Un tributo a Lilith(Azuka)

La madrugada anterior había salido escasos minutos antes de que la luz del sol emergiese, del hogar de aquella joven, de cuya historia acababa de enterarse en parte, y de la cuál sentía algo de curiosidad… no tuvo demasiado tiempo antes del amanecer, por lo que el llegar hasta su ostentosa residencia le resultó imposible… así que uno de los múltiples hoteles de la ciudad se convirtió en su refugio mientras que el día terminaba con su reinado.

Pasó las horas del día sumergida en sus pensamientos en aquella habitación algo lujosa de cinco estrellas, recordando algunos pergaminos y escritos perdidos que tenía en su poder… hasta que un vago recuerdo llegó hasta su mente… le parecía demasiado similar, claro, la historia del ángel que había recordado escasas horas antes, había algo parecido entre los registros vampíricos, era algo demasiado antiguo, y había pasado tanto tiempo desde que lo había leído, que no recordaba mucho al respecto…

En cuanto hubo caído la noche nuevamente, salió del aquel lugar, para dirigirse a su residencia… con demasiada rapidez comenzó a buscar entre aquellos viejos pergaminos… descartando uno, otro, y otro más… hasta que finalmente dio con él… comenzó a leer, y lo encontró… viejos registros de pactos con mortales, había uno que era demasiado similar, demasiado antiguo para ser verdad… podría ser acaso?... sería esa la razón que la impulsó a no convertirla en su cena esa noche… la razón por la que Vladimir tampoco lo había hecho… aún sin saberlo concretamente, el pacto existía… y la en su sangre se encontraba la respuesta… aquel tributo debía de ser por fin cobrado…

En sus pensamientos estuvo aquel escrito durante los días siguientes… investigando más al respecto en muchos otros registros, donde se veía la historia repetirse, el tributo nunca llegaba a ser cobrado, pero a su vez no podía gastar demasiado de su tiempo en ello… muchos planes de su clan necesitaban de su atención para ser llevados a cabo de la manera más sublime… sí, tenían demasiados proyectos de suma importancia entre sus manos.

La luz del sol había caído desde hace un par de horas, pero aún no salía de su residencia, por algún motivo aún no revisaba sus mensajes de voz, siempre manejaba aquel aparato apagado, pero generalmente antes de salir solía encenderlo solamente para revisar los mensajes que pudiese tener en su buzón…. Tomó el celular aquel, el cual hizo un usual sonido de bienvenida, no hubo terminado de encenderse cuando varios mensajes comenzaron a llegar… algunos de texto… y el aviso de mensajes de voz en su buzón también.

Finalmente se dispuso a escucharlos… se le hizo curioso que uno de ellos fuese enviado por aquella joven, reconoció su voz, aunque no fue tan necesario, porque se presentaba al inicio de su mensaje, al parecer hacía poco tiempo desde que lo había dejado, decía necesitar hablar con ella, mencionó a Lilith, lo que se le hizo inusual… le dijo el nombre la cafetería “Moon Shadow”, y que la esperaba en ese sitio.

Hacía rato que se encontraba arreglada para salir, por lo que no tardó mucho en salir en dirección hasta la cafetería que mencionaba… no había entrado anteriormente a la misma… porque vamos, que haría un vampiro en una cafetería?, no obstante había pasado frente a ella una infinidad de veces…. Entró por el umbral de la puerta de cristal del lugar, y las miradas no tardaron en posarse sobre ella, reacción bastante usual en los mortales… no hubo terminado en de entrar cuando el aroma peculiar de la chica fue reconocido por su fino olfato… posó su mirada en dirección a la misma, y con un caminar ligero llegó hasta donde se encontraba; tomó asiento junto a ella y pronunció palabra.

-Buenas lunas pequeña… he recibido tu mensaje… me ha parecido interesante, y supongo las noticias que has recibido han logrado perturbarte…

Guardó silencio por un momento, dando un fugaz vistazo a todos los presentes, que seguían volteando su mirada hacia ella, simplemente no podía evitar hacerlo, aunque ciertamente le resultaba molesto… “mortales”, pensó… y regresó su mirada hasta Odisea.

Al sentir las odiosas miradas de los mortales como espaldas tratando de atravesarla, tuvo ese recurrente impulso por salir de aquel sitio, pero no, se quedó ahí quieta, inmutable, ignorándoles como sólo ella podía hacerlo, con suma clase, prestando atención solamente al ser por el que estaba presente esa noche en aquella cafetería, quien comenzó a pronunciar palabra de aquella forma tan acelerada tan característica en ella.

Le agradecía por estar ahí, explicándole que en tal situación los seres a los cuales recurrir no serían demasiados, pensando en la vampiresa, o en Vladimir, aquel precioso inmortal que había tenido el placer de conocer noches atrás, decía temer por la reacción que los demás tuviesen ante lo que acontecía sobre ella… temor con sólidos fundamentos, tomando en consideración es destino que había sido premeditado sobre ella en sus vidas anteriores.

Le entregó la carta a la vampiresa, quien comenzó su rápida lectura, sin omitir detalle alguno, esto era… ¡sí!, exacto, tan sólo corroboraba su sospecha, esta niña estaba ligada a los inmortales desde el comienzo de sus días, y hasta el momento en que la promesa realizada no se cumpliese, seguiría en ese danzar sin fin de vidas con finales atroces… dedicó una mirada a la joven, quien seguía dando una breve explicación… el nerviosismo que se apoderaba de su ser era un tanto evidente.

La observó beberse el contenido de aquella taza frente a sí, luego frotando sus manos, era seguro que el frío de la noche si la afectaba… la vampiresa por el contrario se encontraba bastante cómoda con este tipo de clima… la joven comenzó a platicarle de sus lecturas sobre Lilith, nada demasiado errado, hoy por hoy el libre acceso a la comunicación hacía posible cualquier tipo de investigación con mucha mayor facilidad, aunque claro, los archivos e historiales de mayor importancia jamás serían encontrados en las redes de comunicación masiva.

Terminó de relatar el resumen de lo que había llegado a comprender, haciendo un énfasis especial a las palabras “ser entregada”, ciertamente podría verse este par de palabras desde distintas perspectivas… como no más que un sacrificio, como simple alimento… pero, ¿Por qué un inmortal haría un trato para solamente esperar recibir alimento?... habiendo tantos mortales más de los cuales alimentarse… no, esto iba más allá… y Azuka tenía una idea de lo que estaba sucediendo.

Aquella feto en el vientre de la madre que hizo el trato, hacía tantas lunas atrás… ese pequeño ser había sido tocado, marcado… un “estigma vampírico” caía sobre ella… mismo que sería transmitido en cada una de sus siguientes vidas… siendo especialmente percibido por otros inmortales, solamente por seres con cierta afinidad a la oscuridad… era este el motivo de que los inmortales llegasen a ella vida tras vida… la oscuridad llama a la oscuridad, esta era la realidad que la perseguiría por siempre.

Sus palabras tenían cierta lógica en ellas… debía ser entregada a la oscuridad de los de su estirpe, esto de alguna forma significaba ser una de ellos, la idea de convertirla en su hija comenzó a rondar la analítica mente de la vampiresa… pero, sus palabras… ella no quería hacer mal a nadie, esto sin lugar a dudas era una grave traba, pues… los inmortales ligaban su existencia a la destrucción de las frágiles vidas mortales… y convertirla en uno de esos patéticos inmortales que reniegan de su naturaleza le resultó una idea un tanto repulsiva… pero, ciertamente existía la posibilidad de que cuando la sangre inmortal recorriese sus venas, esta perspectiva que tenía hacia la vida cambiase por completo… después de todo el estigma que portaba, y sus instintos terminarían arremetiendo contra ella… ganándole la partida.

-Odiarte, no lo sé… aunque la respuesta a tu predicamento puede que no sea de su completo agrado… o por el contrario, puede que le parezca una idea maravillosa…

Hizo una leve pausa, imaginando a aquella joven cambiando, disfrutando del preciado don oscuro, que debía de haber sido suyo tantas vidas atrás…

-Desde nuestro último encuentro, he revisado algunos viejos registros… y lo he encontrado… las palabras de tu ancestra coincide con aquel pergamino… debes de ser entregada a la oscuridad preciosa…

Sonrió mostrando con suavidad uno de sus blancos y perfectos colmillos, clavando su azul y profunda mirada en los ojos ajenos…

-Lo que significa transformarte en una de nosotros… el estigma que traes sobre ti, te orillará a eso eternamente, pereciendo temprano y brutalmente masacrada hasta que lo seas…

Guardó silencio observándola… es claro que para un ser de corazón bondadoso como ella, esta idea podría resultarle un tanto difícil de aceptar… así que le daría el tiempo necesario para que considerase la idea con tranquilidad.

No fue necesario leer sus pensamientos para estar al tanto de lo que pasaba por su mente en ese momento, la expresión de su rostro la delataba, miedo, terror, confusión; muchas emociones mezcladas, totalmente naturales tomando en consideración la nobleza de su ser y su inherente humanidad… y luego, al hablar, con sus frases y cuestionamientos no hizo más que confirmar lo que su tez decía… la vampiresa guardó silencio mientras la joven hablaba, todas aquellas palabras en tan poco tiempo, como era característico en la joven…

Cuando la escuchó decir que ella era buena, una pequeña sonrisa de medio lado se escapó sutilmente de la comisura de sus labios, de forma casi imperceptible… creerla buena, sin lugar a dudas no la conocía… es probable que de no ser por el estigma que ella traía encima se hubiese convertido en su cena hace mucho tiempo… justo aquella noche cuando se acercó a hablarle en aquel bar… pero no, su estigma la había mantenido a salvo, aún sin conocer muy bien las razones de porque sus instintos le dictaban que la mantuviese con vida, así lo había hecho no sólo Azuka, si no también Vladimir, por lo que pudo percatarse.

La chica sin lugar a dudas se encontraba ante una decisión crucial, que regiría el resto de su existencia, puesto que si no aceptaba su destino entregándose a la oscuridad, terminaría repitiendo su final, vida tras vida, hasta que finalmente lo que tenía que haber sucedido hacía tanto tiempo atrás finalmente ocurriese… la vampiresa escuchaba todo lo que la chica decía, las predicciones de su abuela, y por último, su temor por el posible desprecio de Vladimir… al parecer la joven se había prendado de él… quizá debería ella de platicarle su predicamento a él antes de elegir, si era esto tan importante para sí, pero claro, ella debería de llegar a esa alternativa por sí misma, la vampiresa no se la daría a conocer.

Observó a aquel camarero acercarse… era un joven delgado, de tez blanca y cabellos rubios, parecía un tanto absorto, con su mirada en la vampiresa… ella claro, no le tomó importancia, en otras circunstancias es probable que lo hubiese convertido en su cena, pero, estando en ese restaurante armar un revuelo, primordialmente por estar en compañía de Odisea, no era lo más prudente… pero, antes de que el joven se retirase con la taza de café helada de la joven para ser recalentada, la vampiresa disparó un comentario a la frágil mente de aquel humano… “querer algo… podrías servirme de cena”… con ese comentario directo a su mente se aseguraría de horrorizarlo lo suficiente, lo que para ella era sumamente divertido.

Luego de que el joven se hubo marchado la escuchó cuestionar sobre su amanecer como inmortal, aunque, realmente no daba mucho tiempo para dar respuestas, la mente de esa joven acumulaba frases y las arrojaba con suma rapidez… antes de poder responderle nuevos cuestionamientos, ésta vez sobre los escritos que había mencionado con anterioridad eran realizados… mencionándole que le parecía una “maestra, pozo de sabiduría”… bueno, tomando en consideración el nivel de conocimientos que tenía en comparación con los ajenos, quizá resultaba natural que lo viese de esa forma.

-Los escritos, tan sólo confirman lo que me has platicado pequeña… lo lamento, pero, no puedo hablar del tema…

Sonrió suavemente, casi diciéndole con esto “cosas de vampiros”….

-En cuanto a mi amanecer como inmortal, fue algo que me completó, dio el sentido que mi existencia tanto había necesitado… estaba predestinada a ello… como tu… aunque mi ser necesitaba de la oscuridad, no como el tuyo, que es blando y delicado…

Hizo una pausa leve, observándola fijamente…

-A pesar de estar ligada a la oscuridad desde siempre, tu vida mortal te ata a la luz, es por ello que necesitas tiempo… el cuál te daré… piénsalo pequeña, pocos mortales reciben este tipo de ofrecimientos… serías una preciosa inmortal…

Dijo la última frase con un tono un ceceante, sin bajar la intensidad de su mirada al observarla.

La chica parecía analizar las palabras que la vampiresa le había dicho, guardando silencio por unos instantes, hasta que acto seguido comenzó a pronunciar palabras, explicando que los humanos no portaban la nobleza que parecían, ni con vampiros bondadosos, ah, cuan equivocada estaba al pensar que ella lo era… o Vlad… ambos, aunque bien podían ser piadosos ocasionalmente, estaba segura de que con ella lo habían sido solamente por el estigma que portaba… y explicarle que los humanos no eran bondadosos… claro que no lo eran, un ser que ha vivido sus trescientos años de existencia, en convivencia con esta raza, estaría demasiado al tanto de la condición y naturaleza humana.

Comprendía bien que la joven quería conocer más al respecto… esa sed de conocimiento la había visto infinidad de ocasiones antes… pero, no podía platicarle al respecto no por el hecho de que ella pudiese significar un peligro, estaba claro que no lo era, pero… las reglas y las normas ni si quiera ella debía de romperlas… máxime tomando en consideración que ella era una inmortal sumamente afianzada a las viejas tradiciones, que prácticamente ya se habían visto olvidadas, ¿Qué clase de líder sería si ni ella misma incumplía con las normas estipuladas?... hablarle de lo que contaba ese o cualquier otro documento, hablarle sobre Lilith… no, ni siquiera a los neófitos se le permitía el acceso a este tipo de información… hablarle al respecto a un mortal, inconcebible…

Le cuestionaba sobre las razones por las cuales se había convertido en inmortal, preguntándole también si al principio se convertían en monstruos sin control... y bueno… claro que lo eran, todos los vampiros, sin importar su edad eran monstruos, para los mortales, claro… eran depredadores… y aunque algunos se empeñaban en ocultar o tratar de aplacar su verdadera naturaleza, eso no apartaba el hecho de lo que realmente eran… y en algún momento los instintos y la sed podrían más que ellos, teniendo que alimentarse…

-Comprendo que tienes muchas dudas pequeña… pero, las cosas las habrás de saber a su debido tiempo… de momento analiza la situación…

La vampiresa se puso en pie, y a velocidad vampírica estuvo a solamente un par de centímetros del rostro de Odisea, hablándole con suavidad a su oído…

-Y si llegado el momento así lo decides… te convertiré en mi hija…

Dijo finalmente, para luego desaparecer de aquel sitio con velocidad vampírica también… la joven tenía muchas preguntas, pero, no las respondería todas… algunas decisiones debería de tomarlas por sí misma, sin demasiada ayuda al respecto… en cuando a la historia de Azuka… ella estuvo predestinada a ser vampiresa desde el momento de su nacimiento, pero su historia era muy distinta a la de Odisea… y realmente no era el momento ni el lugar para hablar al respecto… tal vez, alguna vez, si aquella joven llegaba a convertirse en su hija, le platicaría su historia… de momento, tenía una elección en frente…

-Cuando hayas elegido... sabes como contactarme...

Dejó caer estas palabras solamente en su mente... pero la vampiresa ya estaba lejos de ahí...