Encuentros destinados

21 de junio

Nocturno


Las calles de la ciudad se encontraban un poco transidas por cuanta gente caminaba. Desde las esquinas se veían grupitos de personas compartiendo los placeres de la noche. Podìa observar desde mi ventana, del cuarto piso de un pequeño departamento en el que comencé a vivir hace dos días. El lugar no estaba tan mal además de que me quedaba cerca de la cafetería donde yo trabajaba ya por algunas semanas.
Un retorcijón en el estómago se me presentó en esos momentos cuando recordé porque estaba en casa ha estas horas y no en el trabajo. El día de ayer comencé a actuar con mucha torpeza mientras atendía a los clientes. Consecuencia por el cual mi jefe me ordenó obligatoriamente que me diera el día libre hasta hoy por las horas extras que estuve trabajando en su Cafetería.

Tome una inspiración profunda y miré la luna, su reflejo era tan brillante que las zonas mas oscuras eran alumbradas por su majestuosa luz. Pero este retorcijón que sentí hace pocos minutos se trataban mas bien de aquel recuerdo que me venia perturbando, robándome el sueño totalmente del cual no podía estar tranquila, porque ante mi, por primera vez había tenido una visión totalmente extraña. Muy diferente a las que puedo ver en los clientes que acuden a que les lea el futuro.

¿Qué significaba esto…?
Ayer cuando estuve leyéndole la mano a un nuevo cliente en el momento que la cafetería estuvo desocupada, un rostro que no era el de la clienta que estaba enfrente de mí apareció de repente.

¿Quién es esa muchacha?
La angustia se apoderaba de mí y no solo por el hecho de lo que vi en ella si no de lo que se venía después. Traté de meditar la situación una y otra vez…

Me alejé de la ventana dispuesta a tomar un poco de aire o tal vez hacer algo productivo. Cuando tomé mi violín de la silla de madera y mi otra mano tomó la perilla de la puerta un flash de lo anterior visto vino en esos momentos. Sangre en mis manos, demasiada sangre. Salí antes de ser presa a un colapso nervioso.
Caminé por las calles sin rumbo fijo, había oído que en estos lugares era frecuentado por algunos artistas y ya algunos residían en estas pequeñas localidades. Algunas cuantas personas rodeaban las veredas y los autos transitaban normalmente. Con mis atuendos gitana seguí mi camino hasta que me detuve en una esquina exactamente donde había un pequeño hombrecito tocando una guitarra. El ánimo de tocar en esos momentos se apodero de mí y sin más preámbulo con el fin de despejar mi mente empecé a tocar el pequeño violín que traía conmigo.

Muchas veces se dice que antes de una terrible tormenta, se produce una calma agobiante, en donde todo parece normal, y Temperance estaba en medio del ojo del huracán, antes de que todo reventara. Pero ella era feliz, en su mundo, que a pesar de las cosas que pasaban, y que la ciudad aun estaba convulsionada sin embargo lentamente iba hacia la calma, y con eso, también la joven.

Además, su carrera de músico incipiente iba bastante bien, estaba siendo reconocida como un talento nuevo en el New York que había sobrevivido al claustro impuesto por las autoridades. Por primera vez en su vida, ella lograba disfrutar un poco de su vida, pero los sueños, extraños sueños en los últimos días comenzaban perturbarla, pero aún imperceptiblemente, porque a pesar de despertarse asustada, no lograba recordarlos al despertar. Era la falta de sueño lo que se estaba viendo, algo más ojerosa, algo más pálida, pero aún sonriente como una niña pequeña.

Era tarde, pero estaba a sólo unas cuadras de casa, Vladimir debería estar trabajando seguramente, se encontrarían en casa. Ella iba silvando, a su lado, iban dos niños jugando, dos fantasmitas que la acompañaban hasta la casa, y se reían del silbido de ella, decían que no sabía hacerlo, e intentaban enseñarle, mientras Temperance disfrutaba de su helada compañía.

- Mira Tempe.- dijo uno, y el otro desapareció para aparecer cerca de la gente

- un músico, me gusta! - esclamó el otro chico, metiéndose y traspasando a la gente.

- ¿vamos Temp? - exclamó el fantasma y se fue detrás de su hermano, Temperance se río y se fue tras de ellos, quedando detraás de la gente que escuchaba al músico, sin poder ver, y por más que intentara empinarse, no podía ver al músico, pero si escucharlo. Y ahí, entre la gente, pudo distinguir un aura distinta a las otras, se fue moviendo hasta dar con una jovencita de largas faldas y el cabello suelto y libre. La quedó admirando un instante hasta atreverse a acercarse a ella.

-ho...hola?- le dijo, llamando su atención -¿te gusta la música? - le preguntó de sopetón, mirándola, estaba encantada con su aura y sus colores, por eso se había cercado así.

La melodía que el hombre tocaba llenó por completo mis sentidos de entusiasmo y yo compaginé de pronto con su música. Estas eran una de las pequeñas cosas que aún me hacia sentir humana y olvidaba por completo mi verdadera identidad.

La gente comenzó a acumularse cada vez más alrededor del músico y todos sonreían alegres. En esos momentos en que me dejé poseer por el ritmo melodioso del violín una voz realmente cálida y dulce llegó a mis oídos de repente.
Levanté la vista y delante de mí entre la gente una muchacha con una belleza pura y rostro gentil me miraba con un brillo en sus ojos. Dejé de tocar no sin antes darle un lindo final a la melodía que para esos momentos el músico terminó a la par conmigo. Las personas empezaron a aplaudir, pidiendo por más.

Me permití bajar el violín luego de sonreirle a la joven.

- !Hola! .- la muchacha me había sorprendido de repente -Si, realmente me apasiona.- le volví a sonreír y rápidamente le di un escaneo disimulado con la intención de comprobar si era uno de ellos. Más solo era una humana cálida lo podía notar en su rostro y en los latidos normales de su corazón con los sentidos agudos que poseía. Sin más preámbulo le tendí la mano con la finalidad de presentarme.

Que curioso hay algo en ella que me resulta familiar...
-Mi nombre es Dafnée .- le sonreí con la mano estirada esperando su saludo .- por lo que veo te agrada mucho la música ...

Un encuentro de lo más normal, dos personas que hablaban en medio de la calle, nada más, Temperance le sonrió a la joven tras su caluroso saludos, habían pocas personas que se mostraran tan abiertas y acogieran con tanta ternura a alguien que no conocían. Temperance era así, aunque por un momento lo había perdido, cuando creyó que los Brotherhood, y en especial Everett acabaría con ella. Pero ya no, estaba tranquila, cada día que pasaba, sentía que recuperaba esa existencia que por su calidad de "vasalla" había perdido.

La chica miró a la curiosa muchacha, nunca antes había visto a alguien de su condición, por lo que le pareció extraño que su aura, a pesa de eser hermosa y vibrante, fuese ligeramente más pálida, pero no tanto como al de un vampiro. ¿era acaso que ella era mitad vampiro?, Había leído sobre ellos, pero jamás se había encontrado con uno.

-mi nombre es Temperance...- se presentó y movió el estuche de su cello detrás de su espalda cuando al joven mencionó que le gustaba la música -estaba presentándome no lejos de acá, pero veo que a ti también... el músico adoró tu interpretación- le sonrió la joven, y vio su mano extendida, Temperance alargó rápidamente su mano para estrecharla -oh.. lo siento, un placer Dafné- cierra los ojos al sonreir moviendo su mano.

Escuché sus palabras atenta pero cuando estaba a punto de responderla fui presa del recuerdo de una visión que me atormentaba. Cuando su mano hizo contacto con la mía. La maldición de aquella visión provocó un estado congelado en mi interior. Aquella muchacha se reflejaba en mis visiones, un rostro con mucho dolor y lleno de agonía.

Oscuridad en el cielo fué lo que volví a ver en esos momentos, una lluvia ácida volvió a caer sobre los pastos, sobre la ciudad. No está vez... no era lluvia ácida... aquello era sangre. La luna desaparecía ante mis ojos y todos aquellos individuos que eran bañados por la lluvia de sangre caían lentamente, haciendo que sus cuerpos se desintegraran como si de una polilla se tratase.

Fue entonces cuando me alejé de su agarré un tanto asustada, mis ojos la miraban expectante y angustiada. Mi corazón empezó a latir desbocado. Miré a mi alrededor por unos segundos, sintiéndome confundida.

-Perdón, es solo que sentí... algo extraño cuando te toqué....- tragué saliva antes de pensar claramente lo que le iba a decir a la chica que apenas acaba de conocer. Debía pensar bien las cosas. Los aros de mis muñecas tiritaban cuando mis mano recayó al costado de mi cintura. Traté de sonreirle.

¿Qué debía hacer
- Yo... - Mi mente estaba confundida y aterrada que me olvidé de todos y solo mantuve mi mirada en la joven.

Ambas chicas se estrecharon las manos, Temperance, estaba distraía y al tocarla, apretó un poco tan solo, moviendo la mano de la chica de arriba hacia abajo completamente ajena a lo que estaba pasando con Dafne, hasta que la joven de melena enmarañada, se echó haca atrás, demasiado exaltada como para que sólo hubiera sido algo que le molestara por ser meramente tocada. Temperance levantó las cejas y quedó con la mano extendida, mirando fijamente a la brujita y terminó encogiéndose de hombros, y abrázandose así misma.

-¿ves cosas que los demás no pueden ver cierto?- le pregunta mirándola fijamente a los ojos, y caminando unos pasos más delante, alejándose del grupo de personas que seguía escuchando al músico que volvía a tocar una de sus entusiastas melodías.- lo siento... - le dijo a Dafne, esperando que la siguiera .- ¿quieres caminar un poco?- le pregunta cordialmente,

Para Temperace era claro que la joven podía ver cosas que otros no, sus palabras la habían puesto en evidencia, pero no sabía si era como ella, si podía ver fantasmas, pero quizás de ahí era el color de su aura. Se encogió de hombros, ¿y si tenía poderes excepcionales, podría "abrirle sus ojos" como lo hiciera con Pietry? No, eso sería condenarla, pero mayor condena debía ser el sentir cosas que no vez pero que sabes que existen. Temperance le sonrió con cierto recato, esperando realmente que la hasta ese momento, completa desconocida, la siguiera.

La pregunta llegó rápidamente a mis oídos como una bala y la calma vino a mi cuerpo lentamente. Estaba completamente segura que ella notó mi descompostura ante su tacto y debía ser muy inteligente antes de responder cualquier pregunta si no estaba segura del todo. Sin embargo lo que acabé de ver nuevamente me decía que no era un visión absurda de la cual deba dejar de lado así por así. Pero esta chica ante mi era una pieza clave a lo que había visto, debía prevenirla no tan directamente porque era posible que no me creía.

A mi alrededor parecía que eramos ignoradas cuando el músico siguió con otra melodía algo que agradecí entonces me enderecé completamente tomando mi violín y guardándolo en su estuche no sin antes decirle a la joven.

-Claro caminemos .- comencé a agilizar el paso lento esperando que se pusiera a mi lado y poder alejarnos de allí.

-Contestando tu pregunta anterior .- interrumpí el silencio que estaba empezando a tornarse algo largo.- Soy gitana y antes que nada ¿Cúal es tu nombre y cómo es que andas sola por estos lados? .- mi pregunta tal vez debió sonar atrevida pero intenté saber algo de ella antes de entender a plenitud lo que estaba por prevenir.

Temperance movió sus hombros hacia atrás, y le sonrió, quería hacerla sentirse más tranquila, ella recordó como se sintió cuando aquellas imágenes antes del festival la traían muy asustada. Había sido una época oscura y terrible para Temperance, pero ya estaba saliendo de todo aquello, en un mundo que parecía ser más pacífico para ella. Caminaron alejándose del tumulto de personas, a lo lejos aún podía escucharse sus voces y sus risas, Temperance suspiró, y miró a los ojos a la chica.

-me llamo Temperance, pero puedes llamarme Temp, como lo hacen todos....- le sonrió con mayor alegría, iba a darle la mano, pero prefiere no tocarla para no producir el mismo efecto desagradable en la joven de hace un rato.

-pues no vivo lejos de aquí, y por eso camino sola, pero tú también haces lo mismo, ¿estas quedándote por aquí cerca? - le pregunta, ya se estaban acercando a la casa donde se estaba quedando Temperance, y la chica esperaba el mejor momento para hablar con la joven sobre lo que había visto porque podría ser información valiosa para todos, tal como lo hicieron sus visiones, aunque nadie la escuchó.

Escuché atenta a su respuestas sin interrumpirla y fui consciente de como intentó presentarse con su mano pero pareció que el incidente anterior la detuvo. Esperaba no haber parecido que me desagradaba aquel gesto, tal vez ella debía saber el porque repentinamente esa sensación de frió y horror se reflejó cuando nuestras manos se tocaron.

-Ahora entiendo .- fijé mi vista por unos segundos cuando nos detuvimos en una casa que para ser sinceros no era nada común.- Yo realmente estoy aquí por poco tiempo como suele pasar siempre. Como verás, las gitanas no solemos tener un hogar estable. .- dejé de mirar la casa y entonces le miré, tocando levemente su hombro para captar su atención -Temp.- me tomé el atrevimiento de tutearla.- Tal vez no seas una creyente de las palabras de una desconocida.- levanté las cejas a medida que hablaba - Justo ahora que no hemos conocido, que la verdad no se si tomarlo como obra del destino.- vacilé un poco antes de seguir.

-Pero... lo que vi en tí, al tocarte no es la primera vez que pasa, yo ví tu rostro con anterioridad.- bajé la mirada, liberando su hombro para luego aclarar mi garganta.- Veo cosas, si... veo el futuro de muchas personas. Pero no puedo ir corriendo y decirlo a todo mundo porque... es algo que lo he tomado como un trabajo para convivir entre los demás, puede que no me creas.- sonreí un poco.

- Apuesto que no eres una chica ordinaria, tienes algo muy especial que te hace diferente de las personas que he conocido durante mi estancia en estos lugares. Eres ¿ eres una vasallo?- miré a mi alrededor.

-Tal vez estoy siendo muy imprudente.- murmuré para luego fijar mi vista en ella un poco nerviosa puesto que empecé hablar sin controlar el tiempo a que ella dijera algo ante mis atropellada forma de hablar. Tal vez estaba nerviosa porque no estaba tan segura si era el lugar indicado para hablar o era el miedo a como ella tomaría mi confesión

El tiempo se detuvo, y la gente comenzó a caminar más lento, aquel encuentro entre ambas chicas parecía haber sido esperado por siglos. El mundo contenía el aliento esperando el desenlace de aquel evento que en las calles de la ciudad se desarrollaba, como tantos otros encuentros que pasan desapercibidos. Este en cambio, marcaría la vida de las dos, y entrelazaría sus destinos.

Temperance no era consciente de la importancia de haber conocido a Dafné, pero si sentía que con ella algo intenso pasaría, tal como lo sintió cuando conoció a Pietyr, era la misma sensación de fuego en su espíritu, como si sus almas estuvieran vibrando en la misma sinfonía y eso podía significar que aquella chica tenía la misma habilidad de Pietyr, pero dormida, una latencia a un poder inconmensurable, incluso para un espiritista, que muchas veces no comprendía su propio poder.

Estaba tan absorta en esas ideas que había perdido la atención de la misma chica, solo volviendo donde ella cuando Dafne tocó su hombro, Temperance, la miró, y le sonrió ligeramente sonrojada y se dio cuenta donde estaban paradas, pero no reconoció aquel edificio, quizás, era donde vivía, pero Dafne le dijo que era gitana. Temperance miró una de las ventanas y ahí, una mujer estaba mirando a las dos chicas, era un fantasma de una mujer ya anciana que tenía un rostro agradable.

-el mundo está más lleno de misterios de lo que nosotros podemos ver y creer- se encoge de hombros, y se toma del brazo de la chica, para seguir caminando -fui una vasalla, Dafné, pero por amor renuncié y me opuse a aquello, - hubo un brillo sobrecogedor en su mirada, era el fuego dle amor -y te creo... también he experimentado lo mismo antes, Dafne, el ver cosas de un futuro, pero nadie me creyó.. y sé que no mientes, lo siento...- miró atentamente a la chica y colocó su dedo índice en la frente de ella.

-puedes ver cosas que no comprendes... cosas de un futuro, no es sólo... algo que has aprendido, sino que has nacido con ello...¿cierto?- mojó sus labios, había tocado el tercer ojo de la chica, el mismo que Temperance tenía abierto completamente pero Daf lo tenía a medio abrir -¿que has visto?... si son cosas malas, debemos informarle a alguien, y sé a quien- pensó en Zad y en Pietyr, cuando sucedió lo del Winter Festival, ella lo supo desde antes, pero no hizo nada, ahora, sería distinto...

Cada palabra salida de sus labios las escuché con mucha atención, entonces sonreí. No me había equivocado ella no era una chica ordinaria y me vi realmente relajada al saber que no iba hacer difícil hablar de lo que ví.

-Es bueno saberlo, Temp...- sonrio - No estaba segura de que hubieran personas que vieras cosas que una persona ordinaria no ve en realidad.- le quedé mirando pero entonces la preocupación vino a mí.

Ella tiene una función muy importante al parecer... Es por eso que debe cuidarse ahora y mucho más

Sin embargo en esos momentos me sorprendió cuando su dedo tocó mi frente repentinamente como si estaba descubriendo algo que yo desconocía. Las palabras que dijo despúes me dejaron un poco pensativa.

-A decir verdad, Norah... quien me enseño muchas cosas que sé en el fondo ella siempre me dijo que yo tenía un don especial pero nunca entendí bien que era. Pero... más que una enseñanza creo que en parte si algo de nacimiento, tal vez es una habilidad adquirida por mi padre...- deje las palabras en el aire. Tomé una inspiración.

- Si son malas las cosas que tí y tu estás en ellas de una forma dolorosa, Temp... Muchas vidas van a sacrificarse dentro de poco... y es en un lugar donde habrá tantas personas que no sé si algo se pueda hacer para evitarlo. Si tienes el apoyo de alguna fuerza mayor que se encarga de proteger a las personas entonces no debemos perder tiempo.- soné angustiada

A pesar de las drásticas y terribles palabras de la joven, Temperance seguía de pie, sin mostrar mayor temor, o algo que indicara que estaba sintiendo, quizas había quedado pensativa, con un aire aletargado, mirando a los ojos a Dafne como si intentara encontrar ellos las imágenes que la joven había visto en sus visiones. De pronto movió la cabeza de lado a lado, y se metió las manos en los bolsillos de su pantalón, hasta el fondo, como si buscara algo en ellos, algo de valor o algún pensamiento.

-¿Norah? quizas esa esa la persona que te acompaña- le dijo, ahora mirando por sobre el hombro de la joven, hacia un punto vacío para cualquiera, pero en el que Temperance veía a una mujer, que se mantenía un lejos de las dos -si, es ella, ha levantado su mano- sonrió y volvió sus ojos a la chica -aún te protege y dice que no te preocupes, y que comas bien... dice que no te separes de tu medallon, que te ha visto algo distraída últimamente- le empieza a hablar, casi ignorando lo que ella había dicho.

-Dafné, he aprendido que hay cosas que deben pasar, por mucho que se intenten evitar, están en el destino y todo se colude para que aquel fin se lleve acabo- acaricia su propia mejilla, y luego su cuello, como si estuviera cansada -y nada me podrá proteger si pasan, pero intentaremos avisar, ¿bueno?- mojó sus labios, y tomó del brazo a la chica -conozco al príncipe y a sus capitanes, debemos ir a informales, no me extrañaría que los cainitas esten metidos en estos, y no quiero que pase lo mismo que sucedió en el festival y nadie me hizo caso- sujetaba a la chica, caminando a paso más rápido, irían a la casa de Temperance, para llamar desde ahí a Pietyr.

Dafnée se queda asombrada ante las palabras dichas por la Temperance que luego le sonrió dejando escapar un suspiro para luego mirar un punto en especifico por los hombros de la muchacha. Temperance se mostraba segura y como si espera su designio. Pero entonces Dafneé comprendió que la muchacha ya conocía con anterioridad o presentía lo que estaba por pasarle.

-La estás viendo .- le sonrió - No cabe duda que eres una chica gentil y bastante madura en cuanto a las cosas de la vida.- le habló en gesto maternal para luego bajar la mirada después de sus siguientes palabras, hasta que después fue llevada por ella rápidamente hacia el lugar donde podría servir de algo lo que se habían establecidos en sus visiones.

- Me alegra poder ayudar en parte, aunque no estaba segura de hacerlo, te confieso....- dije repasando sus labios resecos con la punta de su lengua y siguió hacia donde ella la llevaba. Unas cuadras más llegamos al lugar de donde ella seguramente vivía.

Parecía unos grandes edificios , se detuvo un tanto dudosa. Aquel lugar que iba a entrar era , residían muchos vampiros de sangre pura tal vez . Se preguntaba si tal vez su padre perteneció a ese clan o a los cainitas como Temperance le había nombrado.

-Espera .- se detuvo antes de siquiera llegar a entrar...─ dame un momento .- cambio de lugar el violín que sujetaba para luego mirar a Temperance esperando que le indique la entrada

Spoiler:

Era una cuadra de edificios, las escaleras daban a la calle, y terminaban en puertas con grandes ventanas. En uno de ellos la luz estaba encendida, era el edificio más alto, cinco pisos, y las distintas ventanas, solo algunas tenían luz y se podían ver las siluetas de sus habitantes bailar en la proyección sobre las cortinas. Sólo uno estaba sin encender, era le departamento de Temperance y ella supo que él había salido, lo que la desanimó, hubiera deseado poder verlo antes de que saliera a trabajar, pero ya no se pudo.

Subieron una de las escalinatas, y Temperance sacó las llaves de su morral para abrir la puerta. Se abrió, y ahí pudo ver uan escalera que subía y terminaba en lo que parecía ser un traga luz. A un costado un mesón donde no habia nadie y atrás, varias casillas de correo. Temperance subió por las escaleras, invitando a la chica hasta el tercer piso donde fueron a una puerta y la abrieron.

-ya hemos llegado - le dijo, invitándola a pasar a la casa que compartía con su pareja. Encendieron la luz, y Dafme pudo ver un pequeño departamento, cocina y la sala de estar juntas, una puerta a la derecha, o dos puertas a la izquierda. Un gran ventanal que daba a la ciudad, donde podían ver el puente de Brooklyn. Los sillones rojos daban a una galeria llena de libros y en una esquina, un toca discos, junto a un equipo de música.

-puedes tomar asiento, - tomó el violín de ella y lo dejó sobre la mesa de comer, y su cello, lo dejó cerca de la ventana, apoyado en esta. Caminó a la cocina en donde puso la tetera -espero que quieras un te...- susurró y volvió donde la joven, sentándose a su lado -debes sentir que cargas con un gran peso...- tomó las manos de la chica, y la besó con suavidad, sonriendole a la joven -llamaré a Pietyr Von Abel... él es capitan de la ciudad y un gran amigo... pero quiero que me digas si estas segura de decir esto...- mira a los ojos a la joven, en todo momento.

La joven muchacha se dejo encaminar hacia la entrada de una cálida y acogible morada, siendo invitada por Temperance con una persona de confianza.
Asintió con la cabeza después del ofrecimiento educado de la chica y antes de que llegase a sentarse sobre el cómodo sofá rojo ofrecido segundos después, barrió con la mirada toda la habitación despertándole cierta curiosidad el stand de libros, minutos en los que la joven Temperance colocaba el violín sobre la mesa.

Tomó una inspiración profunda luego de observar nuevamente el ventanal que a simple vista daba una visión hermosa. Se quedó un poco pensativa que no logró escuchar cuando la joven le ofrecía un té, solo hasta cuando percibió el líquido aromático llegar a sus fosas nasales fue consiente de la petición por lo que asintió con gesto de agradecimiento.

Rápidamente al sentir las manos de la joven Temperance tocar las suyas y llevarlas directamente hacia sus labios, la hizo sentir que debía estar tranquila y confiar en ella. Pero por otro lado aquel gesto la había sorprendido.

-Realmente no lo siento de esa manera.- le sonrió de forma amable fijando sus ojos grandes esmeraldas en los orbes de la muchacha. Luego de escuchar sus últimas palabras, estudió a la oración con detenimiento. Al principio solo pensaba en que podía ayudar de alguna forma, tenía esa habilidad y si aquello se presentó en sus visiones no podía ignorarlo, Dios al parecer así lo había escrito. Además que se sentía realmente responsable en cuanto a la seguridad de los humanos, no podía callarlo era un pecado terrible si teniendo algo de suma importancia avisar, decidiera hacer de cuentas que nunca vió nada. Pero era evidente que lo que más quería Dafnée era ayudar a la poca humanidad que quedaba en este mundo aunque los gobernantes de esta ciudad prometieran la protección confiable en todos. Tal vez no contaba con fuerza física como había visto en algunos de su condición.

Desde que había visto la muchacha asi casi una hora atrás no había pensando detenidamente hacia donde sería realmente llevada a contar lo que había visto. Que solo hasta ahora comprendió la seriedad del asunto, más bien con quienes se tenía que encarar y era nada menos con los vampiros, dueños y señores de gran parte de New York. No pudo negar que la idea le aterraba porque ya de por si odiaba su naturaleza, pero ese no era el momento de dudar, no en una circunstancia de ese tipo, aun cuando se juró evitar a los vampiros porque el solo hecho le recordaba al infeliz que la había engendrado solo le provocaba dolor y la razón el que los detestara porque la mayoría eran unos sanguinarios. Pero debía hacer excepciones porque no todos eran de esa calaña, tal vez estos vampiros podrían ofrecer una vida mejor.

-Si, Temperance, estoy segura de hacerlo, solo espero que crean en mis palabras, no piensen que soy una vulgar ladrona, no busco ningún beneficio con esto, solo siento que debo seguir un destino escrito, porque todo ya esta hecho Temperance, en el libro de la vida, todos tenemos un designio que seguir…

podía percibir lo asustada que estaba la chica, y ella también lo estaba, el presagio de que algo fuese a pasarle pendía sobre su cabeza, cual espada de democles, mas Temperace buscaba no mostrar ese tiempo, quería darle confianza a la joven de que debía sentirse abrumada por saber lo que podría pasar y además, temerosa de que nadie le creyese. Temperance fue a la cocina en busca de algo para beber, ya la tetera había sonado, así que era momento de servir alguna infusión. Mientras la preparaba, pensaba en lo que podría pasar, y en el porqué los fantasmas habían estado tan callados con ella en los últimos meses.

- oh, claro que no lo creo.. claro que no, y si alguien dice lo contrario, le diré que está loco - ya había vivido eso, que no le creyeran. Se estiró y saco el teléfono, marcandoun número, Con el auricular pegado a la oreja, esperó a que la atendieran, y pronto lo hizo, la secretaria de Pietyr, que ya reconocía la voz de la chica. Temperance le dijo que estaba buscando a Von Abel, y ella le dijo que no se encontraba, que lo llamara más tarde, Temperance agradeció, y colgó.

-¿puedes esperar aquí, en mi casa?- le preguntó mirándola a los ojos -siento que si no lo informamos ahora, será demasiado tarde, después - sonrió de medio lado, y dejó el teléfono en la mesa del lado -¿has comido? pudo cocinar algo para ti, ¿o deseas otra cosa?- intentaba hacerla sentir como en casa, y con la cordialidad que sólo se podía tener con alguien que se conocía de toda la vida, pero a pesar de los pocos instantes desde que se conocían, la chica trataba Dafne con consideración y cariño.

Al escuchar la contestación de la joven Temperance, la observó sin añadir aún nada, la vio dirigirse hacia la cocina en cuanto el sonido de la tetera advertía que estaba predispuesta el agua para ser bebida. Dafnée acomodó sus cabellos desviando la vista hacia el instrumento que anteriormente Temperance llevaba consigo, sonrió y recordó que la joven tambien tocaba el instrumento. Luego retomó la vista en la joven muchacha quien parecía comunicarse con aquellos a los cuales debía advertir aquella premonición latente en su mente. Pronto empezó a sentirse en confianza en aquel hogar que respiraba tranquilidad y buenas vibraciones a su alrededor.

Cuando la pregunta de quedarse en su casa, Dafnée respondió sin vacilar.
- Esperarlos... ¿estarán hasta tan tarde? .- levantó las cejas incrédula.- . ladeó su cabeza siguiendo los movimientos de la chica, quien nuevamente volvía a preguntar algo que la tomó por sorpresa.

- No te molestes- le sonrió - Si es solo para mí no me gustaría hacerte elaborar la comida. Ya me he alimentado .- aquella frase ultima hizo que el rostro de Dafnée se descompusiera ante la forma como lo había dicho, aquello podía mal interpretarse. Por lo que le sonrió - Solo con un té estaré bien, Temperance... y... ¿Qué ha pasado exactamente?¿... no están?, imagino que deben tener muchos asuntos que atender... pero si no puedo contactar con ellos, alguno de sus subordinados podría advertiros de lo que diré.. .- preguntó después y volvió a recorrer todo con los ojos -

Claramente el comentario de que se había alimentado ya, sonó demasiado a un vampiro, pero Temperance no se detuvo en él, y pensó que no era bueno hacer algún comentario respecto al mismo; la chica podría sentirse incómoda al señalar su naturaleza, y no quería incomodarla, al contrario, la miraba de una manera comprensiva, tibia inclusive.

-seguramente se tardará, pero si debes irte, puedes hacerlo, yo me encargaré de avisarle a Pietyr para hable contigo, pero debo quedarme con una alguna forma de comunicarme contigo, y vamos, no estés tan tensa, pienso que es un asunto tan importante que debes tratarlo diractamente con él, no creo que no él piense que mientes, si yo digo que confio en ti, así que no estés tensa, ni nerviosa- le explica Temperance, acercándole la taza con el té de hierbas que le había preparado.

-además, Pietyr está también relacionado con el mundo de las sombras.. casi tanto como tú o como yo, así que comprende que hay cosas más allá de lo que vemos, así que... debes estar tranquila - le sonrie la chica, infundiendo confianza en la híbrida.

- y si no resulta, yo misma le haré llegar el mensaje, ambos somos aliados, es más, lo considero mi amigo, y no me mires extraño... me aprendido que no todo es como crees... pero tengo una pregunta que hacerte, y espero que no te incomoda, pero...¿que piensas de los vampiros? sé que para muchos híbridos, su ascendencia la desprecian, aunque he conocido otros casos que no, pero son los menos- espera que la pregunta no hubiese sido incomoda, pero quería saber que pensaba, para no exponerla a una situación complicada si debía tratar directamente con los vampiros.

Dafnée dejó de recorrer con la mirada el lugar para volver a mirar a Temperance quien enseguida le contestó .
- Se me ha notado .- sonrió avergonzada – De acuerdo, lo confieso, estaba tensa al principio, pero me has inspiras tanta confianza que me ha terminado agradando y me da gusto que confíes en mí.- tomó la taza y le dio un sorbo despacio, mientras sus fosas nasales aspiraron el delicioso aroma, perdiéndose en la sensación por unos segundos, alejó los labios de la tasa para luego contestar.- No tengo prisa ¿sabes? pero tampoco quiero incomodar por si estás esperando a alguien más.- Dejó la tasa aún lado, mientras sacaba una pequeña nota donde escribía su número de móvil. Cuando escuchó que el hombre llamado por Pietyr tenía tanta relación en las habilidades que se asemejaban a la de las dos, levantó la vista.
- Eso me parece aún más fantástico es tan extraño pero interesante .- luego le tendió la nota para añadir detrás de sus palabras- Me sorprende escuchar que te lleves tan bien con un vampiro.- luego tomó una inspiración profunda ante sus ultimas palabras. – Me lo imaginaba.- le sonrió al ver que ella había notado quien era en realidad - Ser híbrida no es algo que le cuento a todos ¡Ya sabes! muchos humanos u otros no les agrada su presencia .- levantó la cejas unos segundos sin dejar de mirarla - y mucho menos no es que me guste ser lo que soy, pero...- bajó la mirada como buscando las palabras adecuadas – Aún sigo aferrada a mi parte humana por lo que intento mezclarme entre los humanos para pasar desapercibida, leyendo le las cartas a unos, viviendo una vida sencilla.- Levantó la mirada para añadir.- No sé como hacen los otros pero para mí fue difícil en el pasado.- tragó saliva rápidamente .- con respecto a los vampiros, esto parece extraño viendo que los he venido evitando desde hace cinco años , pero es como si cada vez hayan más vampiros que humanos, tal vez lo que siento es un resentimiento a raíz del ser que me engendró porque no puedo considerarlo padre, sería un sacrilegio, él se llevó lo más valioso en mi pasado. Lo único que consideré familia porque mi verdadera madre, no tengo ni el mínimo recuerdo de como era realmente. Sé que no todos son sanginarios, pero cada vez hay más vidas inocentes muriendo y así como sucedió con la mía, debió sucederles a muchos. Entonces eso me hace dudar .- volvió a tomar la taza para beber todo el líquido, dejó la taza y tomó la mano de la joven Temperance mirándole con mucha simpatía. - ¿Sabes?... partes de mi vida no es algo que le cuento a todos a menos que sea un amigo de confianza, pero contigo es tan fácil soltarse, eres una joven con un hermoso corazón, Temperance.