Memento Mori |
Tras el festival |
Fue un mes de locura, el que transcurrió luego del Festival de Invierno, luego de los cepelios de las víctimas, el poder quedó en las manos del Gobernador, Everett Goodweatherm tendría el control total sobre la ciudad, pero Azuka había logrado parte de su objetivo: Los rumores de que el gobierno de Washington ya no estaba tan convencido de compartir el poder con los vampiros; la situación se estaba saliendo de manos, y los cainitas y garras rojas parecían estar ganando la partida. Pero ninguno de los artífices de la destrucción, pensaron que los berkeser se volverían un problema para todos, porque los vampiros que no fueron asesinado por ellos, se transformaron en berkeser, que se han transformado en una manada que deambula por las alcantarillas atacando a quien se les enfrente o quien esté en su menú del día. Humanos y Vampiros ya no tenían una alianza tan sólida como antes, y las desconfianzas estaban surgiendo. Mientras que en medio quedaban los licanos, o por lo menos, parte de ellos, Fenrir y Fianna, pero quien padeció la peor parte fueron los Fenrir que en el atentado perdieron a su líder, del que jamás encontraron el cuerpo. Quedaría en manos del nuevo líder de los Fenrir y de Gissiel Earhart, determinar el destino de su clan y tradiciones, pero entre los licanos, se sabía la atrocidad cometida por las Garras Rojas, comandados por Arthur Redclaw, que se habían vuelto muy fuertes. Por su parte, los rebeldes, el pequeño grupo de disidentes ya no parecían estar tan solos en su lucha, el gobierno de Washington los contactaría extra oficialmente para conseguir sus fines: controlar la ciudad, de una o de otra manera. Etienne LeBlanc, tendría que decidir.. |
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Meses | OUTLINE |
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Vamos a patinar [Odette]
Vamos a patinar [Odette]
Frío, Nieva.
El mundo es un pañuelo, o eso era lo que los padres de la chica rubia que caminaba por Central Park con un café humeante decían. Ella no creía en el destino, pero claro, tampoco había creído en los vampiros hasta hacía poco, y ahí estaban, saliendo cada noche, alimentándose de las personas, volviendo a otras adictas a su sangre. Pero no todo el mal lo hacían ellos, los humanos tampoco eran mucho mejores, todo era relativo.
La nieve caía con lentitud sobre el parque, y aunque ya había una hermosa capa de nieve sobre él, no se daba por aludida y seguía cayendo, humedeciendo las calles, congelando carreteras, provocando resbalones y risas, alegría, añoranza, tristeza. Hacía 3 días que había sido año nuevo, y se notaba, en el aire todavía flotaban felicitaciones atrasadas, besos y abrazos.
El repicar de sus tacones sonaba, pero a ella no le importaba, ni el poco sol que luciera, ni el frío, no le importaba nada. Tenía ganas de pasear, y cuando vio aquella pequeña y rubia cabellera al viento, una enorme sonrisa inundó su rostro. Comenzó a caminar hacia la pequeña niña que le había robado el corazón desde el principio, pero paró a comprar unos globos rojos, y aceleró su paso.
- Odette!- exclamó para que la pequeña supiera de su presencia. Se sentía extremadamente protectora con aquella niña. Quizá fuera porque no quería que acabara como ella, o porque se veía a ella con su edad viendo cosas que nadie más podía ver y quería ayudarla en todo lo posible, o al menos en lo que estuviera en su mano.
Llegó hasta ella y revolvió ligeramente el pelo de Odette con su mano derecha, en la cual no tenía ni el café ni los globos, que le entregó a la preciosa niña.
- Toma linda -dijo y dejó escapar su mejor y más sincera sonrisa. Escuchó a varios niños hablar sobre la pista de patinaje y una idea le cruzó la cabeza.- Hey, porque no vamos a patinar, si no estas haciendo nada, claro...-
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Re: Vamos a patinar [Odette]
Fui saludando a todos a mi paso con la inmensa sonrisa que tenía siempre. Me detuve en el parque, y deje la mochila en la arena, sentándome para descansar, lo primero que iba hacer era castillos de arena con algun recipiente, tal vez con las manos. Suspiré, era tan temprano que parecía no haber gente, hasta que vi movimiento y me puse contenta en vez de tener miedo. Pero si era Violette, me levante del arenero y fui lentamente hasta ella a mi paso -¡Hola Violette!, esta es Mins- Señale el osito de peluche y le di un abrazo suave -¿Cómo estas?- le dije sin borrar mi sonrisa y viendo que acercaba unos cinco globos redondos y rojos a mi, los tome contenta y le sonreí. Los globos carmesí flotaban y yo los sostenía en mi mano con alegría mientras abrazaba a Violette que proponía ir a patinar por sobre el lago congelado.
Ladeé la cabeza con curiosidad, me gustaba la idea pero me asustaba lastimarme –Yo conozco solo este parque, patinar seria lindo aun que nunca lo he echo, tengo miedo de caerme, de donde sacaremos patines, creo que de momento no hay muchas personas. ¡Uy! Ya estoy hablando mucho, mi papá a veces me decía que hablo demasiado, perdona- Haber mencionado a mi papá me trajo un poco de tristeza y soledad, cambie de tema rápido para no pensar en ello... Hice un puchero, pero duro poco y volví a sonreír mientras le tendía una galleta . -¿Quieres? Son mis preferidas, con trocitos de chocolate, pero también tengo de fresa si quieres- Asentí mostrando las otras.
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Re: Vamos a patinar [Odette]
- Pues, yo estoy bien, y tú? -respondí a su pregunta saliendo de mis ensoñaciones por el momento. Estaba tan mona que no pude evitar sacar la cámara de fotos a fotografiarla con los globos rojos, sin duda aquella niña era preciosa y totalmente fotogenica, podría ser modelo infantil sin problema alguno, era una pena que estuviera en ese orfanato del que me encantaría poderla sacar, pero vivir conmigo no sería lo mejor, ella se merecía una buena vida, y viviendo conmigo no la conseguiría.
Habló mucho y luego se disculpó, haciendo que una ligera carcajada brotara de mis labios abrazándola- Por Dios Odette, no te disculpes, no hablas demasiado..-dije mientras me agachaba quedando más o menos a su altura- Si quieres yo te enseño a patinar, y no dejaré que te caigas, no te preocupes- dije volviendo a sonreír, intentando sacarle más sonrisas.
Miré las galletas y luego negué con la cabeza.
-Son tus preferidas y tus galletas, son todas todas para ti -dije revolviendo su pelo ligeramente, sin llegar a despeinarla.- luego si quieres te compro un chocolate calentito con marshmallows, si?- no era muy detallista, pero si ella quería la llenaba de chocolates calientes, chucherias, de todo lo que pudiera hacer para que se sintiera bien y esbozara aquella sonrisa tan linda.
Me levanté de la posición en la que estaba, volviendo a erguirme y le ofrecí la mano para poder ir a patinar. Hacía un día ideal para aquello, y tenía bastantes ganas de hacerlo, y con la enana todavía más aún.
Invitado- Invitado
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