Anastasia Rossencroft

¥ Una ballesta de plata, junto a una docena de flechas envenenadas.
¥ Un par de pistolas H&K, con varias municiones de plata y balas UV.
¥ Dos dagas negras que pertenecieron a su padre.
¥ Un pequeño relicario de plata, que contiene las fotografías de sus padres y su hermano.
¥ En su hogar, mantiene escondidos varios libros escritos por sus ancestros. Son una serie de diarios que intenta traducir, en pro de encontrar alguna esperanza para su mundo.

“Los inmortales siempre han sido demasiado osados, arrogantes y prepotentes… Sin embargo, aquello les llevó a cometer la estupidez más grande, por la que todos pagamos con sangre, dolor y muerte…”

Una vez escuché, que las parcas sortean el destino de la humanidad, en un simple juego de barajas… Ríen, susurran, aplauden, celebran… Mientras que el mundo recibe el sumiso abrazo de la muerte y se prepara para la orgía de terror, dispuesta en un colorido banquete para los seres infernales.

¿Quién lo diría? Que toda la humanidad perecería, ante la ignorancia de una sanguijuela maligna. ¿Respeto? ¿Qué clase de respeto podría sentir por un idiota que fue arrastrado por el vicio y el poder, y a cambio, privó a la humanidad de su preciado hogar y sus seres queridos? Los demonios no son un juego. Son seres viles, seductores, destructores y maquiavélicos. Ningún vampiro, licántropo o humano, tiene el poder suficiente para detenerles o refrenarles. Y eso, lo estamos experimentando, con cada anochecer que pasa y paladeamos el sabor del miedo que se impregna en nuestros corazones.

¿Aun quieres saber mi visión?

Ven… Adéntrate en mi mundo… Escucha el sonido desgarrador de una raza clamando por clemencia, cuando no existe nadie a quien le importe y nos utilizan como jugosos frutos mortales. La expectativa de vida es incierta. El temor cabalga en nuestros corazones, mientras la oscuridad se esparce por nuestro mundo y resistimos los embates desde todas direcciones.

¿Conoces el miedo? ¿El dolor? ¿La desesperanza? ¿Has visto los ojos de una madre, cuando acuna el cadáver de su hijo contra su cuerpo? ¿Has visto el llanto de un infante, cuando cae la noche y el silencio fúnebre lo arropa en el suelo? ¿Conoces esa sensación de desconcierto, cuando ya no te queda nada en el mundo y rezas por la clemencia de la muerte?

He visto lo que se oculta en la oscuridad… He escuchado los feroces susurros del pasado y me han señalado el camino de la humanidad: No somos alimento para inmortales… No somos el sacrificio para los seres infernales… Somos humanos… Los únicos capaces de sentir esperanza en la adversidad, alegría en la penumbra y valentía en la oscuridad… Esa es nuestra fuerza… Nuestra resistencia… Nuestro verdadero poder…

Lo único que garantizará nuestra supervivencia…

Anastasia es una mujer recia, decidida, tenaz e inteligente. No repara en capítulos, cuando se trata de obtener lo que quiere. Siempre intenta verle el lado positivo a las situaciones, por lo general, cada momento esconde una oportunidad invaluable y es de quien la tome. Es caprichosa, vanidosa e imponente. La palabra “miedo” no compone su diccionario personal, aunque en el fondo teme a la soledad y a la muerte. Pero jamás lo dice.

Es conocida por ser impetuosa, apasionada e irreverente. No acepta un “no” como respuesta y jamás se da por vencida ante cualquier obstáculo que pueda aparecérsele. Es detallista, minuciosa y cautelosa. Ana es una mujer perfeccionista, que utiliza los detalles simples de la vida para engendrar el arte más exquisito en la pintura y escultura. Toca el piano con destreza, al igual que es poseedora de una voz angelical y melodiosa.

Es una guerrera experimentada y sus armas favoritas son: Las dagas, el arco y la flecha y la lanza. No es muy dada con las espadas, aunque le gustaría aprender a utilizarlas. Posee un especial don con las armas de fuego, las ballestas y los explosivos

Es sarcástica, irónica y retorcida. Siempre realiza un chiste retorcido de la vida y se ríe de las desgracias cotidianas. Es alegre, desinhibida y extrovertida, aunque tiene un repertorio amistoso bastante corto a lo largo de su vida.

Detesta a las personas fanfarronas, estiradas y demasiado apegadas a las reglas. La vida es demasiado complicada, como para sumarle un sinfín de lineamentos por los cuales deban regirse. Anastasia es una humana orgullosa. Disfruta la magia que discurre por sus venas y los instintos primitivos de su raza. “No nací para ser la mascota de ninguna raza… Por ello nací libre y moriré de la misma manera…” Sin embargo, su secreto mejor resguardado, radica en los dones que la naturaleza le ha otorgado y que no revela bajo ninguna circunstancia ante cualquiera que pueda atravesársele en el camino. Incluso, antes de ser atrapada por los vampiros y utilizada para sus fines oscuros, gustosamente se quitaría la vida y evitaría liberar al regente demoniaco, quien debe permanecer encerrado en otro plano ajeno al mundo y a sus supervivientes.

Birmingham – Reino Unido
31 de Diciembre del año 1999

El reconocido magnate, Assiel Rossencroft y su adorada esposa Victoria, celebraban la culminación de un prospero año en las inmediaciones de su mansión en Inglaterra, donde muchas personas acudieron al festejo, en una marejada de alegría, regocijo y un tanto de hipocresía. Risas, vítores, brindis, música, comida, bailes y un derroche de ostentaciones magnificas, desfilaron por los salones y pasillos de la vivienda, mientras los niños presenciaban el despliegue de pirotecnia desde los acolchados castillos inflables en los jardines principales.

Para aquel entonces, Anastasia apenas tenia 11 años y aún podía percibir el aroma de las galletas recién horneadas en la cocina, la fragancia exquisita de su madre, la sonrisa amplia en los labios de su padre y la preciada voz de su hermano Dastian.

Cuando tan sólo faltaban cinco minutos para la media noche, cuando todos se habían reunido en el esplendoroso salón de bailes y aguardaron impacientes por la llegada del año entrante. Sin embargo, Anastasia estaba nerviosa, impaciente, temerosa… En parte, por un sueño extraño que había tenido antes y que no le había dejado dormir por varias noches.

-Dastian… ¿Será cierto que el mundo se acabará con la llegada del nuevo milenio?- Los ojos azules de la niña se abrieron de par en par, mientras su hermano reía y la tomaba de la mano con suavidad.

Sus padres se acercaron de inmediato, encerrándolos en un fuerte abrazo cándido, mientras las campanadas rasgaban los cielos y las voces de los invitados, resonaron como un solo rugido por el mundo entero…

12… 11… 10… 9… 8… 7… 6… 5… 4… 3… 2… 1…

Y entonces… Un trueno atravesó los cielos de ébano y la tierra conoció el verdadero significado del miedo.

Toronto – Canadá
15 de octubre del año 2007.

Llanto… Pena… Dolor…

El mundo había sucumbido ante las sombras, y no existía un Dios que atendiera sus súplicas e hiciera uso de la justicia divina. Hasta los momentos, todo lo que conocían había sido reducido a cenizas y sus seres queridos, morían horriblemente con el avance de los días. Las noches eran demasiado frías y las bestias inmortales los acechaban incansablemente, mientras desgarraban la esperanza latente de sus días y acababan con la valentía de las almas mortales.

Ahora eran ratones… Temerosos y silenciosos, que no deseaban escapar de sus madrigueras y oraban por la clemencia de una rápida muerte.

Pocos días habían pasado, desde que Dastian y Anastasia enterraron a su padre. Su madre había perecido hacía pocos meses, y ahora, solo se tenían el uno al otro, para cuidarse mutuamente. Con el paso de los años, Dastian se había convertido en un cazador formidable, mientras que Anastasia, enloquecía con las terribles visiones que palpitaban en su mente y las voces que le susurraban cosas demasiado horribles durante sus ensoñaciones.

Aquella tarde, un pequeño grupo de supervivientes finalmente se aventuró a salir a las calles, en busca de provisiones y cualquier cosa que pudiese servirles. Sin embargo, entre ellos existía un traidor, que a cambio de la inicua salvación, vendería al resto y los abandonaría a su suerte durante la última travesía de los mortales. Dastian lideraba al grupo con suprema cautela, mientras que Anastasia avanzaba con un temor arraigado entre pecho y espalda, y permanecía atenta a los sonidos que reptaban por cada lado de la senda nebulosa.

-El Señor es mi pastor y nada me falta. En prados de hierba fresca me hará reposar, me conducirá junto a fuentes tranquilas y reparará mis fuerzas. Me guiará por el camino justo, haciendo honor a su Nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque Tú estás conmigo.-

Sin embargo, las dadivas no fueron suficientes, para predecir el peligro que les pisaba los talones.

Una manada de lobos emergió desde los oscuros callejones, atacando a diestra y siniestra, mientras se desbordaba una oleada de gritos, terror, maldiciones y sangre. El grupo se dispersó en medio de la masacre, mientras que Dastian y Anastasia corrieron por un ruinoso paraje y se vieron acorralados en medio de un puente levadizo. Aquel viaducto, comunicaba la ciudad de Toronto con Detroit – EEUU. Sin embargo, la leva estaba a lo alto y solo quedaba el vacío entre los extraños, cuyo fondo era el gélido lago de Ontaio.

Anastasia tomó la mano de su hermano, como lo había hecho en antaño, tragando con dificultad sus temores y asumiendo la culminación del dolor que la consumía por dentro. «Vive…» Una voz iracunda resonó desde el interior de su mente, justo cuando las bestias aparecieron frente a los mortales y Dastian empujó a su hermana por el borde del puente.

En aquel momento, la joven alargó su mano para alcanzar a su único pariente, mientras caía de espaldas al vacío y memorizaba su rostro sonriente. Las lágrimas inundaron sus ojos azulados, gritó hasta paladear el sabor de la sangre, se retorció, luchó, agonizó… Pero el tiempo no podía ser retrocedido… Tras un fiero golpe del agua contra su cuerpo, y una batalla agonizante bajo la marea glaciar del lago, Anastasia emergió únicamente para escuchar los gritos y luego un silencio fúnebre, que atravesó sus sentidos y la paralizó en el acto…

Dastian… Su hermano… Estaba muerto…

Nueva York – Estados Unidos.
13 de octubre del año 2014.

Muchos años habían pasado, desde Anastasia había llegado a Nueva York e intentaba erigir una vida, que diariamente perecía ante los agónicos recuerdos y los susurros de los fantasmas de antaño. Cada día, recordaba el momento en que los militares la encontraron a las orillas del lago y le brindaron la protección oportuna, antes de llevarla a la madriguera, donde anteriormente se había ocultado de los peligros circundantes.

Ellos buscaban sobrevivientes, pero ella, aun tenía la esperanza de encontrar a su hermano, o al menos, su cadáver para brindarle sepultura. Sin embargo, la madriguera era una fosa común de cadáveres, desgarrados, desmembrados y con el terror tallado en sus rostros putrefactos. Pero Dastian no se encontraba entre ellos… Nadie había podido escapar ante el asalto de los lobos…

Anastasia apenas tuvo tiempo para empacar sus pertenencias y algunos recuerdos marchitos, antes de partir hacia un rumbo desconocido, donde muchos mortales se guarecían en el último bastión, que había resistido a los embates del destino: El Fuerte Nueva York.

Desde ese entonces, Anastasia estuvo a salvo, bajo la tutela de uno de los militares que la había encontrado y que compartía el sentimiento de duelo, a causa de los seres antinaturales que plagaban el mundo y lo comandaban a su modo bizarro.

El General Andrew Clark, adoptó a la joven, como la hija que perdió hacía un par de años; La instruyó con el uso de armamento bélico, le dio a su alma el sustento para hacer frente a la adversidad y aplacar el dolor de los recuerdos. Le otorgó el don del conocimiento, la guio por la senda del amparo, alimentó su cerebro con datos prohibidos… E incluso, descubrió la secreta naturaleza de su pariente adoptiva y le ayudó a incursionar en el camino del ocultismo y el misticismo.

En la actualidad, el origen de Anastasia es un completo misterio. Lo único que se sabe de la mortal, es que es la hija adoptiva del General y que lleva una vida corriente y de lo más normal. En poco tiempo, la joven desamparada se convirtió en mujer, obtuvo su titulo como medico cirujano en la universidad y reniega completamente acerca de la interacción social. Pocas personas han llegado a conocerle realmente, sin embargo, el pasado, el presente y el futuro, es un secreto que únicamente será revelado en la oscuridad de su mente.

En su vida, solo permanece latente la esperanza de la muerte…