Un tranquilo paseo | Nathasha |

Estaba harta de estar encerrada en casa, no me gustaba tener que limpiar en caso de que tuviese apetito y ganas de comer algo fresco, me gustaba el derramamiento de sangre siempre que iba a comer algo, no me caracterizaba por la discreción precisamente, por lo que ese día no iba a quedarme mucho más en casa. Tampoco me apetecía quedarme encerrada en una noche tan interesante como esta, el cielo estaba totalmente cubierto por el negro de la noche y la luna menguante iluminaba el cielo.

Salí sin un plan, me gustaba improvisar, lo que se me cruzase antes y me gustase eso se convertiría en mi cena o en mi divertimento, dependiendo de lo que me apeteciese o de lo que decidiese la persona elegida, si oponía resistencia podría ser mucho peor todo. Estaba paseando por una de las calles no tan concurridas, no quería llamar la atención demasiado, cruzarme con alguno que no me quisiese viva no era lo que quería. Parecía estar todo muy aburrido cuando sin previo aviso y tras girar la esquina, me cruce con un joven, no tendría más edad que yo, pero parecía ir inmerso en sus pensamientos.

Le paré en mitad de la acera y tras un poco de conversación ya nos encontrábamos en uno de los callejones que había entre dos edificios, cuanta menos gente pudiese ver el destrozo mejor. No tenía demasiado tiempo para recrearme y mucho menos quería que alguien escuchase el grito desgarrador del chico, por lo que opte por arrancar de un solo movimiento la zona donde se encontraba una de las venas principales, un movimiento de mi mano hacía su cuello y cayó fulminado al suelo, con esa vaga sensación de que aun muerto, seguían sus ojos fijos en mí. – No creo que nadie te extrañe…- musite antes de empezar a alimentarme, no me llevó mucho tiempo.

Al terminar salí de aquel callejón e intenté buscar alguna fuente de agua o algún lugar en el que lavarme la mano, por desgracia no parecía a ver nada que me sirviese, por lo que opte por seguir caminando por las zonas menos concurridas, no quería que nadie se percatase de la sangre seca en mi mano, no por lo menos alguien con quien pudiese tener un enfrentamiento.

Que noche tan magnífica, la noche era una llamada para los vampiros. La hacía especial porque siempre habría misterio en ella, sin importar como estuviera iluminada, la luna era digna de magnificencia. A diferencia del sol que permanecía constante, la luna era cambiante como todo el mundo, las viviendas, los tiempos, la tecnología, y lo que era más fuerte o mejor era lo que sobrevivía. Nosotros los caminantes nocturnos éramos lo mejor, aunque había imperfecciones con la hermandad pero eso se solucionara con el tiempo.

La noche de hoy me llevaba por caminos no habitados, buscando algo con que entrenarme, estaba dividida. Mire por todos lado y al otro lado de la calle encontré algo que me llamo la atención, una vampiresa socializando con un humano, perecía algo muy casual, pero ella no era humana, su olor, su belleza y sus movimientos eran demasiados finos para pasar como humana. Los mire a una distancia prudencia, fundiéndome con la oscuridad, veía esto como un golpe de suerte, una cena pronta me esperaba y si ella era de la hermandad la bodega tendría para esta noche una ocupante que proto gritaría al arrancarle dedos, sacarles las entrañas o alguna otra cosa que me mantenga entretenida, seria matar tres pajaros de un tiro ya que podir sacarle algo de información y descuatizarla seria de lo mejor.

Cuando ellos se fueron, los segui discretamente, mi presencia la reduje a nada, era un pequeño truco que todos aprendíamos con los años. La chica lo llevo por un callejón oscuro acaso se alimentaria y acostaría con él en ese lugar. Valla cosas que hacían hoy en día los chicos. Espere cuando acabaran con su espectáculo atacaría, pero lo que vino me dejo impresionada, la chica salía oliendo a sangre. Cosa que hubiera sido norma para un vampiro recién alimentado pero ella, no lo había hecho… espere a que se alejara para entrar al oscuro rincón. Lo que vi me saco una sonrisa enorme. Tirado como si basura fuera se encontraba el humano, era un espectáculo sangriento, literalmente, la chica había ido por las arterias que dejarían una enorme mancha de sangre en el asfalto. Di media vuelta y Salí. Encontraría a la chica para saber mas…

Me impresionaba había sido muy discreta pero en la mañana esto se sabría. La visualice mucho mas adelante antes de empezar a caminar.