrás diciendo que tiene un recado para él, le entre una invitación extremadamente atrasada, la explicación, la tarjeta se había caído del paquete que entregarían a cada uno de la familia, hacia unas horas es que la había encontrado el repartidor he ido a dejar, se muestra molesto al leer el contenido porque sabe que llegara tarde, no le gusta ser impuntual, a su madre no le gusta que lo sea, pero no puede si excusarse porque sería tonto llegar diciéndole a su madre que la invitación acababa de llegar.

Apurado deja todo en manos del vicepresidente que se queda un poco preocupado, casi nunca se encargaba del banco más que su jefe, pero en ese momento a Seth no le importa, debe ir a cambiarse pero no tiene tiempo, así que se apresura a ir a un almacén a buscar un buen traje, cosa que no cuesta porque está en NYC, sale vestido con aquel traje llevando su ropa en la bolsa de comprados mientras va quitándole las etiquetas al que lleva puesto, salta a su auto y sale apurado a casa de su madre, mira la invitación en el asiento notando la hora y ya ha llegado, seguro llegara tarde.

Pero tiene un plan, entrar por la parte trasera y pasar desapercibido e ir con su madre como si estuviera ahí desde antes, solo espera que no haya alguien en la entrada anunciando a quien llega, entra tranquilo mostrando su pase a la mansión y pronto se haya estacionándose en la parte trasera de la mansión, se baja y mira hacia arriba pensando que no le costara mucho subir, saca sus garras y comienza a trepar encajando sus uñas en el repello de la estructura, así sube rápido hasta un balcón donde salta para estar ya seguro en aquella saliente quedando de frente a una chica a quien ve con los ojos abiertos esperando no grite ni lo denuncie, sino su madre o cualquiera ahí sabrá que ha llegado tarde.

..............
Off: a quien se ha encontrado en el balcón es a Lilith A' Bell, vasalla de Azuka.

por Invitado Sáb Sep 01, 2012 2:23 pm

Seguía recargada en la baranda observando la noche, le gustaba ver las estrellas y por demás, mantenerse alejada del gentío vampírico la hacía sentirse mucho mejor. Tenía una mano reposada en su porcelana mejilla, algo sonrojada por el viento que le daba en el rostro y desordenaba tímidamente su elaborado peinado, pero no era que le molestase en realidad, el viento siempre le recordaba su libertad perdida. Tal vez fuera por descuido o desconcentración, pero no notó ni por un segundo la presencia de alguien, que saltaba la baranda, la cercanía del vampiro la hizo retroceder sorprendida, llevando una mano hacia un costado, donde sabia que levantando su vestido, encontraría una daga de plata. Pero no la sacó, ni siquiera se atrevió a hacer un movimiento, si bien el vampiro le era completamente desconocido, su porte y su aura, que danzaba a su alrededor como una niebla vigorosa, le indicó que aquello no era una buena idea.

Se quedó de pie, altiva como solía ser con los vampiros. La frente en alto, con los ojos alineado hacia los de él, sin quitarle la vista, sentía un poco de miedo, si, pero jamás lo demostraría, porque Lilith no era alguien que quisiera demostrar debilidad, ya tenía bastante con su frágil figura y su carita de muñeca, que siempre inspiraba vulnerabilidad. Era una suerte que fuera vasalla de Azuka, de lo contrario quién sabe que habría sucedido con ella o en que situaciones se encontraría.

Se acercó un paso y lo observo bien. Era más alto que ella y también aparentaba más edad, le sonrió estudiando los cambios que se suscitaban en la energía que lo rodeaba.

-Me pregunto – dijo con voz serena – como es que un invitado a una fiesta de este tipo, entra por un balcón, trepando como un gato – sonrió de forma adorable al recién llegado – a menos que seas un intruso, por lo que en ese caso, tendré que dar aviso.

Retrocedió un paso para alejarse de él, pero algo se lo impedía. De alguna u otra forma, le parecía un sujeto de lo más interesante, por la osadía de entrar en un lugar justamente de aquella manera, que solo había visto en las películas.

por Invitado Mar Sep 04, 2012 8:04 pm

Sonrió cordialmente a los tres y tomó asiento donde Azuka había indicado, en una de las puntas, al lado del vampiro extravagante y sin decir una palabra más. Dispuesta a escuchar que era lo que se traían entre manos ahora los cargos de los Cainitas. La otra vampira que se les había unido era alguien elegante y que, a diferencia del hombre, parecía también guardar un perfil más bajo, sobrio, al igual que ella. Así es como se mantuvo en el momento que de detrás de Azuka apareció aquel personaje que aterrorizo a todo Nueva York, mejor dicho a todo el mundo, con aquel mensaje televisivo. La pequeña bomba que les tiró la sorprendió poco, no era de extrañarse que un cerebro como el de la vampireza fuera el que estuviese al cargo de aquella organización. Claro que por la antigüedad podría haberse esperado que el otro vampiro lo fuera.

Le echó un pequeño vistazo rápido a la carpeta que les había entregado y notó toda la información, perfectamente organizada, que allí dentro se encontraba. Entendía porque ella quería que acabaran con aquellos estorbos. Si seguían con los brotherhood, tarde o temprano, terminarían haciendo que la gente volviera a confiar de nuevo en esos vampiros, algo malo para ellos.

Le fue imposible no sonreír ante las palabras del vampiro. Destruir. Cada una de sus miserables esperanzas, eso era lo que quería. La otra vampira también estaba de acuerdo con eso y así lo expresó. Le gustaba la manera de pensar de ella, debía admitirlo. Le llamó especialmente la atención la palabra [i]rebeldes[/b]. No sabía si se refería al grupo que luchaba contra los vampiros o de otro grupo. Por su cabeza pasó inmediatamente la imagen de la joven a la que tanto buscaba. Con esta misión quizás pudiera recaudar información acerca de ella, quizás no, pero podía intentarlo, además de arrancar un par de corazones. No pudo hacer otra cosa más que suspirar ante la petición de él y negar levemente con la cabeza. Aquello era imposible y lo sabía.

—Comparto la opinión de ambos —dijo simplemente para mostrarse de acuerdo y sin necesidad de explayarse, no quería hablar de más, no le interesaba. Su meta en ese momento era otra y podía usar la información que obtenía del encargo para ayudarse a ella misma. Tampoco le interesaba el precio que él ponía. Era un asunto que debía arreglar con la vampira—. Vaya petición… —dijo únicamente. Era como un pequeño espectáculo privado, le gustaría ver cual sería la reacción de su líder ante semejante petición. Natasha –así era como se llamaba- parecía no estar demasiado a gusto con la actitud del único hombre, o al menos con gran parte de ésta. Cruzó una de sus piernas y apoyó la mano en el apoyabrazos del sillón, recargando el cuerpo en éste y observando con un poco de diversión la escena.

por Invitado Miér Sep 05, 2012 7:59 am

Genial. Que aburrimiento. Sin sangre, sin presas humanas que saborear... esto no es una fiesta; bueno si, una fiesta de las que le gustaba a Azuka, de etiqueta, con mucha clase había que venir vestido, y al parecer, mientras pude observar en la puerta de la mansión, incluso los que no entendían de moda se habían vestido bien. Tienen miedo o respeto, o ambas cosas por Azuka. También con una sala de baile, en la que sonaba una música clásica que te envolvía. Vamos. Lo típico de las fiestas de la Edad del Renacimiento o una más adelante. De estas donde aún existían Beethoven, Mozart... y otros músicos muy reconocidos en esa época. Con una cubertería que sería de oro o plata Y eso que no tiene tantos años, claro que para gustos colores. A algunos les gusta hombres y a otros mujeres. Yo prefiero las mujeres. En los tríos dos mujeres pero con una bueno, aún se puede jugar. Pero jugar con vampiros, los mortales no sirven para hacer disfrutar tanto como una vampira ni de lejos, ni los hombres se pueden comparar a los vampiros. Haber, no estaba de más cambiar alguna vez y probar los mortales pero una vez y no más, no hay que abusar.

Ese día me había levantado a las 20.00, un poco después que mi hermana, la cual se había duchado mientras yo seguía durmiendo. Compartir piso estaba bien pero el problema era el baño, solo había uno. Por lo demás la casa era grande y bastante espacioso para los dos así que ni yo ni ella habíamos de tener molestias sobre la intimidad y privacidad. El salón era ancho y estaba constituido de un gran sofá tapizado de un beis oscuro en una parte y en la parte contraria una televisión plana de alta definición, y en el medio una mesa de cristal. Esta estaba unida a la cocina sin ninguna pared ni puerta, salvo una barra de bar, que dentro de ella mirando hacia la cocina, estaba llena de botellas de alcohol de todos los tipos. Johnny walker, bacardi y Bacardi limón, Cacique... Y además en la una de las neveras, que estaba llena de cervezas, Desperados, Heineken, Bud Light, Budweiser, Natural, Miller... muchas, pero la mejor para mi Le fruit defendu, 8,5º de alcohol; bastantes para una buena fiesta. Aunque no sabría cual sería la más divertida, si la mía o la de Azuka. En fin lo averiguaremos luego.

Ya despierto y levantado salté de un piso al otro y me tomé un café. No siempre tomo sangre. No por ser un vampiro Las dos habitaciones estaban en la planta de arriba con el baño. Se podía subir a ellas de un salto como hacía siempre o subiendo por las escaleras de cristal que estaban detrás del sofá, y estas rodeadas de ventanas que dejaban pasar la luz del sol a través de unas enormes ventanas en vez de paredes. Una de ellas era una puerta a donde salías a una terraza maravillosa y con unas vistas al cielo y a las estrellas cuando era de noche. Aun así las ventanas las dejaba abiertas de día, sin echar las cortinas o las ventanas por dos razones. La primera era que así no pareceríamos unos bichos raros y nadie vendría a preguntar. La segunda es que si alguien quería matarnos, como un vampiro de la Brotherwood primero tendría que superar el sol. No soy muy dado a la historia pero creo que el vampiro que camina bajo el sol aún no lo había visto. Así que defensa y apariencia por solo hacer una cosa. Claro que corrías el riesgo de como te levantaras antes de tiempo el sol podría darte a ti y quemarte. Pero en fin, después de tomar el café y ducharme, esperando que mi hermana no me pillara como hacía casi siempre viéndome desnudo, fui a mi habitación y me vestí normal, como solía vestirme casi siempre. Con estilo y con unas prendas que encantaba ponerme.

Después de beber una cerveza y vestirme con una camisa blanca, una americana clara, una corbata suelta y floja de color negro y unos pantalones a juego con lo demás, y coger mis cuchillas gemelas o Filo de la Noche como me dijeron que se llamaban cuando me las dieron; las escondí detrás, en la espalda oculta por la americana; estas están formadas por un filo de plata y afilado, el cual subía un par de centímetros pero luego volvía a bajar cubriéndome los nudillos y acabando en una punta. También escondí un par de cuchillos militares en uno de mis pies y también en la espalda, sujetándolos con el cinturón del pantalón. Me tiré en el sofá y esperé a mi hermana. Ella también se estaba arreglando porque vendría conmigo a la fiesta. Cuando bajó por las escaleras bajó como una princesa.-Vaya... estas... vaya-. Articulé a decir. Solté una risa divertida. La verdad era que estaba preciosa. Le dí un beso en la mejilla y susurré.- ¿Tu que quieres hacer?¿Que vengan contigo unos cuantos a casa?-. Reí y le cogí la mano.- Venga vamos a la fiesta-. Bajamos las escaleras del piso y fuimos al garaje a por un coche, un Shelby gt 500 y dejé que condujera ella hasta la mansión de Azuka. Ser asesino por encargo da mucha plata.

Llegamos a las 21.00-21.15 a la fiesta, baje más rápido y ayude a bajar a mi hermana para luego dejarle el coche al aparcacoches con un aviso de, "un arañazo y otro igual adornará tu cuello". No se si la amenaza le gustará a Azuka pero sinceramente, me la suda. Además dudo de que le de un segundo de atención. Entramos en la mansión y era increíble. Una mansión gigantesca y con un salón del tamaño de 3 o 4 veces mi piso. mas bien el piso de mi hermana y mio. Sonaba una música bonita y agradable así que miré a mi hermana a los ojos. Unos preciosos ojos.- ¿Bailamos?-. Me mordí el labio y aún con mi mano agarrando la suya me la lleve a donde bailaban los demás y agarrados de las manos y de la cintura bailamos al ritmo de la música mientras nos mirábamos a los ojos y reíamos. Estuvimos bailando durante algún tiempo, incluso cuando Azuka presentó al tipo ese, al cuál ni lo mire, seguí concentrada en mi hermana. Ya habrá tiempo para los negocios y lo profesional. Ahora quería divertirme y seguir bailando.- Bailas muy bien hermanita-.

Después de que Azuka largara al otro tío no tenía más remedio que ir a junto ella y a los otros con quienes hablaba con más privacidad.- Lo siento, tendrás que disculparme, ahora vengo, sigue con la fiesta o lo que quieras-. Posé un beso en su mejilla y me fui a la reunión. Más bien ir ir no fui. Digamos que tomé un camino muy diferente. No me apetecía estar allí. Preferí trepar por la columna, por donde nadie podía verme y llegar a las sombras de la columna y a un pequeño hueco, en el cual me recosté en las sombras y miré desde arriba la mesa donde estaba reunida Azuka y los demás. Desde allí podía verlo todo, las fotocopias con las imágenes de los que había que matar; y todo eso mientras encendía el mechero y fumando un pitillo. Habia senadores, el alcalde de New York... algunos más importantes que otros. Levanté la ceja algo asqueado por el tío del machete, también conocido por Demián.- Idiota, espero que Azuka te corte la mano o lo haré yo por ella-. Susurré. Él no entiende de matar, tan solo de destruir edificios. Si le pides que mate a una persona destruirá todo el edificio, es un terrorista, ni más ni menos. Me quedé mirando la respuesta de Azuka mientras sacaba un cuchillo divertido.

Spoiler:

por Invitado Miér Sep 05, 2012 7:12 pm

Luego de que hubiese terminado de hablar, Malkavian se puso en pie, realizando una de sus típicas escenas, ciertamente lo que hacía resultaba algo violento, y hasta molesto… pero ella le conocía demasiado bien, y era un hecho que esperaba semejante reacción, por lo que no se inmutó en lo más mínimo con sus acciones, observándole desde su sitio; el muchachito no se sentía lo suficientemente especial, viéndose bajo la asignación de algo que se le pudo haber pedido a cualquier otro ser… pero ella no le daría importancia, si a un demente multifacético le sigues el juego, el que resultará mal al finalizar serías tu mismo… ella estaba plenamente consciente de esto.

La petición que realizaba a Azuka, era totalmente absurda, y la hacía más para darle un mensaje, que porque desease realmente una noche con su vasalla… de quererlo, no se andaría con semejantes rodeos, ya que lo que hacía, hasta cierto punto, era el pedir el consentimiento de la vampiresa para estar con la joven; él no es un ser que pidiese permiso para hacer algo… de querer realmente una noche con Lilith, lo haría a la fuerza y sin preguntar a nadie… no no, el ego herido era una mordaz arma… esa era su forma de decirle, “yo soy más importante, mis habilidades más prominentes, no seguiré ordenes solamente por hacerlo… quiero algo a mi nivel.”

Natasha, luego de la petición de Malkavian hizo un comentario, exteriorizando una idea en la que estaba de acuerdo, el aplastar su espíritu maltrecho, para no darles oportunidad de levantarse era simplemente lo que se necesitaba hacer… es claro que matar humanos es una tarea demasiado sencilla, pero se trataba de humanos poderosos, rodeados de guarda espaldas no precisamente mortales… después de todo a quienes pregonaban como grandes criaturas era a los brotherhood, resultaba natural el pensar que ellos les protegían…. Nerina por su parte solamente dijo compartir la opinión de ambos, posicionándose más cómoda, lista para observar el desenlace de semejante escena.

Azuka dio un suave vistazo a la estancia en general, y otro breve a los tres vampiros con los que mantenía la plática… esbozando una medio sonrisa ante sus reacciones y comentarios, disponiéndose finalmente a hablar…

-Deseas tantas cosas, y comprendo lo que has querido decir con ello…

La vampiresa se puso en pie, acercándose hasta Malkavian, hablándole mientras lo observaba a los ojos…

-A ti particularmente, jamás te he impuesto una orden… eres mi amigo, y como tal ofrecí la misión por mera cortesía… pero esperaba tal reacción…

Dijo lentamente, rodeándolo, pasando por detrás de los asientos de las chicas, para finalmente quedar en pie frente a ellas… con lo que le había dicho a Malkavian, a éste le quedaría en claro que su requerimiento estaba siendo rechazado… no obtendría a Lilith, pero esto era algo que él sabía a la perfección también… cosa obvia, pero el mensaje había sido claramente captado…

-Ya tienen misión mis muy preciosas damas… espero se diviertan en el proceso…

Les dijo observándolas, para luego tomar asiento… no tendría por qué dar mayores explicaciones, el hecho de darles la misión personalmente, solamente podía indicar que las consideraba valiosas, más aún por el haber revelado su identidad ante ellas… y estaba segura de que las vampiresas se darían cuenta de ello, y no la decepcionarían… después de todo, siempre cumplían con las misiones que se les asignaban, sin saber de quien venía la orden… pues así era siempre con todos en los hijos de Caín… cumplían órdenes siempre, afortunadamente todos los miembros del clan compartían ideales, por lo que el cumplir con la misión, sin saber exactamente el propósito de lo que realizaban, era algo sumamente usual, pues sabían que aunque no comprendiesen razones, lo hacían para alcanzar objetivos en común…. Demian, era caso aparte… era un buen colaborador, pero su mente trabajaba de forma distinta, y el ofrecerle algo como una orden resultaría siempre en fracaso ante él…

La mansión estaba cada vez más llena… se sentían nuevas presencias por doquier, y las miradas de muchos se posicionaban ocasionalmente sobre ellos, quizá el hecho de que el conocido vampiro que salió en las pantallas de televisión, Russell, dedicara un momento para platicar con ellos, era algo un tanto notable… o tal vez las miradas se debían a la entrega de documentos en semejante fiesta… o simplemente eran por el que Malkavian llamaba la atención con el machete que había sacado en semejante fiesta de etiqueta, alardeando con movimientos y cortes ocasionales del mismo… sea como sea, tan sólo los que se encontraban en salón principal junto a ellos habían presenciado esa escena… la mansión era demasiado amplia, y muchos de los invitados se encontraban en los salones contiguos, o en las habitaciones, disfrutando de las apetitosas vírgenes que estaban a su disposición por todo el edificio.

por Invitado Jue Sep 06, 2012 10:53 am

La reacción de ella lo asusta por un momento, pero de repente parece ponerse más tranquila, había pensado por un momento que tendría que callarla poniendo una mano en su boca, pero por suerte la costumbre de estar entre los suyos le ayuda a tenerle paciencia diciendo pocas bromas sobre su presencia, la comparación con un gato no le había gustado mucho pero al final era cierto, la sonrisa que se dibuja en su rostro hace que sonría a su lado un poco divertido por la situación, pero cuando dice que dará aviso al mismo tiempo que retrocede lo hace reaccionar pasando de estar frente a ella a estar tras su espalda reteniéndola. La expresión de su rostro seguro es graciosa cuando le hace señales de que calle, rápido y antes de que grite le muestra su invitación pechando con su pulgar en su nombre – este soy yo, si estoy invitado, pero si entro por el frente y me anuncian Azuka se puede molestar por llegar tarde, pero no tengo la culpa, la invitación se había perdido y me la acaban de dar – respira hondo como si lo necesitase dándose una apariencia bastante humana, deja en paz a la chica y se para nuevamente frente a ella tratando de no verse amenazante para que no empiece a grita.

Sé que me hice un lio al entrar así, pero no me delates – se detiene a pensar ideando una manera de entrar y pasar desapercibido, después de unos segundos que se le hicieron largos mira a la chica con malicia, se acerca despacio para que con solo paso que lo hace ver como que se deslizo, está a su lado haciendo un gesto de niño bueno – dime, ¿crees que podrías hacer un favor a este vampiro? – pasa de esta a su lado a estar tras de ella sosteniéndola de sus hombros con su rostro a un lado del de ella para poder hablarle al oído – anda, si me ayudas en algún momento yo te devolveré el favor – pasa de un lado al otro su rostro para hablar de ese extremo – anda, es posible que te pueda sacar del aburrimiento de estar siempre encerrada, seguro tu amo tendrá problemas en dejarte ir con otro vampiro a hacer algunos mandados – ríe bajo pensando en pedirla prestada para buscar un regalo a Azuka, o para lo que tiene presente cada día gracias a su secretaria, que debe ir a comprar ropa, eso le recuerda que el smoking que anda es algo recién comprado y del bolsillo derecho del pantalón saca unas etiquetas mostrándole la que trae el precio, marca y otras cosas que no le interesan, pero que sirve para… posiblemente convencerla de que lo ayude – anda, solo di que hemos estado juntos si alguien pregunta, mira que me tuve que ir a comprar un traje apurado porque iba saliendo del trabajo, mi otra ropa ha quedado ene l auto, no quiero que Azuka se moleste conmigo y piense que son un irresponsable – se muestra un tanto melancólico cuando menciona su nombre, no le gusta que su madre piense que es un irresponsable, aunque si lo piensa bien eso viene siendo lo mismo.

por Invitado Vie Sep 07, 2012 9:19 am

“Se lo esperaba". Solté una ligera carcajada entre dientes al escuchar su respuesta. Seguro se había repetido eso a sí misma incontables veces antes de poder afirmarlo sin miedo a equivocarse. Y seguro que todavía no puede estar segura, pues ni tengo idea a veces de lo que haré hasta que se me presenta la situación. De todas maneras, su reacción y casi despedida me indicó que si bien había entendido la parte del mensaje que era bastante obvio, no había descifrado lo demás. Era lógico que fuera a negarme el "permiso". Los vampiros no son menos predecibles que los humanos. Caemos en los mismos pecados. Reclamamos y criticamos en otros los defectos propios. Sufrimos las mismas penas, pero desde otra cosmovisión. La perspectiva del que sabe que ningún problema es más trascendente que la propia inextinguible existencia. Aunque bueno, los accidentes pasan.

Si bien el trabajo tenía buena importancia estratégica, éste posiblemente no era lo suficientemente relevante para ella. Seguro entendió que yo no estaba dispuesto asesinar como un intento de shinobi a esos mortales. Sería demasiado fácil, como las estúpidas y sensuales jóvenes que había en el salón principal. Así mismo, sabía que no me interesa que me paguen en ninguna forma convencional. Me interesaba ver la iniciativa. Medir su verdadero interés por que el trabajo se haga como se debe. Un ejercicio bastante simple, potenciado por el simbolismo que representé al atravesar los corazones de todos sus objetivos que se escondían dentro del sobre. No pretendía decir que los mataría a todos. Ya de antes había dejado claro que no me llamaba la atención ser su matón. Quería decir otra cosa, y ella sabía que no tenía caso intentar leerme la mente. Esperaba que me ofreciese otro trabajo más interesante por el que ella seguro estaría dispuesta a pagar tal precio, y yo estaba dispuesto a cooperar incluso a largo plazo, pero estaba en sus manos decidir. En su libertad de escoger. Escogió negarse sin plantear segundas posibilidades.

Libertad. Tan preciada por aquellos que se creen poseedores de tal derecho, para luego seguir órdenes a ciegas como perro que se sienta de inmediato al oír que le gritan “¡Sit!”, cumpliendo la voluntad de alguien que creen es superior, poniéndose a su merced sin saber cuando ésta persona puede finalmente abandonarlos como una ficha sobrante. Una forma de ver la libertad es romper los límites que la sociedad impone para ejercer nuestro libre albedrío como es debido. Traspasar el metro cuadrado personal para influenciar la vida de otro de diversas maneras, entregando un mensaje de paz y amor. El asesino sólo mata y ya está. El matón intimida a nombre de alguien. Pero aquel que ejerce y exige su libertad con todas sus letras, trasciende. El Winter festival trascendió y por ello es que vine.

Los estados unidos son libres de invadir territorios extranjeros por petróleo y bla bla. Una decisión de dudosa calidad moral, pero pueden, son capaces y lo hacen, causando miles de muertes "luchando por su libertad". Curioso discurso, pero válido. Luego llaman "heroes" a sus bajas y todos felices. Un mensaje político bastante eficiente. El país enemigo se defiende, intentando evitar que la gigantesca potencia que les agrede tome control sobre sus decisiones nacionales y logra matar unos cuantos civiles gringos con una chaqueta llena de explosivos, un carro bomba, plantando C4 en los cimientos de un edificio o maniobrando aviones contra unas cuantas torres de concreto. ¡No jodas! ¡Terroristas!. Pero habían dado su vida por su patria y su libertad. ¿Por qué no son héroes?.

Ahora, esto es algo que si bien muchos creen entender, son pocos los que realmente saben cuanto pesa éste trabajo. Son pocos los que comprenden que un terrorista hace más que volar edificios. Ser terrorista no significa ser imprudente. No significa no conocer el valor del sigilo. Hay muchas maneras en que un individuo puede ejercer su libertad. Azuka era una terrorista más también. El Winter Féstival y los asesinatos en los aviones lo habían dejado claro. Estos fáciles conceptos son algo que algunas mentes necesitan entender antes de que les pase la cuenta. Aunque posiblemente no a todos les llegue por mi mano, sino en su lecho de muerte cuando teman la propia extinción, al darse cuenta de que no han logrado hacer trascender. Nada más dejando un poco de esperma repartida. Una existencia vacía.

Me extendí mucho con mi explicación filosófica, así que volviendo al tema que nos convoca, a la risa que emití tras oír la respuesta de Azuka, y al precio rechazado, ésta me había dicho con claridad que “éste trabajo no es lo suficientemente importante como para requerir tu ayuda. Mis peones pueden lidiar con ello, y no tengo ningún trato más interesante para proponerte.” Hecho. Me incliné ante ella en lo que sería una de las pocas veces que me vería expresar respeto a alguien. – Bien, entonces espero sigas trascendiendo como has hecho magistralmente hasta ahora, mi reina – pronuncié ya abandonando el tono macabramente risueño que llevaba hasta el momento – créeme que me enorgullece verte en ésta posición. Espero tu llamada.– Me volteé hacia las dos mujeres con las que hace unos segundos había compartido asiento e hice una reverencia a modo de despedida, aprovechando de volver a tomar en un fugaz movimiento el sobre que había atravesado con mi machete.

– Un gusto, bellas damas, procuren divertirse en su misión – les dije aún con una sonrisa en el rostro para luego alzarme y comenzar a caminar hacia la salida. – Creo que el ninja podría serles de utilidad – agregué haciendo un breve gesto con la cabeza señalando al tipo que se escondía hábilmente entre las sombras, pero que había olvidado que al encender un mechero, éste emite un destello que luego permanece, más levemente, en la punta de lo que sea que esté fumando. Algo perfectamente perceptible para la visión periférica de un ser que lleva incluso más tiempo que él siendo aliado de las sombras, que caminó tranquilamente al frente de las chicas que observaban el papeleo que él tenía a la vista desde su oculta posición. Sin voltearme mientras caminaba levanté el sobre que traía en la mano para dejarlo a la vista de la reina. – Me llevaré esto – agregué para luego guardar el sobre dentro de mi chaqueta – tal vez en algún rato de ocio me den ganas de jugar con uno que otro de éstos ratones. - Posteriormente, me dispuse a abandonar la reunión sin más.

por Invitado Sáb Sep 08, 2012 8:25 am

Este coche se me hacía difícil de llevar. Tal vez fuese porque hacía tiempo que no conducía ningún coche, y cuando lo había hecho no es que fuese una maravilla al volante. Por fin conseguimos llegar al lugar que mi hermano me había indicado, y sin ningún arañazo adornando la pintura del coche. Él baja mas rápido que yo y me ayuda a salir.- Gracias.- Digo sonriente mientras me coloco la falda del vestido y le doy las llaves. Había comprado este vestido únicamente para asistir a esta fiesta. Seguramente nada mas entrar el líder de este grupo comenzara a evaluar si puedo o no puedo estar entre ellos. Antes de ponernos en marcha me agacho y me miro en uno de los espejos del coche. Me coloco el pelo suelto sobre los hombros y me pongo derecha. Llegamos a la puerta y entramos, pero antes tuvimos que identificarnos ante unos tipos que controlaban la entrada.

Vaya... aquel sitio era mas grande de lo que imaginaba. Me miro el vestido comprobando que no se haya descolocado y camino junto a mi hermano. Una bonita música suena. "¿Bailamos?" Escucho decir a mi hermano y asiento con la cabeza. Coloco una de mis manos en su hombro y la otra agarrando la suya. Y así seguimos bailando durante un gran rato.- No es para tanto.- Contesto a su cumplido. La verdad es que el no bailaba para nada mal, pero no me dio tiempo a decírselo. Le escucho disculparse y verle marchar. ¿A dónde iría? Supongo que alguien lo espera y me quedo allí sola. La sala esta llena de gente desconocida, vampiros en su gran mayoría. Junto a mi pasa un camarero, que pasea varias copas altas llenas de champagne. Estiro mi brazo y cojo una. Observo por un momento aquel líquido dorado lleno de burbujas antes de darle un primer trago. Agarro bien la copa y me mezclo con la gente, en busca de algún rostro conocido.

Spoiler:

por Invitado Sáb Sep 08, 2012 2:29 pm

En la mansion escuchaba los pasos de mi ama de ida y venida, los tacones resonaban en la madera del piso y fastidiaba demasiado en mi concentracion taciturna en mi cuarto. Rode los ojos escuchando aun sus movimientos mientras que me encontraba acostado en mi cama boca arriba mirando el techo aburrido de no salir esa noche a disfrutar, debido a que ella me inforrmo que iba a salir y yo me tenia que quedar a cuidar la mansion, aunque en realidad no me habia dicho para donde iba a salir, eso era normal en ella nunca lo hacia asi que no le tome mucha importancia. Afine mas el oido para escuchar lo ultimo que se estaba haciendo pero era imposible, si fuera uno de ellos ya habria escuchado todo a la perfeccion pero por desgracia no lo era.

Me levante de la cama y abri la puerta para escuchar aun mejor y pude notar que se habia quedado tranquilo, pensaba que ya se habia largado de su habitacion pero yo no habia escuchado en realidad nada de nada. Por curiosidad me acerque a la puerta de aquella habitacion, le di algunos toques a la madera para saber si ella me respondia pero no fue asi. Toque la manilla le di vuelta y abri la puerta para ver que adentro del lugar noe staba nadie, todo estaba arreglado y con sigileza me encamine hasta el resquicio de su peinadora donde pude notar una nota que decia una direccion de otra mansion y que habia una fiesta en ella, una fiesta de vampiros a nombre de Azuka. Levante la hoja de papel notando la escrituras con esas finas letras, la guarde en mi chaqueta, me quede pensando en porque la Señorita Nerina habia dejado la nota en el lugar, probablemente la habia dejado para mi para que me llegara a la fiesta, no tenia que pensarlo mucho, pues asi era, a lo mejor no me quiso hacer la invitacion de persona a persona si no de esa manera. Sali de la habitacion y me apure a mi habitacion a vestirme con rapidez, le daria una sorpresa a mi ama esa noche en aquella supuesta fiesta de vampiros, queria curiosear un poco.

Me aliste en mi cuarto dandome una ducha, cuando termine de darmela busque un smookin, una franela, unos jeans negros y los zapatos, era un traje entre forma e informal, no sabia como se tenia que ir vestido para esa fiesta de los chupa sangre. Termine por vestirme y me deje el cabello enmarañado, sali de la mansion, cogiendo la llave de mi carro y me dirigi a la otra mansion en donde se realizaba la fiesta.

Llegue a esa casa tan grande, la podia observar desde que estaba entrando al lugar y desde el carro. Me hicieron muchas preguntas al entrar las cuales le dije que no sabia de la fiesta pero que la señorita Nerina ya habia avisado antes, pero con solo despues olerme me dejaron pasar pues habian presenciado en mi la aroma de la Vampireza Nerina con las tantas veces que se habia alimentado de mi y porque vivia en su casa. No le segui dando vueltas al asunto en mi cabeza y segui mi camino. Me baje del carro y me acerque a la puerta en donde derepente se me fue abierta por unos chicos vestidos elegantemente-Buenas Noches-dije elegantemente y con altaneria, sonriendoles, ellos se me quedaron mirando extraño,pero no les preste atencion.

El salon estaba completamente lleno de seres muertos, no sabia a ciencia cierta si habian humanos, pero seguramente si, como alimento de ellos, creo que me habia metido en la boca del lobo pero no me importaba si tenia la proteccion de mi ama. Mire la decoracion y estaba genial, le quite una copa a un camarero que iba pasando por el lugar y empece a darle unos sorbitos al vaso mientras que observaba todo con determinacion, esperando ver a mi dueña por algun lugar-Ohh HE LLEGADO YO-grite para que me tomaran en cuenta los demas, esperaba no meterme en problemas, aunque siempre me atraia los lios.

por Invitado Vie Sep 14, 2012 6:53 am

Sorprenderse con la velocidad vampírica no debía de ser nunca un problema puesto que ya estaba muy acostumbrada a ello, sin embargo la actitud si era algo nuevo, le había mostrado su invitación como quien tiene que darle una explicación a otra persona. Claro que ella eso no lo juzgaba, de estar en su lugar también lo haría, porque su entrada no había podido dejar de ser sospechosa.

-Así que eres un invitado rebelde… - dice mirándolo para luego fijarse en el nombre escrito con letras doradas – Tudor… - murmuró. Recorrió su rostro interesada. Su apellido por demás también era interesante. En las cátedras de Historia Moderna, el apellido Tudor era propio de la realeza como aquel Rey, Enrique VIII, un hombre sin rostro de un pasado que a ella siempre emocionaba, con la diferencia que había sido un mujeriego que deseaba poner un hijo varón en un trono en decadencia. En un lapsus desvió su mirada hacia el interior del salón, su desconcentración podría haberle granjeado una mala experiencia de tratarse de un espía o un sospechoso vampiro mercenario de los que solían hablar sus compañeras de clase, aunque en realidad todas ellas elogiaban lo sexy y guapos que eran, y aceptó ciertamente que aquel joven lo era en demasía.

Regresó nuevamente sus ojos hacia él y lo observó un momento intentando adivinar sus movimientos, pero era un hombre impredecible – no voy a delatarte – le sonrió con dulzura aunque alejándose un poco de él – pero creo que debo informar de tu aparición, no es correcto que me quede aquí conversando con un completo desconocido… ¿No serás un mercenario?

Por otro lado, aquel extraño no solo era impredecible, sino también persuasivo, sabía exactamente que hacer o como moverse para fascinar, o bien, como Lilith solía decir: seducir con la voz. Claro que muchos de los suyos sabían hacerlo, algunos mejor que otros y este hombre en sí, debía de ser uno de los mejores, porque su paseo alrededor de ella ciertamente la sedujo haciéndola sonrojar por su cercanía. Intento zafarse como si se tratara de una presa a punto de ser cazada, la desconfianza brillaba en sus ojos, aun así asintió casi mecánicamente a su pedido y le sorprendió el hecho de que él conociera a su ama. Para ser sincera consigo misma no debería haber estado sorprendida debido a que su ama era un punto importante dentro de su Clan, aunque algunos no supieran que ella era su líder. Se preguntaba si este caballero sabía que Azuka era la Líder del Clan y que ella misma era su vasalla. Luego de dedicarle una mirada de estudio, llego a la conclusión de que él tal vez no lo sabía, no se veía más importante que el resto de los presentes. Por otro lado la perspectiva de que un vampiro le debiera un favor le parecía algo gracioso, pero muy interesante. Ya se lo cobraría en algún momento.

-Está bien, diré que has estado conmigo todo este tiempo… pero recuerda que me deberás un favor – se rio internamente volteando con un elegante frufrú de su vestido y lo miro ladeando la cabeza – tal vez a mi amo no le moleste dejarme salir contigo a algún mandado, claro si se lo pides directamente… - sonrió adelantándose un paso – por cierto, señor Tudor, ¿Cuál es su nombre? si es que se puede saber…

Caminaron de regreso a la fiesta notando que él seguía a su lado, era hábil no había duda de eso, lo leía en su aura, pero también lo podía evidenciar en su forma de moverse. Dentro, el frio no era menor que fuera, aunque el ambiente era mucho mas cálido que en el exterior, algunas doncellas vestidas de blanco como ella habían desaparecido y se imagino que en este momento si no estaban muertas, estaban demasiado ocupadas soportando cosas que ni ella quería pensar. Miró a unas cuantas parejas pasar tomados del brazo y se le ocurrió una idea atractiva.

-Sabes, lo educado… es ofrecerle a una dama el brazo para pasear por un salón – en otras circunstancias jamás le habría dicho eso a algún chico, su timidez natural se lo impedía aunque por fuera se viera altiva e imperturbable, mucho menos si no existía confianza, pero aparte de sentirse bastante más nerviosa de lo normal en su presencia, también sentía ganas de conocer que facetas adoptaba de acuerdo a las situaciones y honestamente tampoco le molestaba pasear del brazo con un chico guapo.

Llegó nuevamente junto a su ama en el momento que aquel extraño vampiro, vestido de etiqueta tomaba un sobre diciendo con voz divertida “…me den ganas de jugar con uno que otro de éstos ratones.” No necesitó nada para entender de que hablaba y frunció el entrecejo mirándolo sin ningún pudor, que ser más extraño y desagradable, su aura se extendía a su alrededor como un torbellino intrincado y aun más incomodo que su persona. Aunque también se armara de ese valor, porque en realidad la sensación de miedo se volvía a extender dentro de ella como cuando lo vio llegar y eso se notaba en su rostro de muñeca. Miró a su ama y le hizo una reverencia señorial leve y elegante, enredando la tela de su vestido en las manos y levantando luego la cabeza para mirarla como siempre hacia.

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