Together again [Sienna D. Thompson]

VIVA NEW YORK!!! O la isla de Manhattan. Ciudad de compras, la ciudad que nunca duerme, la ciudad de los rascacielos. En cualquier calle de New York al andar diez pasos te encontrabas con una tienda distinta asi que no habia muchos problemas, los habia en elejir a que tienda debía ir. Y era totalmente normal. En New York habia un montón de tiendas. Más donde estaba ahora. Quien no desea estar por Time Squere por la noche, viendo como las luces de los paneles iluminan el cielo. Era precioso. Además el día anterior habían hecho un Flash-Move. Una especie de concierto preparado donde la gente se divertía bailando una canción. Ese era mi plan, divertirme y salir a comprar ropa nueva, aunque de noche no se si muchas tiendas estarán abiertas. Estaba escaso de ropa últimamente; demasiados años y tan poco gusto de ropa que incluso ahora me costaba decidir. No es que no tuviera gusto, claro que lo tenía pero para comprar soy muy quisquilloso y siempre pensaba dos veces en comprar una cosa u otra. Pero algo había que hacer. No tenía pensado llevar la ropa de hace cincuenta años, los años 80 ya pasaron, y quedaron muy lejos. Ya no se lleva esa moda. Ni tampoco el pelo a lo afro. Y los pantalones campanas y las discotecas mejor ni hablar. Eso ya pasó y no quiero volver a esa época de mi vida.

Yo llevaba puesto un pantalón claro y una camisa blanca con una americana beis-clara, no el beis, algo mucho más claro y una corbata negra floja. Y por dentro, oculto ante todo lo demás un pequeño pero preciado objeto. Saqué un pitillo de un bolsillo de la americana y el encendedor de uno de los bolsillos del pantalón y cuando por fin salí del metro lo encendí, dando una calada. Mis pulmones no me preocupan, si muero de cáncer de pulmón entraría en los récords olímpicos. El primer vampiro muerto por una enfermedad. No estaría mal que a uno lo recordasen así pero no entraba en mis planes. Comer si. Empezaba a tener hambre la verdad. Y a mi alrededor había muchos platos apetitosos a las que me estaban dando ganas de probar. Rubias con ojos negros y verdes, morenas con un cuerpo increible, alguna asiática que no me atraía en absoluto. He de decir que me estaba refiriendo a las mujeres, si podía elegir siempre mujeres; y jóvenes. Desde luego no me gustaba morder el cuello a los hombres. No me iban. A veces incluso si se me cruzaban los cables me acostaba con ellas. Aunque una vez que las mordía no solía dejarlas secas si no que las dejaba medio para que otro día me pudieran alimentar. Y no les daba mi sangre en absoluto, así jamás correría el riesgo de convertirlas. Dudo mucho de que fuera capaz de convertir a alguien. Dejé escapar el humo de mi boca y mis ojos pararon en una chica de lo mas linda y preciosa. Me mordí el labio pensando en si sería a la que mordiera.

Times Square por la noche. Carteles enormes iluminan las fachadas de los edificios, adornándolas, llenándolas de color. Coches que pasan frente a los edificios haciendo caso omiso de ellos, gente que va de un lado a otro, tal vez en busca de alguien con quien han quedado. Grupos de personas jóvenes, otros de personas mas adultas. Chicas de quince o dieciséis años que maquilladas y con tacones intentan aparentar mas, probablemente para gustarles a los chicos mayores que ellas. Hay gente que pasa y me mira, otros en cambio no se percatan de mi presencia y siguen inmersos en alguna conversación tan interesante para ellos que capta toda su atención. Una chica pasa junto a mi corriendo. Casi chocamos, pero yo me echo a un lado. La gente la mira expectante, aunque solo por unos segundos. Yo sigo caminando. Me encuentro con gente que me sonríe sin siquiera conocerme, la mayoría chicos. Paso frente a un grupo de personas que fuman un cigarrillo en la calle mientras charlan.

Sigo hacia delante lentamente. Llevo puesto un vestido verde oscuro de terciopelo, no demasiado largo pero tampoco demasiado corto. Es ajustado hasta las caderas, donde la falda plisada tiene un poco de vuelo. Los zapatos son de color negro y con un fino tacón. Voy un poco maquillada y con el pelo suelto, y tal vez por eso ahora aparento mas edad de la que aparento normalmente. Miro a la gente, como si buscase a alguien, pero realmente no lo hago. El viento trae consigo olores de perfumes entremezclados, que juntos forman un aroma peculiar. Mis ojos se posan en alguien que me resulta extrañamente familiar. Cabello rubio y corto, alto y la piel blanca. No, era una tontería, no podía seguir vivo, aunque hasta hace poco yo estaba convencida de ello. Seguí hacia delante y volví a mirar hacia ese chico. No lograba verle la cara, pero parecía estar buscando a alguien, o tal vez escogiendo a una chica a la que ligarse para pasar la noche, en cualquier caso lo que hiciera ese chico no tenía nada que ver conmigo.

Había muchas chicas que pasaban por todos lados, algunas con escote, otras con una mini falda que dejaba a la vista unas buenas piernas. Las cuales ahora me dieron ganas de probar, haber como estaba su sangre. Al ser tan jóvenes quizás estuviera muy buena. Y las chicas también eran guapas y se movían con movimientos gráciles y bellos. Alguna iba con un chico al lado o en pandilla pero lanzaban miradas sensuales deseando tenerme un poco más cerca. Esto era lo bonito de ser vampiro. No tenías sentimientos que digamos, así que tirarte a una chica y luego a otra, y a otra... y así sucesivamente no te agarrabas a nada. Lo que tenías era ACD, también conocido como Amigos Con Derechos. Vamos como ser amigos pero follando cuando quieras. Mejor no podía ser. Sinceramente creo que no hay ninguna chica que me enganche para salir con ella. Así estaba bien. Y de vez en cuando el sexo con vampiros era lo mejor. Todos con todos, como los romanos y sus orgías. Los vampiros eran igual solo que con sangre de por medio.

Mis ojos siguieron a una chica que pasó a mi lado hasta que pararon en una chica mucho más apetitosa. Una joven con un vestido verde precioso y rubia. No conseguía la manera de verle la cara. Tan solo el pelo y el vestido, y su piel que parecía muy suave y cálida. Me mordí el labio con fuerza mientras me daban ganas de abalanzarme sobre ella y probar su sangre al igual que su cuerpo. Tuve que controlar mis impulsos. Aquí no, espero hasta que estemos en su casa o en la mía. Sonreí y avancé pero no directamente hacia ella; dí como una especie de rodeo y aparecí a su espalda. La parte de atrás me resultaba conocida pero simplemente pestañeé para olvidarme y la abracé por la espalda, poniendo mis manos en su vientre y besando su cuello divertido.- Hola preciosa, creo que me buscabas-. Susurré haciendo alusión como si estuviera buscando a alguien. No se porque esta vez hice esto y no intente entrarle directamente y presentarme, simplemente esta vez me dejé llevar.

Sigo mirando a ese chico, pero de un momento a otro dejo de verle. Seguro que alguna chica le esperaba. Miro hacia delante, ¿por dónde me voy? Veo pasar a una chica que va sola. No parece estar buscando a nadie, y tal vez si no hubiera comido hace poco ella seria mi próxima presa. La verdad es que no me gusta llamar así a los humanos, pero sirven para alimentarnos, al igual que ellos se alimentan de los animales. Observo a la gente que pasea a mi alrededor, y también miro los coches que pasan por allí dirigiéndose a quien sabe donde. Una pareja se para a escasos metros del lugar donde estoy yo y comienzan a besarse.- Oh... ¿realmente es necesario hacer eso frente a mi?- Pregunto susurrando asqueada. Desvío la mirada hacia otro lado, intentando olvidar aquella escena de afecto. Parece ser que algunas de las personas que pasaban por allí me habían escuchado, ya que veo a una chica mirarme con cara de asco. Probablemente conozca a alguno de esos chicos, y entonces la veo acercarse a ellos. Se vuelve únicamente para mirarme de esa forma de nuevo y yo le respondo esbozando una sonrisa notablemente falsa.

Dejo de mirarla y busco un camino por el que seguir mi paseo. Me dispongo a seguir caminando y noto unas manos que me rodean. Alguien me besa el cuello y yo me sorprendo. "Hola preciosa, creo que me buscabas." Aquella voz me resultaba familiar. Tanto que me recordaba a cosas que pasaron hace años, hace muchos años. Pero era imposible. Abandoné mi búsqueda hacía unos meses, y era prácticamente imposible que después de ciento veintitrés años apareciese hoy. No me giraré, no aun.- Creo que te equivocas, yo no busco a nadie.- Digo en un tono un poco desagradable. Tal vez así se marche, pero lo dudo. Por primera vez en mucho tiempo tenía miedo de girarme para ver a un desconocido. Que tontería, realmente no tenía miedo, pero me asustaba quien pudiera ser esa persona. Me giro lentamente y comienzo a verle la cara. Si. Ahí estaba. Algo cambiado pero estaba ahí, y lo único hago ahora es mirarle sorprendida. No digo nada, y espero que él se acuerde de mi.

Estaba bien besando su cuello. Pero esto era muy extraño. Aparte de que me sentía bien me recordaba a otro cuello que había besado. Era tan suave y reconfortable que podía estar besandolo indefinidamente. Pero cada vez que le daba un beso un recuerdo de hace mucho tiempo venía a mi. Eran bonitos recuerdos. Uno me llevó a una vez en la que corría por un campo de flores junto ella, cogidos de la mano para luego tirarnos en el suelo riendo y abrazándonos. Otro me llevó a una vez en la que estábamos en su cuarto, acostados en su cama mirando al mundo a través de la ventana mientras besaba su cuello como hacía ahora. El tercer beso me llevó a cuando estabamos discutiendo con nuestro padre e impotente me fui de allí a mi cuarto y ella vino, con los ojos medio lagrimosos y nos acurrucamos en el suelo toda la noche abrazados. Cuando pare de besar el cuello de esta chica me dí cuenta de que en esta misma posición, con mis manos igual, sobre el vientre de mi hermana en una fiesta decidiendo que hacer en medio de risas.

Deseché todos mis pensamientos de la cabeza. No quería volver a esos recuerdos por nada del mundo. Lo había intentado superar de muchas maneras. Alguna vez había acabado debajo de un puente medio muerto y en otras peores circunstancias. Gracias a su voz de vete a la mierda me fue mas fácil.- Vamos como lo sabes si no me has... - Ella se giró y a mi me falló la voz de golpe. No. Es imposible que fuera ella. Estuve esperándola para ver si revivía y no. No. No y no otra vez. No puede ser ella. Pero si, era mi hermana.-Sienna... eres tu...- Era ella. Su cabello rubio cayendo por su espalda. Sus labios. Sus ojos, eran sus ojos, nadie podía tener otros ojos. Sus labios. Su figura delgada. Y de nuevo sus labios. No pude frenar mis ganas y con mis manos sujetando sus caderas la bese con muchas ganas en la boca. Di rienda suelta a mis ganas de besarla. Ciento veintitrés años sin verla y ahora si, estaba aquí conmigo.

¿Me esta besando? Si, lo esta haciendo. Nunca me habría imaginado que nuestro reencuentro sería así. Al principio me quedo parada, pero luego le beso yo también. La verdad es que tenía ganas de hacer esto. Muchas ganas. Y así nos quedamos durante quien sabe cuanto tiempo. Estoy completamente segura de que la gente nos mira, en especial esa pareja a la que antes critiqué. Apoyo las manos en sus hombros y muy despacio me separo. Le miro a los ojos y sonrío. Era él, después de todo este tiempo lo tenía aquí, justo delante mía. Estaba segura de que no era ninguna alucinación ni nada de eso. Al fin aquí... Le toco los brazos, comprobando que no se esfume de un momento a otro. Ahora millones de preguntas se arremolinan en mi cabeza. ¿Dónde has estado? ¿Por qué te marchaste? ¿Sabías que te estaba buscando? Pero solo una pudo salir de mi boca.- ¿Estás bien?- Que estupidez, claro que esta bien, o eso creo...

Tengo muchísimas ganas de abrazarle pero quiero que hable. Ya tendré tiempo para abrazarle en otro momento. Seguramente si me estuviera viendo desde fuera pensaría que soy estúpida. Sonrío como una estúpida, pero es por la alegría. Al fin él estaba aquí, conmigo. Ahora recuerdo tantos momentos de cuando eramos pequeños que volver a imaginarme sin él me es imposible. Miro su pelo, es igual que antes, pero a la vez diferente. Todo en él está igual pero diferente. Han sido muchos años sin verle. Echándole de menos, buscándole por todas partes... Parece ser cierto eso de que cuando no buscas algo es cuando aparece. Esto me parece tan imposible... ¿por qué hoy vine a pasear por aquí? Yo no creo en el destino, aunque puede que empiece a hacerlo, pero justamente hoy... Da igual, lo importante ahora es que volvemos a estar juntos y no permitiré que nada nos vuelva a separar.

Y la bese. No dije nada. Tan solo la besé. Dejó que yo le besara pero luego participó en el beso. Y así estuvimos durante unos minutos. No moriríamos al quedar sin aire. No la abracé ni la aplasté entre mis brazos, ni dije nada, tan solo tenia ganas de besarla y quedar así durante mucho tiempo. Puse una mano en su nuca atrayéndola más y más a mis labios besandola con avidez. No quería perder este momento por nada del mundo. Ya podian decirme que el mundo se iva a acabar que eso hacia que siguiera besandola aún con más pasión. Sus labios... Era algo muy bueno, algo especial... probar sus labios. Tenian un sabor increible, "a que sabian? a frambuesa, a melocotón,...?" no lo se, tenian un sabor único, eran como los labios de una diosa,... bueno, en mi opinión tenia el cuerpo de una diosa, todo en ella me encantaba, su sonrisa tan mona, sus bonitos ojos... en resumen todo. Por desgracia no fue un beso eterno y terminamos separándonos, muy a mi pesar.

Reí ante su pregunta. Era una risa tonta de felicidad al verla.- Pues claro que si, ahora mucho más al verte-. Acaricié su mejilla.- Sigo sin creerme que este as aquí y ahora. Me sigue pareciendo un sueño-. La rodeé en mis brazos y la abracé fuerte cerrando los ojos. Asegurando me de que ella era real.- Llevo esperando hacer esto mucho tiempo. Cuando nos, más bien, cuando pensé que habías muerto... Pero me alegro de que sigas viva, aunque eres como yo, un vampiro-.No había otra explicación posible. A ella también debieron convertirla.- Pensé que habías muerto, no te levantabas y te dejé allí, quería matar a los que nos hicieron esto-.Suspiré y cerré los ojos escondiendo el rostro en su cuello.

No puedo parar de sonreír aunque quiera, nunca me había pasado esto, es tan raro... Noto como acaricia mi mejilla y pongo mi mano sobre la suya.- Ha pasado tanto tiempo...- Le digo mirándolo con cariño. Lo abrazo al igual que hace él, esto aun me parece imposible, tanto tiempo sin él buscándolo por todas partes y ahora estamos abrazándonos. Lo escucho con atención y suspiro apretándolo con mas fuerza.- De no ser por ellos ahora no estaríamos aquí, aunque tampoco nos habríamos separado si no nos hubieran hecho esto.- Digo acariciando su cabello lentamente.

Dejo un beso en su cabeza y lo miro a los ojos.- Creo que es mejor que vayamos a un sitio en el que podamos hablar mas tranquilamente.- Le digo observando a un grupo que nos mira y murmura. Agarro su mano y tiro de él pasando entre la gente. No tengo ni idea de a donde voy, a donde lo llevo, pero da igual. Busco con la mirada algún lugar en el que haya menos gente, pero nada. Me paro en seco con él en medio de la calle, entre la gente.- No se donde podemos ir.- Digo riendo. Por una vez he caminado por la calle sin pararme a pensar preocupada que le podría haber pasado a Dean, y me gusta esto. Ahora solamente tengo que girarme para saber como está, porque ahora está aquí.

-Demasiado tiempo Sienna...- murmuré bastante bajo, rememorando todo lo que había pasado sin ella. Eran demasiadas cosas y no quería tener que volver a pasar por las mismas Demasiado tiempo sin estar con ella, sin estar abrazados, sin acariciarnos y darnos mimos cariñosos. Sin pasear juntos ni tampoco hablar de las cosas que nos importaban a ambos ni nada. Tan solo, guardar las dentro de ti.- No estaríamos aquí...- continué diciendo.- pero jamás nos habríamos separado-.La apreté más fuerte contra mi pecho, a modo de extrañamiento y a modo de "No te voy a volver perder de vista jamás". Y no pensaba hacerlo.

Sonreí al escucharla y asentí ante su comentario de irnos a otro lugar. Sería lo mejor, así podríamos hablar y saber que hicimos mientras no estuvimos juntos. No tenía ninguna gana de hacer eso. Lo que quería era llevarme la a casa y... decirle todo lo que la había extrañado. Parecido a como había hecho cuando la bese. Dejé que me llevara a donde sea que íbamos cogidos de la mano.

-Ni yo tampoco-. comenté riendo con ella sin saber que hacer.- ¿Vamos a tomar algo a mi piso y hablamos allí? ¿te parece mejor? Podremos hablar sin que nadie moleste-. Dije sin soltarle la mano, entrelazando nuestros dedos más y más fuertes cada vez. Tiré de ella hacia mí y posé un beso en su mejilla realmente tierno. Sonreí y la llevé a mi piso, quedaba cerca de aquí, no tendríamos ningún problema.

Al llegar abrí la puerta sin soltarle la mano y la dejé entrar delante, pero sin soltarle la mano.- Espero que te guste...- susurré antes de cogerla por las caderas, pegarla con fuerza contra la pared y besar la con muchas más ganas que antes.- Te amo-. murmuré en sus labios.- No sabía cuanto hasta que te volví a ver-. Y la volví a besar lenta e intensamente.