Power and Death...

- Está confirmado. Natasha está muerta. Desconocemos los detalles de la muerte, por lo visto no han dejado nada para que siquiera pensemos en atrapar al asesino. Si es que se trató de un asesinato...todo se ha ido al demonio. Bueno, todos los demonios han venido y han dado vuelta el mundo. Pero seguir hablando de la muerte de Natasha no nos hará ningún bien. Ya eso ha quedado en el pasado. Si nos lamentamos mucho mas, no llegaremos a ningún lado. Sabes...¿ Que tu asumirás el cargo, no es así, Victor?

- Sí, Señor.

- La ceremonia será mañana al mediodía, anunciaremos por la cadena del gobierno la muerte de Natasha y revelaremos que ya se ha llevado a cabo el funeral. Tú asumirás mañana en la tarde, se hará una ceremonia pública y todo, para que todo el mundo sepa quien los dirige ahora. Ya van cuatro comandantes muertos, en muy poco tiempo, Victor. Raven fue el primero, luego Marcus desapareció y ahora Natasha. No quisiera estar en tus zapatos, mocoso.

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El cuarto comandante muerto en unos cuantos meses. Natasha Perkins había fallecido unos cuantos días atrás, nadie sabía precisamente como y ninguno quería afirmarlo o siquiera intentar hacerlo. La muerte de la anterior regente estaba plagada de dudas acalladas por miedo y por un misterio innegable. Todo lo que había dejado Natasha, no fueron mas que problemas, deudas, hambre, todos problemas que necesitaban urgentemente una solución. Muchos misterios también rodeaban todo el asunto de la PENTEX, pero nadie se atrevía tampoco siquiera a preguntar acerca del tema. Al funeral, el cual permaneció como una ceremonia privada, asistieron solo los oficiales de mas alto rango y algunos pocos soldados, cercanos a Natasha. Victor, estaba entre los oficiales, escuchando las palabras del sacerdote. Uno de los pocos que quedaban, claro.

Las palabras del padre invadían un aire denso, pesado. Cargado quizá por un poco de tristeza, por otro poco de alegría y también, por el deseo de varios oficiales, de asumir el cargo dejado por la difunta mujer. Todos miraban con rostros de piedra el ataúd cerrado y a las arrugas del rostro del sacerdote, moverse de un lado a otro. Era una ceremonia cargada de falsedad y deseo de poder. Todos querían y al mismo tiempo, no querían, el puesto de la difunta. Mucho peligro, muchas responsabilidades. No había forma de decidirse. El único que no quería el puesto, era el que inevitablemente, terminaría por obtenerlo.

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9 de Junio, 13:00 pm, 2014

En las puertas del centro de operaciones de la Ciudadela.

Ya era un asunto público. Toda la mañana las noticias anunciaron la muerte de Natasha Perkins, no definieron el como ni el donde. Solo afirmaron que el funeral ya había sido llevado a cabo en privado y que en el comienzo de la siguiente tarde, anunciarían quién sucedería a la difunta comandante. Por mera inercia, la población de la Ciudadela, encendió su televisión o simplemente se congregó en las puertas de la base de operaciones. No era una noticia menor, en absoluto. Mientras uno de los voceros del "Gobierno" de la ciudadela le pedía a la gente que se calmara y aguardara unos minutos, todos los oficiales, incluído Victor, aparecieron en la escena y se posaron detrás del estrado desde donde el morocho iba a hablar en unos minutos. Todos llevaban sus trajes protocolares de militares, mientras miraban de reojo como cientos de personas aparecía de pronto. El resto lo estaría viendo por televisión, eso seguro.
Cuando el vocero anunció a uno de los oficiales de mayor rango, la gente aplaudió y luego callaron cuando el anciano comenzó a hablar. Habló de Natasha y de su tiempo de servicio. La alabó como era debido, en vez de hablar de todos los problemas que ella misma había dejado atrás. La gente aplaudió y se conmovió con cada mención de su nombre, de su accionar, parecía que ignoraban por completo su situación actual. Bueno, eso era mejor, después de todo...no tenían muchos motivos para alegrarse.

- Sin embargo, la realidad es que Natasha Perkins, nuestra comandante, ha fallecido - Lo dijo con melancolía, de tal forma que la multitud pareció cohibirse por lo dicho por el viejo oficial - Pero no podemos permanecer en los lamentos, no podemos detenernos, no podemos dejar de caminar al frente - Dijo, ante una respuesta positiva de la gente, el anciano continuó - Es por eso que el motivo de esta conferencia, es el de anunciar al nuevo líder de nuestro movimiento. - Aquello provocó que una oleada de susurros invadiera la escena- Sé que es súbito, pero el sucesor es alguien que vale mucho la pena. Impecable carrera militar, marcada por logros y pocas fallas, por no decir ninguna. Envidiable para sus compañeros y admirable para sus subordinados. Temido y respetado por sus enemigos en el campo de batalla. Un gran líder, una gran persona, ciertamente. Y me siento realmente orgulloso de ser yo quien le ceda la palabra al nuevo Comandante de las fuerzas armadas y Líder de nuestra resistencia. Señoras y Señores, con ustedes, Victor Cavallari...

Al escuchar el nombre del siguiente comandante, la gente aplaudió con euforia. Dentro de las líneas del ejército y ahora del gobierno, las hazañas militares de Victor eran muy conocidas y por suerte, ellos habían reaccionado de forma positiva a su "anuncio". Debía realizar el juramento, debía dar un discurso. Al ser mencionado por el anciano oficial, que se volteó a verlo, como todos los presentes, Victor dio un paso al frente y se acercó al estrado, dispuesto a dar un discurso al pueblo que el mismo comenzaría a guiar. Hizo un ligero gesto con ambas manos para que la multitud hiciera silencio de una vez. Sin poder evitarlo, el verse allí, con todas esas miradas, deseosas de oírlo, le trajeron el recuerdo del funeral de Natasha. El momento en el que él la había despedido, con sus propias palabras. No podía evitarlo. Eran escenas demasiado similares...

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- Invito a todos los que quieran decir unas palabras, que pasen al frente y den unas palabras de adiós a la difunta.

La invitación del padre llevó a varios oficiales hacia adelante, que despidieron a Natasha a su propia manera, con sus propias palabras. Finalmente, llegó el turno de Victor de pasar. Todos las miradas estaban clavadas en el. Todo el peso del aire de la sala, se metió en sus pulmones y pareció hacerlo sentirse como un hombre de una tonelada y media. Suspiró y miró de reojo el ataúd cerrado, sellado. Se preguntó por un momento como habría muerto. Pero todo se acalló...había que hablar...

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Los discursos comenzaron igual...

- Natasha Perkins, fue una gran mujer...

Una mentira, quizá. Pero era lo que la gente necesitaba oír.