Alessa Aristides

Cámara Fotográfica
Barra de cereal
Picana Eléctrica
Mr. Whiskers III

Las tinieblas se han abierto para revelar ante nuestros ojos algo que quizás no estábamos aun listos para conocer. El horror camina impunemente por las calles mientras las pesadillas anidan en mi almohada, observo a través del cristal empañado una ciudad hambrienta de incautos que esta noche quizás no regresarán a casa.

Existen dos aspectos en mi personalidad, por una parte me muestro como una persona positiva, afirmando ante el mundo que me encuentro perfectamente bien, sonriendo como si la vida fuese perfecta y dichosa, pero bajo la aparente calma se oculta una persona llena de inseguridades, con una visión pesimista del mundo que le rodea, aguardando la desgracia a cada minuto, desconfiando, temiendo, mas conteniendo todo esto apenas en mi interior.

Si fuese a sintetizar toda mi vida y todo lo que soy quizás podría simplemente decir que soy “la chica de la mala suerte”, por exagerado que pueda parecer, si, es eso exactamente lo que soy. Sin embargo a pesar de los huesos rotos, los constantes tropezones y la tendencia a romper cualquier cosa de algún valor, llevaba una vida medianamente satisfactoria hasta dos meses atrás cuando todo empezó a ponerse peor…

Siempre me ha gustado la fotografía, de pequeña mi padre me dio una Polaroid con la que de inmediato le hice algunas instantáneas a mi gato Mr. Whiskers, naciendo así mi amor por la captura de imágenes y mi vocación hacia esta profesión, desde entonces he dedicado mi tiempo y esfuerzo a convertirme en una fotógrafa profesional. Todo parecía ir bastante bien cuando logre que me emplearan en una importante revista Londinense como aprendiz, poco a poco estaba consiguiendo notoriedad para mi trabajo y las perspectivas de conseguir que me encargaran pronto algo de más importancia eran buenas hasta que ocurrió aquello.

En mi defensa quiero decir que no ha sido totalmente mi culpa, cuando uno esta maldito esta clase de cosas pasan, alguien etiqueta mal los químicos y de pronto el cuarto obscuro y todo el piso están en llamas, por supuesto ningún jefe aceptaría tal explicación cuando hay millones en perdidas.

Mi extremadamente corta carrera parecía truncada por un incidente sin victimas fatales hasta que mi jefe propuso una solución más atractiva que convertirme en fotógrafa de bodas y bautismos, me enviaría a America, más precisamente a Nueva York, como fotógrafa y corresponsal de la revista para cubrir los sucesos acaecidos en aquel nido de vampiros.

Con mi suerte aquello parecía más una condena de muerte que la oportunidad de hacer algo grandioso, sin embargo no estaba en posición de negarme. Hice mis maletas, conseguí una jaula cómoda y grande para Mr. Whiskers III y me embarque en el primer vuelo rumbo a mi destino.

Podría continuar narrando los pormenores de mi llegada a la ciudad y el como ahora me encuentro experimentando incontrolables ansias por unas gotas de sangre de vampiro, pero presiento que sería alargar demasiado este relato, así que me limitare a decir que “El” parecía un chico completamente normal, aunque mortalmente atractivo y que admito que debí sospechar que no podría salir nada bueno de un extraño que se muestra demasiado gentil, pero lo hecho, hecho esta…