Darkness Fall {Rebeldes}

por Invitado Lun Jul 30, 2012 1:16 pm

Club de Striptease
Martes, 2:35 am

En el sector más peligroso del barrio, había un club nocturno donde tanto ricos como pobres, vampiros y humanos, solían disfrutar de los placeres nocturnos, un lugar que poseía una extraña mezcla de colores, mujeres, sexo, alcohol y humo de cigarillo, que algunas veces, solía aturdir los sentidos más delicados de Etienne, especialmente cuando desde que era un niño, sus pulmones pese a ser sobrenaturales, siempre habían sido delicados.

Sin embargo, aquella noche era especial, pues era la primera vez que el sabor del ambiente lo sintió distinto en su organismo, ya que a su cuerpo, ya no le molestaba el nocivo químico. Entrecerrando los ojos, tomo una copa de vino, mientras trataba de saciar la sed incontrolable que lo aquejaba con más frecuencia que en años pasados.

A lo lejos, algunas muchachas bailaban sobre las mesas. Usaban pequeñas tangas que dejaban a relucir sus bien contoneadas formas, dejando desnudos sus senos; algunos hombres en el recinto pedían por más y más. Etienne, por su parte, solo observaba, desde niño, e incluso después del asesinato de su familia, se acostumbró a observar a las personas, sean humanos, vampiros u hombres lobo. Quería leer al mundo, por el mero hecho de que en su mente, la mejor táctica de batalla es: Conocer a tu enemigo.

Mientras analizaba, en su rotundo silencio, una muchachita de cabello rubio, no mayor a los 16 años, con los senos pálidos, pequeños y desnudos, se paro sobre su mesa y comenzó a bailar. Al dar cuenta su falta de atención, la joven se sentó sobre sus piernas colocando una pierna a cada lado de su cintura, mientras movía su cuerpo en un acto sexual, que no inmutaba nada en su cuerpo.

Al menos era como el solía evitarse problemas, y deseos carnales que al momento mantenía lejos de su mente. Con mucha gentileza, cosa poca usual en hombres de su atractivo, alejo a la niña de él y le pago para que saliera de su mesa y fuera a buscar una vida más digna. A lo que la joven solo se rió con sorda. Una hora más tarde, dejo su lugar en la mesa, pues la soledad y la decadencia solo le daban náuseas.

Camino unos segundos a la parte trasera del club, detrás de los baños se encontraba una pared de cemento que tenía colgada la imagen de una virgen, específicamente "LA MADONNA DE ALBA" de Rafael, imagen que podía ser interpretado como un símbolo religioso, sin embargo Etienne, bien sabía de que se trataba, así que, tocando tres puntos importantes de la pintura; la cruza, la Biblia y los ojos del ángel, moviendo el muro de concreto y dando paso a la vista de una espiral de gradas que daban a los subterráneos.

Retirando el saco de su terno, frunció el ceño cuando observo a la mayoría observando televisión. Miró a su alrededor y se atrevió a hablar.

—Es día de entrenamientos —susurró molesto—, ¡Prepárense! —se dirigió a sus habitaciones y comenzó a vestirse, pasando una mano por su cuello. El doctor que solía ser su médico entro, con un líquido rojizo entre sus manos.

—Está en etapa experimental... es sangre artificial —murmuró el hombre —recomiendo lo pruebes en vampiros, tú...

—Mi trabajo requiere de ciertos sacrificios, no importa —sin darle mucho tiempo a una respuesta al hombre, Etienne bebió de la copa, sintiendo su cuerpo sumamente enfermo, aún así, trato de terminar de vestirse, antes de que vomitará en el lavabo viejo cercano a su cama. Sudando se miro al espejo, y se frustró. Su vida entera era un caos. No obstante un golpecito en la puerta llamo su atención.

Sin darse el lujo de ponerse una camisa, para terminar su viejo uniforme militar, abrió la puerta y encontro a una muchachita que conocía bien.

—¿Ya están listos?.

por Invitado Lun Jul 30, 2012 1:49 pm

Había llegado temprano aquel día a El Bronx. Tenía la cualidad de lograr aventurarse en cualquier calle de aquella cuidad infestada de personas y recorrer en muy poco tiempo sus calles montada en su fiel motocicleta, claro, siempre desafiando las normas de la cordura. Y fue que haciendo caso omiso a las mismas recomendaciones de sus conocidos de tener más cuidado, había enfilado su correr hacia Hunts Point, uno de los lugares más peligrosos de New York, y otro de los puntos de reunión del "Club". Ya eran cerca de las 10 de la noche cuando estaba metida en el pub, viendo a las chicas bailar y esperando pacientemente, escribiendo notas al azar en su libreta, planes que empezaban a tomar forma desde aquella reunión del día anterior, justo después de que el segundo atentado fuese informado.

Los demás miembros comenzaron a llegar, uno a uno buscaban a la alta maniquí, que movía entre sus dedos la botella de cerveza, en una esquina vestida de negro y envuelta en aquella extraña sensualidad que irradiaba. Al ver a tres de ellos, se puso de pie, moviendo ligeramente su cabeza, y metiendo sus manos en sus bolsillos, indicando hacia donde debían ir. Derecho y al fondo, cincuenta pasos, tercer bloque a la derecha, la cruza; cuatro bloque desde arriba, la Biblia y los ojos del ángel. El mejor de los escondites, dijo cuando Etienne le dijo sobre él.

Bajó con el grupo, ya las órdenes habían sido dichas por Etienne, había escuchado su ladrido de macho alfa, habría que entrenar. Cada vez el grupo tomaba más los toques de guerrilla para militar, como las que abundaban en latinoamérica, aunque sin nada de drogas y narcotráfico, aunque no lo mismo se podía decir de las armas. Ella misma había hecho contactos, y los baules llenos de armas se apilaban en aquel lugar.

Vio salir al médico, y se movió con rápidez, ninguno de los dos estaban demasiado tranquilo, ambos, Etienne y Alexandra eran completamente conscientes de lo que estaba pasando y de lo que comenzaría a pasar. Entornó los ojos, la idea de los aliados cruzó su cabeza, la cual la detestaba. Tres golpes, y sería Etienne quien saldría.

- obvio- chasqueo la lengua - desde que nacieron... umm¿que te pasa? tienes un mal color - había sumo respeto en sus palabras, pero no podía dejar de ser insolente, algo en su voz, en su mirar la delataba. Levantó las manos y tomó su cabello en una coleta - ¿estas listo tú?- preguntó, y una sonrisa felina asomó en sus labios.

por Invitado Mar Jul 31, 2012 6:38 pm

Sabía que era tarde, lo sabía pero no podía hacer nada para arreglar la situación, miro su reloj mientras caminaba por las calles de aquel feo vecindario. En cuanto el peligro de recorrerlo de noche, era muy parecido a donde ella vivía, pero distinto al mismo tiempo, había más pandilleros que nada, pero lo más peligroso eran los vampiros que rondaban por ahí, creyendo que tendrían presas fáciles.

No conocía tanto el lugar, por eso no se arriesgaba a correr por las calles y encontrarse con algo que fuese realmente indeseable. Además, correr sólo podría llamar más atención de la que necesitaba, y esa noche debía pasar inadvertida. Con la capucha de su abrigo cubría su cabello y con la mirada baja se acercó a uno de los barman, lo miró sólo por un momento para que la reconociera y el extendió un papel que leyó rápidamente antes de que lo volviera a guardar.

Recorrió el camino señalado y al llegar frente a la pintura, soltó un suspiro observándola. “La madre siempre velará por nosotros” recordó la voz de su madre mientras trataba de enseñarle algunas oraciones cuando era menor “Quien bajo su manto se encuentre…”
-Protegido siempre estará- termino la oración la chica mientras tocaba los tres puntos de la pintura.

Entró al lugar y bajó las escaleras mientras se adentraba por los pasillos. Podía escuchar algunos quejidos y las órdenes del jefe. Sonrió por lo bajo mientras bajaba el cierre del abrigo antes de llegar a la sala de entrenamientos. Abrió la puerta y vio algunas caras familiares, sonrió y trató de mostrarse avergonzada, aunque no lo estaba del todo.
-Lo siento… problemas en casa- susurró dejando el abrigo de lado, aunque no había gran diferencia con la blusa de manga larga que ahora tenía. Notó a algunas mujeres con blusas deportivas y el cabello recogido, pero no le tomó importancia; prefería usarlo suelto.

por Invitado Miér Ago 01, 2012 5:31 pm

Aquél día Kendal no había trabajado pues hacía poco había contratado mas personal y cada vez parecía que le necesitaban menos en la tienda así que después de darse un buen baño y tomar un desayuno se dirigió hacia Washington pues ahí era a donde frecuentaba cuando tenía tiempo de sobra. Condujo durante mas de 4 horas hasta que llegó a la capital de los Estados Unidos, el frío era infernal pero por suerte iba bien abrigado, siguió conduciendo por los alrrededores hasta que llegó al Club de tiro que se encontraba en los límites de la ciudad, ahí era donde Kendal gustaba de practicar pues aun que en NY también existian ese tipo de clubes no había nunguno comparado con el que se había vuelto miembro en Washington,entró al lugar dejando el carro en la entrada de los salones de tiro, no llevaba equipo ya que ahí les daban todo, se equipó con las orejeras y tomó una de las muchas armas que tenían en el muestrario. Kendal permaneció ahí hasta que dieron las 10 de la noche cuando tuvo que regresar a NY, condujo hacia aya cuando recibió un mensaje de uno de los miembros de la rebelión "Hoy entrenamiento, apresúrate, Etienne parece molesto" decía el texto, no sabía muy bien por que pero aveces le parecía que todos en este mundo estaban enojados, como si no fuese suficiente todo lo que ya estaba sucediendo. Llegó a Hunts Point tan rápido como pudo y una vez que aparcó salió del carro para entrar al Club de Striptease, en cuanto entró un olor espantoso le llegó a las narices, las mujeres bailaban en las mesas y se subían en las piernas de los hombres cuando veían que no les prestaban mucha atención, siguió caminando tratando de llegar lo más pronto posible a la bodega pues realmente le repugnaba el olor que había ahí.

Después de caminar unos cuantos pasos encontró la imagen religiosa famosamente conocida por los rebeldes, realmente Kendal nunca había sido un tipo religioso ni fan del arte y aun que muchas veces intentó ir a museos y demás nunca le encontró gran interés al arte, algo que para muchos significaba ignorancia mas no le importaba mucho. Finalmente presionó la cruza, la biblia y los ojos del ángel, movió el muro y entonces encontró la espiral de gradas, suspiró sabiendo que tal vez con el humor que se cargaba el líder le tocara una cagada pero tenía que ir, después de todo el había decidido ingresar a aquél grupo.Bajó rápidamente y encontró a Robyn, Alex y los demás miembros del grupo, tratando de no hacer ruido se quedó cerca de la entrada recargado en una de las paredes esperando las indicaciones del líder.

por Invitado Miér Ago 08, 2012 3:27 pm

Una noche poco común, mi naturaleza llamaba tenia sed y mucha, habia pasado todo el dia en el hospital y el deseo de sangre me comia, una operacion muchas sangre y poder de contenerme ante el deseo, mas tarde mas heridos y muchas mas sangre, mi aspecto decaia mas y mas a cada segundo muchos se preguntaban que me sucedia "enferma eso estoy enferma" mi gran mentira de siempre, con desesperacion dentro de mi y el tiempo pasaba mas lento que de costumbre, sentia desvanecer en el aire de la sed intensa que traia, al fin mi turno habia acabado con rapides me cambie y tome mi chaqueta negra me puse la capucha y me desvaneci en la oscuridad tras el hospital, internadome en los lugares mas oscuros de la ciudad, un callejon y en su leve oscuridad un mendigo, todo el apestaba, su edor alejaba a todos, pero su sangre me llamaba, sin dudarlo y perdida de mi juicio bebi y bebi hasta saciar mi sed, pobre hombre no queria hacerlo pero ya no podia mas.

Sobre mi menton una suave gota de sangre se delizaba, con un pañielo la limpie y me desice de el en un basure cercano al lugar, escondiendome de cualquiera que pudiera verme volvi a cubrir mi cabeza con la capucha ahora si acudiendo al llamado de Etienne, creo que me demore mucho en llegar al lugar, pero no tuve otra opcion, mire un mural con representaciones bastante importantes he interesantes, y me dije aqui es el lugar, entre sigilosamente y subi las escaleras sin hacer el mas minimo ruido que pudiera incomdar, no antes tome mi espejo de mi bolso y algo de color puse en rostro, dando la forma de una dulce humana, escodiendo mi naturaleza de los demas y aun mas de Etienne.

Mas tarde empece a sentir el olor de los demas, y mi cuerpo sintio como algo no andaba bien del todo, tal vez alguien estaba enfermo y yo podia ayudar, en algo, toque la puerta y lentamente la abri - Buenas Noches- dije expresando una sonrisa delicada en mis labios, mientras miraba a los demas presentes, Etienne realmente tenia un aspecto como podria decirlo deplorable -amm te encuentras bien necesitas algo?- dije acercandome un poco y retirando mi capucha.

por Invitado Jue Ago 23, 2012 11:48 pm

En un principio se rió un poco de la actitud de Alexandra con él, era como su hermana pequeña y de alguna forma su actitud le hacía sentirse más aliviado, no obstante el malestar comenzó a influir en su cuerpo y lo puso un poco pálido. No sabía con exactitud cuáles serían los efectos secundarios de aquella sangre "experimental" pero definitivamente no tendrían resultados muy halagadores.

Estaba un poco mareado cuando llego al centro de la sala de entrenamiento, aunque decir que era una "sala" era un término muy elegante para un espacio enorme, rodeado de metal y tuberías que echaban humo, bajo la gran manzana. Agnes le preguntó si se encontraba bien, pero amablemente rechazó su oferta oferta de ayuda, él no era una clase de niño que necesitará atención médica, cuando su entrenamiento lo forzaba a mantenerse "sano".

Dio un largo respiro para que sus pulmones acomodarán cualquier debilidad que se estuviera presentando. Algunas veces creía que debía, de cualquier manera, ser menos imprudente con su vida, pero hace tiempo que poco o nada le importaba una vida humana que agonizaba con el pasar de los años.

Colocándose en el centro del lugar, cruzó sus manos detrás de su cuerpo, abriendo las piernas mientras observaba al grupo a su alrededor. Tenía entrenamiento militar, había aprendido durante años a prepararse para ese tipo de entrenamiento, no era difícil notar su experiencia, tan solo con el lenguaje físico de su cuerpo.

—¡Atención! —gritó para que todos dejarán las actividades y le pusieran mucha atención—, ¡Tenemos en nuestra manos una misión muy importante! —todos lo miraron atentamente—, ¡La guerra apenas está iniciando, y es nuestro deber, como miembros de está organización, estar preparados físicamente! —para aclarar sus ideas camino un poco en medio del círculo que formaban los rebeldes.

Suspirando volvió a hablar, claro que en esta ocasión, ya no grito, solamente mantuvo un tono fuerte y autoritario en su voz.

—Sé que muchos tienen miedo —observó los rostros cansados de algunos hombres y mujeres— a otros los consideran débiles e inocentes...—sus ojos se dirigieron a Robyn, uno de los más jóvenes de su grupo— e incluso diferentes —su mirada estuvo atenta a Kendall y Alexandra—, pero todos somos un equipo —sus ojos se dirigieron a Agnes y Charles que se encontraban uno junto al otro, pese a que usualmente no participaban en todos los entrenamientos, anotaban lo que observaban de ello.

En el fondo Etienne estaba seguro de que Charles solo observaba sus reacciones trás los experimentos, para ver si él no reaccionaba de forma negativa, hasta el momento, todo iba bien, excepto por las náuseas y la sensación ausente de no encontrarse en su cuerpo. Aclarando su voz se detuvo.

—¡Como equipo, debemos estar listos para cada batalla! —dicho esto se volvió a colocar en el centro—, ¿¡ESTAN LISTOS PARA LA BATALLA!? —preguntó gritando, y todos respondieron con un silbido de triunfo.

Dicho esto organizó dos grupos, Alexandra llevaría a la mitad del grupo a entrenamiento de armas, junto a ellos estaría el combate mano a mano. Alexandra, entrenaría con Kendall, y accidentalmente, debido al grupo impar de participantes; Robyn quedo en su grupo de entrenamiento a mano, conjuntamente con Agnes, que había decidido participar.

Mirando a las dos mujeres, se dio la vuelta y hablo con Alexandra, no obstante estaba seguro de que intercambiarlos al otro grupo, no le gustaría a la rubia y morena, respectivamente.

Spoiler:

por Invitado Sáb Ago 25, 2012 1:36 pm

Roleare:

Todos estaban ahí y como de costumbre Etienne hacia uso de sus discursos para poder motivarnos, lucía bien, pero en verdad me preocupaba la reacción que podría tener la sustancia en su organismo, mire de reojo a Agnes, me pregunte si ella no tendría alguna idea de lo que buscábamos experimentar con Etienne. Tenía que disimular el estar pendiente de él, además era importante mirar también las reacciones de los demás, esto sería difícil obviamente pero era lo mejor para todos.

Tome entonces mi pluma y saque mi pequeña libreta, empezando a tomar nota de algunas ideas que se me venían a la mente, trace en la hoja de papel de la pequeña libreta una línea a la derecha anotaba mis ideas y a la izquierda algunas cosas que podía notar en Etienne, la sangre artificial que había bebido tenía varios compuestos que buscaban hacer una sangre artificial lo más similar a la natural, pero en los experimentos en el laboratorio note que había una extraña reacción de aletargamiento en unos minutos posteriores a la ingestión del mismo, para después causar episodios aislados de alta actividad debido a la gran cantidad de energía que le había incorporado a la formula.

por Invitado Miér Ago 29, 2012 4:38 am

Alex, que conocía a su hermano Etinne, levantó una ceja, para nada convencida de su vigor, No había que ser demasiado listo para darse cuenta que el dhampiro estaba de pronto demasiado , cómo decirlo, ¿ido? pero no por algo mental, era por otra cosa. Alex respingó la nariz y esperó que no estuviera experimentando nuevamente con él. Un día de hecho le dijo que terminara con esos experimentos, porque le saldría un tercer brazo; lo que no le dijo era que temía que algo le pasara. Se encogió de hombros, y esperó a que diera las instrucciones para el entrenamiento, que en el último tiempo se había vuelto mucho más duro y con muchas más pruebas, el entrenamiento militar y que Alex había recibido cuando niña, era sacado a relucir.

La guerra se avecinaba y se podía oler en el aire, el aroma a sangre, muerte y pólvora; sólo que nadie se atrevía a decirlo en voz alta por miedo a que esos oscuros momentos, se avecinabaran, sin embargo la arenga de Etienne desentumió los corazones, y los presentes, que cada vez aumentaban en número, gritaron con brios de aprender. Alex, por su parte, observaba desde atrás lo que sucedía.

-ya lo escucharon, a mover sus culos, no quiero rezagados- gritó, su voz se escuchaba casi tan fuerte como la de Etienne, y se llevó al grupo al uso de armas, antes los había hecho armar y desarmar el fusil hasta que ya dijeron basta y aún así siguieron aprendiendo sobre armas.

El grupo recorrió unos túneles, hasta llegar a una cueva subterránea, que conectaba con el metro de New York, ahí estaban las armas, y el campo de tiro, Alex los entrenaba para el combate en la ciudad, y las clases de parkour también estaban en el entrenamiento, pero ahora sería el uso de armas. Los tiro al blanco estaban a 150 metros, y Alex puso a todos a disparar, todos debían saber usar sus revólveres.

por Invitado Sáb Sep 08, 2012 5:00 pm

Escuchó el discurso del jefe en silencio, mientras ciertas palabras y una mirada de él la hicieron sentir extraña; ella no se consideraba débil e inocente de ninguna manera, a menos no conscientemente, aunque sabía perfectamente que otros si lo hacían por su apariencia. Con el tiempo, había aprendido a usar aquello a su favor, era el factor sorpresa y sabía que el jefe también lo consideraba de esa manera, por lo que al final de sus palabras no pudo evitar unirse a los coros y silbidos con entusiasmos.

Algo curioso sobre aquel hombre al que llamaban líder, y pese a la primera impresión que se llevo de él cuando recién se conocieron, es que pese a su lenguaje corporal tan militar y estricto, había algo en su mirada y en la manera en la que hablaba que hacía a las personas confiar en él, y también en ellos mismo. Definitivamente era carismático y algo doble cara, pero en un sentido bueno. Aun así, pudo notar cierta fatiga en su semblante, como si no quisiera que los otros se dieran cuenta.

Pero para Robyn, que estaba acostumbrada a observar su entorno, pudo notar aquello, aunque no menciono nada. Cuando los grupos se formaron y el de Alexandra salió, miro fijamente al jefe esperando indicaciones, había otros hombres y mujeres en el grupo, pero sintió sobre ella cierta mirada preocupada de Etienne, la misma que le dirigió a Agnes, otra de las chicas (aunque casi nunca la veía, pues la joven trabajaba en el hospital o el área medica, no estaba del todo segura); enarcó una ceja curiosa, deseando saber que significaba aquella mirada.
-¿Ordenes, jefe?- preguntó mirándolo con una sonrisa confiada, quizás ese entrenamiento sería más divertido de lo que pensaba al recibir el llamado.

por Invitado Dom Sep 09, 2012 3:27 pm

La sala de entrenamiento estaba atestada de rebeldes, sin embargo, después de que apareciera Etienne y alzara la voz, los presentes formaron un medio circulo en donde era posible visualizar a cada uno de los integrantes, se cruzó de brazos escuchando con atención las palabras que el jefe y a pesar a pesar de que cuando finalizó todos alardearon, Kendal se quedó parado como una roca sin hacer más que mirar a Etienne sin expresión alguna, no era que no le agradara el jefe si no que le notaba extraño...como enfermo y era algo que preocupaba a Kendal. Para su agradable sorpresa quedó en el grupo de Alex y Robyn, se sentía cómodo con ellos sobre todo por Alex...Robyn le caía bien pero aveces le sentía muy fría.

"Ya lo escucharon, a mover sus culos, no quiero rezagados" escuchó a la sub-lider y sonrió disimuladamente negando con la cabeza, Kendal adoraba el coraje de la mujer y también la firmeza con la que expresaba las cosas. Siguió a su amiga por el túnel hasta que encontraron el campo de tiro, para Kendal ese lugar era como un deleite, el tirar con cualquier tipo de arma no resultaba un desafío para él, al contrario era como un niño con sus juguetes nuevos en navidad. Las dianas estaban a 150 metros de distancia y los revólveres ya estaban sobre unas mesillas, respingó ante la idea de usar el revolver ya que eran de las armas que menos le gustaban pero Alex era la que estaba al mando y si ella decía revolver...tendría que acatar las instrucciones.

Tomó el revolver cargando una a una las 6 balas del tambor y en cuanto estuvo listo se movió hasta llegar al frente de la diana en donde disparó repetidas veces dando justo en el blanco, de nuevo Kendal se quedó inexpresivo pues no gustaba de ser engreído así que volvió a cargar y así sucesivamente hasta que se cansó. Volteó hacia la diana de Alex y quedó impactado al darse cuenta de la buena puntería que poseía, no le creía tonta pero tampoco sabía que su amiga tiraba tan bien-Tal vez deberías dejar de practicar y ayudarle a los que no tienen tan buen talento-comentó guiñándole un ojo y disparando un par de veces, mirando las demás dianas de los compañeros; algunos tenían buen tino pero no la mayoría y eso era preocupante.

por Invitado Vie Oct 26, 2012 7:00 am

Frunció el ceño cuando se sintió un poco... ignorado, pero iba a dejar pasar la situación. Mirando a Robyn de pies a cabeza se sonrió un poco y recordo viejos tiempos, así que colocando una mano sobre la cabeza de la jovencita la llevo hacia el segundo grupo. El que se encontraba en combate mano a mano, mientras. Alexandra hacia lo suyo con el grupo de armamento.

Suspirando un poco, trato de calmar su cuerpo, pues la debilidad o el malestar aún no lo dejaba del todo bien. Sus ojos se dirigieron al doctor Charles, que se encontraba a metros de distancia con los brazos cruzados y observando atentamente su salud. Sabía que el hombre estaba preocupado por él, así que para calmarlo levanto una mano y le indico el dedo meñique en señal positiva. Después miro a todo su grupo.

—¡Hagan un círculo! —les ordeno unos minutos para colocarse en el centro —Antes de comenzar, hablaremos un poco de las bases de una buena batalla ¿Qué significa para todos ustedes? —hubo un enorme silencio entre los presentes. Sus ojos se fijaron en cada uno de ellos —, ¿no hay nadie aquí que me pueda dar una respuesta.?

Después de un largo silencio, uno de sus soldados se atrevió a hablar sobre las batallas, en ellas mencionaba que el combate mano a mano depende de la fuerza de tu enemigo, otro entonces salto y menciono la estrategia, y otro dijo que nada de eso valía la pena, sino no había violencia.

Etienne escucho con mucha atención a todos y se dijo en Robyn quién, parecía pensativa al respeto —¿Qué es lo que opinas tu? —murmuro con los ojos azules muy fijos en la muchacha —¿Es acaso necesaria la violencia, la fuerza y la estrategia para vencer?.

por Invitado Jue Nov 08, 2012 2:22 pm

A la orden de Etienne, todos se formaron, ella también claro era, aunque su paso era un poco mas rezagado que el de los demás, como si estuviera tomando su tiempo para hacer lo que él deseaba, aun así pudo llegar al grupo antes de escuchar aquella pregunta y las respuestas de sus compañeros. Se habría quedado en silencio de no ser por la pregunta que le dirigió directamente; en seguida, pudo sentir varias miradas sobre ella y sólo enarcó una ceja como si necesitara rectificar que era para ella aquella cuestión; una leve sonrisa de de parte del jefe, hizo que suspirara, no en un acto como el de una jovencilla enamorada de algún profesor, todo lo contrario era más bien con algo de fastidio, no por él o la situación, simplemente estaba cansada y no estaba en su naturaleza ser muy sociable.
-Violencia, fuerza y estrategia…- murmuró para sí, mientras en su mente el destello de un recuerdo algo borroso aparecía. Sonrió levemente y enarcó una ceja, pues era la voz de él la que le daba la respuesta.

¿Acaso él deseaba que respondiera aquello? Decirlo, le haría sentir como si hiciera trampa, era como haber obtenido las respuestas a un examen antes que los demás, y no sabía cómo sentirse ante esa sensación… Aunque prefería hablar a seguir sintiendo la mirada del grupo sobre ella.
-Quizás para algunos, esos elementos sean la cereza del pastel en una batalla… pero todo eso es inútil si no mantienes la calma y dominas la situación- respondió después de unos momentos, con una sonrisa retadora, era extraño citar las palabras de Etienne, pero al mismo tiempo, la hacían sentir que tenía poder, o el conocimiento que no todos poseían hasta que ella se los develó.

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