Memento Mori |
Tras el festival |
Fue un mes de locura, el que transcurrió luego del Festival de Invierno, luego de los cepelios de las víctimas, el poder quedó en las manos del Gobernador, Everett Goodweatherm tendría el control total sobre la ciudad, pero Azuka había logrado parte de su objetivo: Los rumores de que el gobierno de Washington ya no estaba tan convencido de compartir el poder con los vampiros; la situación se estaba saliendo de manos, y los cainitas y garras rojas parecían estar ganando la partida. Pero ninguno de los artífices de la destrucción, pensaron que los berkeser se volverían un problema para todos, porque los vampiros que no fueron asesinado por ellos, se transformaron en berkeser, que se han transformado en una manada que deambula por las alcantarillas atacando a quien se les enfrente o quien esté en su menú del día. Humanos y Vampiros ya no tenían una alianza tan sólida como antes, y las desconfianzas estaban surgiendo. Mientras que en medio quedaban los licanos, o por lo menos, parte de ellos, Fenrir y Fianna, pero quien padeció la peor parte fueron los Fenrir que en el atentado perdieron a su líder, del que jamás encontraron el cuerpo. Quedaría en manos del nuevo líder de los Fenrir y de Gissiel Earhart, determinar el destino de su clan y tradiciones, pero entre los licanos, se sabía la atrocidad cometida por las Garras Rojas, comandados por Arthur Redclaw, que se habían vuelto muy fuertes. Por su parte, los rebeldes, el pequeño grupo de disidentes ya no parecían estar tan solos en su lucha, el gobierno de Washington los contactaría extra oficialmente para conseguir sus fines: controlar la ciudad, de una o de otra manera. Etienne LeBlanc, tendría que decidir.. |
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Meses | OUTLINE |
Memento Mori |
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"But I'm also not kind enough to stop someone who wants to die" (Odin)
"But I'm also not kind enough to stop someone who wants to die" (Odin)
Debes saber que aquello que buscas, es traicionero y peligroso. Extermínalo cuanto antes, mi pequeña. había ordenado el supremo, deslizando sus manos por la cabellera de la chica. Orfiel le miró a los ojos, con una sonrisa traviesa. Y recuerda no causar ningún lío, traviesa. advirtió en tono severo, la chica asintió a sabiendas que aquello último no sucedería. Danzante, paseaba alrededor de la ciudad, con sus armas escondidas. El descenso de su vuelo fue lejano al lugar, por ello le tocó caminar más de lo necesario. Una risotada atrajo la mirada de un hombre menudo, con pobladas cejas y cuerpo encorvado. Le ofreció una rosa roja, y la chica la sostuvo sin perder la sonrisa. Caminó junto a él, entrando a un bar. Aquel que logré derrotar al más fuerte del bar, será recompensado con una noche a mi lado. soltó divertida la pequeña, sin la mínima intención de cumplir su palabra. El alboroto resonó, fuerte y alto, entre los hombres que se aferraban a la idea de pasar una noche entera junto a tal ser celestial. Cuando el caos fue incontrolable, se escabulló entre la muchedumbre en busca de un niño. Aquel mandato que su padre le había mandado a exterminar, yacía dormido en su interior, consumiendo la vida de la inocente criatura.
El exorcismo iba en calma, el demonio fue expulsado con éxito de su cuerpo. Por desgracia el niño no sobrevivió ante tales golpes. Y el demonio se esfumó al primer cuerpo sano que le fue puesto en el camino. Un hombre de familia, con un niño en su regazo, riendo junto a él. Murmurando un par de te quieros, a su hijo Odin.
Vistió de negro, como era habitual en ella en esos casos. Sus armas ocultas bajo el suave manto de su largo vestido. El satin ondeaba, un vestido ceñido en su parte superior, remarcando su esbelta figura, tomaba forma propia por debajo del pecho, bailando con suavidad. Ni el diablo mismo podría negar la belleza de la chica, que era más radiante que la luz del astro rey, tan pura como una rosa, y fresca como el rocío de las mañanas. Observó al chico frente a ella. Sé quien eres, Odin. Pero ignoro el porque has proclamado mi visita. ladeó el rostro curiosa, estudiando con inocencia a su acompañante.
Invitado- Invitado
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