Red Ashes

Fecha: 21/03/13

La nieve se desvaneció sobre el asfalto de Nueva York y con ella se llevó cada rastro de sangre que había quedado de la fatídica noche en que todo había cambiado. Era como si el mundo quisiera olvidarlo y sin embargo en los corazones y la moral de las personas aún permanecía el remanente de las circunstancias. El hecho de que la ciudad estuviera cerrada, y de que nuevas habían de seguirse, no era más que la muestra física del temor que iba acrecentándose entre los habitantes de la ciudad gobernada por el príncipe Everett.
Un mes sucedió desde entonces, un mes de ajuste y locura donde los toques de queda por raza eran obligatorios -sobre todo por la seguridad de los humanos- y aquella noche era la primera en la que Charlotte se había decidido a salir de su encierro para observar con sus propios ojos el desastre social de la masacre.

Sus heridas, como era de esperarse, habían sanado con prontitud y no eran la razón por la que ella había decidido permanecer en el resguardo de su penthouse durante tanto tiempo si no el hecho de que cada vez que lo intentaba el sentimiento de indignación llegaba a ella, consumiéndola por dentro en invitándola a perder el control. De vez en cuando ocurre así con los vampiros que han visto demasiado y que están cansados de tanto poder… era de esperarse que en ocasiones ocurriera con ella.

Así, bajo el manto de la luna en cuarto menguante iluminando ligeramente su rostro, decidió enfrentar su propia rabia y decidió caminar por las calles vacías de la ciudad hasta llegar al Times Square, ahora conocida como la zona cero, el lugar donde había tenido lugar la masacre.

Su figura etérea se plantó justo en el centro y observaba con suma intensidad cada uno de los rincones a los que tenía alcance visual, tratando de analizar la situación, tratando de comprender cómo era que los vampiros de la Brotherhood se durmieron en sus laureles y bajaron la guardia… No pudo evitar sentir también cierto respeto por los hijos de Caín… habían orquestado una puesta en escena casi perfecta… casi…

Sus labios mostraron una sonrisa triste y de un momento a otro sus dedos acariciaron su cabello y colocaron un mechón detrás de su oreja para que éste cayera con soltura sin molestarle en el rostro.

Quizás una de las mayores maldiciones que llevaba a cuestas era la necesidad de mantenerse en un estado constante de alerta. En un inicio su sentido de sobrevivencia se había despertado al contacto con el beso inmortal que su sire le había otorgado y a causa del miedo y repulsión que éste le causaba, sin embargo conforme su fuerza vampírica se incrementaba gracias a los años y la potente sangre con la que fue despertada a su nueva vida, dejó de temer y su necesidad de ser una constante vigía de sí misma fue el inminente resultado a su independencia como vampiresa.

Al no pertenecer a un grupo específico era obvio que no poseía la protección que éste pudiera otorgarle, eso sin contar los múltiples encuentros con cazadores o licántropos que también deseaban su muerte. Por tanto Charlotte nunca dejaba cabos sueltos o andaba por el mundo sin que sus sentidos le informaran lo que ocurría a su alrededor, por el contrario prefería nunca bajar la guardia.

Había sentido su presencia desde el momento en que él entró en su rango de alcance, pero los vampiros de antaño como ella son siempre orgullosos y suelen ser corteses tanto con aliados como con enemigos (si éstos lo merecen), así que aún sin saber si sus intenciones eran amistosas o bélicas, la vampiresa dejó que él se acercara hasta que estuvieron frente a frente.

- Los causantes del mal hemos sido todos monsieur…- declaró al fin colocando sus ojos sobre los de él- todos hemos pecado de indiferencia, orgullo, ingenuidad o ambición… - aunque en ningún momento había levantado la voz, sus palabras poseían fuerza y convicción- … mis preocupaciones se deben al temor de que nuestros ojos ciegos no puedan ver más allá de nuestro propio poder… los inmortales comenzamos con una guerra que terminará con nuestra propia destrucción… el mal, el bien… son sólo conceptos de percepciones personales, son nuestros actos los que marcan el camino- y después de aquel comentario tan serio, su semblante se relajó y mostró una pequeña sonrisa de lado- qué curioso monsieur… la presencia de ultratumba, el aroma a muerte, los ojos inmortales, los modales atemporales, la falta de sonido cardiaco… todo indica sin lugar a dudas que se trata de un vampiro… y sin embargo la vista se ve confundida por la apariencia de una juventud reciente- comentó con suma cordialidad haciendo referencia a la edad que él aparentaba no sólo en su rostro y complexión sino también en su forma de vestir- hoy en día son pocos los vampiros que tratan de pasar desapercibidos entre los humanos.

Ella misma era uno de esos pocos, con su abrigo negro, las medias gruesas y las botas largas que aparentaban cubrirla del frío de la noche, aún a pesar de que su piel ya no sintiera incomodidad alguna ante climas tan extremos.

Spoiler:

Ahí estaba... el viejo hábito de aparentar la necesidad de respirar. Aquel gesto por parte de él era algo que a ella le había agradado en suma manera pues aunque pasar desapercibidos entre los humanos hoy en día no parecía ser una prioridad, para ella era el pan de cada día.

Le siguió con la mirada cuando él pasó a su lado y esperó unos segundos antes de girarse para mirarlo, sentado sobre la vereda, y con los ojos sobre ella. De alguna manera compartían ciertos pensamientos y eso los acercaba, al menos un poco, no como vampiros que pertenecían a una misma facción si no como seres que tenían algo en común.

- Que la luna honre nuestro encuentro Zadsaquiel, yo soy Charlotte Dubois- respondió ante su presentación- tus palabras hablan con la verdad- ahora ella también había roto la formalidad y había dejado a un lado el protocolo- me encontraba en Times Square esa noche... y tuve que tomar en mis manos las vidas de aquellos que bañaron con sangre la nieve...- de pronto sus recuerdos la llevaron hasta esos momentos en que, por una casualidad del destino, se vio envuelta en batalla a un lado de un vampiro del que no conocía su nombre- el futuro es siempre un misterio, pero las intenciones que mueven mis manos son claras - caminó unos cuantos pasos hacia él de forma pausada y elegante- para sobrevivir habré de encontrar a aquellos que han causado el caos y poner fin a sus intenciones- entonces se detuvo hasta estar frente a él pero manteniéndose erguida todo el tiempo- los humanos olvidan con rapidez, pero si las cosas continúan el curso que llevan tarde o temprano se levantarán en nuestra contra... el temor de los humanos es lo que provocará que comiencen a cazarnos- entonces se agachó para poder estar a su altura, con una rodilla sobre el suelo- no dudo que ahora mismo estén preguntándose porqué motivo se encuentran en medio de ésta guerra...

Los comentarios de Zadsaquiel lograron una sonrisa en el rostro de la vampiresa. No sólo porque parecía ser un joven de pensamientos profundos sino también porque era observador e inteligente, una combinación que sólo se lograba con los años y las experiencias.

- Las voces de los clanes antiguos han sido apagadas por la presencia del tiempo- - le respondió sin moverse un centímetro de su lugar-y de aquel grupo, cuyo manto me abrazó durante mis primeros años como vampiresa, sólo quedan las huellas de sus memorias - agregó para saciar la curiosidad del chico- hace mucho que no escucho que alguien mencione temas tan antiguos, pero si has de saberlo confesaré que si camino sola por el mundo no es por desagrado a los demás si no porque conozco el manejo de los grupos de poder y las guerras que éste puede causar.

Al fin se levantó y mirándole le dijo:

- Tu sire debió haberte elegido con mucho cuidado a la hora de crearte mon ami - comentó como una especie de aprobación y cumplido- y seguramente se tomó su tiempo a la hora de mostrarte las reglas de nuestro mundo así como la forma de permanecer oculto entre los humanos...- miró entonces hacia el cielo, mientras los copos de nieve se empeñaban en cubrir sus abrigos- es por eso que la duda se presenta y me obliga a preguntarte si tu interés en mi pasado se forja solo en la curiosidad – sus ojos volvieron hacia él, no tenían intención en ellos, pero le miraban con insistencia- y es ahora cuando debo devolverte la pregunta ¿qué piensas hacer tú?
Realmente no desconfiaba de él, tampoco quería formar un interrogatorio, pero a Charlotte le había llamado la atención que Zadsaquiel enfocara su conversación en los asuntos políticos más recientes. Eso quería decir que era el tema que más rondaba su mente y, por tanto, que tenía una gran importancia para él.

Eran pocos los vampiros independientes que tenían interés en los hechos recientes, la mayoría de ellos preferían volcar su atención en otros asuntos, y Zadsaquiel había mencionado que se encontraba presente en el festival aquella noche así que… en resumen… lo más probable es que perteneciera a la Brotherhood o a los hijos de Caín. Pero la forma en que se había expresado sobre los humanos y las muertes ocurridas descartaba la posibilidad de que fuera de los últimos… así que la opción más viable era…

- ¿Actuarás como individuo o como parte de la Brotherhood?- no había hecho su pregunta en algún tono particular, su descubrimiento no cambiaba la simpatía que el chico le provocaba ni cambiaría las palabras que habían intercambiado esa noche.

Disculpas:

Le escuchaba con atención, sin apartar los ojos, un pequeño gesto que simbolizaba interés en sus palabras. No hizo ningún movimiento, si acaso ladear la cabeza, ni siquiera cuando él se puso de pie y miró al cielo. Estaba demasiado interesada en aquella plática y en las perspectivas de aquel vampiro cuyos ideales parecían coincidir con los de ella misma.

Le había causado sorpresa saber que, a pesar de pertenecer a la Brotherhood, Zadsaquiel tenía sus propios pensamientos. Era independiente a su manera, aunque estaba claro que tenía un grupo de vampiros o humanos en los cuales confiaba.

-La soledad es fiel compañera cuando el alma se ha cansado de compañías fugaces- le respondió sonriendo ahora ella- y es un mal necesario cuando se ha vivido tantos años- agregó antes de extender su mano hacia él.

Ya estaba acostumbrada al frío de su propia piel, la cual a penas y lograba emanar calor cuando recién se había alimentado, pero siempre evitaba el contacto físico a menos que fuera sumamente necesario o que proviniera de una persona a la cual ella se lo hubiera permitido (la cual siempre solía ser alguno de sus amantes humanos o sus sirvientes más cercanos), por lo que el tacto de la piel de otro inmortal siempre solía parecerle curioso. De cualquier manera había consentido en ello por cortesía y por que él, durante las pocas palabras que habían intercambiado, había comenzado a ganarse su respeto y simpatía.

- Quizás pueda lograrlo- respondió devolviéndole la sonrisa- quizás ya lo ha hecho- agregó sin afirmar o negar nada.

Originalmente no estaba en sus planes unirse a las líneas de algún grupo pero los momentos actuales necesitaban acciones y tal vez ésta era la mejor manera en que podría combatirlos. Además apoyarlo a él no significaba formarse en las filas de la brotherhood... simplemente era colaborar por un bien común... como muchas veces habían hecho los clanes del pasado.

OFF ROL:

Spoiler: