A shot in the dark...

por Invitado Jue Oct 04, 2012 2:50 am

Territorio de lobos | Medianoche

La oscuridad de la noche, tan letal y extraña, una compañera peligrosa pero digna. La pelirroja avanzaba con tranquilidad por aquel camino solitario y levemente pedregoso, el camino que llevaba a un territorio de lobos, un territorio que no era para cobardes. Adh no conocía esa palabra ni mucho menos ese sentimiento de miedo que solían sentir las personas al encontrarse con dichas criaturas, no era la sensación excitante de estar expuesta al peligro, era quizás la aparente comodidad, junto a ellos ella se sentía completa aunque estaba claro que ella jamás podría pertenecer a esa familia. Lo entendía, entendía que para muchos aquello fuese una maldición pero en su mente, en sus más íntimos pensamientos, la verdadera maldición era no sentirse del todo completa. Pasar el rato allí durante las noches la tranquilizaba y los lobos no se mostraban hostiles, todo lo contrario tenía con ellos un lazo poco común.

Se acercó con sigilo a un tronco que se encontraba ubicado bajo un viejo árbol, le gustaba ese lugar, podría notar que cada animal de allí se sentía tan libre como ella. Se sentó y observó a su alrededor, oscuridad absoluta, lo poco que se veía era debido a un pequeño foco que se ubica a unos metros de ella. Aún llevaba los guantes puestos, le dolían los puños, había pasado horas entrenando a esfuerzo máximo, a veces creía que entrenaba para nada, se estaba preparando para algo pero… ¿Para qué exactamente? Ella no tenía la necesidad de pelear en ninguna guerra, no pertenecía a nada ni nadie, no le correspondía… de alguna forma sentía la necesidad de estar alerta, lista para cualquier cosa que pudiese suceder. Una cazadora no podía bajar la guardia aunque en ese instante, en ese mismo segundo pareció que todo se detenía, que el tiempo no corría y en su mente se preguntaba una y otra vez si era eso lo que realmente quería hacer con su vida. Cazar o ser cazada… esa era la cuestión. Todos sus pensamientos se vieron interrumpidos al sentir una latente respiración sobre su muñeca. Fijó su mirada en el animal de pelaje grisáceo, mantenía una mirada astuta pero noble. Se sacó los guantes y le acarició la nuca, el lobo se sentó junto a ella, convirtiéndose en su compañero en aquella noche.

por Invitado Vie Oct 05, 2012 2:25 pm

Aquel era un magnifico cuadro que cautivo por completo mi atención, de inmediato tome mi cámara que por costumbre colgaba de mi cuello, la ajuste para capturas nocturnas e hice unos cuantos disparos cuyo resultado iba verificando en la pantalla. Me encontraba a una distancia prudencial, pues a pesar de lo mansa que parecía esa bestia plateada posando su cabeza en el regazo de la joven no me inspiraba confianza.

Mi mala suerte no parecía del todo ruin esta noche, me había perdido, si, y de algún modo acabado a mitad de aquel zoológico sin la más remota idea de cómo regresar a mi departamento, pero tenía unas magnificas fotos que bien podrían valer el dolor de pies que tendría en unas horas cuando hubiese caminado media ciudad en busca de mi residencia en vista de que mi billetera junto con mi pase de autobús y dinero en efectivo decidieron en algún tramo del trayecto, aventurarse por si mismas a explorar la ciudad lejos de su desamparada dueña que ahora no podía siquiera llamar un taxi para devolverse a donde inicio su viaje.

Claro que mi jefe no estaría igual de feliz que yo, el había sido muy especifico, quería fotografías impactantes, algo como un vampiro a mitad de un sangriento y depravado banquete, arrancándole la cabeza a un humano o bebiendo del cuello de un bebe, la clase de cosas que permiten escribir historias morbosas disfrazadas como crónicas y vender miles de ejemplares a humanos hambrientos de historias retorcidas y macabras. Para complacerle siempre podría tomarme una foto yo misma cuando irremediablemente corría al encuentro de aquellas criaturas en busca de unas gotas de su preciada sangre, por mucho que me avergonzara había llegado a rogar y aunque de buen grado me concedieron unas gotitas a cambio de varios milímetros de la mía era demasiado pecosa, demasiado pelirroja, demasiado torpe e insulsa para que cualquiera de ellos considerase hacerme su vasalla, cosa que agradecía, apreciaba mi precaria libertad, como la aun más precaria reputación que aun poseía, mi jefe aun no sabía que me había convertido en una adicta, ni lo sabría mientras de mi dependiera.

Trate de retirarme despacio, no quería interrumpir la escena, menos cuando aquel lobo podría encontrarse hambriento y mis huesos parecerle ideales, sólo que mi falda se atoro en una rama dándome un tiron que me hizo perder el equilibrio cayendo estrepitosamente al tiempo que mi peso rasgaba la tela de la prenda atascada.

* Meses	OUTLINE
	Memento Mori

A shot in the dark...

A shot in the dark...

Re: A shot in the dark...