Limite

Junio 20, Base de operaciones del Fuerte New York. 2014

Oficina del Actual Comandante de los humanos, Victor Cavallari.

- ¿ Esta sugiriendo realmente que confíe en Pentex? Es usted mas estúpido de lo que pude llegar a considerar, oficial Williams. - El tono de Victor era severo, se notaba que no estaba de buen humor aquél día. - El origen de susodicha empresa está envuelto en el misterio, nadie sabe de donde salió, solo asumen que un millonario caritativo vino a ayudar al mundo. Que grandísima estupidez. La caridad desinteresada apenas si existía en el mundo no apocalíptico...¿ Porque Pentex iba a ser algo así ? No, no estoy dispuesto a entregarles el culo de la raza humana de forma deliberada. El trato lo hicieron con Natasha Perkins, no conmigo, si quieren un trato conmigo entonces tendrán que demostrar ese "desinterés". - Victor sonrió y miró las cosas que había encima de su escritorio, una carpeta, especialmente. Una carpeta con un par de documentos dentro de ella. Sonrió y la acercó hasta el oficial que se encontraba sentado del otro lado de su escritorio. El oficial miró la carpeta y la tomó, de forma obediente.- ¿ Que opina de esa petición?

- Estaba al tanto de esto, el Científico Charles Goodchild ha estado pidiendo fondos en reiteradas ocasiones, de forma formal algunas veces y otras no tanto. Si no he entendido mal el asunto, afirma que con el dinero suficiente sus invenciones podrían ayudar a la raza humana a inclinar la balanza a su favor. - El oficial sonrió y negó ligeramente con la cabeza. - Honestamente no creo que haya mucho para hacer, los seres sobrenaturales en este mundo nos superan en todos los aspectos naturales y varios de ellos, nos superan con tranquilidad en el ámbito intelectual. No creo que un par de inventos puedan realmente significar un cambio real. - Suspiró y dejó la carpeta encima de la mesa, de nuevo, cerrándola antes y volviendo a esconder aquella solicitud que el científico había enviado.

- Está equivocado en eso también, Oficial. - El mirar de Victor, provocó que el oficial enfrente suyo se removiera inquieto en la silla. El peso de aquél mirar hizo que un escalofrío subiera lentamente por su espina. Se rió nervioso y luego la seriedad volvió a su rostro. - La tecnología y el intelecto humano, son nuestra única esperanza, nos superan en todo, menos en ingenio, menos en lo que demostró que el ser humano se alzara por encima de todas las demás razas de este planeta. Estamos en este planeta desde antes que ellos y así será por siempre, no nos extinguiremos, Oficial...- El comandante sonrió y miró de arriba a abajo al oficial enfrente suyo, que no hizo mas que bajar la mirada- Lo único con lo que podemos esperar superarlos, es con nuestra mente, con nuestro intelecto. Y es el intelecto lo que hace a la ciencia, nuestra única y real esperanza para pelear. Y tengo un plan en lo que respecta a esta petición de Charles Goodchild.

- ¿ Un plan? ¿ Que tipo de plan? ¿ En que consiste? - El oficial realmente no comprendía lo que estaba diciendo su superior, por lo que se quedó allí a la espera de cualquier respuesta del comandante, que ahora se ponía de pie y caminaba hasta unos estantes llenos de libros que había allí. Movió un par y se dio vuelta, con tranquilidad.

- Consiste en darle a Goodchild lo que quiere...

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Algunos de los oficiales del ejército humano, no se habían presentado. Simplemente consideraban que la ciencia era un lujo en el que ellos no podían volcar su atención. Su nivel de ignorancia era algo bastante sorprendente, incluso luego de varios días de codearse con ellos, de trabajar en todos esos asuntos burocráticos, que Victor no hace falta decir, encontraba de lo mas aburridos. Poco interesantes y que al fin y al cabo, no solucionaban nada para los seres humanos. Victor siempre había demostrado ser un hombre reacio para con la burocracia, para con los asuntos políticos y demás. El siempre había sido un lobo solitario, que de cuando en cuando cooperaba con otros para cumplir objetivos variados. Un lobo solitario, que no dudaba en guiar cuando fuera necesario. Pero ahora, estaba rodeado de cachorros, no de lobos. De muchos tipos que simplemente estaban en sus puestos políticos por nada mas que su habilidad a la hora de manejar mentes asustadas por un contexto realmente atemorizador.

Los pocos que allí se encontraban, eran los mas nuevos. Por motivos de traición, suicidios o simple deserción, algunos de los altos puestos en el ejército habían quedado disponibles, vacantes. Por lo que aquellos que habían sido elegidos para suceder a los anteriores oficiales, debían hacer actos de presencia de forma constante. La gente de importancia y el pueblo, debía verlos para así mantenerlos en sus puestos por mas tiempo. Si eran aceptados, podrían ejercer sus poderes con mayor eficiencia. Victor para su suerte, ya se había armado una imagen pública, desde antes de que todo el apocalipsis cayera sobre la tierra. Ahora que el era el líder, la imagen del mismo, había sido muy bien recibida también.

De todos los que pudieron haber asistido, Victor, no estuvo en las consideraciones de ninguno, ciertamente.

Al ingresar en aquél salón con un par de sargentos a sus espaldas, el Comandante sonrió y saludó a todos los oficiales que lo recibían de pie y con brillo en los ojos. Victor estrechó la mano de cuanto caballero y señorita se encontró para luego pedir que todos se calmen y que tomaran asiento. Presumiblemente el Dr. Goodchild estaría por llegar a la sala de conferencias. Victor tomó asiento en la tercera fila, con ambos sargentos a su lado, uno de cada lado, por supuesto. Sonrió mirando de reojo a cada uno de ellos y se quedó espectante de la entrada del anfitrión de aquél evento.