Thomas F. Hundredfires

Nacido en un pequeño, pobre y reducido pueblo al sur de Francia donde la tecnología no había llegado del todo, no importaban demasiado las comunicaciones y no se habían explorado realmente lo que era la revolución industrial ni las maravillas que poco a poco se iban dando en el mundo nació Thomas. Un jovencito que se crió entre los suyos, como cualquier otro, sin poner ningún problema, teniendo la vida normal de la sociedad de clase media baja de los jovencitos franceses del siglo. Hasta que en algún momento de su vida un extranjero con un esclavo extraño llegaron al pueblo y de repente todo cambió.

Era difícil en esos lugares ignorar la existencia de un extranjero, por lo que todos de inmediato le acogieron inquiriendo saber que lo llevaba a tales lugares, lo recibieron como un hermano más y a los días, misteriosamente, todos comenzaron a enfermar y morir rápidamente, una epidemia que arrazó con las pocas casitas del poblado y que los mató a todos, menos a Thomas y al extranjero extraño, quien no tardó en encontrarlo y llevarselo en reemplazo del esclavo que acababa de perder por la epidemia.

No pasó mucho tiempo antes de que el extranjero le revelara que era un vampiro, y vivieron juntos durante unos cuantos años, en los cuales el vampiro se aprovechó de él y lo vendió cada vez que necesitaba dinero o algún provecho entre los humanos, lo utilizó como cualquier otro y Thomas no pudo hacer nada para detenerlo. Aunque si rogaba al cielo cada noche que algo sucediera y que se terminara su tortura.

En uno de sus constantes viajes los viajeros pisaron un pueblo en el cual ya habían escuchado sus descripciones, se hablaba de un demonio chupasangre acompañado de un jovencito y rápidamente las fuerzas religiosas decidieron encerrar al vampiro durante el día y dejar a su acompañante morir de hambre porque podría estar igual de endemoniado y enfermo como su amigo asesino. Durante una noche en la que Thomas sabía que no iban a torturar al vampiro se escabulló entre los guardias y alcanzó a llegar a la habitación donde tenían al vampiro encerrado, bueno, al menos a la contigua, y haciendo un agujero en la pared mediante el cual podían comunicarse y pasar uno que otro brazo, Thomas le rogó que lo convirtiera, que la noche siguiente el lo liberaría y podrían huir juntos de ese lugar. Al no ver otra opción factible, el vampiro accedió a convertir a Thomas quien se enterró a si mismo en una de las tablas del suelo.

La falla en sus planes era que esa misma mañana el sacerdote que habían estado esperando para matar al vampiro estaba llegando, y que se despojarían entonces de su pequeño amuleto mágico que le permitía salir al sol y tener sus habilidades vampíricas durante el día. Lo crucificaron frente al sol y para cuando Thomas quiso despertar todo era demasiado tarde, su creador estaba hecho cenizas, se levantó de las sombras entonces y mató a todos los desprevenidos sacerdotes que estaban en el medio, luego robó la única herencia que su creador le pudo dejar, el anillo mágico(de fuego azul) que le permite salir al sol y tener sus habilidades durante el día y escapó, haciendose luego un lugar entre la sociedad vampírica y siempre cuidando sus espaldas ante cualquier cosa.