Alianza perpetua

Sabía que la decisión a tomar no sería fácil, pero si era la mejor opción para todos, mi destino era ese, después de todo prometer servir a la manada antes que a mí misma es lo más importante. No tenía miedo pero si esperaba que todos saliera bien, me levante de la cama, me dirigí a la ducha, mientras el agua caía sobre mi cuerpo pensé un poco en la catástrofe del Winter Festival. Ese evento me hizo sentir tan impotente perder a una de mis hermanas, yo había crecido con ellas, no me agradaba la idea de saber que no vería mas a una de las gemelas Ranhan, me sentía responsable de no haberla cuidado como era debido.

Al salir del agua me coloque mi bata de baño y me dirigí la habitación, tenía que arreglarme, me quede sentada frente a la cama mirándome en el espejo, acomode mi cabello un poco y luego empecé a cambiarme. Me vestiría como siempre con mi gabardina negra, mis botas, después de todo el camino para llegar era lleno de peligros, pero no lo iría sola, llevaría conmigo a Úrsula, no quería dejarla sola, desde la muerte de Anhete, ella me hacía compañía. Llego a mi habitación y me miro, estaba terminando de colocarme mi gabardina y guardar mis dagas en las botas. La mire y sonreí un poco al verla, como yo se había vestido como para una batalla, no me había atrevido a contarle todo lo que habría de suceder esa noche. Pero ella tenía una idea, la mirada lo dijo todo, me acerque a ella y puse mi mano en su espalda.

- Vamos nos están esperando –sonreí al mirarla, creo que esas sonrisa sonó a que me alegraba ver a los ancianos después de tanto tiempo, le di unos guantes y me coloque los míos. Úrsula se había convertido ya en parte en licántropo, como solíamos hacerlo, solo determinadas facciones para no ser identificadas, yo hice lo mismo y fuimos camino al lugar de reunión. No pude evitar pensar que sucedería de ahora en adelante, tenía que también tomar medidas mucho más drásticas, estar preparada para ser reprendida, no había logrado descifrar lo que los Garras Rojas harían a pesar de que conocí a algunos de ellos. Creo que los subestime, pero no era hora de lamentaciones sino de pensar en que sucedería, en que se podía hacer.

La luna resplandecía hermosa en lo alto antes de llegar al lugar le hice señas a Úrsula y me termine de trasformar, mi primer paso en el lugar lo hice como licántropo completo. Quizás esa era mi forma de demostrar mi respeto al lugar, los ancianos me estaban esperando, hice una leve reverencia y luego volví a mi forma humana, ante ellos no necesitaba esconderme. Era complicado mantenerse así pero era parte de lo que había aprendido en tanto tiempo.

- Estoy aquí como me han pedido, lamento la demora –mencione haciendo una leve reverencia y colocando mi rodilla derecha sobre el piso. Sentí entonces un aroma familiar, una leve idea de quien se pudiese tratar cruzo mi mente. Me levante entonces y espere las indicaciones de los ancianos, dejar que ellos hablaran en primer lugar, Úrsula dio un paso atrás dando espacio y esperando a lo que los ancianos dijesen, podría ser que ellos no la dejarían quedarse.

Úrsula hizo una leve reverencia, volvió a su forma de licántropo y salió del lugar, yo me quede escuchando las palabras de los ancianos. Con cada una de sus palabras era obvio que la decisión a tomar afectaría claramente todo el mundo conocido hasta ahora para mí, me mantuve atenta, por unos momentos recordé todas las cosas que había aprendido de los ancianos, viví mucho tiempo con ellos después de convertirme. Respire profundamente este no era momento de titubear, sabía bien que en parte para esto era que me habían preparado.

- Desde que tome mi cargo estuve preparada para hacer lo que fuese necesario por la familia de licántropos, nuestra raza … Estoy preparada, soy consciente que el mundo ha cambiado demasiado –mencione con claridad mientras los miraba al piso, entonces levante mi mirada viéndolos a todos y respire levemente- Eh escuchado el clamor de la tierra, todas las noches, sé que fui un poco tonta al no ver lo que se venía, pero no volveré a distraer de mi lo que la tierra me muestre, lo que se está frente a mi … hice todo lo posible por cuidar a los que más pude ese día pero no fue suficiente, los Garras Rojas no miden sus consecuencias y el orden debe restaurarse –termine de hablar mirándolos con firmeza en verdad sentía una profunda pena por todo lo sucedido, había muchas cosas que deje de hacer y pase por alto, pero no pensaba volver a hacerlo, tanta sangre en la tierra estaba causando mucho dolor a la tierra y lógicamente esto era algo que no terminaría, se acrecentaría con el paso del tiempo.

Estaba un poco inquieta, al mirar que se retiraron, tenía que esperar su respuesta, que es lo que los ancianos decidirían para mi futuro, estaba cargando el peso de mis propias decisiones. Pero no me molestaba hacerlo, era parte de lo que había decido hacer, hace ya 120 años atrás que lo hacía, hace ya tanto tiempo que vivía como creía y no podía evitar lo que tenía que suceder, pues entregue mi vida a la misma tierra que sirvo. Al escuchar su decisión solo me mantuve en pie quieta con mi cabeza algo baja, es que tenía un poco de vergüenza, ira conmigo misma porque por no hacer nada tantos murieron. La muerte de Anhete, pesaba, eso es lo que más me pesaba que ella muriese por ayudarme, no debió suceder así, pero bien ella estuvo feliz de hacerlo, por esa una buena causa por cuidarnos a Úrsula y a mí.

- Así será entonces, me desposare y cumpliré como una esposa … lo hare –dije respirando hondo mirándolos con firmeza, que era lo que no podía evitar, no tenía por qué titubear, ese era mi destino entonces, debía tomarlo, en ese preciso momento pensé, que sucedería.

- Cuando me desposare, tendré por lo menos el beneficio de por lo menos lucir como una novia normal … podre por lo menos conocer al novio una hora antes de la boda –termine preguntando, pues la duda era esa, solo esa duda quedaba, lo que viniese después sería otra cosa, después tendría que poner mis términos con el esposo. Amar a la tierra y servir a mis hermanos era mi primer deber, esto no haría la diferencia, solo era la forma de unir los dos clanes de una forma más fuerte que la que tenía todo hasta ahora. Era lo necesario, era lo que se me requería, debía hacerlo, por mis convicciones, no pensé nunca hacerlo, después de todo este tiempo mantener mi integridad, ser fiel a los mandatos de la tierra y cuidar de la manada como de la raza era lo único que buscaba pero en este preciso momento, no sabía que sucedería después, por primera vez me sentí un tanto perdida.

Creo que me había perdido en mis propias reflexiones en voz alta, una mala costumbre adquirida por pensar en lugares vacíos, bueno no era de extrañarse, pero entonces lo sentí venir. Ese aroma se me hizo algo familiar, me quede parada en mi misma posición, estaba en la misma situación que él, me sorprendió un poco verlo sin ropa. No esperaba verlo venir así, confieso que eso me hizo sonrojar un poco, pero bueno después de todo por lo menos me permitió mirarlo como era, respire hondo. Me incline en el piso, mirándolo mientras coloque mi mano derecha sobre el piso, debo decir que me molesto un poco ver cómo me observaba.

- Lo acabo de notar … creo que no podían haber hecho menos –respondí mirándolo, me senté en el piso cruzando mis piernas, coloque mis manos sobre las mismas- Nos hemos visto antes acaso … ven toma asiento –mencione posando mi mano derecha sobre mi quijada, me sentía cómoda así ya que íbamos a presentarnos tal como éramos antes de la ceremonia, debía sentirme cómoda y por lo menos conocerlo un poco, pose mi mano izquierda sobre la gabardina invitándolo a sentarse- No muerdo, bueno quizás sí pero no lo hare –sonreí un poco mencionándolo, intentaba ser amable, pues tenía curiosidad, hay cosas que uno debe hablar, después de todo nuestro animalismo había que conocer a ese hermano junto a mí.

Era apuesto, se podía notar que había participado en varias batallas, su cuerpo era el de un guerrero. Me mantenía calmada, había aprendido a controlar mis impulsos a lo largo del tiempo, confieso que al inicio no me fue fácil, después de todo los instintos siempre son más fuertes, no era muy normal para mi ver a un hermano así, todos pretenden aparentar humanidad por temor o costumbre, era obvio entonces que el dejaba muy de lado esas cosas. Tenía tantas cosas que preguntar, en tan corto tiempo, conocer en algo al hombre y al licántropo frente a mí, ese era el único beneficio que buscaba en ese momento, no te que intentaba controlar sus emociones. A momento a mí también eso me costaba, pero podía más mi curiosidad, la luna estaba en alto y aunque era difícil mantenerse en ese estado y en calma, era importante hacerlo, quizás después de la ceremonia habría tiempo para lo demás.

Lo mire con atención intentando entender sus movimientos y quizás leer sus pensamientos, creo que mi intención no fue del todo comprendida, lo mire atentamente y al sentarse junto a mí me recosté sobre su hombro escuchándolo, con atención. Quizás no era como él un licántropo que nació en la manda pero si era alguien racional y si en cierta forma tierna, quería hablar con él por una sola razón, pero al ir escuchando sus palabras entendía bien lo que el mismo quería decir, note tanta nostalgia en sus palabras. Sentí que debía mostrarle lo que en verdad quería decir con mi actitud y mis acciones, entonces tome sus manos me puse en pie y me senté frente a él acariciando sus mejillas coloque mis manos sobre su rostro.

- Si estoy aquí es para lo que hemos venido, no es que no te quiera o desee hermano, solo que lo que si deseo es que sepas que encontraras en mi lo que buscas, un aliado y quizás con el tiempo amor –bese sus labios despacio mientras coloque mis piernas a los lados de su cuerpo, apoye mis manos entonces sobre el suelo, respirando algo más aliviada y calmada, no era algo fácil, pero no tenía por qué ser una tortura, además que yo sabía lo que era ser lo que era había tenido tanto tiempo para reflexionarlo.

- Se que quizás no es normal que muestre mi fiereza y deseo pero si debo decir que prefiero la razón en muchas cosas … quería escuchar no solo tus instintos, esos los escuchare cuando termine la ceremonia o ahora mismo … –mencione posando entonces mis manos sobre su pecho, cerca de su corazón- Quiero saber que te aflige, que te hiere … que tienes en él, a quien llevas en el … porque si seré tu esposa lo seré así como tu amiga … debo entenderte también –respire levemente, la verdad si estando tan cerca y en esa posición, era obvio que mis ansias y la luna hacían estragos en mí, pero no deseaba mostrar que solo era una hembra capaz de amar y luchar, tenía que mostrarle que también era alguien en quien podía contar como una amiga y como una colaboradora. Eso era lo que quería demostrarle, aparte de esa dulzura innata que no había podido dejar desde hace tanto tiempo.

Miraba su rostro con atención así como su cuerpo, deslice entonces mis manos sobre sus brazos y casi por instinto coloque mi frente junto a la suya, me quede un tanto silenciosa pero quizás era mi forma de intentar controlar mis instintos y deseos para poder escuchar lo que su ser tenía que decir, eso era lo que buscaba su sinceridad, antes de continuar.

Su corazón me estaba siendo todo lo sincero que podía ser en cada palabra, tenía derecho a no decir todo lo que sentía, pretender evitar emociones para evitar causar un conflicto. La verdad lo único que deseaba era conocerlo más y acordar cosas importantes antes de que me uniese con el definitivamente. Lo escuche muy atenta, aun frente a él, mantenía mis ojos cerrados y me concentraba en escucharlo, escuchar su corazón. Me entristeció sobremanera el hecho de que el también tuviese un resentimiento profundo contra los Hijos de Caín, por un momento pensé que en el corazón de los machos el rencor era algo inmortal. Vivía tristes por las cosas de sus propios pasados, por un momento recordé también mi última conversación con Arthur, recordé también el día en que fui convertida en lo que era. Sentía un profundo rencor contra los licántropos y al inicio me fue difícil aceptarlo, incluso como el mismo ahora contra los propios vampiros. Sentir sus manos entre las mías me mostro que en verdad el quizás sentía el mismo deseo que yo, pero era alguien valiente y que estaba dispuesto a sobreponer el bien común al personal.

- Funcionara, lo se … yo confiare en ti, seré sincera … Al inicio odiaba lo que era y a los vampiros y a los licanos … porque me arrebataron lo que amaba … pero las cosas cambian, uno aprender … uno olvida el pasado y acepta el destino que tenemos –debía demostrar que en verdad yo también tenía mis propios errores, que nunca fui perfecta ni lo seré, pero que en ese preciso momento había logrado la paz que tanto buscaba, entrelace mis manos con las suya y sonreí levemente- La luna rige nuestros cuerpos y nuestros instintos –mencione sintiéndome un tanto más calmada, era un poco complicado controlarse con la luna y en esa situación, pero era natural, recordé que muchas veces termine saciando mi sed de sangre y hasta mis deseos, pero desde ya hace tanto que había logrado la paz y mantenerme un tanto al margen de ellos, porque decidí centrarme más en el bienestar de la raza y en defender a los licanos, dejando un tanto de lado lo demás.

- Tu padre era un buen líder, lamento mucho lo que sucedió … bueno tu sabes del mío, lo poco que tiene este de interesante … porque los ancianos me acogieron, calmaron mis rencores y mis dudas … encontré la paz en lo que soy y en cuidar de nuestros hermanos … Creo que debes saber un poco de esa vida, rituales, sacrificio –pose mi mano derecha sobre su mejilla y acomode un poco su cabello, pose entonces mi dedo índice sobre sus labios- Algo más que necesites decir … porque bueno ya después será diferente … tendremos que vivir como marido y mujer? … donde? … o viviremos como hasta ahora? … que haremos con toda esta confusión? … hay que organizar las tropas? –me puse a pensar en todas esas cosas, pero claro en voz alta, bueno era necesario despejar esas dudas en ese instante, principalmente el hecho de que después de la unión, quizás sería conveniente que viviéramos juntos o quizás que nos reuniésemos más seguido para acordar algunas cosas que eran importantes. El mundo no era el de antes y había mucho por hacer. Además el tiempo estaba llegando a su fin, en breve seguramente nos llamarían y la ceremonia se realizaría, la luna estaría en lo alto y en medio de ella también nuestros deseos se volverían incontrolables.

Había podido decir en pocas palabras todo lo que mi alma tenía que decir, sonreí levemente, no podía juzgarlo así como él no podía juzgarme y en eso me concentraría en el futuro y más que nada en el presente. El mantenía su mirada fija en la mía y no pude evitar sentir que algo tenía en su corazón que no lo dejaba en paz, sabía que esto no seria fácil pero ese pequeño momento me había mostrado que él podía ser un gran líder, estaba anteponiendo su dolor al bienestar de la manada. Ambos teníamos el mismo objetivo, cuidar de los licanos, mas allá del dolor que pudiésemos sentir, tendríamos que dejar nuestras emociones y deseos atrás. Me quede mirándolo intentando buscar en sus ojos eso que lo atormentaba, pero era verdad lo que había sucedido con su esposa era lo que aun no olvidaba.

- En eso tienes razón los ancianos son los que decidirán en cuanto a eso, pero tarde o temprano tendremos que reunirlos a todos, cada quien tiene su lugar de residencia ahora mismo … Han hecho su vida yo me he encargado de hacer que su vida este orientada y ocultando sus identidades verdaderas de la forma mas apropiada, porque no puedes retener a un cachorro bajo tu mando por mucho tiempo, ellos necesitan independencia –sonreí levemente mirándolo mientras acariciaba su mejilla despacio, quería que supiese que estaría dispuesta a ayudarlo, era verdad debíamos ser fuertes y en este momento era lo conveniente apoyarnos mutuamente, deslice mi otra mano en su mano, entrelazándola- No no son los mejores tiempos para nadie, por eso estamos aquí, para fortalecer a los nuestros, eso procuraremos hacer … solo necesito saber algo mas, acaso tu tienes la misma idea de los Garras Rojas … Crees que matar a los Vampiros sea la mejor solución para el mundo –pregunte mirándolo fijamente a los ojos, porque eso era algo importante en ese preciso momento, sabia que sentía como el dolor por la muerte de los que amaba y quizás su corazón lo deseara pero no era el mejor camino.

Era la única duda que aun me faltaba despejar, mientras los ancianos se acercaban, debía saberlo porque quizás de so dependía lo que sucedería después. Todo iba muy rápido, eso era obvio pero aun habían cosas que debíamos hablar, solo había intentado saber las principales cosas que uno debería saber antes del matrimonio. Respire levemente mirándolo a los ojos, esperando esa respuesta, pero mientras lo miraba no podía evitar pensar que toda mi vida cambiaria mucho desde ese mismo momento. La luna estaba en lo alto y el fuego mostraba muchas cosas, recuerdos, presente, las dudas que uno tiene en el alma, los fantasmas de tu vida, pero casi no dejaba que eso me atormentara mas de lo debido.

- Dante, la verdad no tengo mas dudas, que esa, supongo que con el tiempo sabremos lo demás, una vida matrimonial así en otros tiempos era lo normal, hoy en día es tan diferente todo … pero bueno, no es momento de pensar en eso, sé que tienes una hija y tuviste una familia, algo que yo tuve mucho antes de ser licano … Tuviste la fortuna de nacer entre los licanos, supongo que ahora que puedes quizás desees traer mas descendencia –mencione mirándolo aun, las palabras afloraron de mi pensamiento a lo dicho como si se tratase de una simple idea que vagaba mi mente por un instante, nunca había pensado en siquiera llegar a estar en una situación como esa, recordaba si que hace mucho, antes de ser licano tuve la dicha de compartir parte de esas expectativas con mi prometido, el que había muerto esa noche en que mi vida cambio. En ese entonces había tenido esas mismas dudas, la situación y la luna habían hecho aflorar en mí un poco de lo que yo era en esos días.

Los ancianos se habían presentado, mire a Dante y sonreí levemente, como un signo de confianza y continuidad. El momento había llegado, no pude evitar sentirme un poco nerviosa, pero la luna estaba en lo alto y no era tiempo de actuar como una niña pequeña, ni como una jovencita, sino continuar. Ellos hablaron y nos pidieron ponernos de pie, las palabras que mencionaban eran el inicio de todo, la verdad no había mas vueltas que dar, debíamos continuar y no habría nada que hacer. Me pare frente a Dante y lo mire, él debía pronunciar las palabras que los ancianos mencionaron, lo escuche atenta, pensaba en que si esto debía de ser, seria por un bien mejor. Llegado mi momento pronuncie las mías mirándolo y mirando el fuego, este era el inicio de todo, era lo que debía de ser, no me cabía duda de ello porque una unión así es mas fuerte que un simple pacto de lealtad.

Al colocarse los ancianos detrás de nosotros y transformarse en lobos, supe que ya era oficial, sus palabras anteriores y las actuales eran lo que las confirmaba, todos debían saber lo que había sucedido. Respire levemente mirando a los ancianos, mirando el fuego, sentí algo extraño dentro de mi. No era temor, pero tampoco era duda, quizás era un poco de incertidumbre al saber lo que vendría, que la unión se realizara era una muestra de que todo estaría por cambiar y que había grandes cosas, deseaba saber que era lo que venia, quizás los ancianos lo sabrían, pero por ahora solo debíamos confiar.

- Se que puede sonar extraño y precipitado, pero me agradaría pasar la noche contigo, si es posible –mencione acercándome un poco al oído de Dante, pues procure ser algo discreta, la luna en lo alto y todo lo sucedido era obvio que me dejaba un deseo extraño en mi interior. Sabia que quizás era lo requerido en ese momento, después de todo era la forma de sellar la unión, pero era lo que también en ese momento deseaba hacer.