Cacería Nocturna

Maldijo en voz baja cuando un auto pasó muy cerca de ella dando un bocinazo como si el que estuviera yendo mal no fuese él. No se podía esperar otra cosa de la gente que iba por aquel lugar. Era de los peores barrios, se podía observar verdadera miseria allí. Sin embargo aquel no era su problema, por lo que no se pondría a darle demasiadas vueltas a aquel asunto. El porqué estaba allí era un tema distinto. Aquel era el lugar por donde corría información valiosa, que podía servirles tanto a su manada como a los vampiros de los cuales eran “aliados”. Era buena recaudando información, infiltrándose y pasando desapercibida, por eso estaba caminando por aquellas calles oscuras a esa hora de la madrugada. Había conseguido lo que estaba buscando y podía dar por finalizada la misión.

Iba cruzando por uno de los laterales de un parque casi en ruinas, cuando un aroma muy familia llegó a su nariz: sangre. Puede que sea buena para las misiones de espionaje, pero era muy mala para mantenerse alejada de los problemas. Por lo que en el momento en que sintió aquel particular olor, decidió ver de donde provenía.

Se mantuvo oculta tras unos arbustos, a una distancia considerable. No podía equivocarse, aquel efluvio provenía de un lobo pero este no estaba solo. Sus sentidos se pusieron alertas, un lobo en el Bronx anunciaba problemas ya que no era de los Fenris, de eso estaba casi segura. Observó que miraba hacia otra parte del parque de manera fija. Estrechó la mirada y se acercó más hacia el punto en cuestión para ver que había llamado su atención.

Chasqueó la lengua al ver la situación: una humana apuntaba a aquel hombre con un arma. Estaba más que claro que ella estaba en desventaja, aquella arma no podría causar un gran daño a menos que tuviera balas de plata, lo cual dudaba, de ser así ya habría disparado, sería lo más lógico. El cuerpo que estaba despedazado, y del cual había emanado el olor a sangre, evidenciaba que éste acababa de cenar. Otro punto menos para la humana. En la cabeza de Selena se presentaron dos panoramas: largarse de allí y esperar que se entretuviera con la humana lo suficiente como para hacer caso omiso de su persona o acercarse a ella y encontrar la manera de salir bien paradas de aquella situación, ya que para ese momento, su presencia no era un secreto, al menos no para él.

Esa temeridad sería su perdición. Lo sabía, siempre se lo habían dicho y cada día había algo que se lo recordaba. Como aquella estupidez que estaba a punto de cometer.

—No creo que aquella carne tuviera muy buen sabor —comentó despreocupada apareciendo por uno de los costados, interponiéndose entre la humana y aquel lobo. Hizo una mueca de asco al cadáver o lo que quedaba de éste y volvió a mirarlo a él. La muchacha se encontraba a un par de pasos detrás de ella, no muy lejos, en caso de tener que correr podría alcanzarla en cuestión de milésimas—. Podrías haberte dado un buen atracón con ésta —la señalo con la cabeza sin quitar los ojos de encima de él, analizando sus movimientos, sus reacciones. Le resultaba familiar y no podía descubrir de donde; una corazonada le decía que le convenía no conocer aquella respuesta y que lo mejor sería huir—. Ni modo, mejor nos vamos así podrás hacer la digestión tranquilo —alzó los hombros y los dejó caer, dando un par de pasos hacia atrás, haciéndole caso a aquel presentimiento.

Lo vio acercarse y sus sentidos se pusieron alerta, no sabía con que le saldría. Dio un par de pasos más hacia atrás y se plantó, esperando para ver que haría.

—Suerte con eso, no creo que sea una misión sencilla —comento.

Un garra roja. Si no era un Fenris, por descartado era de la manda de los traidores. Estuvo a punto de abalanzarse sobre él pero sus pies no se movieron de la tierra, al parecer aquel instinto de supervivencia hizo que reaccionara. La situación anterior le había demostrado que no era un licano nuevo, sino que sabía controlarse, así que corría en desventaja. Decidió tranquilizarse, mientras él no supiera que era una Fenris esperaba no tener problemas, le daba asco tener que ocultar aquello pero era la mejor opción. Su cara cambió, al igual que su humor. Ahora sí lo único que quería era largarse de allí, que hiciera con la humana lo que quisiera. Sabía que había sido la culpable de exponer donde estaba, pero en aquel momento no le molestaba entretenerse un rato, ahora era distinto.

—Te lo agradezco pero no tengo apetito en estos momentos. A decir verdad —se tapo la boca con la mano como si estuviera conteniendo un bostezo—, creo que tengo un poco de sueño…

Sus ojos se clavaron en la muchacha cuando él le hizo la oferta. Puede que ser como eran ellos tuviera beneficios y como disfrutaba de ellos. No se arrepentía de lo que era pero tampoco lo recomendaría. El sufrimiento que se pasa con las primeras transformaciones son un infierno. Además no podía permitir que los Garras Rojas siguieran reclutando gente. ¿Qué estarían planeando?

—Claro, píntale el mundo de rosa —bufó cruzándose de brazos al escuchar las palabras del hombre. Ahora fue a ella a quien se dirigió—. ¿Prefieres que unos seres sin vida te gobiernen? Puede que no te agrade lo que somos niña, pero no me compares con ellos —gruñó.

No estaba bien que hablara mal de las criaturas con las que se suponía tenía una tregua. Pero era imposible no demostrar el desagrado que sentía ante estos, además nadie allí sabía quien era y sabía que aquel licano tampoco tenía algún aprecio por los vampiros.

—Los estúpidos humanos se creen mejores a nosotros, no termino de entender el por que —escupió alzando los hombros—. Se matan los unos a los otros, traicionan y siempre buscan el beneficio propio. ¿Qué los diferencia de las bestias? —preguntó— ¿Qué les da derecho a gobernarnos? Tú misma has dicho que disfrutaste ver como mataban a uno.

No esperaba una respuesta. O tal vez no quería oírla, porque sabía que dijera lo que dijera, sería en vano. No le gustaban los vampiros y tampoco le gustaban los humanos. Lo único que hacía que respetara aquel tratado era la lealtad que tenía hacia la manada, hacia sus hermanos.

—Los Garras Rojas deben estar desesperados si andan buscando unir gente de esta manera tan patética —comentó. No creía que se lo tomara muy bien aquel comentario.

Mientras contemplaba el firmamento nocturno escuchaba a las jóvenes hablar. Aparentemente la mujer lobo no apreciaba demasiado su condición. Algo extraño, pero comprensible. No todos deseaban el poder, algunos preferían mantenerse fuera del juego. Pero bueno, no me encontraba allí para brindar servicio caritativo, ni mucho menos. Debía tomar una decisión sobre cómo actuar, y rápido, antes de que mis presas se escaparan.

Me enfurecí realmente al escuchar la comparación que Robyn hacía entre los Licans y los vampiros. Estaba claro cuáles eran las diferencias, pero inhalé profundo y me calmé. Luego pude oír como Selena criticaba a los vampiros. Con cada palabra me aseguraba más de que pertenecía a los traidores a la tradición, los Fenris. Una Fianna nunca criticaría, siempre se mantendría neutral, al menos ante otras personas. Pero quizás podría utilizar su odio a mi favor.

-Escúchame bien, humana. Apuesto a que no tienes más de 30 años. Eres joven, demasiado, no puedes dar tu opinión aún. Debes vivir más para darte cuenta de ciertas cosas... Yo ya llevo más de 300 años sufriendo la injusticia que esos inmundos seres provocan. A mi no me interesa gobernar humanos inútiles, a mi solo me interesa ser libre. Amo la libertad, y jamás le quitaría la libertad a ningún ser, por más patético que fuese.- Lo que decía era verdad. No quería gobernar patéticos humanos, solo devorar uno de vez en cuando. Tampoco podía privar de ese placer a mis hermanos y hermanas. Pero aún así, vivir en un mundo de licántropos les convenía mucho más a los humanos. Vivirían libres, solo que algunos morirían devorados por los hombres lobo. Era la cadena alimenticia.

Me sentí especialmente irritado por el comentario de Selena. ¿Quién era ella para juzgar mis métodos? ¿Acaso era la líder de su clan? Estaba claro que era una Fenris. La posibilidad de matarla pasó por mi mente en ese preciso instante, pero esperaría unos minutos. Si intentaba huir o atacarme su muerte estaría asegurada. Comencé a caminar hacia ella, mientras hablaba. -Lo que hacen los Garras Rojas no es de tu incumbencia, niñata insignificante. ¿Es acaso muy diferente a lo que hacen los Fenris? Te llenas la boca hablando mal de los vampiros, perteneciendo a ese clan que los adora como si fueran dioses. Ahora yo te pregunto, ¿Qué tan desesperados están ustedes para hacer pactos con esas bestias? ¡¿No sería mejor un mundo libre de ellas?!-

Estaba furioso, pero no me dejaría que ese enojo me controlara. Ahora yo estaba bien alimentado, y tenía mucha más experiencia que ella. Las cartas estaban a mi favor. Mis sentidos se agudizaban, mientras la adrenalina comenzaba a surgir segundo a segundo. Estaba preparado para una batalla. De pronto recordé a la humana allí presente, sin dejar de mirar a Selena le hablé. -Niña... puedes combatir a los vampiros sin pertenecer a mi clan. No se si perteneces a alguna organización, pero si tienes un líder dile que como Macho Alfa de los Garras Rojas estoy dispuesto a pactar con él. Aún así... mientras no hagan alianzas con vampiros me basta...- Esperaba que Robyn considerara mi propuesta. No había forma de que la Fenris me venciera en combate mano a mano. El silencio gobernó por unos segundos. Era como la respiración que se toma antes de saltar al agua helada...

Sonrió al escucharla. Alguien debía gobernar. Por su parte estaba harta de que fueran los estúpidos humanos, que tuvieran que esconderse para no ser cazados por esa raza inferior. Tampoco le agradaban los vampiros y había dejado claro aquello. No intentó explicarle a la muchacha, no sabía que era lo que quería y tampoco le interesaba, al fin y al cabo, los humanos terminaban siendo todos iguales.

Dio un paso hacia atrás cuando él se acercó. Sabía que su atención debía estar puesta en aquel hombre. Era un Garra Roja por lo que no dudaría en acabar con ella y lo supo más que nunca cuando él mencionó a su clan. Apretó los puños controlándose cuando escuchó que era el macho alfa. ¡Genial! Las cosas no le podían salir peor… Clavó sus ojos en los de él, sosteniéndole la mirada. No iba a bajar la cabeza frente a un traidor, aunque esto le costara la vida.

—Claro que no es de mi incumbencia —espetó asqueada. Era una insolente y se llevaba el premio en eso—. Nosotros no adoramos a nadie y lo sabes —murmuró molesta. ¿Qué adoraban a los vampiros como dioses? Ni de broma—. Yo no estoy para contradecir las decisiones del líder. En el momento en que vea que ese pacto no nos favorece seré la primera en arrancarles la cabeza a todas las sanguijuelas. Respeto a Bjorn y lo seguiré, aunque a veces no entienda del todo sus decisiones. Algo que claro, no has podido hacer, Arthur —si realmente era el líder de los Garras Rojas, ese sería su nombre, a menos que hubiese cambiado en el último tiempo, lo cual no sería una sorpresa.

Estaba jugada. No sabía cuanto tiempo más seguiría con aquella charla, no creía que quisiera dejarla ir con vida. Aquella no era su noche de suerte.

No sólo tenía que controlar el impulso a transformarse. Sino, que además de eso, intentaba convencerse de que estaba tomando la mejor opción, que su fidelidad no era en vano. El licano tenía un punto, aunque no lo admitiría en voz alta. Estaba en contra de los pactos con aquellos seres, los despreciaba, su discurso resultaba hipócrita.

—Uno más uno da dos —dijo cuando ella terminó de hablar, dirigiéndole una mirada fugaz, regresando inmediatamente al hombre—. Y lo que nos dices da como resultado: que los gobernantes sean humanos. Y sí, regresamos a lo mismo… Siempre, aunque no lo quieras, terminará así. Creen que somos demasiados distintos y sí, lo somos, pero no porque ustedes sean mejores… Sino por lo contrario —sonrió orgullosa—. No entiendo porque quieres hacer pactos con seres tan insignificantes, que te ven como una aberración —comentó alzando una ceja.

La línea entre ambos estaba en que un garra roja no dudaría en acabar con un Fenris. Seguramente él estuviera saboreando el momento de poder tenerla entre sus dientes, aunque no le resultaría tan sencillo como creía, claro está. Un Fenris tendría que pensárselo más de dos veces antes de quitarle la vida a otro lobo, sin importar a la manda que perteneciera.

Una batalla se libraba dentro de ella, porque en aquel momento, escuchándolo hablar no sabía si pesaba más el disgusto que sentía por los humanos o, como decía él, por los vampiros.

(Hi! ustedes disculpen mi intervención)

Ya había pasado un tiempo desde que había llegado a la ciudad pero aun dormía en el anticuario, cosa que no me agradaba para nada por lo que salir a vagar por las noches era mi pasatiempo favorito, esa noche no era la excepción, aun que las noches pasadas no había encontrado victimas, de hecho aun no había encontrado ninguna, la zona donde vivía era demasiado tranquila por lo que esta vez me aventuro mas lejos y a un territorio mas peligroso, el bronx, quizás si no encontraba lobos o vampiros encontraría algún criminal con el cual entretenerme, pero o desilusión la mía, todo estaba tan tranquilo, demasiado de hecho.

Pare la moto cerca de una plaza, algo muy fuerte dentro de mi me decía que tenia que hacerlo....esas ganas de orinar eran imposibles de ignorar y había muchos arboles de refugio, me adentre un poco, encontré un lugar bastante agradable para deshacerme de las penas que llevaba y finalmente termine mientras en mi cabeza sonaba una canción de elevador, valla placer era esto, una sacudida, un escalofrió y se cierra el asunto.

Así es caso cerrado, dio un par de pasos hacía atrás y pensaba dejar aquella plaza pero...aquellos arboles, algo me recordaba mi infancia, algo que no hacía hace mucho, como lo hacía de pequeño, ademas de orinarlos, trepar arboles! si, no había nadie cerca al parecer, un buen momento de hacer tonterías como niño chiquito. me coloque junto al árbol mas próximo y después de analizarlo dio un salto para sujetarme de una rama, tenia suficiente fuera para subir con la fuerza de las manos y quedar sobre la rama, ahora a pasear! , empece a ir entre árbol y árbol, tenia bastante vegetación por lo que no era problema, los años como aprendiz de cazador me enseño a pasar con sigilo, era un juego entretenido, no hacer ruido y no caer mientras caminaba lo mas rápido que podía.

me divertía como niño, en realidad era algo que no hacía hace mucho y lo disfrutaba, pero algo llamo mi atención, un par de voces, no muy lejos, avance ahora mas sigilo y lentitud hasta quedar a una distancia prudente, quizás unos 8 o 10 metros, no alcanzaba a escuchar lo que decían pero era raro que gente a esa hora estuviera por esos lugares, bueno yo soy un tipo que va enmascarado, orinando arboles y trepando estos como todo un niño chiquito...no era quien para decir que era raro o que no, su actitud era normal pero por si las dudas me quede ahí un momento, la charla de lejos se veía un poco acalorada y el hombre presente se acerco muy desafiante a la chica (robyn) ¿intentara algo? por si las dudas prepare mi gancho (así como el de batman *o*) espere un poco y para mi fortuna el sujeto se transformo en lobo ¡¿pero que diablos?! esa noche era mi noche de suerte! "yay" fue lo que paso por mi mente pero por otro lado me preocupe por la chica que estaba frente a el, así que dispare el gancho hacía una rama arriba de la pareja mientras el chico se terminaba de transformar y me abalance, conforme caía retraía el gancho para no caer al suelo y poder columpiarme sobre la rama, ¿dirección? el lobo que ahora intentaba morder a la chica, pararlo con una patada

Psicópata! psicópata!! ( (tonalidad de spiderman por favor)

(Ok, mi intención no es mas que impedir que la muerdas, pero como no soy quien para decir si lo evito o no, pues solo pongo que lo intento oportunamente con toda una compleja y tonta explicación de por que estoy ahí

Edit: ya puse que doy una patada y por ultimo, llevo mi gabardina y mi mascara puestas, ademas de las armas, escopetas y katana, aparte del gancho...es todo)

Cuando vi el cuerpo de aquel hombre empezar a transformarse, la adrenalina empezó a correr por mis venas. Tan pronto como sentí mi corazón agitarse, desvaine mi daga y la saqué del abrigo; pero aquel ser ya estaba sobre mi y como podía me defendía evadiendo sus fauces.

“No voy a morir… no voy a morir” me decía una y otra vez, pues no pensaba hacer que mis niños sufrieran de dos muertes en una misma noche; realmente no dejaría que la muerte rondaran cerca de ellos, la de Eddie o la mía. Para mi suerte, o algo así, algo distrajó al lobo, alejándolo de mi el tiempo suficiente para levantarme y ponerme en guardia.
-¿Que carajos pretende?- grité completamente fuera de mi al licantropo, lo cual era poco común, pero sentía la sangre correr por mis venas a tanta velocidad que incluso dolía –No quiero que los humanos gobiernen de ustedes, ni ustedes de nosotros… no es razón para atacarme- señale furiosa, aun con la daga de plata brillando a la luz de la luna.

Mire al enmascarado y respire tratando de calmarme, odiaba perder la compostura, sobre todo en los momentos como este.
-Muchas gracias- murmure con voz más serena y vi a la mujer que aun seguía a unos metros atrás del imbécil que me había atacado –Noto que odias a los humanos, no lo tomare personal… y quizás soy idealista, pero solo quiero terminar con este estúpido gobierno… sólo quiero recuperar algo de lo que perdimos, no esclavizar a otros- mire al lobo a los ojos y pude encontrar algo de conciencia en ellos.

Alce las manos en señal de paz y guarde la daga dentro de mi ropa, aunque podría volver a sacarla con facilidad de ser necesario.
-No lo vayas a intentar atacar- le dije al chico sin rostro –Si eres humano, no lo ataques… esa no es nuestra intención- o al menos no la mía, pero si veía al chico intentar hacer algo en contra de los otros dos, sin dudarlo lo noquearía. Quería que se tranquilizaran las cosas y poder irme de ahí sin el temor de ser atacada en cualquier esquina oscura.

-Arthur… usted se llama Arthur, ¿no es así?- pregunte con las manos aun en alto y hable lentamente, pensando mis palabras –Si lo entendí bien, nuestro propósito es el mismo… En vez de luchar contra nosotros… o que me trate de convertir en uno de ustedes… mejor enfoquémonos en lo que realmente nos molesta…

Lo miró altiva, orgullosa de ser parte de su manada, aunque sin decir nada más. Cada uno tenía su postura, aunque ahora no podía decir que los Garras Rojas estuvieran completamente equivocados. Quizás si no hubiera crecido con aquel fuerte sentimiento de lealtad para con sus hermanos, habría terminado desertando y uniéndose a ellos. Sin embargo, lo que podría haber sucedido no tenía cabida allí, ella era lo que era y no se arrepentía de eso.

Lo que siguió a todo aquello la sorprendió. El Garras Rojas sin previo aviso cambió de forma e intentó abalanzarse sobre la muchacha. Selena se puso en guardia únicamente, esperando no ser el siguiente blanco del lobo, pero no movió un dedo para defenderla. Ya poco le importaba lo que sucediera con ella, primero estaba su vida y al parecer tenía posibilidades de poder irse de allí sin tener que enfrentarse a aquel hombre, no iba a desperdiciar su oportunidad salvando a una humana soñadora.

Al parecer aquella niña tenía un ángel que impedía que aquella noche fuera su última, al menos como humana. Un gruñido salió de su boca cuando vio aquella sombra abalanzarse e impedir que la mordiera.

—¡Genial! ¿Quién invitó al ninja a la fiesta? —preguntó bufando. Si hubiera mantenido boca cerrada quizás habría pasado desapercibida ante el extraño, pero que más daba. Entre humanos y lobos, siempre estaría del lado de los de su raza, no importaba a que manada perteneciese.

Sonrió burlona ante las palabras de Robyn. ¿Realmente se podía ser tan ingenua?

—Dile a tu amigo que deje las armas, el abuelo no está en edad de jugar —le dijo a Robyn y señaló con la cabeza a Arthur, ignorando a los otros dos. Seguía sin quitar aquella mueca de su rostro, aunque en sus ojos se podía ver claramente que no tendría ningún problema en acabar con sus vidas en aquel lugar y ella no intentaría convertirlos en licanos.

El lobo había esquivado con bastante agilidad, incluso me hizo pensar que me esperaba, bueno, era un lobo, tenia buen olfato, seguro ya se había percatado de mi incluso antes de que yo los escuchara, pero bien, para mi fortuna, mi gabardina cubría mis armas y pasar de largo me daba una ventaja, el no notaria cuando tomara la escopeta un momento antes de girarme y apuntarle al lobo que...ahora se encontraba en forma humana? valla eso si era raro, ahora se encontraba desnudo ante nosotros y buscaba algo entre sus ropas, apunte a su cabeza directamente

Solo soy un testigo de jehova, por que no podemos hablar de Dios tranquilamente?ya en serio, soy cazador y curiosamente tengo esta arma que se llama betty, con 2 cartuchos repletos de perdigones de plata, sabrás que a esta distancia es letal para ti y mas si estas en estado hominido, no entendí bien tu plan fido

mire solo por un segundo a la dama que ahora no corría peligro "robyn"

Mejor vete, esto se pondrá feo, lobos atacando inocentes, pensé que tenían mas cerebro que los vampiros pero veo que tendré que que patear tu impúdico trasero

OFF: bien, aprovecho un error tuyo, te transformarte, al hacerlo tu ropa se rompe, tu ropa esparcida por el suelo, con ello tu pistola y demás, yo tengo la escopeta a la mano lo que me da tiempo a apuntarte mas rápido, tu decides si tomas el arma, pero con ese error, yo te apunte primero

No entendía como las cosas podían arreglarse y descomponerse tan poco. Vi como ahora, era el humano quien trataba de atacar a los lobos; me sentía ofendida al haber sido solo una manera de atraer al llamado cazador. Fruncí el ceño, bastante enojada y sólo mire a ambos hombres con molestia.

-No voy a irme- señale con testarudez, aunque tenía unas ganas enormes de largarme de ahí y dejar que aquellos dos se destrozaran si así lo deseaban. Mire a la chica, la lycan con disgusto tambien; su arrogancia empezaba a fastidiarme realmente.
-¿Estas dedicado a matar lobos?- le pregunte al cazador sin siquiera mirarlo -La realidad es que serías mas util en otro lugar que ahora siendo destrozado por dos lobos, amigo- dije en voz baja. Tenía la impresión de que no me haría caso, pero al menos trataría de alejarnos a ambos de los problemas; a veces odiaba ser así y preocuparme por personas a las que ni siquiera conocía, ni deberían preocuparme, pero estaba tan dentro de mi personalidad, que simplemente no podía ignorarlo.

Aun así, si el chico estaba dispuesto a enfrentar a ambos lycans por su cuenta, me iría, el tiempo apremiaba y aun tenía una vida que salvar.

No pudo esconder la sonrisa que afloró en sus labios al escuchar la reacción de Arthur por la manera en la que a él se había referido. Observó la situación y al parecer, el enmascarado sabía lo que hacía. No le gustaba para nada aquella arma que apuntaba al garras rojas y aún menos le gustó que éste la delatara. ¿Qué más daba? Se dijo, aunque su ceño fruncido era muestra clara de que eso no era bueno. Ella había hecho lo mismo hacía un rato con la muchacha, debía haber tenido esas ganas de mandarla al demonio que sentía en ese instante. De todas maneras, no pensaba escapar, aquel enmascarado se creía demasiado al enfrentarse a ellos como si fuese un juego únicamente, algo que no le hacía nada de gracia.

—Sería mejor que se tranquilicen —dijo caminando lacónicamente, acercándose un par de pasos más a la joven—. Deberías escucharla... —le dijo refiriéndose al comentario de Robyn. Estaba haciendo un gran esfuerzo por controlar sus impulsos y no transformarse allí mismo para intentar acabar con esos dos, la situación ya no le hacía gracia. Pero no era tonta y en ese momento le convenía seguir de esa forma, al menos un momento más—. Tú aprieta el gatillo y la niña no vive para contarlo —comentó tranquila como si no estuviese hablando de acabar con la vida de un ser humano.

La distancia que las separaba no era demasiada, podría alcanzarla y matarla antes de que aquel loco pudiera darle a ella también, si tenía un poco de aprecio por los de su raza, no la dejaría morir. Aunque, a decir verdad, de los humanos se podía esperar cualquier cosa.

—¿Para que no lastime a alguien que no quiera? —Sonrió y paseo la mirada por los presentes—. No tienes que preocuparte por eso, me dan igual, vivos o muertos, mientras no estorben —sus ojos se fijaron en la humana, esperando que comprendiera aquello. Si se transformaba no le importaría nada. Sería mejor que no se metiera si no quería salir herida, después de todo, quien sabe hasta donde la acompañara la suerte.

Estaba dispuesta a seguir las indicaciones que aquel lobo le diera, sólo esta vez y hasta que salieran de esa. Luego volvería a imponer esa línea que separaba a ambas manadas.

OFF: Cometí un error, pensé que cuando me transformaba por arte de magia conservaba mi ropa, pero bueno, siendo así estoy en bolas D:

Suspiré aliviado. Al parecer solo era un cazador idiota, no un mercenario, lo que significaba que nadie me quería muerto... aún. Observé mi casi desnudo cuerpo, sin sentir pudor alguno, mientras escuchaba hablar a aquellos humanos. No podía creer como podían ser tan obstinados en el caso de Raven, y tan indiferentes en el caso de Robyn. El cazador era de su propia raza, y yo había intentado atacarla. ¿Dónde estaba el orgullo? ¿Qué acaso aquellos seres no poseían dignidad, deseos de hacerse valer? No había nada que hacer, era una raza patética.

Me encontraba apuntando a Raven, el cual sostenía una importante arma de fuego, capaz de lastimarme de gravedad. Sabía sobre la plata, y a pesar de que su efectividad contra los lupinos solo era conocida como un mito, se encontraba demasiado seguro de ésta. El niño sabía lo que hacía. -Estoy en este estado para dialogar. Nos llaman bestias, pero son los primeros en recurrir a la violencia. Y no digas que yo también lo hice, no pensaba lastimar a aquella niña. Ahora dime, ¿En serio eres tan idiota para intentar matarme? Supongamos que tienes suerte, toneladas de suerte, y lo logras. ¿Crees que mi clan no buscará venganza? Tengo dos hijos, uno más sanguinario y vengativo que el otro, y te encontrarán, no lo dudes. No es una amenaza, solo te advierto en lo que te metes. -

Pero sabía que no pensaba ceder a su hostilidad, y yo tampoco. Otra cosa que no entendía era como aquella niñata no actuaba. Si no pensaba atacarnos, ¿Por qué simplemente no se iba? ¿Qué clase de morbosidad regía su psiquis? -Niña, hazte un favor y vete. No piensas hacer nada, ¿A quién engañas? No tienes las agallas- Me dirigí a Robyn sin dejar de observar cuidadosamente a Raven, de manera provocativa. La verdad era que me encontraba completamente alerta, y no había subestimado a mis enemigos ni un solo segundo.

No pude evitar una mueca similar a una sonrisa cuando escuché la voz de Selena. Era bastante audaz, eso me gustaba en un lycan. -Eres una auténtica Garras Rojas, mujer. Tu actitud es más prometedora que varios de mis hermanos lobos. Es una lástima que nos encontremos en lados opuestos de la muralla. Mi oferta siempre estará en pie, solo te pido que lo pienses. Pero ahora concentrémonos en este pusilánime enmascarado, ¿De acuerdo?.- Terminé de decir. Mis dedos rozaron el gatillo de mi Magnum, listos para presionarlo ante cualquier movimiento extraño del individuo. Si me mataba, al menos me lo llevaría al infierno conmigo.

Ahora el otro lobo se movía y tomaba un rehén, si tan solo se hubiera escapado esto sería diferente, pero ahora era su problema, ella saldría lastimada pero no podía dejar vivos a estos lobos, di un suspiro de pesadez, de resignación, como si ellos hubieran tomado el control y no me quedara de otra que evitar conflicto, ellos no pueden ver mi rostro, total, un ligero "demonios" salio debajo de la mascara "que jodido" dije en voz baja, los lobos por sus sentidos podrían escuchar esas palabras, yo por mi parte solo me centre en aquel lobo frente a mi, ahora se encontraba hablando, demostrando aires de superioridad y para su mala suerte hablo demasiado, mientras yo con lentitud movía mi escopeta, fingiendo bajar el arma dejando a la altura de su arma, hablaba demasiado, lleve mi mano libre a la altura de la mascara mientras movía el rostro en negación "por que simplemente no te escapaste... -para cuando termino de hablar el lobo separe mi mano de la mascara y al tener la escopeta a la altura de su magnum solo la muevo un poco hacia un lado para que esta apunte directo a su arma y disparar, ahora no decía ninguna palabra (yo), la intención era clara, disparar a su arma, al ser mi arma una escopeta, dañaría su magnum y de paso su brazo y parte del torso, pues al ser una escopeta recortada, los perdigones se esparcen mas que una escopeta normal, si funcionaba, dañaría su brazo y parte del torso y por el angulo en que me encontraba, algunos perdigones darían en la chica lobo, un daño bastante considerable a esa distancia mas que nada para arthur

OFF: Bueno, una explicación algo larga, en lo que habla arthur yo preparo este plan, hablas demasiado, no creo que hables como rapero para poder decir todo en cuestion de segundos, me da tiempo a pensar mi plan, finjo resignación para que el movimiento de escopeta, al bajarla ligeramente pase como ese fin y no se sospeche nada de lo que planeo, cuando llevo mi mano a la cara es para cubrir mi mirada y así arthur no vea que miro la distancia entre mi arma y la suya, apenas termina de hablar y disparo, ¿Por que apunto a tu arma? simple, te dañaría el arma, ademas de lastimar tu brazo y parte del torso, a tan corta distancia aun sigue siendo muy dañino y de paso, si intentas dispararme la escopeta esta de por medio por lo que no podrías dañarme

La escopeta al ser recortada, es mas imprecisa a larga distancia, por como nos apuntamos imagino que estamos a no mas de 1 metro de distancia, por lo que la dispersión llegaría a una parte de tu torso

En cuanto al angulo, pondré una imagen de como imagino las cosas, ya que nadie dijo nada al respecto, uso esto como ventaja ademas de que es algo lógico que estemos acomodados de esta forma

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Estoy del otro lado, pues al pasar de largo en mi patada fallida quede de aquel lado, no dijimos a que distancia estamos, por lo que quiero suponer que en mi reacción mas rápida al soltar el gancho quedo un poco mas de un metro, distancia con la que quedan chocando las armas si nos apuntamos mutuamente, selena la tomo de aquel lado, pues menciona que se acerca a ella, mas no a mi ademas de decir en algún momento que se encontraba detrás de arthur, por lo que acercarse la deja aproximadamente en ese lado

Y como ultimo punto, no, no puedo matarlos, ni me pueden matar, ni menos a robyn, ya que todos estamos en la trama, que es casi un mes después de este encuentro, por lo tanto seria ilógico morir aquí

y no me odien a mi user, mi pj es así, que chiste tendría Blade o van hellsing si dicen "hoy quiero hablar con los lobos/vampiros y hacernos amigos YAY!!!" seria crepúsculo o algo así, entiendan, cualquier duda, mp, ustedes tienen fuerza pero mi pj tiene que usar al máximo su cerebro

No había visto aquello venir. Aquel humano sí que tenía agallas, debía reconocerlo. Sucedió todo demasiado rápido y apenas tuvo tiempo de poder reaccionar. En cuanto el ninja disparó el arma se lanzó hacía el lado donde se encontraba la humana, como bien había dicho, aunque no con la intención de matarla sino más bien, de escapar del disparo. Un alarido de dolor escapó de su boca cuando sintió la plata incrustarse en su pierna izquierda.

—Mierda —susurró entre dientes, mientras sentía como quemaba. No podía quedarse quieta, sí había disparado a costas de lo que le hiciera a la humana, no dudaría en volver a hacerlo.

Sintió como su cuerpo se estremecía, y aunque intentó calmarse no había caso. La adrenalina corría por sus venas, podía sentir su corazón acelerado y la furia apoderarse de todo ella. Buscó con la mirada a al Garras Rojas para saber si se encontraba bien pero no tuvo tiempo de comprobarlo. Su cuerpo cambió, viéndose como un lobo mucho más grande de lo normal, y más descontento que cualquiera.

Soltó un aullido desgarrador producido por el dolor que sentía en su pata izquierda a causa de la herida. Sus ojos se fijaron en la muchacha que tenía enfrente y gruñido amenazante salió de su hocico. No era completamente consiente de sus actos, sólo sabía que las cosas no iban a quedar así. Una de sus orejas estaban puestas en el humano, esperando a que dispare nuevamente, aunque está vez estaba demasiado cerca de ella, no podría evitar lastimarla. Volvió a gruñir esperando respuestas del garras rojas. Los resquicios de conciencia iban menguando mientras más tiempo pasara en transformada y la plata cada vez quemaba más y hacía que el calor se esparciera, por lo que el tiempo corría.

[OFF: Algunas cosas antes de empezar. Raven creo que no conoces mi doctorado en rap, así que digo todo eso en 5 segundos (? nah mentira.
Bueno para empezar, no hay forma coherente en la que estemos a solo 1 metro de distancia. Un metro es lo que mide mi brazo con una pistola xD. Serían AL MENOS tres metros. Esa distancia no es mucha, de hecho estamos muy cerca, y tu arma me afectaría bastante de todas maneras.
Después, hice q Marshall consultara con uno de sus amigos expertos en armas o algo así y dijo que sería imposible romper mi arma con balas, de esa forma. Para terminar, sos feo (?) broma, lamento la tardanza, no he tenido demasiado tiempo, así como tampoco inspiración en mis ratos libres.]

Al parecer mi teoría fue confirmada. Los humanos son las verdaderas bestias aquí, no nos dejemos engañar. Ellos siempre están dispuestos a la violencia como principal medio de comunicación, no importa el lugar, no importa con quién. Ellos lograrán generar una pelea, sin intentar llegar a un acuerdo pacífico. Su inestable gobierno lo demostraba, cuando no iban a la guerra por orgullo lo hacían para robar petróleo a los países asiáticos. No veía la hora de matar a los inmundos vampiros para largarse de Nueva York a fundar su propia ciudad en algún pacífico bosque.

El cazador se movió, quizás demasiado. Profirió algunos insultos en voz baja, realizando gestos como mover de lugar su escopeta o taparse la cara con una mano. ¿Para qué lo haría, si llevaba una máscara? Alguien que estaba tan preocupado en realizar gestos ocultaba algo, probablemente atacaría en cualquier momento... lamentablemente mucho antes de lo que imaginé. Pensé que al menos diría alguna frase épica, algo como "No importa cuántos lobos mandes por mi, las tropas del mismo infierno no serían suficientes para detenerme". Que poco originales que eran los humanos.

Poco originales, pero a su vez letales. Ya me encontraba algo preparado para un disparo, aunque éste se realizara antes, sorpresivamente. Aún así logro bajar mi brazo unos escasos centímetros, e inclinarme ligeramente, recibiendo la mayoría de los perdigones de plata en mi brazo derecho que empuñaba la pistola. Quema, y mucho, como si estuvieran marcando mi carne con una vara de hierro al rojo vivo. La adrenalina corre por mis venas, ayuda a mitigar el sufrimiento. El pelo comienza a surgir de mi cuerpo, y me vuelvo un poco más ágil y fuerte, mientras entro en mi estado Glabro.

Sigo manteniendo mi forma humana, solo que parezco un antiguo troglodita peludo. El disparo ocasionó que soltara mi arma, la cual quedó a poca distancia. Me pongo en cuatro patas un segundo después de recibir el tiro, y agarro la magnum mientras corro de esa forma. Me paro sin dejar de correr, intentado disparar a Raven en el pecho con mi mano izquierda, mientras me acerco a la zona boscosa, y me meto en las sombras, herido. Una vez que recorrí varios metros del sector boscoso del parque, cubro el sitio del disparo con tierra y pasto, intentado detener el sangrado, y me subo a un árbol de ramas y tronco gruesos. No se me veía entre el frondoso follaje, y allí esperé cautelosamente a que el cazador entrara en mi zona visual.

OFF: Resumen. Recibo disparo, intento dispararte mientras corro hacia los árbol, y me oculto. Cabe destacar que el "parque" es básicamente un enorme terreno, con caminos rectos sin vegetación que lo cruzan en sentido vertical y diagonal. En los lugares por donde los senderos no pasan, es como un pequeño bosque.

Cuando el enmascarado sacó aquel arma mi mente sólo gritó una cosa “CORRE”… pero no pude hacerlo, quizás el miedo me paralizó y tan sólo me incline justo al momento que el disparó se rasgó el aire. Escuché los quejidos de ambos lobos y al alzar el rostro pude ver como ante mis ojos, la chica iba cambiando.

No era el mejor espectáculo que alguna vez vería, ni uno del que deseaba ser espectadora; era incluso terrorífico, como una mala película de miedo, pero por alguna razón, era imposible despegar la mirada de ella. Sin embargo logré levantarme y llevar las manos al mis bolsillos.

“Corre… corre… corre…” gritaba mi mente, pero no podía, no porque mis piernas se rehusarán, sino porque temía que el correr sólo ocasionará la ira de la loba, o despertará sus ganas de perseguirme. Estaba totalmente perdida… a menos que fuesen ciertas las leyendas. Mire en el suelo algunos perdigones que había rebotado con el arma de Arthur, brillaban bajo la luna. Era plata sin duda y eso me tranquilizó por un instante.

Saqué de mi bolsillo la daga, no era muy larga, si debía usarla tendría que estar muy cerca de la loba. No estaba en mis planes atacar, pero si ella lo hacía, me defendería. Di unos pasos hacia atrás acercándome un poco a mi salvador sin despegar mi vista de la lycan, sabiendo que el momento que no lo hiciera podría ser el ultimo de mi vida.
-Si me ayudas a salir de esta, te ayudare también- le indique al enmascarado. No iba a morirme hoy.

Spoiler:

Bien, uno de los lobos había salido corriendo, si bien mi intención era matarlos en un principio por el calor de la batalla, recordé la regla básica de los belmont, no civiles en el área de batalla, tenia que minimizar las bajas civiles, los daños colaterales, por lo que ahora solo tenia que espantar a la loba que teníamos enfrente, algo difícil por que ahora también se estaba transformando, mientras pasaba eso saque 3 cartuchos para la escopeta de uno de los bolsillos de la gabardina, si bien su transformación era peligrosa me daba tiempo a hacer eso, coloque el primer cartucho en el interior y me disponía a colocar el segundo cuando un disparo se escucho, era aquel otro lobo que en su escape había disparado contra mi, para mi suerte ...o no tanta, la bala no dio de lleno, rozo mi brazo lastimándome, mi cara fue de dolor pero por la mascara no se notaba, evite llevar la mano al brazo para evitar que se notara pero el disparo había sido en el lado donde tenia los cartuchos, los cuales cayeron al suelo, solo había puesto uno en la escopeta, si bien aun podía disparar con uno no tendría la misma potencia y no haría el daño esperado, suficiente para dejar gravemente herido, pero lo dejara incapacitado para pelear, si es que atinaba claro, me dispongo a tomar los cartuchos, no baje tanto la mirada para ver si ella se abalanzaba sobre mi y así poder disparar de cerca

Claro, te sacare de aquí y luego vamos a tomar un café a tu casa, nos olvidamos del café y que la noche pase sola....mientras, querida niña loba serias tan amable de correr despavoridamente como tu compañero?

Termine de decir al tomar las balas, si ella logra ver los 2 cartuchos quizás piense que el arma aun no esta cargada, claro si es que no vio que primero había metido ya un cartucho, con suerte este truco funcionaria, fingir vulnerabilidad

Vio como el otro lobo semi-convertido salió huyendo del lugar y pensó que debería hacer lo mismo, nada más que ahora se encontraba sola frente a los dos humanos. Volvió a gruñir molesta, mostrando sus filosos colmillos. La niña no sería demasiado problema, aquella arma que empuñaba no le serviría de mucho en aquella situación. El que sí le preocupaba era aquel enmascarado, pues conocía sus debilidades y al parecer estaba preparado para hacerles frente.

No tenía suerte, no debía haberse metido en aquella situación. Toda la culpa la tenía aquel hombre. Dio un par de pasos hacía atrás, alejándose de ambos. No era tonta, podría enfrentarse a él en otras condiciones, si no la hubiese tomado desprevenida con aquella arma y si no estuviese herida. Pero no era fácil seguir pensando en aquellas condiciones. Levantó la cabeza y sin dejar de observarlos volvió a retroceder un par de pasos.

Lo único que quería hacer en aquel momento era poner tanta distancia como le fuera posible entre el hombre con el arma y ella. Si eran varios kilómetros mucho mejor. Tenía que volver y quitarse los pedazos de plata antes de que la herida se infectara, por lo que aquellos humanos pasaban a un segundo plano.

Sintió las ramas de un arbusto a su espalda y sin pensarlo dos veces se dio media vuelta para salir corriendo de allí, soltando un nuevo gruñido pero esta vez del dolor que le produjo la herida al rozarse contra la vegetación. Esperaba que no disparara o se dispusiera a seguirla.

OFF: bueno como no hay respuesta y me ocupare por mas de una semana, quizás 2, pongo mi respuesta si no le molesta a robyn (Si no, solo ignoren mi respuesta XD) y de paso dejo algunas preguntas para ustedes Selena y Arthur

On:

Bueno, la loba se había ido, eso era suerte, si yo hubiera atacado ella lo haría y aun que lastimada, a esa distancia ella aun podría hacerme daños serios, pero parece que optaba por escapar y creo que por esa noche yo haría lo mismo. Termine de cargar mi escopeta y guarde el cartucho sobrante en mi gabardina de nuevo, mientras me acercaba a la ropa que habían dejado aquel par de lobos (Si, no mencionaron que recogían sus pertenencias) en busca de algo que pudiera identificarlos, así podría buscarlos en un futuro

OFF again: La pregunta para Selene y Arthur ¿puedo encontrar alguna identificación o algo con que localizarlos? es para la trama que quiero hacer, ya saben, reunirme con ustedes sin intenciones de matarlos para organizar una matanza de vampiros o una alianza y así, si su respuesta es SI, encuentro algo y la guardo en la gabardina y en un par de días abro un post donde los busco, de ser NO pues no encuentro nada mas que la ropa y no pasa nada

ON:

Termino de revisar entre la ropa y me giro con robyn que ahora estaba a salvo, solo tenia que escoltarla fuera de aquel parque, con lobos cerca quien sabe que podría pasar

Bien damisela en apuros, es hora del beso romántico y prolongado que recibe el héroe, no me molestaría si fuera con cierta pasión y aires de lujuria...y de lengua

Digo como si nada mientras suelto mi escopeta (que viene amarrada a mi cinturón por lo cual no cae al suelo) y llevo mi mano ahora libre a donde la bala me había rozado, no dio de lleno pero era lo suficientemente profunda para hacer doloroso los movimientos con este brazo, si ella viera mi rostro, notaría dolor en el pero que bueno que uso mascara

Se que deseas recompensarme con el beso y una noche de pasión pero tus deseos lujuriosos tendrán que esperar -no puedo evitar reírme ante tales comentarios- no ya en serio, tenemos que salir de aquí, es peligroso y tengo que escoltarte a una zona segura, así que por favor...vamos a movernos

Digo para caminar en dirección opuesta a donde se fueron los lobos, con suerte no estaríamos lejos para salir del parque