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Tras el festival |
Fue un mes de locura, el que transcurrió luego del Festival de Invierno, luego de los cepelios de las víctimas, el poder quedó en las manos del Gobernador, Everett Goodweatherm tendría el control total sobre la ciudad, pero Azuka había logrado parte de su objetivo: Los rumores de que el gobierno de Washington ya no estaba tan convencido de compartir el poder con los vampiros; la situación se estaba saliendo de manos, y los cainitas y garras rojas parecían estar ganando la partida. Pero ninguno de los artífices de la destrucción, pensaron que los berkeser se volverían un problema para todos, porque los vampiros que no fueron asesinado por ellos, se transformaron en berkeser, que se han transformado en una manada que deambula por las alcantarillas atacando a quien se les enfrente o quien esté en su menú del día. Humanos y Vampiros ya no tenían una alianza tan sólida como antes, y las desconfianzas estaban surgiendo. Mientras que en medio quedaban los licanos, o por lo menos, parte de ellos, Fenrir y Fianna, pero quien padeció la peor parte fueron los Fenrir que en el atentado perdieron a su líder, del que jamás encontraron el cuerpo. Quedaría en manos del nuevo líder de los Fenrir y de Gissiel Earhart, determinar el destino de su clan y tradiciones, pero entre los licanos, se sabía la atrocidad cometida por las Garras Rojas, comandados por Arthur Redclaw, que se habían vuelto muy fuertes. Por su parte, los rebeldes, el pequeño grupo de disidentes ya no parecían estar tan solos en su lucha, el gobierno de Washington los contactaría extra oficialmente para conseguir sus fines: controlar la ciudad, de una o de otra manera. Etienne LeBlanc, tendría que decidir.. |
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De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Lugar: Discount Stores
Hora: 20:32
Fuera de las actividades de vampiro y el trabajo en el banco, se encuentran los personales, la ropa y otras cosillas, no siempre llega su sastre al banco a medirlo y entregar la ropa, ahora es tiempo de ir por algunos trajes, ropa casual y otras vestimentas mas privadas, pero no cree poder con todo, para eso le pide a Asuka a su vasalla, para que lo ayude ya que no es normal que salga con ella y la joven Lili sabrá ayudarle a caminar por los almacenes, además de que si anda con ella no se aburrirá de andar en ese lugar, cosa que no debería porque se la pasa sentado tras su escritorio.
Toma a Lilith para ir al centro de Manhattan, ella parece contentan y al menos eso le ayudara a soportar el momento al ser un poco empático con ella, la lleva en una camioneta pensando que si hacen una compra grande habrá que meter todo en la parte de atrás, en poco tiempo llegan a una de las más grandes tiendas de ropa, no solo es grande sino de ropa elegante y costosa, cosa que le gusta porque enaltece su orgullo gastar algo de dinero en ropa de calidad y marca, ¡y que mejor ayudante que una chica con buen gusto!
Vamos pequeñas, es hora de escuchar las cajas registradoras timbrar – toma su mano y casi la lleva corriendo al elevador, subiendo al primer nivel pasan de un elevador a otro donde hay un hombre que lo maneja, esperan un momento porque esperan a que entren otras dos personas que piden les hagan espera, una vez que suben el hombre comienza a decir que tiene cada piso, las dos mujeres que subieron piden quedarse en el segundo mientras a ellos le queda elegir el nivel 5.
Hacen la primera parada y se quedan solos con aquel hombre, llegan a su piso y él la toma de la mano para que avance a su ritmo, llenadora por los percheros llenos sacos para hombres, está viendo alguno buscando colores sobrios cuando siente un olor que no le agrada, lycan, toma a la chica de la mano y se acerca a su oído – creo que sería mejor tener cuidado, hay un lycan por aquí, creo que mujer, pero su género no dice que sea un ser discreto, así que mejor no te separes de mi – le pide preocupándose más por ella que por la lycan, aunque debe tener en cuenta evitar confrontamientos en aquel lugar porque eso no le ayuda en nada a ocultar lo que es ante la sociedad.
Última edición por Seth Tudor el Sáb Sep 08, 2012 11:58 am, editado 1 vez
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Con esa idea en m mente me habia dirigido a uno d los centros comerciales mas caros que conocia, estaba dispuesta a comprarle algo que no fuera negro y hacerselo poner, asi fuera mediante berrinches. Si yo era su enana consentida, y obvimente me daba casi todo lo que se me ocurria. Era un placer tener un hemano asi, aunque a veces era demasiado pesado con eso de cuidarme.
Una vez en la tienda me dirigi al quinto piso, preferi usar las escaleras, eran más solitarias, cuanto menos gente agoviandome era mejor para mi. Mire el lugar y odie que esuviera tan lleno, La verdad es que era una amante de la oledad y esto de vr el citio asi me daba jaqueca de solo pensar en permanecer mas de treinta minutos aqui.
Camine hacia los trajes de colores mas llemativos, sonriendo al imaginar la cara de Dean cuando le parasa uno de esos trajes para ponerse, si seria divertido. Tome uno se color rojo y lo evalue pensando en que mi cabecita correria riesgo, asi que me fui hacia unos de color crema.
Cuando estaba tomando aquel traje para verlo con detenimiento vi a una pareja entrar a la tienda, no eran normales, bueno ella era una simple humana, pero el, ese aroma tan caracteristico me puso en alerta. Que haria un vampiro aqui? lo que fuera que estuviera haciendo debia tener cuidado.
Tiempo despues me di cuenta que el se habia percatado de mi precencia pero aun no me hubicaba, La chica que le acompañaba parecia ser ua rica cena, pero como acercarme y secuestrala siendo ella la compañia de un vampiro? esto seria un juego muy entretenido, me dije mentalmente viendo a mi presa y mi rival.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Cuando lo vio llegar, le sonrió entrando a paso apresurado en su camioneta, estaba completamente entusiasmada porque le gustaba salir de compras, luego de ver las cosas que él deseaba lo obligaría a acompañarla a ella, sabía que para los hombres era tedioso ver a una chica cambiarse de ropa cada tres cuartos, pero esperaba que él tuviera la suficiente paciencia para hacerlo.
Volvió a sorprenderse por segunda vez en el día, cuando él la tomo de la mano, no estaba acostumbrada a esas consideraciones, mucho menos viniendo de vampiros, la única que hacia eso en algunas ocasiones era su ama. Estar en su compañía era de verdad agradable, él se comportaba de una forma que la hacía sentir cómoda, como si estuviera con algún amigo de siempre.
Subir en ascensor era una de esas cosas que no le gustaban, quiso agarrar el brazo de Seth, pero se arrepintió pensando que se burlaría de ella por temerle a los ascensores. Al salir caminaron por un pasillo y se quedó maravillada por la cantidad de ropa de calidad que veía, lamentablemente casi todo era de varón, aunque al frente, pasando un estar enorme con sillones de cuero negro, había una enorme sección para damas y un bello vestido rojo puesto en un maniquí. Se juro ir a verlo en cuando pudiera. Entonces el tomo su mano nuevamente y se acerco a ella, susurrándole en su oído, lo que la hiso estremecer algo paralizada en su sitio, sin embargo sus palabras la despertaron inmediatamente, haciendo que escudriñara el espacio en busca de lo que pareciera un Lican, cosa difícil porque se veían como cualquier persona. Por lo que decidio hacer lo que mejor sabia hacer, se conectro en un punto donde la presencia de un alma lobuna se encontraba no muy lejos de ella, aquella alma, femenina, era traviesa y algo encantadora, ciertamente peligrosa, más de lo que Seth pensaria que era o eso creia ella.
-Quiere divertirse, me parece que esta aburrida, pero.... crees que se acerque, digo, como estamos en un lugar tan publico… tal vez sea una Lican prudente y no quiera meterse en problemas… - aunque por supuesto no estaba segura, sabía que los licanos no se caracterizaban por ser pensadores. Eran más bien seres instintivos. Se asió a su mano y la apretó con fuerza un poco asustada, porque después de todo no dejaba de ser una humana frágil y no sabía si el entrenamiento al que era sometida surtiría efecto de intentar pelear, tampoco era quería estar lanzando patadas a diestra y siniestra.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Trata de que su instinto le diga donde esta, ve a todos lados tratando de ver a alguien sospechoso, el lugar está un poco vacio y apenas ve unas cuatro cabezas asonarse entre los percheros llenos de ropa, algunos pequeños sonido que emite Lilith lo hacen verla a ella notando que está un poco rara, pero no le sorprende porque su madre le había hablado de sus habilidades e imagina lo que está haciendo, de pronto ella dice su percepción de aquella lycan, pero no se piensa confiar a pesar de que cree por completo en las habilidades de ella, aun no sabe si lo que representa su jovialidad espiritual sea lo mismo a que cuando se vean resulte son enemigo y eso cause algún altercado, en todo caso están en una zona peligrosa a pesar de su antigua fama de un centro económico y de prestigio.
Niega un poco por lo confiada que ha sonado y la toma de la mano para arrastrarla a donde estaban, de preferencia donde no hayan mujeres ya que hay seguridad de que es una hembra Lycan, la mete entre las ropas donde antes estaban porque son los únicos ahí, pero a pesar de que anda viendo que llevar no deja de ver hacia todos lados, tanto que no ve bien el numero de un traje que se va a probar, pero que le ha gustado el color y la forma, vuelve a ver a todos lados y toma a Lili de la mano arrastrándola nuevamente hasta los vestidores.
No me importa que piensen que te hare cochinadas, pero no te me quedas sola con esa lycan rondando por acá – la arrastra hasta un vestido y la mete tratándola casi como a una muñeca cierra la puerta y se desviste rápido para probarse el traje, desde adentro sigue viendo si alguien se acerca a donde ello tratando de atrapar el aroma de la chica lycan, pero ya que no es un can no se le hace fácil, no ve las expresiones de Lili pero igual se comienza a colocar la ropa y sin darse cuenta ya se ha vertido, pero de inmediato se le caen los pantalones.
¡Joder!, ¿qué es esto, ropa para gigantes? – se queja viendo que eligió unas tallas mas por ver si no los asechaban, la chaqueta le queda también muy grande y para el colmo no se había dejado la camisa ni llevado una que fuera con el color de aquel traje – esto de estar a la expectativa arruina mi concentración – se queja sacando las ropas y mira a Lili – ¿crees que se enojan si me las pruebo entre los percheros? – podría sonar a una broma pero se lo está pensando seriamente, no quiere que en esa salida la vasalla de su madre muera y perder la confianza de ella.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
- ¡Par de bandidos, si uno de esos me llega, les juro que los mato! - Pero las amenazas emitidas por el, solo sirvieron para que el animo de los chicos, aumentara y le lanzaran unos cuantos mas, que Zephyr esquivó con movimientos algo graciosos, hasta que a los chicos se les acabaron los ladrillos - ¡Ja! ¡Ya no tienen municiones pequeños bandidos! - Dijo con un tono burlesco y corre hacia las escaleras de emergencia, para comenzar a ascender rápidamente por estas - Ahora es mi turno de jugar - Dice terminando de subir las escaleras, hallando a los malcriados chicos algo asustados por una posible venganza de aquel extraño individuo.
El, comenzó a caminar, lentamente de manera amenazadora hacia ellos, mientras sonreía, y al estar frente a frente de ellos, estiro ambas manos en gesto como garras y los chicos cerraron sus ojos, asustados. Entonces Zephyr coloca ambas manos sobre las cabezas de los chicos y las acaricia divertido - Chicos, son unos críos malvados, no vuelvan a hacer eso o la otra vez irá en serio y no se toparan con alguien de buen carácter - Luego mira alrededor, aprovechando la azotea, para ver si puede salir de aquel lugar -Amm ... ni modo ¿Como llego a la avenida principal desde aquí? - Dice a los chicos, los cuales le responde que se se ha perdido demasiado, pero que si quiere llegar, debe cruzar al apartamento comercia, ubicado en la calle de en frente y luego virar hacia la derecha. - Vale críos, nos vemos luego - Dice y aprovecha el lugar, para saltar entre los edificios y verse mas genial.
Así se desplazaba , llegando hasta lo que seria la azotea del centro comercial, que deberia haber sido un... ¿septimo, octavo piso?, la verdad no se había fijado, pero creía que desde la altura del centro comercial, le seria mucho mas fácil ubicarse, entonces se paró en la orilla para observar la calle principal, seguirla con la mirada y darse cuenta sorprendido que... El edificio en donde estaban los chicos, era en donde se quedaba habitualmente, pero esa era la parte trasera, zona que nunca en su vida, se había dedicado a observar, por lo que quedo con la boca abierta unos segundos y luego recuperó la compostura - Bueno... al menos me vi cool - Dijo encogiéndose de hombros y mirando hacia abajo, para ver si de pasada, saltaba por allí - Si caigo desde aquí para parecer mas genial... sera mi ultima genialidad o bien, no se verá genial - Dice a modo de broma y se gira sobre sus talones para buscar otra salida, cuando pasa una ventisca que le hace perder el equilibrio y comienza a ver en cámara lenta como se comienza a caer.
En vez de pensar en toda su vida, saca ambas espadas de su cinto y las clava en alguna parte solida del edificio, para con el impulso de la caída, entrar al piso 5 rompiendo un ventanal de manera estrepitosa y cayendo al suelo de espaldas - Casi... me muero... - decía jadeando por la emoción. Luego de unos segundos se levanta, se sacude los pedazos de vidrio de la gabardina, guarda ambas espadas y comienza a reír divertido - Por dios... casi muero... ha... ¡hahaha! - A lo que la gente le comienza a ver extrañado por esta actitud de burla hacia la muerte. Enseguida se seca las lagrimas de los ojos, debido a la risa y saca una moneda que lanza al aire - Suerte... ¡te amo! -
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Se rio al escuchar su pregunta y lo miro fijamente.
-Pues, es lo más probable… ya sabe que este lugar es muy exclusivo, no ceo que le agraden que uno de sus clientes más pudientes ande quitándose la ropa entre los percheros – aquello si le hacía gracia. Asomo la cabeza fuera del cubículo ligeramente e inspeccionó el lugar para ver que no hubiera alguna chica extraña por allí, aunque confiaba en poder reconocerla. Le pareció curiosa la idea de que podría hacerlo si la veía – ahora, creo que no hay nadie, iré por algo de tu talla… no te muevas – salió del cubículo antes de recibir respuesta de él, cosa que estaba segura él no le permitiría ir, pero lo necesitaba: uno, porque sentía un calor sofocante y la segunda, porque estaba nerviosa.
Fuera, todo se veía extremadamente normal, algunas personas caminaban entre los percheros. Un hombre muy atractivo revisaba entre un estante y verificaba que una talla fura la suya, mientras que una dama, su esposa podría ser, observaba con desaprobación el color que había elegido. Más allá una familia de 4 integrantes, se encaminaban hacia un costado del lugar, junto a un espejo de tamaño descomunal y personas que se robaban zapatos, ambos padres se dedicaban a intentar alejar a sus dos hijos pequeños de las cosas, en vez de comprar lo que fuera que habían ido a comprar. Rodeo una equina y camino por un pasillo angosto, lleno de ventanales cuando un poco más adelante un joven había salido de la ventana, rompiendo el cristal y con una pose que le daba un aspecto heroico. Aquello había sido tan rápido que le pareció sorprendente en un momento y luego increíblemente extraño, sin embargo lo observo admirada, había tenido gran temple y agilidad para hacer lo que creía ella que hizo.
A pesar de que las personas lo miraban con desaprobación, se sintió un poco preocupada por si no se había herido. Se acercó a él pasando por el lado de algunas personas, pero cuando llego cerca se arrepintió al instante, su aura la alarmo al darse cuenta de que se trataba nuevamente de un licano.
¿Suerte?... parece que el día de hoy, era día de encontrarse con el enemigo.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Aun arreglándose el pantalón camina apurado entre los percheros no haciendo ruido al andar porque no lleva los zapatos puestos, se apresura un poco pero no la logra ver y menos escucharla gracias a unos chiquillo que andan con una pareja rezongando por tocar la mercancía, pero de pronto un ruido estruendoso lo hace prestar atención a un sector del piso viendo como algo o alguien entra por la ventana, apurado y asustado por Lili corre en aquella dirección solo para toparse a espaldas de ella y terminar chocando con su cuerpo cuando las calcetas no le dejan detenerse.
Sin esperarlo termina sentado en el piso con ella en sus piernas no tan lejos del lycan que aunque no parece peligroso su forma de irrumpir no le parece nada normal, a menos que sea de los tipos que no pueden vivir sin hacer algún desastre, apurado se pone de pie esperando no le traicionen los calcetines, se pone de pie y mira al tipo escondiendo a Lilith tras de él, aunque no espera a que el tipo los trate de atacar cuando se pone a la defensiva.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Este los observó un momento, mientras que perdía la vista de su moneda, para atraparla en el aire sin ninguna dificultad, debido a la costumbre de lanzarla en repetidas ocasiones - Creo... que fui mi culpa... - Dijo este retomando la compostura tras unos momentos, en que su semblante dejaba la apariencia graciosa y se tornaba mas seria - ¡¡Señoras y señores, damas y caballeros!! Creo que debo disculparme por mi repentina aparición, pero debo de decir que todo esta controlado y que no hay mayores complicaciones, dentro de poco, llegará un empleado de limpieza a arreglar este desastre. - Dijo intentando disimular el alboroto - ¡No hay nada que ver aquí! ¡Solo un hombre entro por la ventana, eso no es nada bueno... digo nuevo, ¡Vayan a ver esos zapatos de allá que parecen de buena calidad! - Dijo empujando a un grupo de señoras que se hallaban cuchicheando sobre lo sucedido - Vaya... esta gente no tiene ni sentido del humor ni gracia para disimular, al menos desbordo carisma, no como ese grupo de chismosos - El licano se mostraba algo molesto por la muchedumbre, pero en el fondo, se lo estaba pasando genial.
-Hum, es como si quisieran que me pusiera a predicar o a hacer algún espectáculo... ni que fuera alguien extraño... bueno, demasiado extraño... - Dijo hablando para sí, cuando unos movimientos extraños a su lado derecho, le hacen notar que un hombre había estado jugando a deslizarse y había chocado con una joven - Vaya... hacen una linda pareja - Dijo indicándolos con sus dedos indice y juntandolos - Se que sonará irónico de mi parte, pero... ¿Se encuentran bien? - extendió su mano derecha con la palma hacia arriba para ayudar a la mujer y su mano izquierda al hombre.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
-Has hecho una entrada sorprendente – se rio aun con las mejillas coloradas, pero no desvió la vista de él, sino hasta que él la ayuda a levantarse escondiéndola tras de sí, sin embargo, nuevamente perdiendo el equilibrio, ambos cayeron al suelo. Debía admitir que aquella vez había sido su culpa al tropezar con sus pies, no era una chica patosa ni nada por el estilo, pero el nerviosismo que antes había sentido, regresaba con mayor intensidad.
Se habría quedado allí, roja y avergonzada sino fuera por la oportuna llegada del muchacho extraño que había irrumpido en el lugar. Al contrario de lo que pensara, su comentario sobre “Hacer una linda pareja” no la incomodo, a decir verdad sonaba lindo y soñador. Pero a penas se dio cuenta de aquel fugaz pensamiento, lo desecho de inmediato, ya había tenido conversación consigo misma al respecto y no quería pensar en ello ahora. El chico le tendió la mano que ella tomo gustosa y arreglándose la ropa, le agradeció con una sonrisa.
-Gracias… y si, estamos bien - dijo volteando a ver a Seth, cuando apenas había rosado la mano del desconocido, algunas imágenes pasaron ante ella como en una película, algo borrosas, se dispersaron en etapas de la vida del muchacho que ella bloqueo de inmediato, jamás le había gustado invadir así la intimidad de otras personas y nunca entendía bien porque con algunos pasaba y con otros no – puedo hacerte una pregunta… ¿Siempre haces esas entradas tan… - pensó bien el término que quería usar – impresionantes? Es que nunca había visto a alguien entrar así, destrozando una ventana, bueno… solo en las películas de acción.
Le sonrió con amabilidad, tal y como solía ser con todos, sin importar de la raza que fueran.
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Re: De compras con el enemigo [Lilith A. Bell y Deva Eckhardt]
Gracias - agradece viéndole después de que Lili terminara de hablar, recordando en el instante la pregunta de Lili sonríe también haciéndose aquella interrogante, aunque posiblemente mas a fondo - la mejor pregunta es, ¿te encuentras en lios como una persecución de tios sanguinarios que pueden entrar en querernos desmembrar, o solo eres propenso a accidentes con consecuencias aparatosas? - los pocos que le escuchan hablar sobre sanguinarios y lo demás se apartan rápido de ellos e incluso algunos pagan lo poco que tienen en las manos para irse.
Se encoge de hombros ante aquello sin tratar de apaciguar la situación, mientras menos gente mejor aunque prefiere que sea lo segundo, ha escuchado de gente así y por lo pacifico que se ve aquel hombre no puede dudar de ello, aunque si siguen hablando ni el comprara, eso le recuerda que no anda camisa y eso le hace tocarse el pecho y gruñir porque es una de esas situaciones en las que a pesar de que haces algo porque el momento lo requiere, el que no haya nada que hacer te deja con una acción vergonzosa y no le gusta mucho la idea de estar así, pero tampoco quiere dejar a Lili sola por ir a recoger una camisa, así que toma una cualquiera ahí cerca y se la coloca sin importar que le vayan a reñir.
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